Tenía yo 17 años y comenzaba en el mundo de la radio. No tenía mucha experiencia, llevaría en ello unos meses escasos, pero aunque era de naturaleza tímida, a la hora de volverme "toda una profesional", hacía el papel con convicción.
Hasta que llegó la hora de mi primera entrevista. Y no con cualquiera, ojito. Nada más y nada menos que con Anthony Quinn, que se hallaba en Cádiz filmando la serie de Tv Onasis: El Hombre Más Rico Del Mundo, sobre la vida de Aristóteles Onassis. Otros componentes del telefilm eran uno de los hijos de Anthony (Lorenzo, aunque él no había acudido a Cádiz porque sus escenas no tenían lugar allí), la guapísima Jane Seymour (interpretando a una sublime María Callas), Covadonga Cadenas (una actriz asturiana no muy conocida, para más información tenéis Google), o Elías Koteas (más conocido por su papel de hermano de Kirsty Allen en Mira Quién Habla También, Zodiak, Fallen, etc.), a todos los cuales entrevisté junto con mi compañero Gabi Bolaños posteriormente.
Covadonga CadenasCon Elías Koteas
Conseguir que Anthony Quinn nos atendiera en la intimidad de su caravana no fue fácil. Nos costó mucho insistir con su asistente personal, los guardaespaldas y hasta el director de la serie. Nos pedían, no sólo la acreditación como miembros de prensa que teníamos, si no una serie de permisos y autorizaciones del Ayuntamiento, que sorteamos sin problemas al decirles que nosotros precisamente trabajábamos para la emisora Municipal.
Anthony, nuestro héroe, la primera persona importante e internacional que conoceríamos, nos recibió en su trailer pequeñito y frío sin invitarnos a tomar asiento, y de muy mal humor. Se negó en redondo a cooperar y a responder a nuestras preguntas. Como un Paco Umbral del cine, nos dijo que todas las respuestas a nuestras preguntas estaban en su autobiografía, que acababa de ser publicada, que comprásemos el libro y lo leyéramos en busca de las respuestas. Nos lanzó una diatriba sobre su carrera como gran actor que era, y no recuerdo qué pregunta o comentario exactamente le tocó el nervio: nos dijo que él era un galán de cine, que había estado nominado a Oscars y negó haber sido jamás un actor secundario.
Era 1987 y muy lejos quedaba aún la idea de los ordenadores y la gran ayuda de Google. Nuestro dosier sobre personajes se limitaba a una lectura rápida en la biblioteca de una gran enciclopedia y la petición en el Gabinete de Prensa del Ayuntamiento de un dossier informativo que, en su defecto, era solicitado al agente. Eramos pipiolos pero habíamos hecho los deberes. Recuerdo a Gabi, con su voz profunda y su actitud profesional, enumerando algunos de los films en los que el Sr. Quinn había sido un actor de reparto: Murieron con las Botas Puestas, Carretera a Marruecos, El Cisne Negro, Buffalo Bill... la lista seguía y seguía.
Creo que si no llega a ser por su esposa en aquel momento, Yolanda, toda una señora calmada y elegante, que le pidió un poco de respeto, nos habrían echado de la caravana. Decidimos enfocar la entrevista de otro modo. ¿Qué opinaba de la decisión de su hijo Lorenzo de dedicarse a la carrera de actor?
-Yo no tengo nada que opinar! ¿Soy acaso un crítico de cine? No. A mí qué me importa lo que haga mi hijo. No soy quién para dar juicio sobre su capacidad de actor, ¿entendido?
Viendo que la cosa no progresaba, decidimos concluir la entrevista y marcharnos, desilusionados, con el ídolo caido y una entrevista que sin duda nunca podríamos radiar.
Eso sí, el grande de los grandes, el actor que nunca había "hecho papeles secundarios", simplemente representaba en Onassis al padre de éste, Sócrates. Aún hoy, cuando escucho la entrevista, guardada cuidadosamente en una cinta de cassette que protejo con mi vida, se me erizan los vellos de pura vergüenza. Ajena, por supuesto.
Yo sólo estaba empezando, pero él era un profesional que no supo dar la talla y que perdió para siempre dos fans por no contestar media docena de preguntas.
Años después, la visión de ídolos de pies de barro dejaría de impresionarme.
Creo que, al fin y al cabo, fue una entrevista genial que hoy, tantos años después, nos ha revelado aspectos interesantísimos que jamás leeríamos en cualquier medio importante. ¡Ojalá se hubiera podido publicar! jijiji. Pedazo de profesionales ;-)
ResponderEliminarMenos coña, Marisitaaaa...
ResponderEliminarJejeje, no es coña, vosotros fuisteis muy profesionales. No es fácil actuar ante un tipo así, y te aseguro que prefiero ver su verdadera cara a leer una serie de frases estereotipadas que veríamos en un Fotogramas cualquiera.
ResponderEliminarPues a mi no me sorprende mucho lo que dices sobre el, puesto ke le va ke ni pintado. Yo le miro en sus pelis y en sus entrevistas y me da imagen de ogro y de machista. Quizas me equivoco, pero desde luego muy humano y muy educado no me parece despues de lo que tu cuentas.
