

En este parque, en la frontera con el corazón de la ciudad,reina un silencio infinito que te inspira calma y relax. Está dedicado a los hombres y mujeres que perdieron su vida en la lucha por la libertad de Irlanda, y se proyectó sobre el lugar donde varios dirigentes del Levantamiento de 1916 fueron retenidos antes de su fusilamiento en la cárcel de Kilmainham,y donde en 1913 se fundó el movimiento de los Voluntarios Irlandeses.
El diseño del jardín es obra de Daithí Handy y fue inaugurado por Eamon de Valera en 1966 para conmemorar el 50 aniversario del Levantamiento.
El fondo de la fuente-estanque está decorado con escudos y lanzas rotos que representan la paz y al fondo se alza la enorme escultura de bronce de Oisín Kelly.

La Cárcel Municipal o Gaol, abrió sus puertas en 1824. En 1870 se remodela el ala oeste para crear celdas a ambos lados del pasillo. En principio su función era la de alojar momentáneamente a los convictos que más tarde serían enviados a Australia en barcos, y la prisión era mixta, dividiéndose a hombres y mujeres en alas separadas. Ocho años más tarde, por el Acta General de Prisiones de Irlanda, se convertiría única y exclusivamente en una cárcel de mujeres, hasta que los partidarios de no firmar el tratado con los ingleses fueron traídos aquí durante los primeros años de la década de los 20.
La prisión cerraría definitivamente en 1923. Más tarde acogería los estudios de la radio nacional pero al mudarse éstos a un edificio más céntrico y moderno, el edificio se dejó abandonado y en lamentable estado. Años después, considerando la importancia arquitectónica e histórica, se decidiría arreglar los desperfectos y convertirlo en este magnífico museo que no sólo incluye un recorrido audiovisual por las principales instalaciones, sino que también ofrece en su cantina, con gran sentido del humor, dos menús a escoger: el rancho de los prisioneros o la comida del Gobernador.
Justo antes de entrar en el edificio principal, se muestran algunos de los artilugios utilizados en una u otra época para torturar o castigar a los presos más rebeldes o problemáticos, aunque algunas veces, poco se necesitaba en aquella época para ser considerado "problemático".
He de decir que lo mejor de visitar este museo son las figuras de cera que representan a verdaderos prisioneros que ocuparon alguna celda en esta prisión. En la entrada, te darán un original ticket y un casette auto-guía contándonos la historia peculiar de cada personaje.
En el edificio central estaban las instalaciones personales del Gobernador, separadas de las alas destinadas a alojar a los reos, se le servía comida especial, como era de esperar, y desde la entrada hasta su vivienda había un pasadizo por el cual podía acceder a sus cámaras privadas con total seguridad.
También disponía de un gran despacho, cómo no, decorado con un enorme retrato de la Reina Victoria (recordar que por aquellos tiempos Irlanda se encontraba bajo el dominio de la Corona Inglesa), y en alguna ocasión, recibía a los presos para sopesar sus penas y, en caso de necesidad, aplicar castigos cuando había problemas dentro de la prisión.
La foto de la izquierda muestra a una prisionera y la celadora. Esta fue una de las primeras mujeres encarceladas en la Cárcel Municipal. Se dedicaba a la confección de vestuario y a veces se veía forzada a robar el material necesario para sus labores.
Las mujeres celadoras, por su parte, se veían obligadas a vestir horribles vestimentas de riguroso color negro y ocultar su cabello bien repeinado y atado bajo cofias. Tenían prohibido terminantemente utilizar cualquier clase de maquillaje. De esta manera evitaban resultar atractivas a los prisioneros masculinos o a los otros carceleros.
Nos encontramos ahora en el mismo hall de entrada al edificio. Enfrente hay una escalera que nos lleva a diferentes instalaciones del piso superior, y a la derecha de la escalera, al fondo, se encuentra la puerta tras la cual se abre el pasadizo que conduce a las habitaciones privadas del gobernador, y delante de esta puerta, se muestra el curioso objeto de la fotografía mostrada a continuacion:
No es, como parece a primera vista, ni una especie de silla de ruedas ni una sillita para niños.
El artefacto en cuestión se utilizaba para pesar a los presos a su llegada.

