lunes, 31 de diciembre de 2012

No es la película, es la canción

A pesar de todo, también lloro. Cuando pelo cebollas. Cuando las lentillas me molestan. Cuando se me mete algo en el ojo o pineso en grandmère.
Y casi cada año, lloro en Nochevieja. O mejor dicho, a unos segundos de inaugarar el nuevo año. No es por los que no están, ni por los que no estarán el año que viene o los que se quedan aquí. No es por el momento "abrazos y besos" ni por las uvas que nunca tomé (es que soy más de aceitunas), ni por los tiempos pasados que probablemente ni siqueira fueron mejors. 

Lloro porque en el peor de los casos, lo primero que suena -con los fuegos artificiales y el Big Ben y el London Eye de fondo- es el Auld Lang Syne, una canción que me produce pavor. 


                          

Diréis que eso es una estupidez, pero he descubierto que hay varias canciones que de pronto liberan   los posos más profundos de mis conductos lagrimales. 
Esta canción en España se asocia a las despedidas. Yo la asocio invariablemente al último día de clase, cuando la monja o profesora de turno nos hacía cantar el "llegado ya el momento de la separación".

Y supuestamente no es una canción triste, pero para mí lo es. No por ser la canción que se oye de fondo en It's Wonderful Life. No es la película, es la canción, con letra del poeta Burns y música de la viaja tonada folclórica Roud:


Should Old Acquaintance be forgot,
and never thought upon;
The flames of Love extinguished,
and fully past and gone:
Is thy sweet Heart now grown so cold,
that loving Breast of thine;
That thou canst never once reflect
On Old long syne.

CHORUS:
On Old long syne my Jo,
On Old long syne,
That thou canst never once reflect,
On Old long syne.

Tradicionalmente se canta al final de las reuniones de Nochevieja, es decir, al acabar la fiesta  en Escocia y en los paises anglosajones. Aparentemente todos se cogen de la mano a la persona más cercana formando un círculo y al final del último verso todo el mundo cruza los brazos sobre el pecho, de modo que la mano derecha busca al vecino de la izquierza y viceversa. Luego todos se unen en el centro del círculo, aun con las manos asidas. Y luego se reestablece el círculo y la gente se da la vuelta para quedar con la espalda al centro... aunque esto, amigos, no lo he visto hacer en la vida y creo que en vez de llorar me entraría la risa, como cuando veo una sardana.

Y en otros países simboliza en final y el nuevo comienzo, incluyendo las despedidas, en funerales y memoriales por los fallecidos, o en graduaciones. Vamos, que es una cancion multiusos.

Y a mí, simplemente, no me gusta nada. 

En cualquier caso, vosotros seréis menos "rarit@s" que yo. FELIZ ENTRADA DE AÑO!!!!


sábado, 29 de diciembre de 2012

La Biblioteca de Candela 2012

El año pasado me hice el propósito de leer más. Y aunque lo he conseguido, no he alcanzado el número que me puse en mente, por lo que mi propósito para el 2013 será leer más aún. Al menos he leido 10 libros más que en el 2011, que ya es algo, así que aquí va la lista (no los pongo por orden de lectura, los he reagrupado por autor/tema más o menos):








Los cuatro libros de Kate Morton. A principios de año leí los tres primeros. The Secret Keeper lo compré el mismo día que salió a las librerías y lo devoré con las mismas ansias que los primeros. Ha sido el año del descubrimiento de Kate Morton, del renacer de la magia, los secretos y esas sensaciones que pocos autores pueden llegar a impregnar en sus obras.






 

Tuve la suerte de entrevistar a Chris Carter este año para nuestra revista Foroesther. Ya había leido su primer thriller, El Asesino del Crucifijo y este año conseguí sus dos últimas novelas. Ha sacado otra, pero aquí no a ha llegado todavía. Habrá que leerla en 2013. Me encanta su personaje principal, ese policía un tanto poco ortodoxo y esos crímenes tan... retorcidos, cuanto menos.

