martes, 27 de noviembre de 2007

EL MAESTRO (34º ALBANTA)


Llega el maestro al claustro. Generación excipiente, aula al unísono en batallar constante, tiernos novatos en fila influenciando a los peores. Príncipes anacoretas rebeldes, inútiles derrotados, perpétuos ególatras, ignorantes innatos, bandoleros perdidos, mercenarios de las letras. Llegó el maestro al encerado y desbarató el cotarro, deshizo las ilusiones ilustres de miles de afincados aficionados adictos a relatos de poca austeridad, diccionarios parlantes de mutantes teclados, artífices insulsos de poca libertad, fraccionarios de las palabras sin sentido y del viperino cantar de la húmeda moralidad.

El maestro de literatura mira y admira el revuelo formado por los cuatro cabecillas que nada saben, que nada piensan, que todo creen, que no se inmutan. Quiere enseñar y no puede, porque no se lo permiten. Más sabe el perro por viejo que por perro. O más sabe el viejo por perro que por viejo. Sabe más el maestro, cansado de corregir acentos perdidos, letras raídas, indolentes sirenas de sus propios sueños que inmaduramente no reconocen sus pausas exhaladas, sus misteriosas reacciones en un mundo laberíntico y ajeno. Manolete, si no sabes torear pa' que te metes, dice el cantar en el fondo de la memoria del distintivo, soberbio, certero maestro. Hablan las malas lenguas al fondo del pasillo, leyenda viviente de mentiras forjadas en el bravío subsuelo de la ignorancia recabada.

Muere la prosa reciclada, la vida misma del abecedario sin usar por aquellos indolentes del deseo de mejora. Habla la bruja deslenguada que descuartiza textos y palabras como indigente ansiosa del vocablo curtido. Mira el maestro la copia arbitraria, el insulto hecho palabra y proclama, con su pluma moratoria, con su gesto cansino, el veredicto de su sapiencia irreverente.
Pedante amigo, me prostituyo por tí y para tí, me vendo por cuatro letras, baratas, inútiles y gratuítas, no me importa.
Eres mi maestro y me enseñaste bien: para escribir sólo se necesita bolígrafo y papel.

Para decir, necesitas el alma.

sábado, 24 de noviembre de 2007

(33º ALBANTA): LA HERENCIA


Cuando murió el abuelo Sebas, ya sabíamos que no nos quedaría gran herencia. Por todo recuerdo, una caja de zapatos llena de viejas fotos y cartas amarillentas, cartas de ternura y pasión florida con faltas de ortografía y más amor que literatura.
Y el miedo. Nos dejó el temor de haber heredado su locura, la que corría por las venas de los Malasaña, por parte materna. Madre era abstemia y no parecía haber heredado el gusto por la uva que el abuelo habia llegado a perfeccionar con el paso de los años, si acaso sólo su mala leche. Pero la Tata Aurora, la hermana del abuelo, que tampoco bebía, y que vivía rodeada de un perro, un loro, 5 periquitos y 14 gatos había sabido aprovechar su parte de la herencia, hasta tal punto que murió sola en un asilo, agarrándose el cuello y gritando que le robaban sus famosos diamantes, los que le regaló el conde. Llevaba medio año ya sin saber si iba o venía, ajena al pasar del tiempo y a lo que le rodeaba. La Tata Aurora había vivido en una casa al lado del cementerio y decía haber vistos muchas almas en pena. Tambien leía el futuro, los posos del café y tenía la habilidad de mantener conversaciones con extrañas muñecas de porcelana.
Por eso, mientras cremábamos el cuerpo del abuelo Sebas, Gumer y yo temblábams de miedo, pensando qué sucedería en los años venideros y quién sería el primero en mostrar las huellas de esa herencia indeseada.
Gumer intentó tomar precauciones. Dejó de probar el alcohol, se hizo numerosos análisis y electroencefalogramas, acudía al psicólogo dos veces al mes. Finalmente se casó y es padre de dos hijos.
En cuanto a mí, la vida tampoco me ha defraudado. Suelo viajar bastante, y canalizo ese miedo e inseguridad hacia el arte. Tal vez mi imaginación la haya heredado del abuelo Sebas, o de la Tata Aurora. Pero si es así, no me importa en absoluto. He llegado a tener mucho poder en mis manos, todo aquel que una persona insana nunca podría llegar a conocer. Me he casado también, con una mujer hermosa, y mi hogar se ha ido llenando de bellos objetos y monumentales obras artísticas que me hacen olvidar el pasado de mi familia. Comando ejércitos, y me codeo con lo mejorcito de la sociedad, dado mi status.
Sin embargo, no estoy contento con las condiciones en las que me hallo en esta posada de mala muerte a la que me han enviado, no sé con qué propósito. No acostumbro a estar rodeado de tanto ruido, ni de personas que no son lo que dicen ser. Tendré que quejarme al posadero de la miseria y la suciedad que me encuentro por los pasillos y de la estrechez de mis aposentos. Yo, Napoleon Bonaparte, con la mano en el pecho puedo asegurar que este sitio no está a la altura de alguien como yo. Ayer mismo vino a visitarme Gumer y pude ver el dolor en sus ojos al comprobar dónde me han alojado estos imbéciles. Hablamos mucho rato, pero tuve que dejarle porque he de ir a buscar a mis generales y discutir la estrategia de la batalla. Me dijo algo de una herencia maldita que al final nos alcanza...


viernes, 23 de noviembre de 2007

LLEGA LA NAVIDAD, LA, LA, LA, LA

Aquí os dejo algunas fotos de Limerick y su alumbrado navideño, inaugurado esta semana (lo de esperar por tradicción al 8 de Diciembre se ha perdido ya).

En la calle principal han erigido este año el primer eco-friendly árbol de Navidad, es decir, un árbol hecho de material reciclado, es de color gris, hecho de latas y otros materiales y tiene un helicóptero arriba (al parecer el movimiento de la hélice por el aire es el que carga las luces. Todo sea que ns quedemos a oscuras, jeje).










martes, 20 de noviembre de 2007

SUPER RATON


Super Ratón fue creado por Izzy Klein para Terrytoons de la 20 Century Fox en los años cuarenta, aunque originalmente no se parecía nada al personaje que ahora conocemos, ya que fue creado como una mosca casera y su nombre era Superfly, pero el jefe del estudio decidió convertirlo en un ratón y hacer una especie de parodia de Superman en versión roedora.

