domingo, 30 de diciembre de 2007

CAJA REGISTRADORA EUREKA



No pretendo hacer entradas de juguetes que tuve en mi infancia, porque entonces tendría entonces que tratar de pulir bien mi memoria y me ocuparía demasiado tiempo. Juguetes, como casi todos los niños, tuve muchos, algunos insignificantes, otros marcaron, supongo, de una manera u otra mi infancia.
Hablar de esta registradora tiene su razón en que, a estas alturas, más de veintitantos años después, he encontrado algunas de las monedas y billetes que contenía. En casa sólo éramos dos: mi hermana, cuatro años menor que yo, y yo. Normalmente teníamos la mayoría de juguetes repetidos pero en diferentes colores o estilo, o simplemente juguetes al gusto, diferentes. Por ejemplo, yo tuve varios juegos de botiquines y enfermeras, no sé si mis padres querían encauzar mi futura carrera por ahí, pero les fallo el truco. Me desmayo con sólo ver una aguja. Mi hermana creo que nunca tuvo uno. Y es enfermera. Ella, sin embargo, nació a lo justo para estar en todo su esplendor infantil cuando llegaron Barbie y Ken y todos sus complementos. Yo fui afortunada de llegar a tener dos Barbies, y solamente porque tuve que protestar y llorar hasta el borde del berrinche. Mala edad tener 13-14 años y ser demasiado mayor para unas cosas y demasiado pequeña para otras. A caballo entre la infancia y la adolescencia, eres una paria de tus amigas si tienes muñecas y una paria de tus padres si pretendes usar tacones y maquillaje.



En fin, la caja registradora debió llegar por Reyes cuando tenía menos de 10 años. Tenía sus teclas con sus cifras preseleccionadas y un compartimento para el rollo de papel del ticket, de modo que al terminar su compra, el "tendero" daba su recibo al cliente junto con el cambio de su dinero. Cuando dabas al total, el cajon se abría, con sus diferentes separadores para monedas y billetes.
Ambas registradoras pasaron a manos más jovenes (y probablemente menos cuidadosas), en uno de esos "espurgos" que llamaba mi madre, pero esta última vez que fui a casa, admirando los trajecitos de Nancy que mi hermana aún conserva y algunos de los cuales necesitaban un buen remiendo, hallé, dentro del bolso que complementa el abrigo blanco de visón de Nancy (las aficcionadas a Nancy saben de este modelito), un fajote de estos billetes y un buen puñado de monedas, intactos en el tiempo. Pregunté a mi hermana al respecto y se encogió de hombros, tampoco recordaba desde cuando estaban ahí, pero nos reimos un rato recordando mañanas y tardes de juegos. Sin que me viera, le robé un especimen de cada uno de los billetes y monedas.


Sin embargo, me queda una duda... ¿Quien sería la niña de la fotografía? De pequeñas, imaginaba que era americana, por lo del pelo rubio, la niña de un poderoso terrateniente texano con pozos de petróleo que empezó una cadena de supermercados para sus empleados en medio del desierto, en poblaciones, claro está, cercanas a los pozos, y que por eso llevaban la foto de su hijita... Que hoy debe ser ya toda una abuela.

sábado, 29 de diciembre de 2007

¿ME LOS TRAERAN LOS REYES?



Hoy he visto esto en la red. Con lo que me gustan los objetos de escritorio, creo que serian ideales, ¿no es parece?




Chacolín

En el Paseo de Canalejas, a la misma verita del mar, frente al puerto, con olor a salitre y brisa marina, tenía lugar en verano un espectáculo de títeres. Chacolín era su protagonista y aunque no recuerdo mucho de la obra (y como era para mentes sencillas, tampoco habría mucho que recordar), pero sí recuerdo que Chacolín luchaba con brujas y otros villanos y que invariablemente preguntaba aquello de "¿Habéis visto a la bruja?" o "¿Sabéis dónde está la bruja?", a lo que todos gritábamos como verdaderos energúmenos eso de "Detrás tuyaaaaa". Y Chacolín, erre que erre, vuelta a preguntar y los chiquillos nos dejábamos la garganta con nuestras respuestas a la vez que señalábamos con nuestros pequeños bracitos y hacíamos lo que los mayores siempre nos decían que era de mala educación: señalábamos con el dedo a la figura que se erguía a su espalda mientras sostenía una especie de bate de béisbol a lo garrulo y justo cuando se volvía, la bruja o el villano de turno, se agachaba y Chacolín no le veía. Y vuelta a preguntar hasta que se liaba a palos con el malo malísimo.


Pero lo mejor del espectáculo venía al final, cuando Chacolín llamaba a ciertos niños de la audiencia que habían sido "agraciados" con un regalo. Y oh, mi alegría, cuando una tarde de verano mi nombre fue llamado y tímidamente me acerqué a recoger mi premio. Años después mi gozo se iría al pozo al saber que no había sido afortunada en nada, que eran los papás los que ponían tu nombre en la lista y llevaban el regalito, o pagaban por él o lo que fuese. A mí me tocó un muñequito calvete, en una bañera con una esponjita y cuatro cositas más. El muñeco se perdió en los anales de la historia, le bauticé Chacolín, claro está, pero la bañera estuvo mucho tiempo entre mis trastos, salió bastante buena cuando me dió por dedicarme a crear inutilidades de arcilla o enjuagar los pinceles cuando me cambié de arte. Era una bañera en forma de tina metálica de las de toda la vida, pero en azul y de plástico. El conjunto era similar al de la foto de abajo, el muñeco creo que era exacto o muy parecido, pero la bañera era redonda.


Este muñeco de Moip del 72 lo he encontrado tras bucear en la red, en Todocoleccion al "módico" precio de 15 eustaquios.