 

Dos compañeros totalmente "necesarios" para los fans de la serie británica Downton Abbey. Secretos de rodaje, anécdotas, recetas, cómo se organizaba una casa de la época, fotos de absolutamente todo y todos. Indispensable en tu mesita de café.

 

Sigo coleccionando libros -y leyéndolos, claro- sobre Anne Frank. Y dentro de la misma temática, cuando visité Cracovia en Marzo y la fábrica de Schindler, compré "La Lista de Schindler. Una Guía". El primero, Heredando a Anne Frank, está escrito por su amiga Jacqueline van Maarsen. Su recuerdos sobre Anne, su amistad, su propia experiencia en el Holocausto. La Guía no es una "guía de la fabrica" ni mucho menos. Son historias de lugares que aparecen en la película -o no- y lo que queda de ellos. O lo que no queda. Historias del guetto, por ejemplo. Historias de crueldad, de sumisión de un pueblo y a veces, hasta de esperanza.

 

 
                   
 

                            

De Jo Nesbo había leído con anterioridad el Muñeco the Nieve (The Snowman), que fue su primer libro traducido al inglés. El año pasado, justo tras las navidades, salieron al mercado casi todos sus libros editados, finalmente, en inglés. El último de la saga ha sido The Phantom.
Pero en realidad, faltaban dos. Todos los libros tienen un denominador común, a excepción de Headhunter (llevada al cine), del mismo autor: son novelas policíacas y el protagonista, Harry Hole, está en todas (excepto como he dicho, Headhunters). Lo que sucede es que Jo no estaba muy contento con sus dos primeras novelas, The Bat and The Cockroaches, y tras un largo tira y afloja por parte de la editorial, parece ser que al final ambas serán editadas mundialmente. The Bat ya lo ha hecho y ahora solo nos falta la otra para completar la colección, y según tengo entendido, saldrá en algún momento de este 2013.

 

De nuevo he tenido la suerte de poder entrevistar a las autoras de estos libros: A Esther Sanz, autora de El Bosque de los Corazones Dormidos y El Jardin de las Hadas sin Sueño, y a Amaya Ascunce, Autora de Cómo no ser una Drama Mamá. Los dos primeros forman parte de una trilogía que culminará esta primavera. El último sale de la experiencia de Amaya con su madre y los consejos que esta le ha dado a lo largo de su vida. Nació como blog y ha acabado vendidendo seis ediciones...

 

La Cinta Roja es la biografía novelada de Teresa de Cabarrús. Llevada perfectamente por Carmen Posadas, se hace amena y después de todo, es un personaje histórico y poco conocido. La Soledad de La Reina, de Pilar Eyre, ha sido un tanto polémico, principalmente por llamar al pan, pan y al vino, vino. Y la reina no es esa estoica figura que sonríe como si aquí no hubiera pasado nada. Aquí conoceremos su carácter, sus angustias, y sobre todo, las humillaciones por las que el rey la ha hecho pasar. Pero como buena reina, hija de reyes también, sabe guardar la compostura con esa dignidad que pocas mujeres saben llevar con elegancia.
El otro libro, La Isla de los Sueños, Cadiz 1810-1812, de Paco Periñan son una serie de relatos cortos relacionados con la época del bicentenario. Otro libro para mi "biblioteca de temas gaditanos".

 

Sigo ampliando, también, mi biblioteca de Mary Higgins Clark, que este año parece que ha trabajado más bien poco. Suele sacar unos dos/tres libros al año, uno de ellos a medias con su hija, pero este 2012 solo nos ha dejado The Lost Years, crimen sencillo y sin demasiadas pretensiones, lectura rápida. Naomi's Room es un libro que ya había leido hace tiempo, pero se lo oi mencionar a alguien y tuve ganas de leerlo de nuevo. Siempre hay tiempo para una relectura. Terror agradable, de esos que más miedo dan: con niños. El tercer libro, Little Star, prometía más de lo que llegó a ser. Es del mismo autor de "Déjame entrar" y tiene a una niña como protagonista, una niña que en lugar de dar miedo te dan ganas de matarla. Pero por imbécil y pejigueras. Se me hizo largo al final y solo quería que alguien le pegara un tiro. Por el bien de los lectores.