Su primera aparición fue en un corto en 1942 titulado "The Mouse of Tomorrow" (El Ratón del Mañana), y aunque en España lo conocemos como Super Ratón, su nombre fue cambiado originalmente a Mighty Mouse (El Ratón Poderoso) porque otro persnaje del mismo nombre ya existía en una colección de cómics. Tampoco su "uniforme de trabajo" era el que ahora conocemos, de color amarillo con capa roja, sino que Super Ratón comenzó sus aventuras llevando un traje muy parecido al de Superman, de azul y rojo, y sus poderes también eran los mismos del superhéroe.


Super Ratón tuvo dos novias, Pearl Pureheart en los dibujos animados, y Mitzi en los cómics de los años 50 y 60, y su archienemigo era el gato Oil Can Harry, personajes que parodiaban también las viejas series en blanco y negro de aquellos años.

Aunque al principio Super Ratón no era muy popular, al vender Paul Terry la Terrytoon a la CBS, el personaje subió como la espuma y fue uno de los que hizo más conocidos a la compañía, con una serie de éxito que duró unos treinta años, desde que la adquiriera CBS en 1955 hasta los años ochenta, sin contar con sus apariciones en los años cuarenta.

En los ochenta se creó una serie revitalizada, Las Nuevas Aventuras de Super Ratón, encarada más a un público adulto y con una temática un tanto más satírica y madura, pero el show se canceló tras dos temporadas en antena, debido principalmentea a un episodio donde se ve a Super Rantón esnifando de una flor tras pulverizarla, alegoría al uso de cocaína. Esta serie se ha convertido en un artículo de coleccionistas.
Las buenas noticias para los fans de este personaje es que Nickelodeon prepara una película en CGI sobre el mismo, que probablemente verá la luz en el 2010, y dependiendo de su éxito, una serie en CGI le seguiría.

Y recuerden... No olviden supervitaminarse y mineralizarse...

CALIMERO

La serie japonesa Calimero, basada en una creación italiana, trataba de un extraño pollito negro, encantador pero muy desgraciadito, que siempre lleva la mitad del cascarón sobre su cabeza.

Los personajes de esta serie de dibujos animados fueron creados por Nino y Toni Pagot y originariamente eran utilizados para publicidad, hasta que Toei Animation las convirtió en una serie de anime en 1974 en una primera etapa que concluiría en 1975, y la segunda serie, con nuevos personajes y situaciones, terminaría en 1992, con un total de 99 episiodios entre ambas temporadas.

Los personajes que habitualmente protaonizaban estas aventuras junto a Calimero, eran Priscilla, la novia de éste, Valeriano, un pájaro verde que tiene obsesión con rodar películas; Susy, una patita con dinero; Piero, el novio de Susy y también rico, y Rosella, la novia de Valeriano.

¿Su frase más conocida: Creo que la repetimos mucho en nuestra infancia en juegos y en situaciones caseras: "Es una injusticia, amiguitos".

Por fortuna, en una de esas cajas donde nunca sabes qué vas a encontrar, hallé mi viejo llavero de Calimero. No se conserva mal para tener casi treinta años, ¿no creéis?
Sin embargo, a pesar de que Calimero estaba destinado a un público más infantil, este personajillo siempre me ha atraído por su inocencia y su carácter entrañable, por la ternura, tal vez, de sus ojillos y su medio huevo, siempre con el hatillo al hombro y dispuesto a grabar los más variopintos documentales y meterse en nobles líos. Y la cancioncilla aún la recuerdo como si fuera hoy...


sábado, 17 de noviembre de 2007

LA FOTOGRAFIA (32º ALBANTA)


En una vieja caja, olvidada al fondo del armario de la abuela María, Susana encontró una colección de fotos cuya existencia desconocía. Eran sus fotos, las que mamá había dicho se habían perdido consumidas por el fuego dos décadas antes. Claro que mamá había dicho muchas mentiras a lo largo de su vida, de ninguna de las cuales se había arrepentido jamás. El por qué lo desconocía, pero a estas alturas ya no iba a preguntar. Estaba cansada de las respuestas ambiguas y las mentiras camufladas de leyendas familiares.
Susana quería una respuesta y aquella caja podía dárselas.
Halló las fotos de su primer cumpleaños y vió los ojos anegados de lágrimas, sus ojos, aquellos ojos oscuros que deberían haber estado brillando de felicidad, de sorpresa, de puro entusiasmo y excitación, y encontró la mirada húmeda de una niña, aún un bebé, maltratado por la injusticia. No recordaba los sucesos de aquel día, por supuesto. Cumplía sólo un añito, pero se lo había contado su abuela tantas veces que parecía revivirlo una y otra vez.
El bullicio de los preparativos de la fiesta, la llegada de invitados con juguetes para ella, la entrada espectacular del pastel y la música del tocadiscos hicieron que sus manitas se cobrasen de vida propia, mientras emitía sonidos guturales y las pocas palabras que podía pronunciar. Una de sus manos voló hacia la tarta de merengue, bizcocho y crema, pero papá fué más rápido. La bofetada la aterrorizó tanto que el resto del cumpleaños lo pasó llorando, asustada por aquel aquelarre de personas mayores que hablaban un idoma distinto al suyo, uno que a su temprana edad no comprendía.
Susana siguió mirando el resto de las fotos de su cumpleaños, el primero de todos. Sus ojos siempre tenían un vacío y un dolor que perdurarían el resto de su vida.
Encontró otras fotos, sueltas, sin una historia detrás, hilvanadas en la vorágine de su infancia y adolecencia por el único pezpunte de lo años pasados en la casa de vistas sobre el puerto. No había ninguna foto con sus padres, a no ser las irregulares celebraciones familiares, cada vez más espaciadas en el tiempo, donde su rostro siempre miraba hacia otra parte. Tal vez sin quererlo aquel primer cumpleaños había marcado el ritmo de su relacion con sus padres, pero a estas alturas de la vida poco importaba ya. Pudiera ser que, en lo más hondo de su corazón, esperase hallar una fotografía que la redimiese, la única que tendría alguna importancia para ella, junto a su madre. Madre e hija en perfecta unión, una en la que se sintiese parte de algo, de alguien, amada por el único amor que dura para siempre, pero no la encontró. Madre era una palabra muy grande en la boca de su progenitora cuando jamás había ejercido su uso. Padre era una palabra sinónima de miedo, de injusticia y de dolor. No encontraría respuestas a sus cuestiones y Susana sabía que su búsqueda sería infructuosa. Cerró la caja y lloró por su infancia perdida y el desconocimiento del significado de la palabra familia, mientras se acariciaba el vientre abultado. Aún no había nacido su pequeña Laura y ya tenía una caja para llenar con sus fotos. La primera ya estaba dentro, su ecografía, fotografía interna de su existencia. Se inclinó sobre su estómago con una sonrisa de complicidad y susurró: "Me vas a llenar la caja de sonrisas felices, para que jamás, nunca, tengas que buscar una fotografía que confirme lo especial que eres para mí".