EL CINE (38º ALBANTA)


Debajo del Cine Cómico, como en la Opera de París, se decía que habitaba un extraño ser, deformado y perverso, que había sido el antiguo proyeccionista cuando el cine se incendió, a principios del siglo pasado, antes de ser remodelado. Las altas bóvedas del sótano, acogía murciélagos y ratas, viejas cajas de atrezzo de cuando el cine era aún un teatro y poco más. Eran las leyendas del pueblo y con ellas había crecido Tomasín, hoy ya Tomás, nuevo proyeccionista del Cómico.
Tomás conocía bien el cine y la leyenda y se la pasaba directamente por el forro de los huevos. Como proyeccionista a tiempo parcial en el fin de semana, no ganaba mucho, y el sótano era el lugar idóneo para comenzar un pequeño negocio junto a un par de colegas. Cada noche, después de recoger, abría la puerta trasera y dejaba entrar a Chema y Luís para, en la conspicuidad de una bombilla amarillenta, crear unos pocos billetes falsos con los que abultar un poco más su cartera. Habían comenzado produciendo billetes verdes, Chema era un crack del ordenador y con una impresora "remodelada" como el cine, habían conseguido unos billetitos crujientes que daban el pego, especialmente en aquel pueblo de provincias. No querían hacerse ricos, sólo poder llegar a fin de mes cómodamente y sin estrecheces. La llegada del euro supuso exprimirse el cerebro para dar con una nueva impresión, completa y fidedigna que les supuso unas cuantas semanas de pruebas y desilusiones.
Los primeros sucesos inexplicables sucedieron en Marzo, un par de semanas antes del centenario del incendio del Cine Cómico. Chema había ido al lavabo y regresá blanco como una sábana. Aseguraba haber sentido un aliento en la nuca, una risita socarrona y haber sentido el escalofrío de la muerte. Luís y Tomás se rieron de él. Problablemente Chema se había pasado con el hachís aquella tarde y su imaginación exhacerbada le había jugado una mala pasada. Siempre fue muy aprensivo con respecto al uso de tan legendario subsuelo. Dos días más tarde, Luis juraba haber visto una sombra cerca de la escalera, fugaz como un meteoro, y haber sentido una mano helada sobre el hombro, que no estaba allí cuando volvió el rostro, lívido. Ambos dejaron de acudir a fabricar billetes, demasiado aterrorizados después de que extraños sonidos se repitieran noche tras noche. Tomás reía y aseguraba que no era más que las viejas tuberías y los conductos del aire acondicionado. Tomás había sido siempre un excéptico.
El sábado por la noche, con la única compañía de una botella de bourbon, Tomás bajó al subterráneo con intención de fabricarse un par de billetes para el día siguiente. Quería llevar a Antoñita a cenar. La luz estaba apagada. El interruptor no funcionaba. Daba igual, al fondo estaba el almacén donde guardaban las bombillas, sería cuestión de unos mnutos. Pero al llegar al centro de la estancia, una potente luz le cegó. Se volvió, contrariado, para ver la imagen de un Nosferatu en blanco y negro, de nariz zafia y orejas puntiagudas en necesidad de una buena manicura, proyectarse sobre la blanca pared encalada hacía siglos. Si era una broma de Chema o Luís, no tenía ni puñetera gracia. Se recompuso y avanzó decidido hacia el viejo proyector de bovina.
Le encontraron al cabo de una semana, tras denunciar su desaparicion y buscarle infructuosamente en el monte y dragar el río, en medio del gran sótano del Cómico, con el corazón partío, no de amor, si no de miedo...

jueves, 27 de diciembre de 2007

HISTORIA DE UNA FOTO


A veces las fotos encierran historias por sí mismas, algunas no necesitan palabras, otras son más personales y podrían parecer, a simple vista, una foto común de cualquier álbum.

La foto de arriba se corresponde a una Navidad cualquiera de mi infancia. Recién levantadas el 25 de Diciembre, mi hermana y yo, a juzgar por nuestras caras de cansancio. La noche anterior, sin duda, habíamos estado de parranda del modo que solíamos hacerlo en casa: con las vecinas de la planta, Angelita, Charo y Margari, bebiendo y comiendo turrones variados, alfajores, fruta escarchada y mazapanes. A mí los polvorones nunca me han gustado. Excepto el de chocolate, ése me ha gustado un poco, pero tampoco para morirse.

Supongo que Magdalena llegaría a media mañana y nos harían levantar para recibirla, aún a pocas horas de habernos acostado. Magdalena es la señora que se oculta bajo el disfraz de Santa Claus. O Papá Noel. Durante años llevó este traje en Navidad, y en la capilla a la que todavía íbamos los Domingos, repartía regalos y dulces entre todos los niños, que aunque sabíamos que era ella y no ningún recién llegado del Polo, disfrutábamos más, si cabe, de su figura regordeta y sus risotadas gazmoñas.

La madre de Magdalena había sido mi madrina en el bautizo, por lo que siempre hubo una amistad especial entre nuestras familias. Magdalena nos visitaba cada 25 de Diciembre para dejar caer sus regalitos llegados desde Laponia. A veces, incluso se montaba su propio show. Se ocultaba tras las puertas de madera de la terraza, y cuando al fin mi hermana y yo aparecíamos, sin saber que estaba allí, hacía su entrada espectacular y posaba para las fotos que, año tras año, atesoró mi padre.


Un día crecimos y Magdalena ya no volvió más.

miércoles, 26 de diciembre de 2007

UN BELEN

En mi reciente visita a Cádiz, en un Centro de la Tercera Edad adosado a la Iglesia de San Antonio, me encontré este singular portal de Belén. Está hecho por los mismos jubilados que acuden al centro, en su taller y bajo la tutela de Manuel Peinado, artesano del carnaval, que tantas carrozas y props nos ha dado. Una de las enfermeras no tuvo inconveniente en loar las excelencias de este Belén singular.

Como puede apreciarse en la foto superior, las figuras tienen un tamaño similar al de una muñeca Nancy.

Y tiene hasta su "caganet"...

LAS CUEVAS DE MARIAMOCO


Mitad leyenda, mitad verdad. Crecí en las calles del casco antiguo gaditano, correteando por las plazas del siglo XIX de Mina y Candelaria, libre como una de aquellas palomas que los viejos alimentaban a diario desde los fríos bancos de mármol. La Alameda era mi rincón favorito, y la Plaza de España el lugar ideal para corretear entre palomas, las que habitaban a cientos, en su palomar de madera, hoy desaparecido. Ahora el Ayuntamiento las considera una plaga y ya apenas se ve a ni­ños con las manos extendidas colmadas de maíz. Adoraba las tardes de verano, cuando mis abuelos me llevaban allí, a dar de comer a las palomas, cuando los jardines no tenían altas empalizadas metálicas para impedir el paso de la multitud de botellón de fin de semana, cuando era posible subir libremente al monumento de las Cortes y sentarte en el púlpito, imitar a una de las esculturas y pretender dar un discurso para una audiencia invisible.

