
Son las catacumbas de Paris, un enorme osario organizado en una sección renovada de la red de subterráneos y cavernas de la ciudad que se convirtieron en atracción turística a partir del siglo XIX.













Y uno de los fantasmas más recurrentes es aquel de la pequeña Harriet, que perdió la vida al bajar las escaleras deslizándose por la barandilla, cayendo a una muerte prematura, tras subir a lavarse las manos. Muchos la han visto con su vestido de chiffón, jugando en esas mismas escaleras. A veces se la ve en compañía de otro niño.

lla Brisbane. Sobre la entrada principal, que lleva a la torre, se encuentra la inscripción "1625-God.Is. Providens.Is.My.Inheritans", sobre la cual está el escudo de armas de los Shaws y los Brisabanes con las iniciales de ambos cónyuges.





Desde hace más o menos un año, cuando Purita Campos creara el cartel para concienciar sobre la Esclerosis Múltiple y entré en cierta manera en contacto tanto con la Asociación en Madrid como con algunos pacientes, me he interesado bastante en el tema. Nunca se sabe si te va a tocar esa lotería indeseada. Todos rezamos para que el cáncer no nos toque, o cualquier enfermedad fatal, pero casi nadie piensa en la Esclerosis Multiple y sus consecuencias. 
En el distrito infantil del parque hay un carrusel. Estoy segura de que cada foto puede asociarse a más de una pelicula, os dejo el juego abierto para que lo hagáis. El carrusel se parapeta de las inclemencias del tiempo en el interior de este pequeño edificio, y era difícil sacar fotografías nítidas de los caballitos y las luces y los niños.
Pero la mejor parte de Central Park, para mi gusto, está en Strawberry Fields. La fotografía de abajo no está tomada en blanco y negro ni la rosa es negra. Era una rosa roja, fresca y lozana y de verde tallo. Mi escáner se empeña en leerla en blanco y negro. Esa rosa es depositada allí casi a diario, gracias a la mano generosa de algún fan.


Este es el corazón arquitectónico del parque. La fuente fue acabada en 1873. La escultura sobre la misma, el Angel de las Aguas marcó la apertura del Sistema de Acueductos Croton en 1812, que trajo a la ciudad su primer suministro de agua pura.
El Reloj Delacorte es otro ejemplo de la voluble generosidad de George T. Delacorte. Cada media hora los animales de bronce danzan alrededor del reloj al son de melodías infantiles.
El Castillo de Belvedere, otra fotografía que mi escáner se empeña en reproducir en blanco y negro, ofrece una de las mejores vistas del parque al estar sobre una pequeña colina, conocida como Vista Rock. Dentro está el Observatoro de la Naturaleza Henry Luce con una exhibición para los más jóvenes sobre la sorprendente flora y fauna que se puede hallar en el parque, principalmente tantas clases de insectos que yo, paranoica como soy, salí de allí como la que tiene escorbuto.
En la cabaña sueca tienen lugar espectáculos de títeres a diario, y hay talleres donde pueden participar los niños.

