Su vida de pequeño es prácticamente desconocida, y lo poco que se sabe proviene de su "adornada" biografía, que es reconocida como poco fiable. Algunas fuentes aseguran que fue su padre el que le hizo vestir como una niña hasta los 7 u 8 años. Otros dicen que fue él mismo el que más tarde decidiría hacer vida de mujer, pero lo cierto es que en su largo y complejo nombre tiene dos de mujer (Louise y Geneviève).
En 1756 se une a la legión de espías Le Secret du Roi bajo las órdenes del Rey Luis XV, que le envió en una misión secreta a Rusia con instrucciones de hacerse "amigo" de la Emperatriz Elizabeth e intrigar con la facción pro-francesa contra la Monarquía de los Habsburgo. Dicen las malas lenguas que para conseguir la confianza de la Emperatriz, y aprovechando su rostro barbilampiño, se hizo pasar por mujer, bajo el nombre Lia de Beaumont y que se convirtió en su dama de honor .
En 1761 regresa a la corte francesa y al siguiente año se convierte en capitón de la Legión de Honor. En el 63 es nombrado Ministro plenipotenciario en Londres (embajador interino), utilizando su posición para espiar para el Rey francés, con sus descabellados planes de invasión. Pero al llegar el nuevo embajador, el Conde de Guerchy, es rebajado a su antigua posición de secretario y humillado por el conde.
Desobedeciendo órdenes reales, tras quejarse de su situación, decide no regresar a su patria y publica la mayor parte de su correspondencia diplomática secreta, todo un escándalo nuevo en aquella época, aunque se guarda algunos secretos mayores sobre los planes de invasión y el Secret du Roi como "Seguro de vida". Así, el gobierno galo comienza a mostrarse cauteloso con d'Eon, especialmente cuando éste acusa de intento de asesinato a de Guerchy, asegurando que intentó drogarlo, y tiene al rey bien cogido por el cuello con sus documentos privados.
En 1766 el rey le concede una pensión por sus servicios (o lo que es lo mismo, le compra el silencio), y le da una anualidad de 12,000 libras. D'Eon continúa trabajando como espía pero desde su necesario exilio en Londres.
Aunque Chevalier vestía siempre con su uniforme oficial de la Legión, se rumoreaba que era una mujer, y el London Stock Exchange admitió apuestas sobre su verdadero sexo, a la que él mismo estuvo invitado aunque declinó participar, alegando que un examen médico sería un deshonor, cualquiera que fuera el resultado. Tras un año sin poder probarse nada, se abandonó la apuesta.
En 1774, con la muerte del rey Luis XV, Chevalier trata de negociar su retorno a Francia del exilio. Tras las negociaciones y el tratado llevados a cabo por el escritor Pierre de Beaumarchais, se le permitió volver a entrar en el país y conservar su pensión ministerial a cambio de entregar los documentos comprometedores.
D'Eon declaró que había nacido como mujer y no como hombre y demandó que el gobierno le reconociera como mujer. El nuevo rey, Luis XVI accedió y bajo las exigencias de Chevalier, incluso sufragó los gastos para proveer a la nueva "señora" con un abultado armario. A partir de ahí, Chevalier pasó a ser Mademoiselle d'Eon, y poco después pediría colaborar ayudando a las tropas Francesas en la Guerra de Independencia Americana, lo que le sirvió para acabar encerrada durante diecinueve días bajo el castillo de Dijon, presa, tras lo cual pasaría los siguientes seis años con su madre en Tonnerre.
En 1779 publica sus memorias, escritas por un amigo y "embellecidas" convenientemente y en el 85, tras perder su pensión después de la Revolución Francesa, regresa a Londres, teniendo que vender su extensa biblioteca para subsistir. En el 92 envió una carta a la Asamblea Nacional Francesa proponiéndoles encabezar una división femenina para luchar contra los Habsburgo, pero su petición fue ignorada y se dedicó a participar en competiciones de esgrima durante los siguientes cuatro años, hasta que es gravemente herida. En 1805 firma un contrato para una autobiografía pero el libro no llega a publicarse.
Cuando murió, los médicos que le reconocieron descubrieron que su cuerpo poseía genitalia masculina, pero que era posible que sufriera el Síndrome de Kallman, un desorden hormonal por el cual el cuerpo no pasa por la pubertad.
Gracias a Chevalier, se acuñó el término "eonismo" para denominar el transvestismo. Una bonita y curiosa manera de pasar a la historia.
Curiosa historia, y debo decir que no sabía de donde venía el término.
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Pasa este osito a las personas qe quieres muchisimo y no quieres que cambien nunca. (espero recibir el osito).
Si recibes entre 2-4 ositos te quieren
Si recibes entre 4-8 ositos te quieren mucho
Si recibes entre 8-10 ositos te quieren muchiiiisimo
Espero que yo sea uno de ellos!!
Saludos desde La ventana de los sueños.
Vaya, qué interesante este personaje. No tenía ni idea. El tema del Sindrome de Kallman es también bastante desconocido por afectar a tan pocas personas. Aunque ¿no tienen también las personas con este síndrome otros efectos provenientes del mismo...? Desde luego, por la forma de actuar y de solventarse en su vida, parecía una mujer hecha y derecha. No creo que ningún hombre hubiera sido capaz de sacarse tan bién las castañas del fuego.
ResponderEliminarPara que luego digan que eso del travestismo y la transexualidad es un "invento moderno".
ResponderEliminarMuy interesante. No conocía a este personaje :)
Interesante historia!
ResponderEliminarBsssssss
Cloti
Me está bien empleado por retrasarme en mis tareas, pero vengo a anunciarte con retraso también que pases por http://fauvelapetitesauvage.blogspot.com/2009/06/divagaciones-con-premio.html
ResponderEliminarque te está esperando un premio más...
No conocía a esta señora, o señor, o lo que fuera...
ResponderEliminarMuy interesante. ¿Sabes si esa biografía está publicada? Mmm. Voy a investigar.