LA FOTOGRAFIA (ALBANTA), No presentado.

Esa de la fotografía, la que está apretujada junto a Sor María, soy yo, Margarita Pí. Era fin de curso y tenía nueve años. Mis ojos no parecen felices, como los de las otras 23 niñas de la clase. La foto en blanco y negro está desgastada, ajada en una esquinita. Han pasado ya muchos años, pero recuerdo perfectamente el día que nos hicimos el retrato escolar aquella tarde de Junio de 1979. Nunca me había llevado bien con algunas compañeras, y a menudo se han reído de mi por sacar más nota, por llevar esas gafas de montura de pasta o por simplemente haber nacido. El día de la foto se rieron de la opción de traje que mamá había escogido para mí. Ellas, muy modernas, iban todas en vaqueros y camiseta. Yo llevaba ese vestidito de faldita plisada y escote palabra de honor que picaba a rabiar.
Hace veinte años que no veo a ninguna de ellas, nunca mantuve el contacto desde que dejé el colegio. Sus burlas y sus constantes zancadillas en el patio me hiceron odiarlas para siempre. Pero esta noche es la reunión de las Antiguas Alumnas de la Promocion del 83. Mucho ha llovido desde entonces.
Me he acicalado casi tanto como si fuera a una cita con un hombre. Llevo esperando este momento mucho, mucho tiempo. He escogido un vestido que me hace parecer una Femme Fatale, negro de satén, ajustado al cuerpo, mostrando estas curvas de vicio que no tenía con nueve años. Llevo joyas que muchas de ellas sólo han visto en sueños, y mi larga melena rubia cae por mi espalda como una cascada dorada. En el bolsito de terciopelo, escondida bajo una bufanda de seda blanca, esta mi pequeña Glock, reina de las venganzas que se comen tan frías como el postre.
Nos hacemos la foto de reunión, imitando a la perfección la original, cada una ocupando el puesto que ocupó hace veinte años. Sólo que Sor María no está, murió hace cinco años, retirada ya de las aulas. Antes de la cena se nos ofrece la posibilidad de descargarnos la foto de inmediato a nuestro iPod. Encantada, acepto y comparo las dos fotografías, haciéndome familiar con los rostros maquillados.
Cuántas historias detrás de cada mirada. Cuántos fracasos, cuánta envidia, cuánta miseria tras las caretas que han decidido colocarse la mayoría. No las he visto en veinte años pero sí les he seguido la pista a cada una de aquellas que me torturaron durante la infancia.
Después de la cena, la gente se dispersa en grupitos para hablar y rememorar. Yo, como nunca pertenecí a uno, puedo escapar sin ser añorada y llevar a cabo mi plan. Es más facil de lo que pienso. Ana es la primera. Asustada por la boca negra del Glock, le doy con ella en la sien y la ahogo a fuerza de golpes de cisterna. En el jardín me encuentro a Amalia. Pobre. Una zancadilla y se acaba de romper la crisma contra el borde del banco de piedra. Me encuentro a Pepi visitando la capilla. Qué silencio. Contrasta con el alboroto del baile en la sala de actos. Un tiro en la nuca que nadie oye. Por último, Berta. La peor, la que metía arañas peludas dentro de mi mochila. Me ha reconocido y ha leído mis intenciones. Forcejeamos. No importa. Las clases de karate me han hecho fuerte. Berta Martínez se balancea colgada de la viga del techo de nuestra antigua clase, el aula numero cinco, mi número favorito. La fiesta ha terminado, me voy a casa.
Al día siguiente leo que han arrestado al jardinero del Convento de las Hermanas Filipinas por el asesinato de cuatro ex-alumnas. Sus manos sucias habian tocado más de una vez lo que no debían. La Glock apareció en su caja de herramientas, así como las fotos incriminatorias de chicas desnudas en el vestidor del gimnasio, tomadas desde el agujerito que había habilmente oradado con tal fin, fotos de todo tipo. Yo le vi allí, mirando. Haciendo fotos de nuestro mundo inocente.
La fotografia no estará completa en otros veinte años, para la propuesta segunda reunión. Faltarán cinco ex-alumnas en ella: Ana, Amalia, Pepi, Berta y yo, Margarita Pí. Ya no tiene objeto.
Rompo la imagen en blanco y negro y camino por la desierta playa, en paz.

viernes, 16 de noviembre de 2007

CALENDARIO 2008 ESTHER Y SU MUNDO



Es el segundo de la colección, el más esperado desde los almanaques Pirelli de los 70's. Y en unos días saldrá a la venta. La portada promete. Esther y Juanito fundidos en un apasionado beso que dice más de lo que parece, prólogo de un contenido aún por desvelar y que de seguro, no defraudará a la legión de acérrimas fans del personaje y de su autora, Purita Campos. El Calendario del 2007 fué una belleza en imágenes, pero el nuevo calendario del 2008 promete ser la comidilla del Foro de Esther y su Mundo, en cuanto a contenido se refiere. Porque con el paso de los meses se nos desvelará más... y más...

Si el calendario del 2007 reun}a una selección de las mejores imágenes clásicas deEsther, este nos traerá a la Esther treintañera de las Nuevas Aventuras, con nuevos y refrescantes dibujos, y... a juzgar por la portada... moviditos.
Sólo hay que mirar ese rojo fuego del traje y los pendientes, ese roce de cuerpos, esos ojos cerrados en éxtasis... Y esa mano... Esa mano de Juanito que dice más de lo que el ojo ve...

