Un año más y el aroma a carne a la brasa, a carbón ardiendo y humo llena el aire de un Limerick que se ha levantado con media sonrisa en el rostro. Si al principio el día amanecía nublado y amenazando lluvia, a media mañana ha resurgido de su habitual malhumor con un cielo azul apareciendo a intervalos entre las nubes y, aunque con brisa fuerte, lo suficiéntemente caluroso para cambiar el abrigo por una rebequita.
(el equipo asturiano: la trincona irlandesa, Silvia y Samuel, tras unos tequilas)
(el equipo valenciano en plena faena)
Humor, buen ambiente, comida, bebercio a tutiplén y buen tiempo para un festival que parece tomar mayor relevancia cada año que pasa, con más y más asistencia de un público cada vez más participativo. Mientras, al otro lado del río, el "mercado europeo" -antiguo mercado francés-, seguía ofreciendo sus aceitunas, mieles y quesos a precios abusivos (el año pasado acabé pagando poco más de 11 euros por tres cucharadas soperas de aceitunas de diferente tipo). Todo mezclado con la fragancia de gofres recién hechos, jabones, velas aromáticas y patatas cocinadas de diferentes maneras y servidas al momento, en un mercado que también ofrece plantas variadas, alfombras, suéteres de lana, lémparas, bisutería artística y dulces de diversa procedencia y variedad.
Un poco de luz y color en un Limerick gris y poco acogedor, a tenor de los últimos acontecimientos de feudos y matanzas entre bandas rivales sucedidas hace pocas semanas. Eso sí, destacar que la presencia policial, médica y civil ha sido numerosa.
1 comentario:
No sabia yo que Transilvania fuese un pais en si mismo...
Yo conozco a uno de los chicos de la foto de Valencia!!
Publicar un comentario