 

 

Seis novelas de crímen de distinto nivel y calidad. Hot Money llegó a aburrirme en su argumento, y la verdad, al final poco me importaba quién se quería cargar al millonario. No llegué a simpatizar con ninguno de los protagonistas, ni a sentir nada por ellos. The Death List y The Soul Collector pertenecen a una saga de Paul Johnston. El primero está bastante bien, el segundo me ha parecido tremendamente insoportable. Lo peor es que hay un tercero, porque es una saga. Los de Alex Kava me han gustado más. Bastante más. Y qué decir de John Verdon. Un maestro del crímen complejo pero bien llevado y no uno de esos que en el capítulo diez ya sabes quién lo hizo todo...

 

Tres autobiografías. La primera, Confesiones de una Zorra de la Pradera, escrito por la que fuera Nellie en La Casa de la Pradera, es una historia agridulce aunque contada con un humor excepcional. Todo un descubrimiento, me lo leí en un par de noches. 
No sé por qué me compré Haciendo Majaradas, diciendo Tonterias, de Mario Vaquerizo. No conocía de nada al personaje, pero todo el mundo hablaba de que había sido un "descubrimiento mediático" en el reality de Alaska, y que era su marido y muy divertido. Pero su "biografia" me deja totalmente indiferente. Sus ideas sonbre el peso, la forma del cuerpo y la "belleza" son de una estupidez supina como son sus puntos de vista en ciertos aspectos de lo que él considera "vida". Una pérdida de tiempo que no aporta nada de nada. 
El tercer libro no significará nada para alguien que no viva en Irlanda. Des Bishop es un comediante  irlandés, de Cork, con raices americanas. Su padre fue modelo. Bueno, su padre fue un poco de todo. Y esta mitad autobiografía/biografía de su padre es un homenaje a esa figura paterna que desapareció hace tan solo un año, víctima del cancer. A veces divertida, a veces amarga. Me ha gustado bastante.

 

Y con estos dos últimos, cierro mi lista de lecturas: The Papal Decree no me ha gustado nada de nada. Un lío de personajes que aparecen uno tras otro, sin que te impliquen en la historia ni te importen. Una novela fría que parece llenar la obsesión del autor por el mundo del vaticano, las conspiraciones papales y los asesinatos en la curia. 
The Unseen, sin embargo, libro que acabo de terminar, ha sido toda una revelación y me ha hecho ir a comprar las otras dos novelas de la autora, Katherine Webb. Fue un regalo de Navidad de los primos del guiri y una auténtica joya. Ha sido como leer a Kate Morton. Misterio, secretos de familia, hadas y ambiente puramente británico. Es por ello que he comprado la primera novela de Katherine, The Legend y la última, The Half Forgotten Song, que serán, sin duda, mis primeras lecturas del 2013.

En el ámbito del cómic, estas son las novelas gráficas/cómics que he leido:

-Waltz with Bashir
-Domingo de Piñata (de la colección 12 del 12)
-The Fixer, de Joe Sacco
-The Mystery of Mary Rogers
-Billy Brouillard
-Una Posibilidad entre Mil
-La Máquina de Efren
-Sostres
-Plagio
-Iberoes 2
-REC
-Jerusalem, Chronicles of the holy City, de Guy Delisle
-Wimbledon Green
-Burka Babes 2
-Curiosoty Shop 2
-The Gruesome End of Baron Spolasco
-The Ghost of Shandon
-Camila, Bestia Parda
-El Lamento del Océano
-La Casa de los Susurros
-Jan Europa tomos 1 y 2
-Paco Roca, Memorias de un hombre en pijama
-María y Yo



Y todos en libro-libro. De papel. De esos que hay que pasar las hojas. En esta casa no entra un ebook.






miércoles, 26 de diciembre de 2012

La triste historia de B.

