viernes, 25 de febrero de 2011

El hombre menos romántico de Irlanda



Me sorprendió escuchar esta noticia en la radio y posteriormente leerla en la prensa escrita. Altos directivos de Turismo de Chipre decidieron "premiar" al hombre menos romántico de la isla con una semanita en... la otra soleada isla para intentar "cambiarle", y para ello crearon el concurso "The Most Unromantic Man".
Y he aquí a los finalistas:
                                                        

Anthony Doyle, de 35 años, de Dublín. Olvidó el cumpleaños de su novia durante dos años consecutivos. Para tratar de solucionarlo, se le ocurrió la feliz idea de comprarle una batería para el coche como regalo de Navidad... naturalmente su novia, Jana Langova, lo ha nominado.


Eugene Sheppard, de 49 años, procedente de Kilkenny. Eugene le dijo a su mujer que por Navidad le iba a hacer un regalo de los que duran eternamente... Ella pensó en diamantes.... él le regaló una parcelita en el cementerio, oigan, que cuesta su dinerito reservar el lugar de descanso eterno... Naturalmente lo ha nominado su esposa, Bernie Sheppard.

                                                      

Michael Kidd tiene 24 años y es de Dublin. Su prometida, Karen Alves le ha nominado porque... tiene las ideas claras. Michael nunca, jamás, comprará una tarjeta o flores, ni para felicitar un cumpleaños ni para una boda. Tampoco, dijo, para el funeral de su prometida...

                                                      

Nominado por su mujer Christa, Niall Dilon, de 30 años y natural del Condado de Westmeath, decidió darle una sorpresa a la misma y llevarla a comer el Día de San Valentín. El lugar elegido: una feria de ganado. El manjar: un bocata de salchichas. Cuando se pone malito, el muchacho carga todas las labores de su granja sobre los hombros de su media naranja...

                                                      

Y por último, Tim Stakelum, de aquí mismito, de Limerick, de 50 añicos, nominado por su novia Debbie Ogilvie, que está convencido, y así lo discute con sus amigos todos los días en el bar, de que el amor no es más que una conspiración que se ha inventado Hollywood y por la que caen todas las mujeres...

En mi opinión, el que compró la tumba debía llevarse el premio.

Esto em ha hecho recordar que el gesto más "unromantic" que alguien jamás tuvo conmigo, fue un noviete o follamigo que tuve poco antes de comenzar mi relación con el guiri. De hecho ya convivíamos en la misma casa. Mi noviete llegó a verme el día de cumpleaños, tras haberme dicho por teléfono que me traía un regalo... Y se coló en casa con una hamburguesa de Supermack's. Como yo ya había cenado, se la comió el guiri, que siempre ha tenido un buen apetito...

¿Y a vosotras...? ¿Os han regalado algo tan poco romántico...? ¿O a vosotros?

Por cierto, si queréis votar por un ganador, solo tenéis que hacer click en el "me gusta" bajo las fotos de los candidatos, en la página web del concurso:

http://mostunromanticman.ie/#three

martes, 22 de febrero de 2011

Casa vacía


La casa parece vacía sin tí. Crujen las maderas del suelo con los pasos que no das. Se llena el silencio de pena sin el sonido de tu voz. Añoran las paredes el reflejo de tu sombra.
Sí, la casa parece desierta, abandonada, desolada, desde que no estás. Aunque estás. Claro que estás. Todo me recuerda a tí...
Estás en quella mancha de sangre, mi sangre, que llegó a aquel rincón del empapelado junto a la ventana, del día en que me golpeaste por última vez...
Estás en aquellos arañazos tras la puerta del desván, dejados por mis uñas mientras suplicaba que me dejases ir... una de tantas veces.
Estás en aquella almohada aún húmeda por las lágrimas derramadas mientras soñaba que me querías.

La casa está vacía sin tí.