Expocómic 2007 está ya a la vuelta de la esquina en Madrid, en la Casa de Campo, comenzando concretamente el 29 de Noviembre para concluir el 2 de Diciembre, y también la presencia siempre ansiada de Pura, que en esta ocasión, recién salido del horno, tendrá oportunidad de firmar el segundo volumen de la reedición de las aventuras clásicas de Esther y su Mundo. Con motivo de su visita a Madrid, el Foro de Esther y su Mundo le hará entrega de un libro anecdotario con firmas, fotos y... alguna sorpresa, sólo para sus ojos, como agradecimiento a su labor artística y la aportación que Purita hizo y sigue haciendo, al cómic femenino.

También estará presente en el FNAC (hora por confirmar), en la tarde del 29 del Noviembre para más firmas.

Y para entonces, esperamos que el calendario ya esté a la venta, porque esa mano... Ay, esa mano me está volviendo loca! Y el color, en lenguaje publicitario dice mucho, ese rojo lujurioso, ese azul y blanco puros de fondo...
¿No se os ponen los vellos de punta?


martes, 13 de noviembre de 2007

LA SEÑORA

(El Rincon del Colaborador. Hoy, Relato de Manuel)


Inauguro esta seccion cuyas puertas he abierto a vuestra colaboracion, con un relato que amablemente ha querido crear Manuel, marido de Elsa, Estheriano compulsivo y provocador, como homenaje a una persona muy querida. Recordad que podeis enviarme cualquier escrito a: r_memole@hotmail.com.

Hace 10 años conocí a una gran mujer llamada Fuensanta, un bonito nombre por cierto. Le gustaba contarme anécdotas de su vida al principio de conocerme, para más tarde ya relatarme casi con pelos y señales su dolorosa existencia. Se lamentaba de haber hecho esto y no lo otro, de no haber tomado otras decisiones, su estado general era el de "la lamentación".

Se sentía culpable de que por ella los suyos no fueran todo lo feliz posible. Nació en un pueblecito de Cáceres, en la España profunda unos años antes de la nefasta Guerra Civil. Su madre murió con 44 años dejando 9 hijos, 4 varones y 5 mujeres. Fuensanta era la segunda e iba detrás del mayor. Tenía 14 años y por ser la mujer mayor de la familia, ya se puede suponer lo que le esperaba. A todos nos contaba que en el lecho de muerte de su madre, le prometió cuidar de todos sus hermanos, y tanto lo cumplió que en parte o todo, fue su perdición.

Los años pasaban y a Fuensanta "habrá que casarla", se decian los hombres de la familia. Por casa venía muy a menudo un chico llamado Pascual, serio, poco hablador, o más bien nada, cara de poco espabilado, y que parecía muy cortico de entendederas. Como quien no quiere la cosa, o sí la querían los cerrados y botarates hermanos, se hacen novios Pascual y Fuensanta. Antes los bestias de la familia ya habían ahuyentado a más de un pretendiente a base de sustos y palizas, pues no eran nadie los machitos.

También me contó, cómo en aquellos tiempos para "sujetar" a una hembra, "medio se la violaba", como decía ella, y si ya había sido manoseada nadie más la querría, y muchos mozos es lo que hacían para después pregonear por el pueblo que la presa ya era suya. De esta manera quedó preñada de Pascual, pues no valía ni para medio violarla, sino que hizo el trabajo entero.

Días antes de la boda, le pidió que por favor no se casara con ella, que la dejara marchar, que no le quería.

- "¿Pero como no me quieres si somos novios? ¿Si tus hermanos y mi madre están de acuerdo? ¿Si tienes un hijo mío? ¿Pero qué tonterías dices?"

Esas eran las respuestas del novio. La pobreza de aquellos años los llevó a todos a Barcelona, y ¿Sabéis quién tenía que cuidar de todos, marido, hermanos y hermanas además de la primera hija? Pues claro: Fuensanta.

Con el tiempo se pudo librar de los hermanos, pero no de su carcelero. Tuvo 4 hijas y para sacarlas adelante tuvo que coser muchísimos vestidos, por la noche acostarse con el hombre que nunca quiso, aunque creo que no le echaba toda la culpa a él, pues era un pobre desgraciado. La culpa se la echaba a ella misma por no haber tomado otras decisiones y haber sido más valiente. Sus 4 hijas, más su hermana pequeña Diamantina -otro bonito nombre-, habían sido su lucha y consuelo.

Cuando ya jubilada, intentando separarse de él, parecía que le llegaba su libertad, le vino un cáncer maligno que se la llevó en pocos meses. Su tercera hija es Elsa y guardamos en un cofre parte de sus cenizas. Yo, su yerno estoy feliz de haberla conocido y alegrado un poco la vida de tan excelente señora.

Manuel

viernes, 9 de noviembre de 2007

PANDORA

Atencion: Estómagos débiles absténganse de seguir mirando. (Pandora cenando).




Esta es Pandora, una serpiente del maíz, comunmente originaria de Norteamérica. Siempre me han gustado las serpientes, ha sido una atracción que comenzó en la infancia y continúa hasta ahora. Lo más cerca que jamás estuve de una fué en el zoo hasta que hace unos años en el pub que frecuentábamos, The High Stool, adquirieron una que mantenían en una pecera tras la barra, y que era algo más grande que la mía en estos momentos. Se llamaba Héctor y era negra como una King, pero dócil como un gatito. Normalmente pasaba de mano en mano entre canciones de Metallica y Iron Maiden.
Un buen día llegamos al bar para encontrar la pecera vacía. La tapa era de plástico blando, de esas que normalmente traen las peceras, sostenida por una gran caracola marina que no fué suficientemente pesada para detener los intentos de fuga de Héctor. Estuvo desaparecido en combate hasta que en una exhaustiva limpieza del local lo encontraron bajo la máquina tragaperras. Volvió a su tanque y se le reforzó la tapa. Aun así, meses después volvió a escapar, y cuando apareció, casi un año más tarde, hacía meses ya que el bar estaba cerrado y asustó a un viandante, apareciendo por el callejón adyacente a través de un sumidero. Estaban haciendo obras en la zona y los trabajadores huyeron espantados. Porque Héctor imponía. Llamaron a la policía, que sin saber qué hacer llamó al Ayuntamiento, los cuales llamaron a la Asociación Protectora de Animales que conjuntamente con una tienda de animales (la única en Limerick que vende estos adorables bichitos), la atraparon sin problema. Inmediatamente se dieron cuenta de que era un animal doméstico y no un reptil salvaje de vuelta a Irlanda tras la expulsión por Saint Patrick, y la mantuvieron perfectmaente cuidada y alimentada en la tienda, en un bonito tanque anti-fugas hasta que el antiguo manager del bar se ofreció a quedársela, se había encari­ñado con Héctor. En sus aventuras escondida en las entrañas del High Stool debió batallar con numerosas ratas de las que se alimentaba, y su cola, sobre todo, presentaba mutilaciones (le faltaba un trocito del final), y mordeduras varias.

