lunes, 14 de marzo de 2011

ROSAS


Ha llegado la primavera, Gregorio, y he aprendido a vivir sin ti. Ha llegado con su verdor y su esperanza espléndida de que todo será diferente esta vez. No solo ha llegado la primavera al jardín, al aire y al cielo azul, sino que ha llegado a mi vida en forma de una maravillosa nueva oportunidad en eso llamado felicidad.
Le conocí mientras compraba nuevas semillas. Quién me iba a decir a mí que este nuevo interés por la jardinería iba a traerme un sueño hecho hombre, pero asi ha sido.

Los rosales crecen estupendos. Siempre supe que eras escoria pura, Gregorio. De la mejor calidad.

8 comentarios:

  1. Jesus!!Maldigo al tal Gregorio y alabo tu gusto por la jardinería. A mi gustar me gusta, pero se me da fatal.....

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  2. Con la primavera todo se ve de otro color...

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  3. Este relato me recuerda a una peli de la sosita esta... la Sandra Bullock, que son tres hermanas brujas, (creo...ahora no caigo...) donde entierran al marido de una de ellas en el jardín y luego sale un rosal precioso, jejeje...

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  4. La jardinería es lo que tiene, que relaja mucho, más aun cuando tiene ciertos "incentivos"...

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  5. oh-oh. he seguido el enlace, he recordado enseguida aquel relato que publicaste recientemente, y he comprendido por dónde iban los tiros. cabe preguntarse si lo que está enterrado es un recuerdo o es algo más tangible... pero supongo que eso debe quedar a la interpretación del lector.

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  6. Chema, no hay nada que interpretar: en el relato anterior dice claramente que enterró a gregorio bajo los rosales. Y ya se sabe que la basura es un buen fertilizante.

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  7. Si quieres rosas es inevitable pincharse a veces con las espinas, pero estas últimas las cortamos con unas buenas tijeras:)

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¡A ver qué me dices!