No había sitio para los dos, Gregorio. Por eso ahora descansas en el jardín, bajo los rosales que tanto odiabas desde que te clavaste una espina tratando de destruir la única alegría de mi vida.
Hay silencio, hay claridad. La casa está vacía... pero llena de vida: la mía.

domingo, 20 de febrero de 2011

ODIO LOS DOMINGOS

No sé si soy la única o si le sucede a más gente. Odio los Domingos con saña. Antes eran sinónimos de dormir hasta las tantas, pero eso ya lo hago los Sábados y algún que otro día a la semana si no tengo que trabajar. Además, me doy cuenta de que con los años, es cierto eso de que se duerme menos.
Yo siempre he sido una zángana, una marmota consagrada a las sábanas. En casa, cuando vivía con mis padres, me tenía que despertar mi madre porque siempre le molestó el excesivo tiempo en la cama. Después, ya emancipada y con mi ex, no había descanso los sábados, y a veces ni los Domingos, hasta que le convencí tras muchas discusiones de que eso de ir a misa no estaba hecho para mí por más que él me obligase. Si, mi exquerido exesposo era un beato. De los convencidos, además, de esos de no predicar con la palabra sino con el puño.
Posteriormente, en mis tiempos de Au Pair, la madre de familia se sosprendía de que un Domingo pudiera dormir sin despertarme hasta las tres de la tarde. Bueno, lo de "sin despertarme" era un decir, porque entre la algarabía de los niños que a las 7am ya estaban dando por culo (en mi casa nunca nos dejaban levantarnos, como mínimo hasta las 10am y nada de hacer ruido, aunque no hacía falta, tanto mi hermana como yo éramos unas zánganas), y el repicar de las campanas de las iglesias cercanas (aquí las campanas repican a misa musicalmente a las 12 en punto, llueva, truene o haga sol), me despertaba varias veces, lo que contribuía a que alargase mi tiempo en la cama "un poquito más". A día de hoy las campanas no me inmutan, es más, creo que me despertaría alarmada si no las oigo. En realidad, ya no las oigo, me he acostumbrado tanto a su lejano tañir... pero mi primer Domingo aquí fue especialmente exitante: no sabía si repicaban a muerto o si era algún tipo de alarma, como en los pueblos medievales y estabamos a punto de ser atacados por vikingos.
En fin, a lo que iba. ¿Veis por qué odio los Domingos? Me vuelvo completamente espesa... el caso es que yo siempre he sido de dormir mucho. De llegar el fin de semana tras cinco días de trabajo y madrugones y ni siquiera ver la luz del sol porque me he metido en la cama a eso de las dos de la mañana y me he despertado a las cuatro o las cinco de la tarde, de nuevo de noche. Y ya desde hace unos años, mis horarios de encamada se han visto recortados poco a poco... y ahora, los Domingos, si he de trabajar el Lunes, no puedo estar en cama más de las once de la mañana, porque de lo contrario, no hay quien me haga dormir de noche... y el Lunes aparezco por la oficina con las pestañas a la altura de los tobillos y barriendo el suelo.
La razón, como digo, no es que sea el preludio de un lunes laboral. La verdad es que no suelo trabajar los lunes. Es pereza dominical incitada, tal vez, por el cambio de sonidos. Creo que la calle no suena igual, ni aquí, ni en Cádiz ni en ningún sitio. Me aburro un Domingo aunque esté de vacaciones tumbada en la playa. La prensa no es la misma. Los programas de televisión tampoco, pero esto me da igual porque apenas veo televisión.
Probablemente los Domingos, excepto leer el News of the World que solo se edita en este día, hago lo mismo de siempre: desayunar delante del ordenador (si desayuno), leer mi correo, algún blog, la prensa del día (Diario de Cádiz, El País, Irish Independent), y luego dedicarme a lo que sea (de mis hobbies, digo), pero no lo hago con la misma pasión, no dedico todo lo de mí que debería. Hago todo de manera cansina... por inercia... por puro aburrimiento.
Estos días estoy enfrascada en el montaje de la Revista Foroesther de Marzo, que verá la luz en un par de semanas... pero los Domingos no me sabe igual, mira tú por donde.
Eso sí, tenía pendiente subir aquí una foto que me recuerda a los Domingos con soniquete futbolero en mi Cádiz natal. No es el Cádiz, claro, no es el Trofeo Carranza que hace años que ni olemos, es algo mucho mejor, donde vamos a parar...!!

