viernes, 11 de enero de 2013

¿Maleducada? ¡El maleducado es usted!

La oficina de recogida de Correos queda alejada del centro. Tampoco es que esté a diez kilómetros, pero es un buen paseíto y en esa zona (industrial, cerca del muelle), no hay autobuses. Lo cual es un coñazo cuando una impaciente como yo recibe un paquete y esté lloviendo, nevando o haga frío, tengo que acercarme a recoger lo que el cartero no ha querido dejarme (porque el 90% del tiempo, estoy en casa y no se digna a llamar). Que digo yo que es peor para el/la cartero/a que ha de cargar con ese peso de vuelta al depot.

Esta lunes pasado me di el paseíto para recoger un paquete que había llegado el viernes y que no pude recoger ese día. Era el primer libro que escribiera Katherine Webb (The Legacy) y tras leer sus otras dos obras posteriores (The Unseen y The Half Forgotten Song) era imperativo que lo recogiese ese día porque deseaba empazar a leerlo esa misma noche, tras haberme quedado hasta las 5am despierta leyendo el último.

La oficina de correos de recogida de paquetes, como digo, está en la zona industrial y para acceder al módulo de Correos hay que entrar en una especie de recinto donde hay varias naves y un parking para visitantes al fondo, junto a la verja de entrada de correos, a mano derecha. Y desde hace unos meses, en lugar de cruzar esa verja, han hecho una especie de pasillo enrejado, algo así como un caminito vallado hasta la misma puerta de la oficina en cuestión. Y hacia allí iba yo medio dormida aun (a pesar de ser casi la una de la tarde) cuando un señor de unos cincuenta y pico-sesenta años, alto, estirado y con un abrigo de esos maxi largos que usan los "ejecutivos" se cruza en mi camino y me dice así, como quien no quiere la cosa:

-Sonríe, por Dios, niña! No puede ser tan terrible! ¿Cuando se perdió la costumbre de saludar por la calle y ser amable y sonreir...?

Yo me quedé un tanto traspuesta y si no hubiera ido tan dormida probablemente me habría puesto hasta roja, pero me recuperé pronto. Me encogí de hombros y repuse:

-Bueno, es que yo vengo de una ciudad grande y no tenemos costumbre. Pero sí, es una agradable costumbre que no debería perderse.

A esto siguió un pequeño discurso de cómo la juventud está perdiendo las formas, algo que me sorprendió mucho porque este hombre si llegaba a los sesenta, vaya... tampoco era un viejo de esos pesados y anclados en el pasado... bien podría haber tenido como mucho 20 años más que yo, que tampoco le da derecho a llamarme "niña" ni "esta juventud", por mas que algunas personas se pudieran sentir halagadas, a mí me pareció una falta de educación por su parte, por lo que cuando acabó su retahíla volví a encogerme de hombros y respondí:

-A mí es que mi madre me enseñó a no hablar con desconocidos. Sobre todo con hombre mayores.

Y ahí acabó la cosa.

11 comentarios:

Geno dijo...

Pues se quedaría planchado el pobre hombre jajajjaja

chema dijo...

le respondiste muy serenamente. tú no hiciste nada malo, en todo caso él por echarte un sermón que no venía a cuento sin conocerte de nada y abusar de tu tiempo y tu paciencia.

Darthpitufina dijo...

Como para que volviera a por otra! jajajaa, menudo planchazo para el señor... . No he estado muy conectada en las fiestas, si no te he felicitado el año, ya sabes, feliz 2013, sin rimas...

Me gusta el nuevo look de tu rinconcito, by the way! Besines!

olivia dijo...

Muy bien contestado.

Candela. dijo...

La verdad es que yo por las mañanas cuando voy a trabajar a las 6.30 saludo hasta las farolas. Pero es que a esas horas hay muy poca gente y si ves a alguien que no esté barriendo la acera de lado a lado, tengo costumbre de saludar. Suelen ser lo tipico: el lechero que va para la tienda a dejar su carga, el panadero, el de los sandwiches, el de los periodicos... y gente con la que te cruzas dia sí y dia tambien. Tampoco es que vaya por la calle en plan secuencias finales de Que Bello es Vivir...

Shirat dijo...

Jo, Candela. Hay que ver cómo eres. La verdad es que a mí el señor me da un poco de pena, pero es cierto que se tomó una libertad que nadie le había dado.

Candela. dijo...

Shirat, el tipejo es dueño de una copisteria de una de las calles principales, iba a buscar un paquete sin llevar el docket, "porque yo es que soy asi de chulo" y sé por donde iban sus tiros. Mientras esperrabamos en ventanilla -yo iba primero y le cedí el turno para que se largara cuanto antes, me preguntó con cara de asco si era polaca. Le dije que no, que era Española y entoces me preguntó que de dónde. Le dije de Cádiz, sabiendo de antemano que no iba a saber donde estaba...

Mercedes dijo...

A mí me ha pasado alguna vez y eso que yo soy una abraza-farolas y voy saludando a todo el mundo, pero basta que un día vaya despistada para que alguien te diga algo así. Pero vamos, tú hiciste bien, y tu contestación final estuvo bien. De haber estado contigo me hubiese reído mucho.

BLAS dijo...

Madre mía... Aquí el hombre se quedaba afónico. Anda que no tendría que echar discursos, puffff.

No sé qué cara llevarías, niña, pero tu precisamente de saboría nada de nada. Estaría parlanchín el tipo y te pilló por banda.

Candela. dijo...

Pues llevaba cara de haberme acostado a las 5am, levantado 4 horas mas tarde y sin desayunar ni nada irme a correos medio dormida, despeinada y con un dia gris ventoso que amenazaba lluvia. Y un frio de cojones...

Ángeles dijo...

En Barcelona como mucho lanzamos un escueto "deu" y yo por la mañana no estoy para muchas explicaciones, igual al hombre en su casa no le habla ni la tele...