Hay unas imágenes de Nins que me emocionan especialmente. Son fotografías (distintas) en las que hacen un posado maravilloso. Las tengo ahora mismo ante mí, en mis deteriorados pero entrañables Discolandia y el Oye Mira nº 14: seis niños sonrientes y bien vestidos, posan de perfil y alineados en fila india, siguiendo un orden de mayor a menor altura no perfecto, encontramos de izquierda a derecha a cuatro niñas, una morena y tres rubias y dos niños rubios. Lo digo así, a estas alturas, porque durante mi infancia ignoré sus nombres y tardé años en poder ponérselos. Yo sería un infame si me jactara de lo contrario. Espero que Mónica Torrens, Laura Pérez, Angelita y Fina Montuenga, Bruno Huertas y Álex Sanfeliu sepan disculparme por ello.
Pienso en la ropa de los chicos, de la que en su día expuse alguna reserva sin mala fe. Pero ahora caigo en la cuenta de que a mí me vestían así, zapatos negros lustrados, calcetines blancos hasta la rodilla, pantalón corto, jersey y el cabello peinado hacia delante. Ver esas fotos es revivir una época, ya pasada pero nunca olvidada, la de mi infancia y la de tantos otros. Y gracias a los diferentes discos, con tan buen juicio conservados, hemos podido hacerlo. Mirar atrás es conocernos mejor a nosotros mismos. Me subleva tanto comentarista que despotrica de hacerlo. Si así es como podemos entender quienes somos.
Me estoy dando cuenta de que no he hablado de su razón de ser, la música y las canciones. Estamos hablando de cantantes infantiles y como aquí (en el foro de Nins y demás artículos y comentarios) se ha demostrado, en el más estricto sentido del término. Capaces de enfrentarse al directo en un escenario y preparados a conciencia. Y con letras preciosas además. Con las que aprendías cosas sobre la amistad, o la diversión en la infancia.
Como para olvidar lo que de niño me significó El mundo de Ruy. Aún hoy la reviso con emoción por el placer de escuchar a las cuatro chicas soleando y contestándose entre sí, tras las primeras notas evocando la música medieval. Qué gran trabajo de los hermanos d’Angelis y J. Moll. Una letra que habla de amistad y generosidad (Tiene un gran corazón y comparte con los demás / cada satisfacción que la vida le quiere dar…).
La canción de Astérix, lo mismo, sólo por declinar latín (Aprendió poco a pocorum) ya es especial (¿para cuando un homenaje a Moncada, Rubio y Lapardi?). O esa delicia que es Baila claqué que además de preciosa (Cierto día que / al mirar por mi ventana / ví al amanecer / a un poeta y su guitarra) me ayudó a intimar con la que hoy es mi mujer, que la recordaba por haberla cantado mucho de niña.
No alargaré más la lista, aunque esta muestra me resulte muy escasa.
Nins fueron una presencia constante en la diversión infantil de principios de los 80 a través de discos y actuaciones en radio y televisión. Lástima que no llegaran a rodar películas como sus compañeros de fatigas y (cuanto me alegra haberlo verificado) amigos de Parchís y Regaliz. ¿Cuándo los escuché por primera vez? Ni idea, ni tiene demasiada importancia. Llegaron a mi vida y en ella se quedaron. Luego el tiempo pasó y tan discretamente como estos artistas aparecieron se fueron, dejando dulces recuerdos de infancia nunca olvidados.
Jamás se borraron de mi mente ninguno de estos grupos pero en algún momento sentí la necesidad de conocer más. Poco margen hubo durante años para ampliar información, el fenómeno había pasado y los medios no se interesaban por aquellos simpáticos niños de las portadas. Años de limitarnos a contemplarnos mutuamente en esas fotos, mientras uno se devanaba los sesos tratando de imaginar su aspecto actual.
Yo intentaba averiguar algo, desde luego. Ahí quedaron conversaciones ocasionales con gente de mi edad en las que el interlocutor tal vez se negaba a tratar el tema, alegando que eso estaba pasado, o por el contrario se emocionaba, como fue el caso, por inmensa fortuna para mí, de aquella compañera de facultad que hoy es mi esposa y la madre de mi hija. En lugar de mandarme a paseo se emocionó y compartió generosamente recuerdos y materiales. Momentos de nostalgia haciendo girar vinilos ya desgastados, comprar en ferias de antiguo reliquias, pedirlas prestadas a personas que ponían cara de circunstancias.
Hasta que llegó ese invento capaz de lo mejor y de lo peor que es Internet. Y así, ya superados los treinta, poder ver a aquellos niños cantando de nuevo, pero, a diferencia del televisor en blanco y negro, las veces que hiciera falta. Y ante todo encontrar personas con las que se podía conversar y discutir sobre este tema, aunque nos separaran miles de kilómetros.
Eso me ha llevado a daros la lata hoy con estas líneas, ahora que tengo la inmensa suerte de encontrarme entre amigos que aprecian y dominan estos temas. Cómo expresar la emoción que me ha supuesto (espero que lo siguiente no parezca un vulgar peloteo, necesito contarlo así) que gracias a este blog he conocido a la persona que lo hizo todo posible y cuyo nombre había leído escrito en el Oye Mira nº 14 debajo de BAILA CLAQUÉ (2’27) y MI -SEISCIENTOS- (3’04), por desgracia sin significarme nada al principio. Una gran profesional y mejor persona como Marta Minguella hoy tiene la santa paciencia de respondernos, a mí y a todos, a un montón de preguntas sobre estos tiempos y gracias a ella he podido apreciar infinitamente mejor lo que supuso este fenómeno, así como su dedicación y esfuerzos. O que la niña morena que encabeza la formación por la izquierda, de la fotografía donde aparecen los Nins, haya participado personalmente en el foro y gracias a eso hoy sabemos que era ella la que cantaba Siempre jugando está con su primo el pequeño Alvar. Y en su imaginación la batalla va a comenzar. Gracias infinitas Mónica.
Imagino que todo lo anterior me ha quedado cursi. Pero puedo asegurar que está escrito desde el corazón. Los Nins nunca podrán ser desalojados del mismo.
Un caluroso abrazo a todos.
Lombard.
Estatua de Napoleón
Walter Scott
Wladyslaw Jagiello, Rey de Polonia y Gran Duque de Lituania, fundador de una unión libre de la Gente de Europa Central.

Cristobal Colón
The Falconier. En 1937 estaba en peligro de caerse, tan inclinada como la Torre de Pisa, hasta que la colocaron en un podium y la anclaron mejor.
La escultura dedicada a Hans Christian Andersen, leyendo su propia historia "El Patito Feo". En esta escultura hay lecturas gratuitas de clásicos para niños y adultos.