UNA BONITA HISTORIA DE AMOR

En estos tiempos de crisis, masacres y malas nuevas, es reconfortante abrir un periódico y ver una bonita historia de amor, aunque esté protagonizada por dos críos de 6 y 7 años respectivamente. Muchos se llevarán las manos a la cabeza y se preguntarán dónde estaban sus padres, o cómo es que les fue tan fácil huir, pero prefiero ver la historia desde el lado más infantil: el idealismo, la aventura y el romanticismo que conlleva el escaparse de casa por amor.

Mika y Anna-Lena están enamorados. con toda la pasión de sus cortas edades (tienne 6 y 7 años). Han escapado de su casa en Hanover, para casarse en Africa y viajar por el mundo. Se decantaron por Africa porque vieron un documental sobre el continente y decidieron que preferían una boda en un clima cálido, lejos del frío invierno alemán. Les acompañaría en su aventura la hermanita de Anna-Lena, de 5 años, que actuaría como testigo del enlace. Cada detalle estaba pensado. Por todo equipaje una mochila. ¿Quién necesita más cuando el latido de los corazones enarbolados ocupa ya todo su pensamiento?

Despues de caminar casi dos tercios de milla, se les vio esperando un tren en la estación de Hanover, un tren que les llevaría al aeropuerto. Para coger ese gran aeroplano en el que volarían a Africa. Desafortunadamente alguien los vio solos, sin compañía adulta y pronto la policía los entregaría a sus padres. De acuerdo a uno de los agentes que les recogió en la estación, los chicos "están muy enamorados".

Los dos policías que los encontraron intentaron convencerles de que sin dinero les sería muy difícil coger un avión y llegar a su destino. Al principio se mostraron frustrados ante las debilidades de sus planes. ¡Parecía todo tan perfecto! Luego fueron un tanto reticentes a rendirse, pero la promesa de un cacao caliente y un buen desayuno fue suficiente para que finalmente desistieran de sus impulsos y les acompañaran a la comisaría. Como premio de consolación, se les dio una visita guiada por las dependencias policiales antes de que sus aliviados papás les recogiesen.

¡Ojalá esta bonita historia sea coronada en años venideros con una boda un tanto más realista!