Comprábamos maíz en bolsitas de cinco pesetas o cinco duros, allí mismo en la Plaza, en un carrito de madera destartalado donde además vendían chuches. Te ponías algunos granos en la cabeza, en los hombros y en las manos, extendiendo los brazos como un Cristo en miniatura, y a los dos minutos, tenías una veintena de palomas sumisas picoteando cuidadosamente mientras tú te reías casi con histerismo, la foto perfecta para el álbum de los días que no volveran.
Crecí, además, oyendo las múltiples leyendas que poblaron mi infancia de imaginación y sueños imposibles. Una de ellas es la de las Cuevas de Mariamoco, esos túneles de edad imprecisa que se decía recorrían todo el subsuelo de Cádiz. Tenía amigos que me aseguraban haberse adentrado en ellas, por entradas secretas descubiertas mientras tenían lugar las obras del aparcamiento de Canalejas. Aseguraba este cierto amigo que tras el lavabo de uno de los servicios de dicho aparcamiento, se hallaba una entrada, y que él lo sabía de ciencia cierta porque su tío trabajaba allí y le había llevado a verlas. Supliqué que me llevara, yo, Indiana Jones femenina de muchas ideas y pocos recursos, niñita ignorante de doce-trece años en busca de aventuras con las que soliviantar una existencia aburrida, a caballo casi entre la niñez y la adolescencia. Ni qué decir tiene que nunca llegué ni a la entrada del aparcamiento.
Otro amigo, o quizá el mismo, no recuerdo bien, decía que al desprenderse uno de los bloques de contención de la Playa de Santa María, había dejado al descubierto otra entrada, entrada que me llevé buscando una semana, escalando rocas como una energúmena, creyéndomelo todo, pero tampoco me arrepiento. Fue una aventura inigualable, y no fui sola. Venía conmigo otra amiga tan tonta como yo, e íbamos cargadas con sendas mochilas con un kit básico de "espeleología", o lo que es lo mismo, un par de cordeles robados de la azotea, unas linternas viejas y un par de bocadillos. Como nunca logramos encontrar dicha entrada, nos comimos los bocadillos bajo los tenues rayos de sol de una tarde de primavera.



Las cuevas, jamas las ví. Pero existir, existen. De hecho, el dicho más comun era que si encontrabas la entrada por la plaza de Mina, podías recorrer toda la ciudad por debajo. Algunos túneles se conocían. Los de debajo de las murallas de las Puertas de Tierra y los dragaminas y pretiles del siglo XIX, y la nueva tecnología ha puesto al descubierto unos pasadizos de origen romano de entre 6 y 8 kms. que recorren la mayor parte del casco antiguo, y que en breve se podrán, además, visitar. Supongo que cuando los limpien de las colonias de cucarachas que los pueblan, que al parecer, son no numerosas, si no colosales. Los pocos que se han adentrado, temen mover el haz de luz de sus linternas porque el hacerlo las molesta y se te echan prácticamente encima. Y yo, con diez, once, doce, trece años, pretendía entrar ahí por propio pie!



Dichos pasadizos se extienden desde las Puertas de Tierra hasta la Alameda, se dice que eran túneles de conexión de las zonas nobles de la antigua Gades, utilizados por los más pudientes para evitar ser asaltados a la vuelta del circo o del teatro. Había, en adición, una leyenda mucho más enigmática que se oía por los colegios y que contaban los mismos profesores, aquella del crío que accidentalmente encontró un acceso a las cuevas y se adentró en ellas hasta perderse. Exhausto, muerto de hambre, llegó a una gran sala donde encontró a 12 moros, 12! jugando a las cartas. Según la leyenda estos pasadizos se utilizaron como medio de escape en la Guerra Civil, como seguridad en asedios piratas y como escondite de contrabandos y actividades de origen oscuro.

Y ha sido sólo hace relativamente poco, que Germán Gabarino, gerente de la empresa Monumentos a la Vista se hizo cargo de su investigación y tras contrastar diversos testimonios transmitidos de "boca en boca", descartó los falsos y las pistas le llevaron hasta la Iglesia de Santiago, a pocos pasos de la Catedral. Allí, en la cripta, existe una enorme puerta sellada con ladrillos y piedra ostionera que no conduce, ya, a ningún lugar. Pero Germán , con un plano fechado en 1837, en el que se reflejaban claramente los túneles, su emplazamiento y tamaño, los encontró al fin en 2004. Partiendo de las Puertas de Tierra, antiguas puertas de entrada a la ciudad, uno de los pasadizos lleva hasta el Arco de los Blancos, y de aquí, otro lleva hasta el puerto, aunque este en la actualidad parece hallarse inundado. Otros se dirigen hasta la Iglesia de Santiago y hacia el Convento de San Francisco y finalizan en la plaza de Argüelles, muy, muy cerquita de la Alameda. A partir de ahí se decidio utilizar tecnología y a traves de Geytex, una empresa especializada en tecnología subterránea, GEO-Radares y gavimetría, se estudió el subsuelo de Candelaria, la Plaza de la Catedral, la Plaza San Francisco y la Calle San Juán con resultados positivos.

Así que sólo me queda esperar. Tal vez la próxima vez que vaya a Cádiz estén abiertas, aunque sea un pequeño tramo, ése que dicen que abrirán en el Arco de los Blancos y en la Plaza de la Catedral, para cumplir un viejo sueño de la infancia. Soy afortunada, he cumplido muchos. He conocido a mi heroína de la infancia, Purita Campos. He visitado mi país favorito, Italia. He viajado mucho, he conocido a muchos de los llamados "famosos". Pero los sueños de la infancia, completar el curso de una leyenda, comprobar que es cierto, que nunca te mintieron tus mayores ni te contaban camelos, también es importante. Y esta vez, no necesitaré llevar una mochila con cordeles de azotea.

Foto de la Cueva: Julio Gonzalez.

domingo, 23 de diciembre de 2007

LAS VICISITUDES DE LA PURI

Hace un par de meses, un amigo de la web de MiPasado.com, Ruben "6 Neuronas", recomendaba el nuevo libro de Jordi de la Torre, La Vida en Rosa. Como ya tenía planeado ir a España a finales de Noviembre, me dije que ya lo buscaría en alguna librería. Antes de ello, sin embargo, me pasé por la editorial a leer gratuitamente los primeros capítulos del libro y me puse en contacto, también, con su autor, todo un encanto de persona, he de decir.
La Vida en Rosa es un libro muy ameno, con lenguaje sencillo pero cautivador, y con un tema muy en boga estos días: los reality shows.
La Puri es mucha Puri. Una noche está dando de mamar a su Fernandito de tres meses y a la semana siguiente está contando en la tele que la violaba un hermano que nunca existió. La culpa la tiene Blanca, ahora Bianca, una amiga de la infancia que viene, con tetas de silicona y vestuario de Dior, a refregarle su éxito por la cara. Y la Puri se mete en la rueda: el dinero fácil, la falta de escrúpulos, los “reality shows”, lo que haga falta. Y todo, con un canijo enganchado a la teta y una hermana autista que le hace de canguro. Manolo, su maridito, la quiere atada a la pata de la cama, pero Puri se escapa para deslizarse por el tobogán de los plató y los montajes de la prensa del corazón. Hasta que al final descubre la triste realidad de todos estos montajes..