Fue poco después de que Héctor escapara por segunda vez de su habitáculo en el High Stool, que uno de los camareros y su novia compraron una, de color similar a la mía. Y fué gracias a ellos que le sugerí a Jay que quería una para Navidad y me la regaló. Cuando llegó a mis manos, en un pequeño receptáculo de plástico con tapa verde de rejilla, no era mayor que una de esas gominolas en forma de gusano largo, y exactamente del mismo grosor. Apenas medía quince centímetros y me daba miedo cogerla, no porque pudiera moderme, que poco daño me iba a hacer, si no porque parecía tan frágil que temía hacerle daño. Y cogerla debía, porque es la única manera de domesticarlas, dejando que se acostumbren a tu olor, a tu presencia, y sobe todo, a ser manejadas casi a diario.

Lo que peor creí llevar al principio era alimentarla, ya que sólo se las alimenta una vez a la semana (o dos si tienen mucho apetito), y con esa edad (apenas un par de meses de vida), sólo comen unos ratoncillos neonatos del tamaño de media falange del pulgar, sin pelo, llamados pinkies, y tan pequeños y tan renegridos que dan un poco de asquito, pero a todo se acostumbra uno. Cuando ya tienen un tamaño considerable se pasa a los Fossies, que son ratones ya más grandecillos, pero aún sin pelo, del tamaño del pulgar. Dentro de un par de años, a lo sumo, tendré que alimentarla con unos ratones mayores en tamaño, con pelos y bien formados, y esos me dan un poco de repelús de momento, pero como he dicho, a todo se acostumbra uno, que tampoco nadie gusta de limpiar traseros y cuando se tiene unn bebé se le limpia sin escrúpulos.

Pandora va a cumplir estas Navidades cuatro años, si no me equivoco, y aún no ha crecido totalmente. Este tipo de serpiente crece primero a lo largo para hacerlo luego a lo ancho, y aunque ahora mide más o menos un metro, llegará a medir metro y medio o incluso más. Y será tan gruesa como un brazo. Viven unos veinte años y en teoría son mansas como un corderito, aunque la mía se está volviendo un poco salvaje y ya me ha mordido un par de veces. Curiosamente no ha utilizado los dientes, por lo que ha sido más un aviso que un ataque. De hecho ellas tienen más miedo de tí que tú de ellas, porque te ven como un gigante amenazador, y por eso tienden siempre, en sus estados más vulnerables, a ocultarse. Imprescindible, pues, en su terrario es un tronco bajo el que habitualmente duermen (son animales nocturnos) buena parte del día, o se ocultan bajo las ramitas de hojas artificiales que pueblan su "hogar".

Pandora se escapó hace unos meses. El terrario donde habita tiene una tapa metálica pesada que nunca remuevo, y uso las puertas frontales correderas, que jamás me gustaron. Se lo dije a los de la tienda de animales cuando me la vendieron, pero la otra alternativa era un gran tanque para peces con tapa de plástico que iba a saltarse en cuanto pudiera alzarse hasta el borde, ya que este tipo de serpientes son maestros escapistas, auténticos Houdinnis de la naturaleza. Me aseguraron que estos reptiles no tienen memoria ni inteligencia suficiente para abrir puertas correderas pero la mía debe ser especial, porque durante meses se dedicó a trepar junto a la puerta ydejarse caer a un lado, subrepticiamente arrastrando el cristal consigo. Así, llegamos un lunes a casa para encontrar la puerta abierta unos tres centímetros y Pandora huída en busca de aventuras.
Estábamos convencidos de que sin duda se ocultaría bajo la nevera o la cocina, porque necesitan un lugar oscuro y cálido, bajo su tanque ha de estar, constantemente enchufado, un calentador que se asemeja a una radiografía con cable, son animales de sangre fría. Atrapar a un reptil no es fácil, pero normalmente se sugiere colocar bolsas de pléstico del súper por el suelo cercano a la zona donde se cree que se oculta, coger una botella de cocacola de dos litros, vacía, meter un ratón dentro (los ratones hay que mojarlos antes en agua caliente, ya que las serpientes se guían por el sentido del olfato, primero, que se halla en su lengua bífida, y en el calor, lo ven todo en infrarojo), y hacer agujeritos en la botella para que salga el olor. Una vez se oye el ruido de los plásticos, se espera a que esté dentro y ya está! Atrapada!
Nosotros desmontamos todos los bajos de la cocina y no la vimos, y estábamos esperando a montar las trampas a que transcurriera algun tiempo sin comida, porque la había alimentado la noche antes de su escapada y si no tenía hambre, no funcionaría. De todos modos, se me ocurrió comentarle lo ocurrido a mi vecino de la parte de atrás, ya que nuestra ventana del dormitorio da a su patio interior, y con un jardincito tranquilo y oscuro, si Pandora lograba encontrar cualquer resquicio que la llevara fuera del edificio, aquel era el lugar ideal para esconderse. La casualidad quiso que al día siguiente de haber escapado, mientras no estábamaos en casa, la hubiesen encontrado, bajando tranquilamente por la pared de piedra mientras ellos disfrutaban del buen clima de ese día sentados alrededor de su mesita de jardín.
La buena fortuna también quiso que se hallaran en compañía de un amigo que posee varios reptiles y sabe cómo tratar a estos animales, por lo que se la llevó a casa y le compró un tanque, en el cual me la trajo sana y salva días mas tarde.
Desde entonces no la he tocado porque volvió un tanto huraña y se muestra en actitud de atacar cada vez que intento cogerla, retrepándose sobre sí misma en forma de "S", señal indiscutible de que el siguiente paso será atacar. Me han aconsejado que compre guantes de fregar. Detestan el sabor y si muerde, sus dientecillos menudos no llegarán a tocar mi piel, y el sabor es tan desagradable para ellos que soltarán su presa de inmediato. Otra solución es dejar un guante dentro durante unos días, hasta que se acostumbren al olor. Luego, una vez enfundado en tu mano, no opondrán resistencia.
Lo que más disfruto es el cambio de piel. Al principio sus ojos negros se vuelven azules unos días, y casi no pueden ver, lo cual las hace sentir extremadamente vulnerables. Se ocultan durante dias sin salir para nada de su escondrijo. La piel se va volviendo de un color menos intenso, es como si las cubriera una capa de polvo, y cuando al fin se desenfundan de ella, es como ver salir una mariposa de su crisálida. La piel sobrantre se va quedando atrás, como una perfecta funda hilada a ganchillo. Es apasionante. Tengo algunas guardadas, como el que guarda mechones de cabello de un niño, o los dientes de leche.
En cualquier caso, adoro a mi Pandora aunque sea al otro lado del cristal haciéndose fuerte y utilizando sus instintos cuando debe. Ahora os dejo. Voy a echarle un ratoncito para su cena.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Sí, volví