Es una foto de mi amigo y currante de la tele local de Cai, Eduardo, sosteniendo la Copa Mundial que estos días ha estado "de tour" por nuestras tierras. Y tiene ese sabor incomparable de Dominguitos de terracita a pie de playa, de pescaito frito y cerveza fresquita...

viernes, 18 de febrero de 2011

3096 Días

El lunes pasado, por puro impulso, compré el libro escrito (con la ayuda de dos escritores) por Natascha Kampusch, famosa de la noche a la mañana por escapar de su captor tras ocho años de secuestro en un suburbio de Viena hace ya cuatro años.
Había leido sobre la publicación del mismo en una entrevista hace algo más de un mes publicada por El País, y no estaba segura de si llegaría a comprármelo. Pero cuando lo vi ante mí, la curiosidad pudo más. Me lo he leído en tres noches.
No es un libro morbosos. Es un relato bastante clínico -dadas las circunstancias-, desde el alma de su protagonista. Si esperamos episodios extremadamente violentos -que los hay, pero están muy bien llevados-, no los encontraremos, como no hallaremos ninguna referencia a cualquier tipo de episodio sexual entre Natascha y Wolfgang Priklopil. Ella misma dice que no está dispuesta a hablar de la única intimidad que prefiere guardar para sí.

Reconozco que empecé a leer el libro con mucha desconfianza porque en la primera página te encuentras un mensaje avisándote de que al final de cada capítulo encontrarás un código en 2-D y que llamando a cierto teléfono, te pasarán un programa de descarga y así cada vez que escanees dichos códigos, tendrás acceso a fotos exclusivas y no sé qué más tonterías. Y que si quieres, además, puedes escribirle para pedirle una tarjeta autografiada. La cara se me quedó parodiando una hemiplejia y sólo se me ocurrió decir... WTF...???

Ha sido mucho sobre lo que se ha escrito sobre Natascha, y ella misma en un momento de su narración, asegura que su mayor temor era ser rechazada si lograba escapar, como le sucedió a otra compatriota, que tras escapar de sus abductores, fue atacada crueldemente por los medios y en el mismo tribunal que juzgaba a sus captores. Y en parte, sus temores se convirtieron en realidad porque como ella misma dice, de la noche a la mañana se convirtió en una celebridad.
Muchos, imagino, la recriminarán por ahora tratar de "¿lucrarse?" con este libro, pero, honestamente... si ha vivido para contarlo... ¿por qué no hacerlo? Después de todo, perdió ochoc años de su vida, ocho años en los que fue abusada y maltratada, en los que no tuvo una infancia ni una adolescencia normal y a su salida no tenía ni oficio ni beneficio.
Al principio del libro se nota un gran resentimiento hacia su familia inmediata, sobre todo hacia su madre. Esto contribuiría a que luego, cuando Wolfgang le asegurara que fuera no había nadie esperándola, que nadie la quería y que sus padres simplemente habían estado bien contentos de librarse de ella, lo creyera. Si, echaba de menos a su madre. Y ese rencor se convierte en culpabilidad. Después de todo, el día de su desaparición se había marchado sin siquiera despedirse de su madre...
Sus inseguridades con respecto a su cuerpo (era una niña gordita), con respecto a sus relaciones familiares y, en fin, todas las inseguridades que una niña preadolescente pueda sentir, contribuyeron, sin embargo, a su supervivencia. Su captor trató de subyugarla de muchas maneras, de lavarle el cerebro, y ella sobrevivió por su cabezonería a la hora de decididr que no haría ciertas cosas que le eran exigidas.