El amigo 6 Neuras confesó haberse devorado el libro en pocos días. Yo, como soy una se­ñorita educada en colegio de monjas, decidí tomar el libro en pequeñas dosis por aquello de la dieta, pero eso sí, porque se lo merece, regadito con un buen caldo francés, ya que no pude encontrar un tinto español en condiciones.



En Madrid busqué el libro en Fnac y El Corte Inglés. No lo encontré, así que decidí probar suerte en Cádiz pero tampoco con éxito, por lo que de nuevo contacté al bueno de Jordi que me lo envió en dos días a casa, dedicado y rubricado, para que me acompañara durante mi convalescencia.

Os recomiendo este libro, os amenizará las tardes frías del invierno y es un buen regalo para Reyes.


Jordi de la Torre no es nuevo en el mundo literario, precisamente. Su primera novela, La distancia es / no es el olvido, se publicó en 2006. Jordi, natural de Badalona, es licenciado en Geografía e Historia, ha sido profesor de secundaria durante quince años y regidor de Cultura de la Roca del Vallés. Se define a sí mismo como un "escritor a domicilio" y un padre de tres niñas "irrepetibles".

¿A que esperáis...? A leer, energúmenos!

Baraja "Familias de 7 Paises"


Con la vuelta de la moda retro, la nostalgia ha hecho mella en muchos de nosotros, y no sé si es porque estoy en esa edad tonta pero maravillosa de la treintena , que los setenta y su nostalgia me han vuelto con fuerza. Muchos son los juguetes y muñecos que tuve que fueron a parar al cubo de la basura, y muchos/as los que como yo, añoran lo que ya no conservan de su infancia. Soy afortunada, tengo la mayoría de mis objetos más preciados, mis nancys, nenucos, barriguitas, mocosetes y demás, pero por el camino quedaron todos los complementos que venían con mis muñecos (cunitas, bañeritas, columpios, tacas-tacas y un largo etc.).
Algunos se pueden recuperar a traves de ebay u otros portales de pujas a precios que van desde lo asequible hasta lo completamente dispar. Otros, como la baraja de la que os hablo ahora, han sido reeditados, y ésta en concreto la pude encontrar en el Popland de Malasaña en Madrid.


No recuerdo haberla tenido personalmente, y no sé si la tuvo mi hermana o alguna amiga, pero sí he jugado con ella y sí que tuve muchas otros naipes similares, compañeros de juegos en el rellano o en el patio, amigo inseparable en playas y montañas, antes de la llegada indiscriminada de pequeños alienígenas portátiles con sonidos y tecnología punta.

La baraja original nació en 1965 y consistía en grupos de familias de diferentes razas (esquimales, mejicanos, bantúes, chinos, árabes, indios y tiroleses), y la diseñó J.Luis López Fernández. El jugador debía completar el mayor número de familias posible para ganar. La baraja que está a la venta ahora es una fiel reproducción de la original.

¿Y tú... La tuviste?

viernes, 21 de diciembre de 2007

MI VIDA EN CAMARAS...

Desde pequeña me sentí atraída por la fotografía, ese mágico mundillo encerrado dentro de una cajita metálica, que con solo apretar un diminuto botón, guardaba las imágenes en el tiempo. O como decían los nativos de las películas de Tarzán y similares, "la caja que robaba las almas". A mí, definitivamente, la cámara de fotos me robó la mía, y tardé muchos años en convertir una simple afición en algo más que tener una cámara en un cajón para las ocasiones especiales. No me dedico ya de modo profesional a ello, aunque lo hice durante un tiempo; me apasiona la fotografía gráfica, principalmente, y quizá en algún futuro post os enseñe algo de mi anterior trabajo, ya que ahora sólo hago fotografías para mí, ya no me molesto tanto en que sea una foto cuasi perfecta. La era digital me quitó las ilusiones.

Nací en el tiempo de la tecnología manual, cuando nos molestábamos en encerrarnos horas en un cuarto oscuro, abriendo carretes con un abridor de cerveza, enrollando rollos vírgenes, enganchando, en completa oscuridad, el negativo a revelar dentro de su contenedor. Dejándolo luego secar en el secador. El olor del laboratorio sobre la piel, ese que te llevabas a casa después de horas haciendo aparecer imágenes como por arte de magia sobre un papel en blanco...
Ahora todo se me hace como un polvo rápido, bum, bang, thank you ma'am.
En fin, en cualquier caso, también tiene sus ventajas, como el no tener que esperarme una semana para mostraros las fotos que deseo, en este caso precisamente las de las cámaras que me han acompañado desde que tengo dientes.

Esta perteneció a mi madre, es una Kodak, creo que de los años cincuenta, y solo admitía carretes en blanco y negro de 8 exposiciones, según dice mi madre, aunque yo creo que eran de doce. Cuando me empezó a picar el gusanillo, fue mi primera amiga.

 

Esta otra fue de mi padre y pocas veces la usé. No estoy segura si es de los sesenta o setenta y por aquel tiempo ya tenía la Werlisa, que no conservo, se puso de moda con las comuniones, a mí no me regalaron ninguna al no haberla hecho, y nunca he sido de quedarme sin un antojo, por lo que ahorré y recuerdo que me costó exactametne 1,400 ptas.


Salto en el tiempo, y tras la Minolta (reflex de carrete) que tampoco tengo ya, llegaría la Cannon EOS 5000 que me ayudó mucho en mis tiempos periodísticos y de la que me resistía a partir. La tengo bien guardada, con sus dos objetivos, éste y el 70-300, ambos en perfecto uso.




Mi primera incursión en la era digital. Esta Kodak se la regalé al guiri, es su primera cámara, y aunque yo seguía con la Canon, sí tenía que bajar las fotos al ordenador, las organizaba y demás.
Compacta y para niños de 5 años. No sabía yo como iban a casar la fotografía y el guiri...

Razón por la que al final, caí en las redes de la digitalización y acabé con esta Kodak un tanto mejor que la anterior, que aunque come pilas como una descosida, hace fotos de bastante calidad.

Y finalmente, el amor de mis amores, la Nikon D40, un look profesional a precio asequible, de lentes intercambiables y reflex. Digital, sí, pero hace fotos en la oscuridad. Fotografías con inteligencia, fácil de usar.




Hay gente que dice "Mi vida en fotos". La mía, en cámaras.