Volví a la casa mágica donde me crié. Tomé el autobús y, expectante como una novia llegando al altar, me bajé en la última parada, en la Plaza de las Tortugas, llamada así porque la domina una gran fuente con tortugas de piedra que escupen agua al unísono sin cesar.
En Corneta Soto Guerrero me detuve en la Librería Jaime. Es parada oficial de mi particular procesión cada vez que vengo. Al final de la calle, haciendo esquina con Argantonio, sigue la Confitería Maype, una de las mejores artesanales, de las pocas que quedan ya en la ciudad. De adolescente solía venir bastante aquí, auqnue fuese a comprar dos tonterías. Era bastante cara, pero el dueño era el padre de una compañera de clase, y una amiga mía estaba loca por su hermano, que trabajaba allí. Nos daba bombones y aquella era una razón más para pasar a saludar de vez en cuando.

Tuerzo a la derecha. Llevaba el Mp3 conectado y el tema principal de El Fantasma de la Opera comenzó a sonar, como una señal. Es mi película favorita, en casi todas sus versiones. La historia me intriga y me atrae tanto como su personaje. Como los fantasmas que se decía habitaban en la casa mágica. The phantom of the Opera is here... Inside my mind..."
Argantonio nunca ha sido una calle de paso, más bien una calle ignorada, perpendicular entre dos calles de paso habitual. Siempre ha estado bastante abandonada. En los ochenta abrieron un bingo, su entrada principal de cara a la plaza de las Tortugas, pero la salida de emergencia, y aquella que usaban los remolones al final de la noche, daba a Argantonio, ensuciando la calle con restos de boletos y conviertiéndola en urinario público.
Ahora, frente al número dos donde pasé mi infancia, hay un hotel de lujo, visitado por curiosos por su estilo árabe. Los vecinos dicen que cambiará el perfil del barrio, ya hay planes para remodelar varios edificios y comercios, cerrados a cal y canto desde hace al menos un lustro. El Hotel Argantonio está decorado con motivos marroquíes y, cuentan los que lo han visitado (todo el mundo es bienvenido), que su patio interior, su recepción y sus pasillos son verdaderamente hermosos. Tengo curiosidad por entrar, pero decido dejarlo para otra ocasión. La entrada, desde luego, es elegante y discreta.

Podría haber entrado, pero prefiero venir con tranquilidad y hablar con alguien que pueda contarme algo de la historia del edificio, ya que las neuronas de mi cerebro no parecen recordar más que una vieja casa de vecinos, muy parecida, si no igual, a todas las que se levantan en esta calle. Sin duda han restaurado un viejo inmueble. Me vuelvo, mirando al cielo, a la fachada descuidada, como siempre lo ha sido, de cierres y ventanales, coronados por la torre de la azotea.
Me pregunto si alguno de los antiguos vecinos aún vivirá aquí, si me será posible subir a la azotea y recordar las carreras felices, nuestros juegos al escondite. Las fotos de mi niñez están ligadas a esa azotea de piedra donde se tendían las intimidades al sol. Pero cuando mis ojos llegan a la puerta, el corazón me da un vuelco. Está cerrada. Y parece que desde hace tiempo, a juzgar por el polvo y el candado herrumbroso que la cruza.


Me acerco, temblando, desilusionada. El agujero de la cerradura me mira invitante, es de esos grandes, de llave antigua, y curioseo... Y lo que veo no me gusta. El suelo del patio está cubierto de escombros, y aunque diviso el pie de las gastadas escaleras de piedra oscura, no se puede ver más. Retrocedo unos pasos y vuelvo a alzar la vista. Entonces me percato del cartel del Ayuntamiento, de las ventanas rotas y las cortinas grises y ajadas que alguien dejó atras al mudarse.



En el edificio contiguo, una vecina con bata "de guatiné" y delantal sale a barrer el acerado. Creo que me ha visto por la ventana y ha salido a curiosear, portera perenne de la calle. Le pregunto si hace mucho que han cerrado y resopla entre labios. Cuatro o cinco años, me contesta. A los vecinos les ofrecieron otros alojamientos o indemnizaciones, muchos de ellos llevaban viviendo allí, de renta antigua, toda la vida. Al parecer, la última en ser desalojada, y a la fuerza, fue una chiquita Dominicana, Canal Sur estuvo presente para inmortalizar el momento. Ella sabía que debía irse, le habían buscado otro apartamento, pero...

Más tarde, mi madre me cuenta que visitá el inmueble poco antes de que lo cerraran. Los balcones interiores del primer piso, que daban al patio, estaban apuntalados desde hacía tiempo. Pudo subir hasta el segundo piso, pero no hasta donde se había criado y donde había vivido hasta que se casó. El estado del lugar ya era precario y estaba cerrado con andamios y cadenas.