Natascha resiente el hecho de que le digan que sufre del síndrome de Estocolmo. Odiaba a Priklopil con pasión, pero a la vez defiende el hecho de que era la única persona a la que tuvo a su lado durante ocho años, el único contacto humano. Y defiende, también, el escribir el libro, el contar de una vez por todas lo sucedido, a la vez como terapia para cerrar una época oscura y como medio de acallar los rumores, las presiones de la prensa y las preguntas de los curiosos.

Y a pesar de mis reticencias iniciales, lo he devorado en unos días porque aunque ya se conoce el final, quieres saber más de esa gran fuerza de voluntad que -a pesar dde haber intentado suicidarse varias veces- la permitía seguir viviendo día a día. La historia de una superviviente. Y ojalá muchas otras víctimas hubieran  tenido la oportunidad de poder contarlo.

martes, 15 de febrero de 2011

London Calling

¡Terminado! y como es habitual a falta de lavar y planchar. Además he tenido la feliz idea de comprarme una bata nueva, muy calentita, de color rojo... que va dejando pelusa por todas partes a pesar de haberla metido en la lavadora dos veces a ver si cesaba de dejar más pelo que un perro de lanas...



Y ya comenzado el nuevo proyecto. Se trata de 12 imágenes (una para cada mes del año), que venían en una Agenda que me regalaron en Enero. Como cada una no es demasiado grande, las estoy haciendo en filas de a tres en una misma tela, con intención de que adorne la pared del cuarto de baño (minus pelusa).

lunes, 14 de febrero de 2011

Cita Importante un 14 de Febrero

Cada año organizamos en el Foro de Esther un concurso de relatos de San Valentín. el año pasado lo ganó Geno (del blog Sube a mi Nube y Estheriana gijonesa, para los que no sepan de qué va la cosa), y por tanto en ella recaía la labor de organizarlo este año. En el último minuto me decidí a participar aunque los que me conocéis, bien sabéis que no me va el rollo vomitivo de color rosa y corazoncitos elevándose al cielo. 
Este año, además, Geno cambiaba levemente las reglas, para variar de la monotonía, y aunque el tema era San Valentín, el principio (aquí de color rojo intenso), era igual para el comienzo de cada relato.
Este es el mío con el que he conseguido el primer premio a medias con Susana Riesgo que escribió un precioso relato que merecía ganar exclusivamente. Pero los votos así lo han querido y ambas compartimos podium amigablemente. Eso sí, el trabajo de organizar el próximo concurso es todo suyo, XDDD.

Esther volvió a mirarse al espejo por enésima vez. Revisó su cabello, el maquillaje discreto y el vestido nuevo (definitivamente aquel color malva le favorecía).
Comprobó nerviosa el interior de su bolso. Quería llevar todo lo que pudiera necesitar, para que nada estropease su cita. Su ansiada cita. Tanto tiempo esperando y por fin había llegado el día, nada menos que en San Valentín. Aquello era una señal del cielo, sin duda.
Oyó cómo sonaba el timbre de la puerta, los pasos de su madre que se dirigía hacia su habitación y giraba el pomo…
-Esther querida, ¿estás lista? Vienen a recogerte.
-Ya voy mamá –echó un último vistazo al espejo y decidió que le gustaba lo que veía. Abandonó la habitación.