Los trabajos que los prisioneros debían realizar, se dividían entre los hombres y las mujeres, y variaron a lo largo de los años. A partir de 1837, los hombres se encargaban de profesiones como sastre, zapatero, trabajar en la rueda de agua y otros deberes de la prisión, mientras las mujeres se encargaban de la costura, limpieza, lavado de ropas y sábanas, y otros trabajos de la cárcel. El peor era el de la rueda de agua, donde debían andar como un hamster en una rueda sobre el agua. En esta época debían hacer al menos 9, 240 pies al día.
En 1842, a las labores masculinas se añadió también la de picar piedra, y a las mujeres se le redujo la distancia a cubrir en la rueda hasta 8240 pies por día para recoger del río el agua necesaria para el uso de la prisión.
En estos tiempos, no había separacion entre hombres y mujeres en los cobertizos de trabajo.
En 1856 se introducen labores de castigo. Para los hombres, más rueda, picar piedra, trabajar con maquinaria de manivela, limpiar los terrenos anexos a la prisión y pintar.
En años posteriores se introducen labores industriales como tejer, hacer alfombras, trajes, zuecos, broquetas, recoger estopa, todas ellas labores para los hombres.
La primera celda que se puede visitar, representa una escena muy común. El prisionero no era más que un buen muchacho venido a menos que por un mal entendido robó una chuchería, nada importante. El capellán visitaría a los prisioneros fervientes para darles su apoyo y animarles. Sin embargo, muchos de estos jóvenes sabían que, aunque arrepentidos y sabiendo que no iban a cometer nngún tipo de delito de nuevo, ya estaban a ojos de la sociedad, "estropeados", y no les sería posible hallar empleo, por lo que su vida estaba condenada a la miseria, y, en muchos casos, a la delincuencia para poder sobrevivir.
Una de las labores más remuneradas para el benefcio de la prisión fue la de la estopa. La estopa era una fibra que se obtenía cardando viejas cuerdas poco a poco, escogiendo la fibra a mano. Se usaba para calafateado, por ejemplo, para rellenar las junturas en los barcos de madera. Cuando su uso se hizo obsoleto con la llegada de los barcos metálicos, la estopa se utilizó para rellenar los colchones de la prisión.
Como he dicho antes, las historias que se cuentan en la visita fueron casos reales, como el retratado en la imagen superior, el de una muchacha que fue encarcelada cuando estaba embarazada de dos meses, sin duda por robar una hogaza de pan o algo similar. Tuvo a su hijo en prisión y fue liberada porque el bebé se puso enfermo. Nada más se sabe de su destino. Tenía sólo 16 años cuando fue arrestada y enviada a prisión.
Las comidas de hombres y mujeres en la institución sólo variaban en la cantidad. Básicamente había dos comidas al día: desayuno y cena.
En 1837, varios libros de récords constatan que las únicas dos comidas servidas a ambos prisioneros consitían en una rebanada de pan seco y un vaso de leche.
A partir de 1842 los hombres recibirían en el desayuno 14 onzas de pan, una pinta de leche (los prisioneros de primera categoría), y 12 onzas de pan y media pinta de leche los de segunda categoría y los menores de 15 años.
La cena consistia en 6 onzas de comida india con 2 onzas de arroz (esto es como dos o tres cucharadas), y una pinta de leche para los de primera categoría, 5 onzas de comida india con 2 onzas de arroz y media pinta de leche para los de segunda clase.
A las mujeres se les daba 12 onzas de pan con una pinta de leche en el desayuno, a las de primera categoría y 12 onzas y media pinta a las de segunda. La cena se basaba en 5 onzas de comida india y dos de arroz para ambas clases y una pinta o media dependiendo de su condición.
En la foto de arriba, otro de los prisioneros, cuyo único delito fue el de estar borracho en la calle y armando alboroto. Para estos la pena era de un mes en prisión.
En la foto de arriba otro reo, un bribón que vendía todo lo que cayera en sus manos, inteligente y calculador, fue apresado por vender objetos robados. La siguiente fotografía representa al prisionero más joven de Cork Gaol. Durante quince días fue castigado con latigazos a diario. ¿Su crimen?: robar dos tazas de latón.
Posteriormente el chiquillo cumpliría cinco años de confinamiento en un orfanato.
En 1860 las reglas para la alimentación de los reclusos cambió de nuevo, lo cual no quiere decir que recibieran porciones más humanas. Los hombres recibían un desayuno de 8 onzas de comida india con arroz y una pinta de leche y una cena de 14 onzas de pan moreno con dos pintas de leche (un litro).
Por la noche, las puertas de las celdas se cerraban religiosamente y los presos debían dejar sus ropas fuera de la puerta, en el suelo. Con ello se evitaba que los detenidos intentaran escapar, ya fuese por las inclemencias del tiempo o porque habría llamado bastante la atención ver a alguien completamente desnudo caminando por las calles. Después de todo, Cork Gaol no se encuentra más que a dos kilómetros de distancia de la ciudad.
A los reclusos se les permitía salir al patio sólo brevemente, y debían caminar en círculos bajo la atenta mirada de un guardián hasta que se le ordenara parar. Por lo general solo se permitían uno o dos convictos en el patio al mismo tiempo para evitar ataques en los guardias.
Pasaban su tiempo libre jugando a las cartas como se aprecia en la foto superior y dormían en el mismo tipo de colchón que los internos. Muchos de los guardias eran de la misma condición que los detenidos o habían sido presos con anterioridad, la mayoría tenía un amplio historial delictivo.
A principios de siglo, la cárcel acogio a hombres y mujeres que fueron arrestados políticamente por cosiderarsele rebeldes y traidores contra la Corona. Muchos fueron ahorcados o fusilados, otros trasladados a la prisión de Kilmainham en Dublín, donde célebres revolucionarios de la revuelta de 1916 fueron encarcelados y más tarde fusilados (compatriotas de Michael Collins y Eamon de Valera).
La prisionera más famosa de Cork Gaol fue la condesa de Markiewicz, gran activista revolucionaria a principio de los años veinte.
La cárcel cerraría sus puertas definitivamente en 1923 cuando una instalación más moderna fue construída.