Conocí a B. mientras trabajaba en mi primer empleo tras llegar a Limerick. Mi primer trabajo tras ser Au Pair fue en la tienda-supermercado de una gasolinera junto al Hospital Regional, y B. era farmacéutica al otro lado de la carretera y solía venir a diario, incluso dos veces al día, pues además de ir a comprar algo para el almuerzo suyo y de las compañeras, o el desayuno, algunos días al terminar su jornada hacía alguna que otra compra para llevar a casa.

Un par de años después decidí dejar mi trabajo en la tienda y aprovechando que una de las dependientas de la farmacia se había ido, solicité su puesto y me cogieron para el trabajo. Estuve allí nueve meses y fue el peor tiempo de mi vida, tanto que incluso tuve que tomar valium un par de veces para ir a trabajar, porque la jefa, la dueña de la farmacia, era una amargada estrábica, nada agraciada físicamente y con un padre político que llegó a senador y cuyas ínfulas le servían para hacer mobbing a según quién, incluyéndome a mí y a otra chica que hacía prácticas en la botica y era bastante jóven. A ella llegó a hacerla llorar más de una vez. Yo le entregué mi renuncia y me busqué otro curro.
Sin embargo, no todo fue malo. Allí B. se convirtió en una aliada y una amiga que no dudó en defenderme delante de mi jefa -que también era la suya-, advirtiédole que si no dejaba de tratarme del modo en que lo hacía iba a perder a una excelente trabajadora.
B. era una persona optimista y vital, de esas con la sonrisa siempre en los labios y una risa cristalina y contagiosa que hacía que te cayera bien desde el primer día. B., además, era vecina del guiri, la casa de sus padres colinda con la de mis suegros, y aunque durante años perdimos el contacto, hace unos años en Navidad la oí salir y fui a saludarla. No había cambiado un ápice, estaba feliz y preciosa, porque B, además, es una persona de belleza extraordinaria no solo por dentro. Es guapísima.

Unos años antes B. pasó por un cáncer que venció con un pañuelo en la cabeza, mucha positividad y un "fuck off big C" que mandó a esas células muertas al otro barrio en lugar de a ella. Para entonces ya estaba casada con el amor de su vida, tenía dos hijos, una casa, un cochecito nuevo y seguía trabajando en la farmacia y conmutando desde aquel pueblo en la provincia de Cork, a unos tres cuartos de hora de Limerick. Su vida era absolutamente perfecta.

Si tenemos en cuenta que uno de sus hermanos se suicidó colgándose en la casa que acababa de comprar con su novia porque descubrió que esta le era infiel. Pero fue un bache que logró superar porque la vida sigue y estas cosas jamás se olvidan pero se alivian con el paso del tiempo.