-Mamá, sé que Patty ya es mayorcita, pero no quería dejarla completamente sola. Gracias por venir.
-Ni lo menciones. Vamos, vete. Nos divertiremos las dos toda la tarde viendo esa nueva serie de la
BBC, la de los zombies que tanto gustan a tu hija. Me ha dicho no-sé-qué de un screaming por Internet…Esther evitó una carcajada, y aferrando el abrigo del perchero al vuelo, salió al jardín.
El taxi esperaba fuera. Subió a la parte posterior y sonrió al taxista.
-Al hospital de Saint Vincent, por favor –murmuró. Durante el breve trayecto, Esther pensó que la vida no era más que un compendio de casualidades y hechos mezclados como en el bombo de un bingo. Habían transcurrido años desde que… bueno, no merecía siquiera la pena pensar de ello. Las circunstancias habían hecho que las cosas no salieran como había pensado, pero hoy, un catorce de Febrero, podrían cambiar para siempre.
Entró en el hospital con decisión, a pesar del temblor que sacudía sus manos y el palpitar casi furioso de su corazón. Tomó el ascensor a la tercera planta y recorrió los desiertos pasillos sin notar el olor aséptico del que generalmente se quejaban pacientes y visitantes. Su olfato ya estaba acostumbrado. Se detuvo ante el mostrador de enfermeras y sonrió.
-Buenas tardes, tengo una cita con el Doctor MacPherson –apenas acababa de preguntar por él, la puerta de la consulta tras el mostrador se abrió y un hombre alto y atlético le sonrió bajo su mostacho gris y la invitó a pasar.
-Señora Lucas, un placer volver a verla. ¿Cómo se encuentra?
-Ne-nerviosa, lo confieso – se atusó un mechón rebelde y tomó asiento ante el escritorio de madera de nogal. Andrew McPherson rodeó la mesa y se dejó caer sobre su sillón de cuero negro.
-No quisiera ser indiscreto, ¿pero por qué ha esperado tantos años para solicitar estos análisis? Por lo general…
-Doctor, sé que es extraño, pero hubo un tiempo en el que era feliz con lo que mi parecer me dictaba. Sin embargo no creo que sea justo para las partes implicadas, y creo que es hora de conocer la verdad. Esta noche… esta noche tengo una cita importante. La segunda importante en el día tras ésta, vaya. Y creo que es hora de desvelar la verdad. Esa verdad que ni yo misma me atrevo a conjeturar.
-Los resultados son totalmente concluyentes. No hay duda de que… pero vea, vea por sí misma. ¿Quiere que la deje sola unos minutos?
-Sí, por favor… -musitó. Agradecía el maquillaje que ocultaba en aquel momento su palidez. Andrew MacPherson deslizó una simple hoja de papel frente a ella y salió de la consulta. Era lógico que se preguntara por qué a su edad y después de casi catorce años había acudido a la clínica a buscar respuesta a sus dudas, esas que ni ella misma había sido capaz de desentrañar haciendo unas simples cuentas, pero la verdad no era fácil. ¿Se la estaba negando a sí misma? ¿Tenía derecho a negársela a su hija?
El tiempo… el tiempo era vital para todo. Lo había sido en el pasado cuando su corazón a caballo entre la ingenuidad y la pasión la habían hecho dudar del amor de un hombre y entregarse a los brazos de otro en pocos días. No era la historia de una traición ni mucho menos. Ni siquiera de un error. Simplemente, una historia más en su vida cuyo fruto había sido una preciosa niña.
Sus dedos temblorosos recogieron los resultados del test de paternidad. Lo releyó dos veces. Tres. La respuesta era clara. Sus ojos se llenaron de lágrimas. Al fin la certeza. Al fin estaba segura.
Sacó del bolso el pequeño espejo y un pañuelito de papel y se aseguró de que de pronto no se convertiría en la doble de Morticia Adams con el rimmel corriendo libremente por sus mejillas. Recompuso su aspecto y acalló sus emociones.
Ahora tenía la respuesta en sus manos… y su cita de San Valentín esa noche para confesar la verdad. Ahora ya sabía de cierto… quién era el padre de Patty.




sábado, 12 de febrero de 2011

Lo que Irlanda llevará a Eurovisión...

No contentos con enviar a un pavo al Festival de Eurovisión de hace unos años... este año Irlanda enviará a dos.
Jedward es el duo compuesto por John y Edward Grimes, que concursaron hace un par de años en el X Factor, programa "cazatalentos" de la televisión británica. A pesar de no saber cantar, y de padecer de hiperactividad constante, quedaron sextos en el concurso. Y a los niños y adolescentes les vuelve locos. Empero, su único "talento" es ser increiblemente cansinos y pesados.