Me apenó no poder entrar, no poder subir las escaleras, tocar las toscas puertas, algunas originales aún del convento que había sido. Lo van a convertir en apartamentos de lujo, conservando la fachada original porque edificios tan antiguos están protegidos por ley. Volveré a pagar mi visita cada vez que vuelva, hasta ver comenzadas las obras. Sé lo que van a encontrar bajo el edificio, si las leyendas son ciertas, y si hay más esqueletos de monjas y bebés perecidos en parto, como los que se hallaron cuando a Rosi se le hundió el suelo de la cocina.
O tal vez encuentren otro de los túneles de las famosas cuevas de Mariamoco, esas de las que tanto oí de niña y nunca visité, a pesar de saber, de oídas, dónde se hallaban algunas de sus entradas. Pero esa, será otra historia que contar, en su momento.

LA PROFESORA DE LITERATURA


A todos nos ha marcado algún profesor, de alguna manera. Los ha habido que incluso habrán guiado nuestros pasos en el futuro o que nos haya hecho descubrir talentos ocultos o incluso, por qué no, los que simplemente nos mostraron la belleza de una u otra asignatura.
Y los ha habido terriblemente desastrosos, a los que poco ha fatado para arruinar no sólo tus sueños e ilusiones, si no tu amor por ciertos temas. Yo tuve una profesora así. Se llamaba Victoria y tenia el trasero de una mesa de camilla. A mis quince o dieciséis años (me dió primero y segundo de BUP), Victoria me parecía una cuarentona amargada, con su voz nasal y su caminar lento, arrastrando el final de su cuerpo como un tumor maligno. Pero ahora que lo pienso, Victoria debía estar a principios de la treintena. Y amargada, eso sí que era cierto.

Al principio nos pareció una profesora "guay", como deciamos en nuestro trasnochado vocabulario, porque a vecesse saltaba las clases para hablar de temas de "interés". Ahora la llamaría símplemente vaga. De los cinco días que nos daba lengua y literatura, dos como mínimo los dedicábamos a hablar de otras cosas que no tenían nada que ver con el temario.
Yo adoraba la literatura, la sigo adorando, y los mejores libros que he tenido en esta materia durante mis años escolares, fueron los de 2º y 3º de BUP, de Fernando Lázaro y Vicente Tusón, editados por ANAYA. De hecho aún los tengo, el de la foto es el de tercero porque al de segundo le faltan las tapas, tanto lo usé.

Sin embargo, mi propia profesora no parecía compartir el mismo amor literario, cuando nos pasábamos la hora hablando del aborto, de trajes de novia o, lo más cercano a la literatua, el precio de los libros. Recuerdo que por aquel entonces un libro de los de pasta blanda costaba alrededor de las 600 ptas, y si yo podía permitírmelo, con mi pingüe asignación semanal, que compraba bastante libros, no comprendía cómo ella, con su sueldo, no podía permitirse 600 pesetas. Esto, claro está, emprendió un acalorado debate entre comprar libros de tapa dura o esperar a la edición de bolsillo, buscar en mercadillos o comprar en tiendas de segunda mano. A mí me gustaba más el olor de la Librería Jaime, a la vuelta de la esquina de casa de mi abuela, donde pasaba los fines de semana, o la Librería Mignon en la Plaza de Mina.

Por aquella época yo ya llevaba años desahogando mi imaginación en libretas, escribiendo historias de éste o aquel estilo, lo típico. Luego me dió por escribir novelas detectivescas, del estilo de Los Cinco y similares, y antes que Victoria, todas mis profesoras/es de literatura se habían interesado por mis relatos . Le dejé mi última invención y me la devolvió a los pocos días. No volví a escribir durante semanas. Allí, en medio de la clase, me dijo que mi imaginación era grande, pero el resultado, digno de terminal de aeropuerto. Dijo que mis relatos se parecían a los que se encontraban en cuanquier estación, literatura barata. Me mordí los labios por no llorar, pero repondí que me conformaría con tener un libro en la estantería de un kiosko de andén, porque al menos estaría publicado. Se rió de mí, pobre adolescente con la mente llena de ilusiones. Tal vez por eso nunca llegué a mandar nada a ninguna editorial, porque, como otras personas de mi entorno lo harían más tarde, me hizo creer que yo no valía nada, que no tení talento. Ahora en ladistancia, me parecen palabras muy crueles para con una niña de 15 años, en lugar de instigar y animar su facilidad con el lenguaje.
Pero esta no fue la única vez que me humilló en clase. Victoria nos daba también clases de "lenguaje" en Segundo, y durante una de las aburridas tardes con declinaciones verbales, me surgió la duda. Amiga de la lectura, había leido numerosas veces la palabra balbucir, y me preguntaba si balbucear era parte de su declinación o se trataba de otro verbo. Con su rostro redondo con el peinado a lo garçon de peluquería de barrio, ajustándose las gafas redondas y sonriendo perversamente habló por la nariz:

"Señorita Bernárdez, la palabra balbucear no existe. Es balbucir. Es que los andaluces no sabéis pronunciar bien y cambiáis todo."


Ah, sí. Creo que ella era de Salamanca, o en cualquioer caso, de Despeñaperros para arriba, recién salida de Magisterio, sin duda, y enviada al culo de la piel de toro, donde todos, por regla, según sus cánones, éramos unos brutos que no sabíamos deletrear nuestro propio nombre. O el suyo. Primer día de clase: "Me llamo Victoria y estoy casada. No me llamo Vicky, ni Victorina ni Vitoria". Lo de que estaba casada fue un shock. Con ese culo.


En fin, tras sus insignes palabras y la refutación de la existencia del verbo balbucear, se provocó un intenso debate. entre ella y yo, principlamente. Porque los niños no balbucean: balbucen.
(Siempre según su versión).
La clase acabó con su radical afirmación de que la palabra estaba mal, no existía (me la había inventado). Me fuí a casa contrariada y con un sentimiento de frustración y rabia en el pecho. Cogí mi diccionario VOX de la Lengua Española, edición del 84 y también mi Diccionario de Sinónimos y Antónimos de la misma editorial. Le llevé este último al día siguiente a clase porque su explicación me pareció mejor que simplemente la del vocablo. Aún tengo esa edición del VOX. Dice así:


balbucear: intr. Balbucir. Son equivalentes en su significado, pero balbucir es verbo defectivo y solo se conjuga en infinitivo y en las personas que tienen i en la conjugación: balbucía, balbucieron, etc. Las demás formas de balbucir se suplen con las de balbucear. Para otros matices sinonímicos, V. mascullar.
balbucir: intr. Balbucear.