UN DIA CUALQUIERA (37º ALBANTA)


La cocina de la yaya Juana, un día cualquiera, no huele a gloria, ni a pan recién horneado, ni a ambrosía de los dioses. Huele a guisos caseros, a especias y a hierbabuena, aliñados con su voz cadenciosa que repasa los clásicos de las coplas más típicas del Corral de la Pacheca. Mientras Merceditas y yo jugamos a maquillar a las cabezonas que nos dejaron los Reyes pasados, el rumor lejano de una radio nos trae de vuelta al presente con canciones de Parchis, alejándonos de los tiempos oscuros de callejuelas estrechas en los que vivía la hija de Don Juan Alba. Es un día más de verano, y he venido a pasar un par de semanas en el cuartito de la abuela, donde me gusta dormir entre dos butacones y jugar sobe la alfombra con los taquitos de madera que un día fueron el "tente" de mi tío, allí en los años cincuenta, que me parecen tan lejanos y místicos. Todos duermen la siesta y la voz de Elena Francis me inunda en un sopor sólo interrumpido por los ronquidos temperamentales del abuelo. Cansada de los taquitos, los devuelvo a su bote de Colón de no-sé-cuantos kilos y preparo toda una batalla campal con mis "cawboys" de a peseta. Todos tienen caras inexpresivas del mismo color que el resto del cuerpo, y pronto me canso también. Tardes aburridas de un verano cualquiera en los setenta, aroma salubre del mar, viento de poniente y chicles bazoka.

Cuando Merceditas regresa de su siesta, salimos de nuevo al corredor para seguir jugando a ser mayor. Mientras, la abuela Juana sigue sus tareas en la cocina, ahora inmersa en la preparación de la cena y en poner otro terremoto de lavadora, cantando sin cesar aquello de... "Ay pena, penita pena... pena! Pena de mi corazón..." y poco a poco los ruidos rutinarios del inmueble vuelven a su normalidad.

La bruja de negro del fondo del corredor ha dejado a Azrael, la gata, suelta de nuevo, y se abanica con parsimonia desde la entrada de su casa, sentada en una silla sevillana de asiento de estuco y cuerpo de madera pintado de verde. De tanto en tanto nos manda callar cuando nos reimos demasiado alto. Nuestra jovialidad le impide concentrarse en sus pócimas, dice Merceditas entre dientes, y nos reimos con fuerza de nuevo. Azrael rechufla y salimos corriendo hacia el otro lado del corredor, inventando nuevos pasatiempos por el camino. De trapos hacemos vestidos, los taquitos de madera son churros envueltos en papel de periódico, usamos el maquillaje de las muñecas y los billetes del Monopoly son nuestra moneda de cambio.
Los días de verano se suceden calurosos, rápidos, demasiado tímidos a veces para quedarse un rato más y deleitarnos con unas horas de juegos que ya jamás volverán. Los días, unos detrás de otros, días cualquiera de nuestra infancia, de nuestra vida, se quedan atrás para no volver.

Continúo mirando esas fotos de la infancia y me vienen a la mente otras canciones, otros olores, otros recuerdos.

"Ah, como hemos cambiado..."

sábado, 15 de diciembre de 2007

EL TERROR MAS PROFUNDO (36 ALBANTA)

El terror mas profundo en mi vida seria estar encerrada en una habitacion sin salidas con mi madre, pero esa es otra historia. Me llamo Tatiana Morales y soy modelo. Me vendo a las pasarelas, las paginas de revistas de modas, a extra de pelicula, a reality shows y a presentaciones de todo tipo. Me acaban de llamar para participar en Fear Factor, un programa donde los concursantes se enfrentan a sus miedos mas profundos, con la complicidad de sus amigos. He visto el programa. Me haran comer insectos de cualquier clase, meterme en una urna con serpientes y probablemente saltar al vacio desde una avioneta o algo parecido. O encerrarme en un ataud. Esos son los miedos que mis amigos piensan que tengo, asi que puedo estar tranquila, nunca le he confesado a nadie el terror mas profundo que alberga mi corazon, por miedo a que se rian de mi. Si, soy un poco claustrofobica, pero lo tengo controlado mediante las tecnicas de respiracion, mantra y todo ese rollo que me ha explicado mi terapeuta.

He llegado al estudio y he tenido que firmar una verdadera pila de documentos desestimando la responsabilidad de los mandamases en caso de que algo salga mal. Luego me han llevado a maquillaje y se han grabado las primeras escenas, lo tipico, mis contrincantes, las reglas del juego, y las tres fases. No lo dije? En la primera convocatoria nos toca comer algo del todo repugnante, pero yo me trago sin ascos los crujientes bicharracos que pululan por mi plato, sea lo que sean. Probablemente es lo unico que pueda comer hoy, de todos modos. Anna Louise, antigua participante del Gran Hermano no ha podido con la prueba y ha quedado descalificada. Solo quedamos otros dos y yo. Estupendo. Pasamos a la segunda fase. Nos hacen entrar en habitaciones separadas a cada uno. La mia es diminuta, como una celda. Se cierra una puerta de hierro con estridencia a mis espaldas. No hay ventanas. Estoy tranquila, no me voy a asfixiar aqui. Se que entra suficiente aire por las rendijas de la puerta, todo esta en mi imaginacion, estoy sola y puedo superar esta tonteria con la cabeza bien alta. Hay camaras en cada rincon, si algo va mal, ellos me sacaran.

Ah, pero que es esto...? No estoy sola! En la oscuridad comienzo a percibir una sombra... Segun mis ojos se acostumbran a la negrura de mi espacio, distingo con mayor nitidez la figura... No, no puede ser... Como han podido saber?? No!! No, es producto de mi imaginacion! Cierro los ojos tratando de alejar la certeza de lo que he visto. Nadie, nadie en el mundo sabe de mi pavor a esto...
Abro los ojos en la penumbra. Una telaraña incoherente cubre mis ojos. Los restriego con los puños cerrados. Parpadeo.
No puedo respirar. Me ahogo. Me falta el aire. Me asfixio. ah... ah... Me falta el oxigeno. Mis pulmones fallan.Cierro los ojos de nuevo y trato de calmarme. Me ha ocurrido antes. Siempre es asi, ¿verdad? Si, lo se, me respondo a mi misma. Pero no es el sitio, es la compañia... Retrocedo unos pasos hasta tropezar con la pared y alli esta el, a pocos centimetros, mirandome acusadoramente como lo hace siempre. Me ahogo. Me mira con acritud, con ojos inquisidores como solo el lo sabe hacer, pero con su eterna sonrisa en el rostro. No dice nada. Nunca lo hace. No le hace falta. Sabe que eso me perturba.
Su mirada me sigue a donde quiera que vaya, no importa cuan lejos o rapido corra. Me sigue para atormentarme con su sola presencia aun no estando alli.
Ven aqui! Le grito con un dolor inmenso en el pecho. Ven aqui y arrancame la vida, extirpame el aliento como deseas hacerlo, pero dejame vivir, asienta mis fantasmas, ahuyenta el polvo de la maldad que te cubre. Las palabras no atraviesan la sequedad de mis labios y siento la punzada en el interior del pecho, la que va a acabar con mi vida. Apenas siento ya mis miembros laxos.