Y entonces, este verano, sucedió la tragedia que cambiaría su vida para siempre. El negocio donde su marido trabajaba había sido afectado por la crisis, pero nada que no pudieran superar. El día en el que el tiempo se detuvo y comenzó la pesadilla, su marido iba camino a Dublín para tomar un avión a EEUU donde le había salido un contrato por unos meses.
Nunca llegó al aeropuerto.
Encontraron su cuerpo colgando de una viga en una caseta de aperos junto a la carretera, provocando el shock de su vida a su dueño, que no le conocía para nada y se levantó una mañana para encontrarse un cuerpo sin vida pendiendo de una cuerda en su almacén de herramientas en el jardín.
Y su muerte puso en marcha una espiral de acontecimientos que a día de hoy todavía no tiene fin. Para B., aquel día supuso descubrir que el amor de su vida, el hombre con el que había compartido casa, cama y con quien tenía dos hijos era en realidad un total desconocido.
Yo solo he oido la historia la víspera de navidad, entre cervezas y confidencias con mi suegra y mi cuñada que son los mejores amigos de los padres de B. y que en los mentideros del pueblo se habla entre susurros y desconfianza. 
Parece ser que el marido de B. y el hermano de este solían dedicarse a cuidar a los niños de vecinos, amigos y conocidos cuando eran jóvenes. Y parece ser que aprovechando semejante puesto de responsabilidad, atiborraban de alcohol a los niños a su cargo y abusaban de ellos. Lo que nadie comprende es cómo ningún padre se dio cuenta de ello, cómo si los niños no recordaban nada por haber estado totalmente K.O. por el bebercio, no tenían síntomas de resaca o se sentían enfermos después. O tal vez simplemente, en una comunidad pequeña y en los tiempos que eran, no se atrevieron a hacer nada o no se les ocurrió que aquellos dos imberbes con caras inocentes estaban haciendo tanto daño a sus pequeños.
Pero la verdad siempre sale a la luz y parece ser que pocos días antes de que el marido de B. decidiera colgarse en una viga en medio del campo, había habido una denuncia y se estaban investigando los hechos, que acabarían pronto con, si no un arresto inmediato, al menos un interrogatorio por parte de la policía. Y aquello no podría mantenerse en secreto por más tiempo.

Y así el marido de B. decidió dejar a la familia con la vergüenza y la duda y quitarse de en medio. Su hermano, sin embargo, se encuentra en paradero desconocido. Se dice que en Canadá. Y que si alguna vez regresa al pueblo, lo va a tener muy difícil para que no le linchen, como en una película del oeste o una imagen de hace unos cuantos siglos.

Tras el suicidio del marido de B. la policía registró su casa y se llevó su ordenador (el de su marido) donde encontraron un buen número de archivos con pornografía infantil. Y B., desde que saliera todo a la luz, ha dejado de ser esa mujer de voz cantarina y sonrisa eterna, ha dejado de reir y ha envejecido veinte años de golpe. Sus bonitos ojos azules han perdido la luz con la que se iluminaba cualquier estancia cuando entraba, y ahora, meses después, se sigue preguntando quién era en realidad aquel monstruo de cabellos oscuros que pretendía ser otra persona.

Su vida, su perfecta vida, no ha sido más que un engaño y ni siquiera tiene a quién reclamar. Pero sí dos hijos a los que dar explicaciones, dos hijos que ella espera no hayan sufrido en manos de su padre y su tío lo que sufrieron tantos otros niños del vecindario, niños que hoy en día son adultos que la miran desafiantes, entre pena y desdén.

No he podido ver a B. estas navidades. Probablemente no haya ido a casa de sus padres o no haya podido enfrentarse a su primera navidad, la primera de muchas, sin el desconocido que compartió sus otras festividades. 
Aquellos ojos llenos de tristeza y vacíos de energía, siguen preguntándose por qué. Y culpándose, al mismo tiempo, de no haber sabido nada.


domingo, 23 de diciembre de 2012

Las fotos navideñas del cole

Navidad. Llegan las festividades e imagino que esta tradición de fotografiar a los alumnos (previo pago) en el colegio, aún sigue vigente, al menos en la E.G.B. Oh, sorry. Ahora ya no se llama así . Primaria, imagino. Es igual.

Mi madre ha sido la madre de los berrinches, entre otras cosas. Ya no le valía que ese día te peinara y te vistiera como ella quería, con esa ropa "de los domingos" con la cual rezabas que nadie te viera... con ese pelo extra peinado que levabas la sonrisa en la boca porque si cerrabas los labios te estallaba la goma... con esos zapatitos de charol que eran de principios de invierno y ya te aprietan y que no se te ocurra ensuciarlos (a pesar de que nunca salían en al foto!) porque te cae un capón más gordo que un pavo de navidad...
Luego, naturalmente, están esos consejos de madre: "no sonrías con la boca abierta, que te faltan dos dientes y queda feo". "No salgas seria, que parece que estás enfadada". "Quítate las gafas que te hacen fea". "Ponte las gafas que como no ves bien, sales con la mirada perdida".

