LA NOVICIA (5º CERTAMEN XVZ)

Tres vocablos cada semana sobre las que construír un relato de no más de 300 palabras. Esta semana: Alpargata-Pandereta-Boniato. El relato, éste. Justo 300 palabras.

-No puedo mas, Madre, no puedo.

Sentada allí, en el estéril despacho de paredes grises, la novicia jugaba nerviosamente con el invisible anillo de su dedo, el que había perdido hacía meses.
La Madre Superiora no dijo nada. La miró con aquella cara de boniato que le había valido el apodo de "Sor Nabo" desde su juventud y suspiró exasperada. No era la primera novicia con un ataque de falta de fe.

-Inténtelo de nuevo, hija mia. Simplemente tiene un mal día. No hay que desfallecer al primer contratiempo.

-Sí, Madre -asintió. Regresó a su celda y se recostó en el duro camastro.

Un error. Había sido un error. Añoraba el bullicio de la urbe y maldijo el día en que abandonó el hogar. De flor en flor, había ido, como una mala pécora. Primero había sido la comuna hippy, donde pasaba el día en alpargatas y medio zombi de hachís. Luego se unió al circo, donde aspiraba a ser trapecista y nunca pasó de limpiadora de jaulas. Cuando se cansó se dedicó a tocar la guitarra por las calles, sin saber muy bien qué hacer, hasta que una noche en un albergue vio por primera vez The Sound of Music y se enamoró de aquella voz de monja soprano y quiso ser como ella, vestidito cortinero y todo. Y allá que se fue a un convento de los Alpes, donde su carrera musical jamás pasó de tocar la pandereta.
Había sido un error, y lo supo apenas dos meses antes, cuando conoció a su propio Von Trapp en medio de la campiña. Y Dios mediante, en nueve meses tendría su primera adición para el coro familiar.

Sí, definitivamente tendría que convencer a la Madre de que la dejara colgar los hábitos para siempre.