Han sabido encontrar lo que de verdad me aterra, han puesto ante mi la presencia del ser al que nunca he podido enfrentarme desde mi infancia: un payaso. Con su rostro maquillado pateticamente, la peluca de colores, el traje ancho y los zapatones gigantes. Se cierne sobre mi, riendo. Riendo... Me agarro el brazo izquierdo y cierro los ojos... Para siempre?.

viernes, 14 de diciembre de 2007

LIBRO DE ALBANTA: PROXIMA PUBLICACION



Para explicar a los profanos, Albanta es un grupo literario dentro de http://www.mipasado.com/, una de las mayores comunidades de blogs que ofrece otros muchos servicios, como la posiblilidad de encontrar a tus antiguos compis de clase tanto del colegio como del instituto o la Universidad.

Albanta surgio el pasado mes de Abril de la mente de Mr Jones, su nombre verdadero no importa, pero si decir que es un periodista joven afincado en Vigo que se autodefine como "Un hijoputa con suerte". La idea es sencilla: cada semana se plantea un tema sobre el que se debe escribir un relato de no mas de un folio de extension, y seran los participantes los que deberan votar con puntuacion de 6 a 2 puntos y cinco accesits de 1 punto al vencedor, quien eligira el tema a escribir a la semana siguiente.
Ejemplos de estos temas los teneis en otros posts en los que he incluido los relatos con los cuales he participado, desde la XXVII edicion, si no recuerdo mal, llegando a ganar una de las convocatorias, con el relato "La Ventana".

Pues bien, Albanta publica.



Desde hace unas semanas, se viene preparando lo que en principio surgio como una idea de recopilacion de los mejores relatos presentados a certamen cada semana. En su XXXVI edicion, Albanta ha visto a muchos aficcionados destripar temas de toda indole para formar historias que nos han cautivado de un modo u otro, dejando, semana tras semana, el legado nada facil de superarse a uno mismo, si no a los demas.
Es por este motivo, por no querer perder este legado colgado en las paginas virtuales de una magica red llamada internet que por iniciativa de algunos miembros de Albanta se ha decidido traspasar las mejores historias al papel, en un libro que recogera primero y segundos premios de cada certamen asi como una seleccion de dos relatos de cada participante habitual.

Aunque aun no hay precio definitivo para esta exclusiva publicacion, se estima que el coste por volumen seria de unos quince euros y estaria recien salido del horno a tiempo para regalar en estas festividades que ya tenemos encima. El libro esta a disposicion de todo aquel que lo desee previo aviso del numero de copias requeridas. Para ello, nada mas facil que pasarse por la pagina de Albanta y dejar mensaje en el blog destinado a ello.

Alli encontrareis tambien informacion sobre el proyecto en general y las candidaturas a portada, tres de las cuales aparecen mas arriba.
El regalo de estas Navidades: Libro de Albanta. Si has sido participante de Albanta con tus relatos y deseas ver alguno de ellos incluido en este libro, no dudes en acercarte a:

http://es.passado.com/groups/group.aspx?gid=194729

A mayor numero de copias, menor coste de estas. Un libro para el recuerdo, un regalo exclusivo para tu familia o tus amigos. Incluso puedes sorprender a un antiguo participante con un homenaje original y sin duda, emotivo.

lunes, 10 de diciembre de 2007

18 de Diciembre: Dia Nacional de la Esclerosis Multiple


Este 18 de Dieciembre se celebra el Dia Nacional de la Esclerosis Multiple, una enfermedad del sistema nervioso que a muchos puede sonar pero que muy pocos realmente conocen. Esta enfermedad, en nuestro pais, afecta a mas de 40.000 personas y hasta el momento, no tiene cura, aunque se sigue investigado dia a dia con la esperanza de, muy pronto, hallar la formula que evite el sufrimiento a tantos pacientes.

La Federacion Española para la Lucha Contra la Esclerosis Multiple lanza una nueva campaña este mes para la sensibilizacion sobre la enfermedad y difundir informacion sobre la misma, que afecta a personas, mas mujeres que hombres, de entre 19 y 40 años. Siendo una enfermedad del Sistema Nervioso Central, puede producir sintomas como fatiga constante, perdida de equilibrio, distorsiones visuales y cognitivas, dificultades en el habla, paralisis y dolor. La causa que produce esta enfermedad es desconocida, no es contagiosa ni hereditaria, y su curacion, como he dicho antes, aun no existe, aunque no es una enfermedad mortal.

Es la enfermedad neurologica mas comun tras la epilepsia, y la segunda causa de discapacidad entre adultos jovenes despues de los accidentes de trafico.

La enfermedad es tratable y es posible frenar su desarrollo y combatir los sintmas. Los metodos hoy en dia aprobados por la FDA y la EMEA son de tres interferones (Avonex, Betaferon y Rebif), un conjunto de polipeptidos (Copaxone), un inmunosupresor (Mitoxantrone) y un anticuerpo monoclonal llamado Natalizumab.

El objetivo de esta campaña de la Federacion de Esclerosis es, ante todo, informar."Estar bien informado puede ser muy util.", y con los carteles y folletos diseñados por Pura Campos, la autora de la exitosa serie Esther y su Mundo, se pretende no solo esto, si no anunciar una serie de eventos y actividades organizadas en torno a ello, como chocolatadas, jornadas, conferencias, etc. Informacion puntual sobre dichos eventos se pueden encontrar en la pagina web de la Fundacion: http://www.esclerosismultiple.com/

Sandra Fernandez, responsable de Comunicacion y Coordinacion de la Federacion Española para la Lucha conra la Esclerosis Multiple, llego a la asociacion casi por casualidad, gracias a un amigo cuya madre padecia esclerosis. Se involucro en la organizacion ayudando como voluntaria y ahora desempeña dicho puesto en la oficina de Madrid.

Se puede sr voluntario de muchisimias maneras, desde empresas ofreciendo camisetas, hasta creando diseños, repartiendo folletos, acompañando agrupos, organizando actividades, cualquier ayuda es bienvenida. Y cualquier voluntario es bienvenido.