ResponderEliminarBueno, al menos tienes la anecdota. El, como persona y por su comportamiento, no se merece mucho mas.
Besos
Merecia, merecia. Que hace ya mucho que esta bajo tierra.
ResponderEliminarHace un año estuve en casa de un amigo actor muy conocido. Estaban Lidia Bosch, Jose Coronado,Pastora Vega,Miguel angel Solá,la de farmacia de guardia q ahora no recuerdo su nombre...la competencia entre ellos, las conversaciones...me dejaron de piedra.Tengo fotos.
ResponderEliminarConcha Cuetos, ¿si? Es lo que suele pasar. Pero cuando eres mayor y tienes años en la profesion, ya nada te extraña. Es cuando no eres mas que un/a niño/a que estas cosas desilusionan. Yo aprendi pronto. A partir de ahi, he visto muchas cosas. Buenas y mala. Y he conocido a muchos famosos, cuyas entrevistas e impresiones os ire desgranando poco a poco.
ResponderEliminar¡Que borde el tio ¿no?! Auqneu la verdad, era la pinta que tenía, de desagradable
ResponderEliminarGeno
Ya oh, ya sé ke está muerto. Me refería a ke no se merece (merecía) nada mas ke una anecdota en tu memoria, jajaja. Ke mal me explico, jo, jajaja
ResponderEliminarSaludos Candela.
ResponderEliminarUf, vaya artículos los anteriores. Como, por inmensa suerte, no he sufrido esos problemas, a día de hoy, mejor no haré comentarios que siempre serían superficiales, por muy buena intención que abrigaran. Al menos por el momento.
En cambio, sobre ídolos caídos si puedo hablar con propiedad, ya que años atrás tuve una miserable experiencia que pulverizó buena parte de la inocencia que atesoraba de mi ya pasada infancia. Si interesa la cuento.
Pero a lo que vamos. Con respecto a Anthony Quinn (q.e.p.d.) no me sorprende demasiado esta actitud. Mi antaño admiradísima Rosa Montero (hoy bastante menos, pero por nada en concreto) escribió una vez:
"Como periodista he tenido que entrevistar a cientos de personajes famosos y eso me ha vacunado contra el deslumbramiento. Suelen ser patéticos".
O algo muy parecido (por cierto, cuando se lo comenté, en persona, no recordaba haberlo escrito).
Y mi también admiradísimo Arturo Pérez Reverte comentaba en un artículo de "El Semanal" que no conviene conocer personalmente a los autores que uno ama. Yo le escribí una carta que jamás ha contestado, así que supongo que aún estoy a tiempo de salvarme.
Lo siento, me ha dado por mis recuerdos.
En fin, con respecto a Quin, lo que he leído sobre su persona no es para tirar cohetes, ha sido definido como un tipo violento, machista, maltratador de su familia, con amistades poco recomendables, adúltero, etc, etc, etc. Y nunca se molestó demasiado en negarlo.
Pero ahí están sus películas. Creo que, al final, el bueno de Reverte tiene razón, al menos con casos como este.
No me malinterpretes no trato de rebatir tu artículo, sólo reflexionar un poco sobre cosas de la vida. Y te aseguro que sé lo que se siente cuando alguien admirado te ignora de malos modos.
Uno de los actores más camaleónicos que jamás han existido y un tipejo propotente y sin educación. ¿Las dos cosas al unísono? Efectivamente, así es la vida.
Mejor nos quedamos con quien lo mismo interpretaba a un esquimal, que al tío de Mahoma, a un paracaidista francés, a Caballo Loco, al León del Desierto, o a un pistolero que trata de proteger (de quien un día salvó la vida) a un cobarde violador y asesino, pero que, ay, era su hijo.
Al diablo la persona, mejor nos quedamos con los personajes.
Un abrazo.
Pero Lombard... cuenta, cuenta, hombre... esa experiencia con tu idolo caido la quiero oir... faltaria mas...!!!
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ResponderEliminarHe surpmido las dos entradas superiores porque la historia de Lombard era tan buena que he preferido darle un lugar preferente y convertirlo en entrada de blog, que podreis encontrar mejor. Gracias Lombard por tu colaboracion.
ResponderEliminarSoy Orual otra vez, no consigo registrar una contraseña, glups.
ResponderEliminarHOla, guapa. Hace unos días leí en un Semanal en qué consisten los "caprichitos" q las súperestrellas de la música y el cine "exigen" en sus camerinos a la empresa o productora q los contrate.... Da vergüenza, como tú dices. Incluso la estrella q nos parece más humilde, la q resulta menos "diva" y más humana, es, en realidad, un vertedero de caca, y no te doy detalles por si toco a algún ídolo tuyo q no quiero ser portadora de malas noticias :-) Pero son muy pocos los q se escapan de las garras de ese mal tan humano y tan nefasto al mismo tiempo q convierte en monstruitos insoportables a las personas: la vanidad. Un beso fuerte