Anoche, en un programa de television nacional que lleva años en la parrilla prime-time de los viernes noches, se eligió la canción que representaría a Irlanda en el próximo Festival en Düsseldorf. Cinco grupos/solistas aspiraban a ellos, algunos con temas de una calidad increible. Pero no... tuvieron que escoger a este par de pavos desplumados.
sigo pensando que todo el cotarro no fue más que un TONGO tremendo. Pero no os preocupéis. Para representar al país aún tienen que clasificarse, y no pasarán de ahí... ¡por Dios!
Los otros aspirantes fueron Don Mescall, Bling, The Vard Sisters y Nikki Kavanagh, esta última quedó en segundo lugar tras las votaciones conjuntas de un jurado diseminado por varias ciudades de la Isla y el voto del público. Mi favorito era Don Mescall:



Y la que quedó en segundo lugar (iba ganando con el voto de los jueces, pero pedió con el voto del público (en qué puñetas está pensando la gente), por dos puntos:




Me pregunto qué se siente cuando siendo un cantante de calidad y cierta reputación se pierde frente a unos niñatos con el pelo engominado en alto que ni siquiera saben cantar...

miércoles, 9 de febrero de 2011

LAS TORRES DE SEVILLANA

Preguntaba Coilet en este post si las torres no desentonaban con el entorno paisajístico. Naturalmente para mí, criada prácticamente bajo su sombra, no me lo parece.
Las Torres de Sevillana o también conocidas como Torres de Cádiz son dos: la de Puntales, situada en la ciudad en el barrio del mismo nombre, y la de Matagorda situada en Puerto Real. El cableado que las une cruza la bahía por medio de dos líneas trifásicas de 132 kV.
La de Puntales mide 156 metros de altura y la de Matagorda, que podría parecer mas pequeña, se eleva a 160 metros del suelo.
Tiene forma troncocónica con un mástil hueco con perfil curvo construido con piezas metálicas galvanizadas. La cúspide mide seis metros de diámetro y la base es de 20.70m., descansando sobre un basamento de hormigón armado y precomprimido. Las coronan un travesaño romboidal que son los que sostienen los cables de alta tensión.

El colegio donde realicé la EGB se encuentra en el barrio de Puntales, auspiciado por esa torre que de pequeñas casi todas asegurábamos haber subido (¡todas teníamos un tío que trabajaba allí!), aunque dudo que ninguna de mis compañeras lo hubiera hecho (ni yo misma, naturalmente). A día de hoy, tampoco me quedarían ganas después de haberme dejado los pulmones en la Catedral de San Pedro en Roma, en la de San Paul en Londres, en el Monumento a Stirling o en el Monumento Scott en Escocia. Porque que yo sepa, al menos en mis tiempos de colegio, estas torres no estaban equipadas con ascensor, sino que tenían y siguen teniendo una escalera helicoidal que recorre todo el mastil y que permite acceder al travesaño superior.


Diseñado por el ingeniero italiano Alberto Toscano y fabricado en su país de origen en 1955, tras ser compradas por el Instituto Nacional de Industria se comenzaron a montar en su actual enclave entre 1957 y 1960. A pesar de lo que pueda parecer, son uno de los mejores ejemplos de aRquitectura Moderna Industrial en toda Andalucía y ya forman parte indisoluble del paisaje de Cádiz. De hecho, es de lo primero que se ve al entrar en la ciudad.

Imagino que las vistas desde su cúspide han de ser fantásticas, todo el entorno de la Bahía de Cádiz y parte de los pueblos de la provincia, pero ninguna de las dos Torres está abierta al público ni son una atracción turística, aunque ello no impidió que en 1972 Marisol, dirigida por Valerio Lazarov, y un grupo de bailarines, se atrevieran a bailotear al ritmo del porompompero más internacional en su travesaño superior. ¡No quisiera yo estar ahí en un día de Levante!