Si estas interesado en ayudar y no sabes como, o requieres mayor informacion, o deseas ponerte en contacto con la Federacion, aqui tienes de nuevo la direccion:

http://www.esclerosismultiple.com/

Federacion Española para la Lucha Contra la Esclerosis Multiple

c/ Ponzano, 53 28003 Madrid

Tfn.: 91 441 01 59/ 91 399 24 92

Fax: 91 451 49 79

info@esclerosismultiple.com

Y creo que el relato de Vicky Navarro en el siguiente post da una buena idea de por que deberiamos ayudar. Cualquier idea que tengas sera bienvenida.

EL RINCON DEL COLABORADOR: Mi Esclerosis


En preparacion de un articulo sobre la Esclerosis Multiple, con motivo del dia 18 de Diciembre para la concienciacion sobre la enfermedad, os dejo aqui el valiente relato de una chica que padece dicha enfermedad, un ejemplo para todos y cada uno de nosotros que no sabemos valorar ni la salud que tenemos. Gracias, Vicky.


Me la diagnosticaron con 23 años y, al igual que le ocurre a muchas personas, no tenía ni idea de qué se trataba. Incluso pensé que era enfermedad de los huesos y que afectaba sólo a las personas mayores. ¡Cuál fue mi sorpresa cuando me dijeron que la edad media de afectación era entre los 19 y 40 años de edad! ¡Y que de los huesos nada, si no que era un fallo de mi sistema inmunológico que hacía que mis defensas no reconocieran a la mielina, sustancia que recubre los nervios, y por tanto la atacaban para destruirla al considerarla como extraña (al igual que puede suceder en ocasiones en trasplantes de órganos).

Los primeros síntomas fueron que toda la pierna izquierda me quemaba muchísimo. Para daros una idea, iba andando descalza por casa y notaba como si con el pie izquierdo estuviera pisando partes del suelo por donde pasan los tubos de la calefacción. Pasados unos días, esa sensación desapareció para, unos 10 días después, volver a aparecer pero esta vez con mayor intensidad y ¡ya no sólo en la pierna! sino también en todo el lado izquierdo (tronco, pecho, espalda, brazo...). Igualmente, se añadieron otros síntomas: parestesias (que es como cuando se te duerme un brazo, pie o pierna... sólo que en el caso de la esclerosis múltiple es continuo, es decir, no desaparece al mover los músculos) y, una sensación muy extraña como era la de tener una faja que me apretaba fuertemente alrededor de la cintura.

Para hallar el diagnóstico exacto, aunque los médicos intuían que era esclerosis múltiple, (a mí no me decían nada al principio), me hospitalizaron durante 19 días y ¡me hicieron muchísimas pruebas! como, por ejemplo, análisis, pruebas de motricidad y ¡una punción lumbar! (algo muy doloroso); esto último para determinar el estado inmunoglobulina en el líquido cefaloraquídeo. Al final, salí de allí con un diagnóstico: Esclerosis Múltiple. Como ya he comentado, esta enfermedad era totalmente desconocida para mí y mi entorno. Al salir del hospital, y tras el tratamiento con bolos de corticoides de 1 gramo diario durante 14 días (así se me puso la cara de hermosa, ja,ja) y la correspondiente rehabilitación con fisioterapeutas me puse en contacto con la Asociación de Esclerosis Múltiple de Albacete y allí conocí a otros enfermos que me facilitaron información sobre la enfermedad.

Las espectativas de recuperación y de un futuro halagüeño no eran muy alentadoras pues el brote había sido severo a nivel sensitivo de manera que me dejó muy afectado todo el lado izquierdo de mi cuerpo. Como anécdota os contaré que la neuróloga comentó: "Bueno, Vickyn a pesar de todo no hemos tenido tan mala suerte, pues es el lado izquierdo y no el derecho". Ante lo cual respondí: "Qué bien, teniendo en cuenta que soy zurda,..." La neuróloga se quedó pálida pero yo la tranquilicé echándome a reir pues siempre he sido una persona con muy buen humor y tampoco me amedrentó demasiado el hecho de que me hubiera afectado más a mi lado izquierdo. ¡Ya aprendería a usar mejor el derecho...

Por aquellos tiempos, hace 10 años, me encontraba en 3º de carrera: no podía escribir de manera que a las clases de la facultad iba de oyente y luego pedía los apuntes a algunos compañeros quienes se portaron conmigo extraordinariamente bien. Por su parte, para hacer los exámenes, solicité a cada uno de los profesores poder realizarlos de forma oral. Así, durante mis últimos años universitarios, hice mis exámenes orales (por supuesto en las mismas fechas que el resto de mis compañeros) en los diferentes departamentos. Como seguía estudiando con las mismas ganas, no suspendí ningún exámen y la media de las nota se mantuvo igual (notable/sobresaliente y, alguna que otra matrícula de honor; empollona que es una ¡y no veas para interpretar en muchas ocasiones la letra de mis compañeros, ja,ja).

Cuando finalicé la carrera me matriculé en los cursos de doctorado por Historia del Arte en la Facultad de Letras de Ciudad Real y, durante el segundo año, apareció un nuevo brote (estuve dos años y medio sin ninguno desde el diagnóstico y mi recuperación fue asombrosamente buena) pero esta vez facial: ¡se me paralizó el lado izquierdo de la cara y músculos del cuello! ¡No podía tragar alimentos sólidos y ni se me entendía cuando hablaba! Días después apareció, además, la denominada diplopia, esto es, visión doble ¡Increíble, ahí si que vi la vida en "realidad virtual", ja,ja! Yo notaba que mi familia y mis amigos estaban desconsolados a pesar de que trataban de disimular y yo, por mi parte, hacía bromas continuamente sobre el tema ¡aún cuando tenía que ingerir sorbiendo líquidos con pajitas intentaba poner todo de mi parte!

Tras ese brote y los correspondientes bolos de corticoides de 1 gramo durante 14 días (que hacen que disminuyan los síntomas pero no reparan los daños neuronales que se han producido), los neurólogos decidieron que debía medicarme con el llamado INTERFERON BETA-1A que, aunque no cura la enfermedad, si espacia los brotes y eso significa ganar tiempo a la enfermedad y aumentar las posibilidades de llegar a un remedio efectivo que aporte la ciencia a medio/ largo plazo. Para medicarme me dieron dos opciones a elegir: o el método antiguo (pincharme día sí día no) o el nuevo INTERFERON que consistía en una inyección intramuscular a la semana. ¿Cuál era la pega? Pues que el nuevo tratamiento acababa de llegar a Europa, y por ende a España, y se tenían muy pocas referencias sobre su efecto a largo plazo en los pacientes.
La verdad es que no me lo pensé mucho: quería medicarme con el nuevo medicamento pues no deseaba ver limitada mi vida pinchándome día sí día no con el sistema antiguo. De esta manera, tengo el orgullo de ser la primera persona en Castilla-La Mancha que se puso este tipo de INTERFERON. En algo tenía que ser la primera en mi vida, ja, ja.