A pesar de un pequeño fallo al principio de su interpretación, Susan se ajusta el diafragma y sigue cantando de modo tan natural que parece que almacene la música en su interior. No tengo ninguna duda en decir que seré de las primeras que compre ese álbum que sin dudas se convertirá en un superventas en pocos días.
Incluso Simon Cowel hubo de pedirle perdón al finalizar su actuación por el trato de desprecio que le dedicó al principio de aquella su primera y ya épica actuación.
Y estos no han pasado a la final y no los conocía, pero me acabo de partir la caja. Ladies, que pectorales!!
No todo es blanco o negro, redondo o cuadrado. Y así, aunque parezca simple, un símbolo no tiene siempre el mismo significado, o lo que es lo mismo, su interpretación puede ser múltiple. Su significado puede variar dependiendo de la tribu, de los dioses favorecidos o de las diosas en la religión a la que se adore. Un símbolo nace cuando un grupo de gente accede a dar a un motivo artístico un cierto simbolismo. Un claro ejemplo de esto sería la Esvástica.

A juzgar por el puñetero tiempo invernal en el que aún estamos sumidos por estas tierras, reconozco que el cielo tiene su propio espíritu. O quizá esta versión, más cool...

Cien mil besos para cada uno de vosotros, porque sin vuestra presencia, hoy esto no habría sucedido... y aún no llevamos ni dos años en la blogosfera...
Se acerca ya la fecha del 27 Saló Internacional del Cómic de Barcelona. De nuevo una miríada de disfraces, de personajes de Star Wars, de diferentes mangas y comics, comics, comics. Y colas, colas, colas.
Y nada mejor para acompañar a tan especial exhibición que un catálogo conmemorativo, una guía visual de la misma acompañada de artículos (uno de los cuales está firmado por la que suscribe) e ilustraciones varias en 64 páginas a todo color.Los horarios de firmas de Pura, a quien acompañará el magnífico guionista Carlos Portela, padre letrístico de la Nueva Esther, la adulta, se repartirán desde el viernes hasta el Domingo, en el stand de Glénat, como sigue:Pero no sólo de Pura Campos vive el hombre, y el Saló estará plagado de activides y dibujantes y guionistas para todos los gustos. La lista completa y horas de los autores invitados por Glénat, se puede leer aquí, y el resto de autores, así como horarios, precios y activides se puede encontrar en la página de FICOMIC.
Estará allí, también, Carlos Giménez, candidato al Príncipe de Asturias, cuya nominación está siendo apoyada fervientemente, no sólo por el colectivo de dibujantes. Prometo traer algunas declaraciones en "exclusiva" del candidato, a ser posible. Lo que Dice Candela viaja a Barcelona con una maleta llena de proyectos y planes y con ganas de contarlo todo.
Con Pura y Carlos Giménez en el Expocómic de Madrid hace dos años.
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ACTUALIZACION: Me acaban de confirmar que Trini Tinturé estará firmando en el stand de Glénat el Sabado a las 17.00h.

Poco más allá de las calles empedradas del centro de Galway, se alza el Claddagh, lo que en otros tiempos fue un poblado de pescadores y que hoy no es más que una memoria de un pueblo idiosincrático y único que mantuvo su convenio soberano hasta la muerte de su último rey, en 1972. Pero la historia del popular anillo que lleva el nombre de ese pueblo, pasará a la posteridad.
No me dejaron verlo. En su viaje final, el hombre que jamás pasó de Despeñaperros entró en una caja de pino y ni siquiera me dejaron despedirme a solas, purgar mis pecados con él.