lunes, 7 de febrero de 2011

SIN VOZ NI VOTO


Estoy indignadísima. O lo siguiente, porque la situación me parece completamente bizarra. Quince años viviendo en este país y hoy me entero de que no tengo derecho a votar en las Elecciones Generales. Diréis que a buena hora me entero... pero francamente, nunca me preocupé hasta ahora, por los siguientes motivos: hasta hace escasos dos años, cuando se comenzaron a destapar las causas profundas de la que ha resultado caída estrepitosa del gobierno irlandés, todo marchaba bien. Fiana Fail tenía las de ganar y yo me dejaba conducir, como cordera de ojos templados. Además, me habían dicho en la embajada que si votaba aquí, no podría hacerlo en España, y una se debate entre patria y... lo otro.
Pero sentados a racionalizar, mi país es este. Aquí vivo desde Noviembre de 1997, estoy registrada en la embajada como residente, y censada como ciudadana en Limerick.
No fue hasta que los rumores de elecciones anticipadas comenzaron a convertirse en una palpable realidad a finales de Noviembre que me interesé por saber cuál era mi situación en el Registro de Electores. Recordaba haber recibido unos papeles del Ayuntamiento o similar para la inclusión en el censo pero ello aquí no da automaticamente derecho a estar registrado para votar. En el Ayuntamiento, algunas administraciones y en la Oficina de Correos, se puede acceder al tocho que es el Registro de Electores para comprobar si se está debidamente inscrito. También puede comprobarse online, pero en mi caso y en el del guiri, ninguno aparecíamos ni en el censo, a pesar de haber rellenado todos los papeles pertinentes en Abril o Mayo.
Con ello, fui a la oficina de correos y tampoco aparecíamos, pero me dijeron que hasta Febrero no aparecía el nuevo y que si nos habíamos inscrito en Abril o Mayo, no apareceríamos en el que tenían, pero que podíamos ir a mirarlo al Ayuntamiento, y en cualquier caso, la inscripcion puede hacerse hasta unas dos semanas antes de la fecha de las elecciones. Hasta aquí todo bien... pero fuimos dejando pasar el tiempo. Primero, me marché unos días a Madrid a principios de Diciembre para el Expocómic, después llegaron las Navidades, luego me marché a España de nuevo... para regresar a un gobierno ya totalmente muerto que anticipaba elecciones de Marzo a Febrero (concretamente el 25), fecha que anunciaron el martes pasado (dos días después de mi regreso), con lo cual el plazo para inscribirse en dicho registro terminaba... mañana. Pero hasta el jueves no salieron las nuevas listas de inscritos, por lo que comprobado entonces que definitivamente no estábamos, solamente nos quedaba hoy para hacer los trámites necesarios.
Primero hay que ir al Ayuntamiento y pedir los formularios necesarios. En mi caso, nuevo registro. En el caso del guiri, que ya estaba registrado en su natal North Cork constituency, cambiar de registro. Pero los papeles no se rellenan in situ allí y se devuelven, sino que tienen que ser rellenados por los interesados y firmados en frente de un miembro de la Policía que ha de poner un sello. Así, en casa rellenamos los formularios y nos fuimos a la cercana comisaría, cargados de documentos para demostrar nuestras identidades y domicilio. Lo cual no sirvio para nada porque no nos pidieron siquiera prueba de identidad.
De allí, con todo rellenado y sellado, el guiri se dirigió de nuevo al Ayuntamiento, donde le recogiron su formulario sin problema mientras le decían que el mío no servía para nada: puedo votar en las elecciones parlamentarias europeas y en las municipales (aquí no hay elecciones municipales, coñe, al Alacalde se le cambia cada año en asamblea interna), pero al no ser CIUDADANA IRLANDESA no tengo derecho a voto...
Y me he quedado a cuadros. O sea, que no tengo derecho a decidir quién me sube los impuestos, quién cambia las leyes ni quién decide sobre mis derechos sociales o futuros derechos a pensiones... ¡manda cojones!
Tras la inicial pataleta donde he tildado a la funcionaria en cuestión de desconocer la ley y no saber hacer su trabajo, me he puesto como una loca a buscar información en Internet y he escrito a la embajada española en Dublín para saber qué pasos a seguir en caso de haber algún modo de conseguir mi derecho al voto como RESIDENTE de este país donde pago mis impuestos, donde trabajo y contribuyo con mis tasas a los gastos municipales, regionales y nacionales...
 