Comencé a pincharme los viernes pues los efectos secundarios del INTERFERON son tremendos: síndrome pseudogripal, dolor de articulaciones, cabeza, mareos, náuseas, vómitos,... Así, pasaba los sábados en mi casa, el domingo me recuperaba definitivamente y de este modo no interfería en mi vida normal. Todos esos síntomas los padecí, pero de entre todos ellos hubo uno mucho peor: tuve una terrible depresión. La esclerosis múltiple viene acompañada de depresiones dado que el sistema inmunológico ataca el Sistema Central Nervioso y a este hecho hay que añadir que la medicación también pone de su parte. Yo sabía que otros enfermos habían suspendido medicarse porque con el tiempo habían tenido intentos de suicidio pero yo pensaba que eso no me pasaría a mí, que yo era muy fuerte. Fue un proceso paulatino y tras percatarme de mi estado anímico solicité la toma y receta de antidepresivos pues en ningún caso deseaba dejar de medicarme pues era (y es) una de mis pocas esperanzas para luchar contra "mi amiga" esclerosis.

Hasta hace escaso tiempo no he salido de mi terrible depresión pero actualmente estoy preparándome la oposición de Geografía e Historia para la Enseñanza Secundaria, voy a clases de inglés, doy yo clases particulares a niños, vivo con mi pareja y mi perrita, hago una vida normal pues estoy muy bien (mis limitaciones físicas ya procuro controlarlas) y ¡cómo no! sigo medicándome los viernes y a veces tengo alguno de los síntomas mencionados pero la depresión ¡está bajo control! He vuelto a tener ganas de vivir, de hacer cosas, de volver a estudiar,... Y ya no sólo por mí sino también por las personas de mi alrededor (familiares, amigos, compañeros de clase,...) que me ayudan mucho y, asimismo, han visto mi tozudez contra esta enfermedad. ¡Y así seguiré! A todo ello se una el hecho, además, de que he recuperado mi buen humor y la perspectiva positiva de la vida.

Hoy tengo 33 años pero siento que he vivido 100, con todo lo bueno y lo malo que puede aportar una experiencia así. Puedo asegurar que la Esclerosis Múltiple no podrá conmigo, al menos mentalmente y si físicamente llego a estar impedida, como les digo a algunos de mis amigos: "A mí no me dejéis en mi casa. Váis a a por mí y me sacáis a la calle". Y sé que cuento con muchas buenas personas que lo harían si llega el caso.
Algo que no quierdo dejar de mencionar es el hecho de que, a pesar de que daría cualquier cosa por librarme de esta enfermedad tan cruel e incierta en su evolución, " mi amiga" esclerosis múltiple que hace que a veces no tenga fuerzas físicas para hacer nada y que me acompaña en todo lo que hago, me ha hecho ser mejor persona: sé ponerme perfectamente en el lugar de los demás con una gran empatía, sólo deseo lo mejor para todos (conocidos o no) y, ante todo y sobre todo, con el paso de los años la enfermedad me ha regalado un aspecto humano muy importante para mí: una extrema sensibilidad ante los más duros acontecimientos que hace de mí, al mismo tiempo, una persona muy fuerte psicológicamente (con sus más y sus menos como cualquier persona) que sabe estar cuando la necesitan y que aprecia las cosas más sencillas de la vida como disfrutar de la compañía de familiares, amigos y compañeros, intentando trasmitirles alegría y cordialidad pues yo sé bien que lo más importante en esta vida es el cariño hacia los demás. Nunca he sido una persona religiosa y ahora tampoco lo soy pero mi única creencia consiste en el buen hacer de los demás y en el mío propio con el fin de construir un mundo mejor en el que convivamos y pasemos nuestra existencia lo más feliz posible.


Vicky Navarro Moreno (Albacete)


viernes, 7 de diciembre de 2007

LA ULTIMA VEZ (35 ALBANTA)


Cerré la puerta a mis espaldas, con los ojos cerrados, sintiendo en la palma de mi mano el rugoso tacto de la madera tosca repintada tantas veces. No volví la mirada una última vez mientras iba bajando los escalones despacio, ni me deleité en contemplar el hermoso mural de la entrada del edificio que representaba a un fauno alado. No miré por última vez el portal de cristal labrado, ni la calle que me alejaba inevitablemente de un lustro de vida miserable y torturas del alma.
Si te quise alguna vez, no lo sé, no lo recuerdo, pero dejé tu cuerpo en el lecho entre las sábanas que arrugamos hace meses por última vez, y sólo porque habías bebido de más y te apetecía alegrar el cuerpo, sin contar con mis sentimientos o el dolor que me causabas. Por última vez permití que las lágrimas corrieran por un rostro surcado de cicatrices tan invisibles como las heridas que tus palabras ponzoñosas infligían a mi corazón.
Te diste cuenta demasiado tarde de que habías acabado con mi paciencia, de que todo ser humano tiene un límite y tú hacía ya tiempo que habías sobrepasado el mío. La primera vez que te ví, me pareciste apolíneo como un príncipe, la última eras sólo un cuerpo roto y patético, sombra ridícula de la persona que jamás llegaste a ser, víctima de tus propias frustraciones.
Cociné para tí anoche por última vez, con el mismo cariño que lo hice la primera, o quiza con más, porque sabía que, como un condenado en el pasillo de la muerte, esta sería la última cena que te serviría en la vajilla de Limoges que nos regaló tu madre el día de nuestra boda.
Ahora me alejo camino de la estación para no volver la vista atrás, rumbo a cualquier vida mejor que la que tuve a tu lado. Ya no tendré que tomar más valium, ni lavar mis penas en silencio por temor a tus represalias. Las cápsulas se disolvieron perfectamente con la salsa de churrasco que tanto te gusta. Lo disfrutaste, Mariano, lo sé. Lo pude ver en tus ojos vidriosos, mezcla de alcohol y calmante, anoche, cuando los cerraste por fin. Cuando te fuiste a la cama tambaleándote por última vez. No me llevo nada, Mariano. Sólo el recuerdo de lo que pudo ser y no fué y una maleta con la poca ropa que me compré en el escaso quinquenio que estuvimos juntos. No me llevo nada Mariano. Me alejo en silencio por última vez.