¿Conclusión? Mi madre acababa siempre a gritos cuando recibía las fotos. Como nos la hacíamos mi hermana y yo juntas desde ella que se unió al colegio, si no fallaba en olvidar los consejos, una era la otra. O las dos al unísono, pero en cualquier caso, he aquí los resultados...

Esta es mi primera fotografía-felicitación escolar, así que imagino que debe ser de 1974-1975 (4 años):



Esta es la que le sigue y a partir de ahí no estoy muy segura de haber colocado algunas cronológicamente...


Mi madre odia esta foto: yo estoy mirando no se sabe a qué y comi si estuviera ap unto de echar a llorar, y mi hermana parece estar perdida y acojoná... a saber lo que nos estaba diciendo el fotógrafo pero yo tragaba saliva por si las moscas... Obsérvese el frío siberiano que debía haber en Cádiz en esos años porque juro que nunca más he llevado cuello alto y mucho menos un jersey debajo de uno de lana pura de oveja (tejido por mamá) que parece bien gordo...



Claro, así pasa lo que pasa, que "mamá" dice que más nos vale sonreir, que la foto se la van a cobrar igual y luego nos echa la bronca porque mi hermana parece el doble del conejo de Duracel y yo parezco pazguata... Eso sí, parece que este Diciembre hacía mejor tiempo y aunque los vestidos son a juego y hechos por mamá, nos han dejado quitarnos las rebequitas... (rosa fucsia si no recuerdo mal, de una lana superpicajosa)


Lo que nos lleva a otras Navidades, y otro mal trago. Juro por Dios que prefería al ATS que venía a ponernos las vacunas una vez al año que al maldito fotógrafo... Mi hermana vuelve a hacersurcos en el suelo con las palas y yo me acabo de enfadar y otra foto que mi madre no se atreve a enseñar... Si no me hubiera comprado unas gafas tan horibles, a lo mejor me habrían quedado ganas de sonreir...
Volvemos al invierno siberiano y esas lanas gordas-regordas!


Aquí ya me lo tomo con filosofía. Hago un tímido intento y me quedo tan pancha. Mi hermana sigue haciendo lo que le da la gana...

Viva el calentamiento global. Seguimos usando vestiditos idénticos, mi hermana y yo, pero con manguita corta. Creo recordar que las rebequitas a juego eran de color crudo...


Este año nos han puesto hasta mesita... parece que mi madre quedó más contenta con nuestro intento... auqnue caras que no se pueden cambiar...


¿De verdad mi madre pensaba que un jersey de marcianitos para mi hermana combinado con una falda escocesa (previamente mía) era una buena cmbinación para una foto...? ¡Con razón salgo medio descojonada, si es que rezumo mala idea por todas partes!


Yo odiaba ese jersey de lana... era de color perla con hilos plateados que picaban patosusmuert... y encima parece que me cogió en mi día más ochertero. Catorce años... ¡y qué mal llevados!


Claro que... seamos justos. ¿Cómo iba mi madre a permitirse dar consejos sobre cómo posar en las fotos de clase cuando a ella misma la sacaron de estas guisas y medio bizca...? (aclaro que a mi madre al nacer la golpearon en la cabeza con los forceps, lo cual le provocó un estrabismo que solo le corrigieron con los años, aunque doy fe de que cuando se enfada, se le va el ojo p'al lao)






¡Y AHORA OS ANIMO A TODOS A HACER UN POST CON VUESTRAS FOTOS NAVIDEÑAS ESCOLARES! (si no son escolares, no valen!)