El 18 de Abril del 2008 Conor Lenihan, entonces Ministro para la Integración (los ministerios que inventan, oigan!) anunciaba que el completo derecho al voto incluido el de Presidente y el del Dáil Éireann sería extendido a todos los emigrantes de la UE. A día de hoy, aún tiene que ser aprobada...

De manera que, a punto de decidir quién me ahogará más con impuestos en el futuro, no tengo ni voz ni voto, solo derecho a pataleta...

CitizenshipLocal (County, City and Town) ElectionsGeneral (National) ElectionsEuropean ElectionsPresidential ElectionsReferendums
IrishYesYesYesYesYes
BritishYesYesYesNoNo
Other EUYesNoYesNoNo
Non-EUYesNoNoNoNo

domingo, 6 de febrero de 2011

Qué azul era mi cielo...



El sexto bloque de la fotografía, empezando de frente, es mi casa en Cádiz, décimo piso, excelentes vistas de la bahía...


Hablame del mar, marinero...
Desde mi ventana, el mar no se ve...

sábado, 5 de febrero de 2011

Cantando bajo la lluvia...

Orando. Cantando. ¡Cómo osan despertarme un sábado a las once de la mañana! Os lo he contado aquí muchas veces, pero no deja de sorprenderme esa vehemencia febril que en un día de perros como hoy, con viento e intensa lluvia, no les sirve como razón para quedarse en casa. En Limerick hay muchos mendigos, bastantes problemas sociales y un índice muy alto de criminalidad.

Y ellos permanecen durante horas perennes, cantando -y despertándome- cada sábado frente a la Clínica de Planificación Familiar, donde lo máximo que hacen es darte la píldora del día después. ¡Pecadores!




miércoles, 2 de febrero de 2011

Entre agujas, pinturas y pegamento...

Mi paso por la madre patria fue fugaz y acelerado, pero entre idas y venidas tuve tiempo de comprar algunas telillas, aunque no todo lo que quise (se me olvidó comprar tela para hacer unas cortinas, tendré que comprar aquí al triple de su precio...
Lo que sí conseguí recordar, fue comprar charol, en negro y rojo, para hacer unas cuantas cosillas (bolsitos y zapatitos) para muñecos varios.


También compré algunas telas para patchwork (excepto la rosa de la parte inferior de la foto que no es de patchwork. La verdad es que solo tuve tiempo de ir a una tienda que hay en la esquina de casa y no había mucha variedad, pero sí una gran diferencia de precio con lo que encuentro por aquí (aquí el metro simple a 14.95, estas que he comprado, doble ancho, a 3.95).


Tela de Panamá. Diréis que seguro aquí también debe haberla... y la hay, en blanco sólo, en la única tienda de textiles -una cadena nacional- que parecen tener el monopolio en la ciudad y que la vende a 30 euros el metro (caí como una china el primer día para mi punto de cruz), frente a los 11 euros el metro de azul y los 9.95 del color crema que he pagado en casa (a 6 euros en el mercadillo).


Tapapuntos, encajitos y ribetitos, aquí también son carísimos: los de ganchillos aquí suelen salir entre 30-40 euros el metro, los finitos ni siquiera los encuentro y los tapapuntos... parece que no existen.


Fuera de la costura, sigo enfrascadas en diferentes manualidades, por lo que el lunes me fui de compras a atesorar algunos "ingredientes" para futuros proyectos. De paso me hice con una muy necesitada "caja de herramientas" donde guardarlo todo, porque hasta ahora lo tenía repartido entre bolsitas y el costurero, mezclando labores y manualidades, y en este sentido, suelo ser muy organizada y me gusta tenerlo todo junto. Es decir, separado: la costura por su lado, las manualidades por el suyo. La caja no me ha costado mucho (12.99) y es muy práctica y espaciosa, como podéis ver.



De momento ando pintando un par de marquitos y haciendo unas escenitas antiguas tridimensionales, ya enseñaré el resultado cuando las acabe porque estas son para un regalo.