Su cara cambió de color, especialmente cuando el resto de la clase rompió a reir y a aplaudir. Me suspendió el examen trimestral, el general de final de curso, y me hizo repetirlo en septiembre a pesar de que mi examen estaba correcto. Mi madre fue a hablar con ella después de que me quejara a la directora. En reunión con la directora y la sapientísima maestra, la respuesta fue que se me había suspendido como castigo a mi esfuerzo por humillar a una profesora en medio de una clase de 40 niñas y como prueba de humildad para el futuro.

Nunca fui de números, ni les gustaba yo, ni ellos a mí, así que me pasé el verano incando los codos en dos asignaturas odiosas y una que no necesitaba.
Ni que decir tiene que la lección de humildad no cuajó en mí. En tercero tuvimos un profesor mediocre cuyo nombre pasó a los anales del tiempo. De Victoria, "la Victorina" como la llamábamos a su espalda, nunca más supe.

Rot in hell.

MI VENTANA (31º ALBANTA)


A través de la ventana diversa que proporciona mi cámara de fotos, he visto muchas imagenes bellas y dignas de mencionar. Y he visto otras que aún no estoy preparada para contar.
En 1995, recién acabada la guerra en Bosnia, comenzaba otra guerra: la mía personal conmigo misma. Una mala separación puede ser tan devastadora para el organismo como la peor de las guerras y yo me embarqué en una cruzada donde no me importaba qué sucedería mañana. Por eso subí a un convoy de una ONG rumbo a Goraszde, sin importar lo que podría pasarme. Nuestra mision: entregar los alimentos, ropas y medicinas recaudados durante una campaña de ayuda a Bosnia.
Esperaba capturar imágenes de Pulitzer en la Minolta, pero no sabía que hay imágenes que se plasman en la mente como un cuadro, como una ventana abierta al abismo eternamente.
Nos advirtieron de no llevar dinero encima, sólo unas monedas para comprar botellas de agua o chocolatinas en cualquier gasolinera. Viajamos por buenas y malas carreteras, dia y noche, atravesando Francia, bordenado Italia, con el temor acallado del que no sabe qué va a encontrar.
Nunca llegamos a Goraszde.Una frenchie contra nuestra sien en un pueblo de frontera impronunciable y unas instrucciones imprecisas nos ordenaron dejar el contenido de los camiones en el puesto de Cruz Roja. Mientras los chicos de la ONG hacían eso, yo me adentré entre las callejuelas, disparando aquí y allí como soldado en la guerra, por toda arma mi cámara y por munición los numerosos carretes que llenaban mis bolsillos, carcasas repletas de retratos innombrables. Se puede mirar por una ventana, protegidos por el frío cristal, parapetados tras la ilusión de que es sólo una imágen, un figmento del tiempo, sin saber que algunas vistas quedan grabadas en la memoria para siempre.
Fotografié rostros desconfiados de ancianas enjutas y arrugadas como el papel fino, niños sucios y malolientes, mutilados con aspecto de zombies y edificios que en otro tiempo tuvieron ventanas y puertas, techos y paredes. Fotogrtafié sangre aún fresca sobre muros que nada envidian a los de nuestra Guerra Civil, manos tendidas en busca de un mendrugo no sé si de amor o de pan. A través de la seguridad de mi ventana capturé imágenes que deseo no volver a ver mientras viva.
De vuelta al camión, soldados envalentonados por el tamaño de sus armas, los mercenarios exigieron la entrega de los carretes, me quitaron la Minolta también. Sólo conservé un carrete, escondido en mis calcetines. Nunca lo he revelado.
Me quitaron fotos duras, tristes, horribles. Pero no pudieron quitarme el olor a muerte, a podredumbre, a miedo. El olor que permanecerá en mí, como las miradas sin color de aquellos rostros cansinos. Dicen que los ojos son las ventanas del alma, y en las mías, el único paisaje que permanece en las noches sin sueños, es el de la muerte. Y el olor agridulce de sangre reseca, de cuerpos pudriéndose bajo tus pies en alguna fosa sin marca.
Se llevaron mis fotos, mi cámara y mi temor. Cerré la ventana para siempre a las visiones de las que aún no tengo fuerzas para hablar. Cerré la ventana al dolor y no deseo volver a abrirla jamás.

domingo, 4 de noviembre de 2007

SAKURA: ¿LA MUÑECA DEL FUTURO?


Llega la época Navideña, de tirarnos de golpe y porrazo a comprar regalos, juguetes para hijos, sobrinos y primos. Niños, niñas, todos tienen sus gustos, sus preferencias y sus favoritos.
Hoy hemos ido a unos de los numerosos centros comerciales que rodean Limerick (hay que decir que no queda ya ninguna juguetería, entre otras cosas, en esta mal llamada ciudad), y nos hemos peleado con padres con carritos llenos hasta las alforjas de presentes para sus díscolos. Ibamos a la caza y captura de los regalos de Santa Claus para Cillian y Lauren, los primitos de Jay, de 11 y 7 años, respectivamente, si no estoy equivocada. Primero hemos escogido algo para Cillian. Es un niño inteligente y sus padres gustan de los juegos de charadas y los juguetes, a poder ser, lo más educativos posibles, así que después de debatirnos entre los Transformers y los numerosos modelos de Lego (el año pasado Jay ya le regaló un Lego de un Ferrari rojo que ya hubiera querido para mí), nos decantamos por un mecano de una mezcla de coche y jeep que tiene luces, música y al que puedes incluso enchufar tu Mp3!! (no que Cillian sea poseedor de un Mp3, la música aún se la repampinfla).

Con la voluminosa caja bajo el brazo, hemos esquivado más padres sedientos de bienes materiales para sus retoños y hemos logrado llegar intactos al pasillo de las féminas. Oh, maravilla! Mis sueños! Quiero volver a ser niña! A Lauren le encantan las muñecas y los peluches, los "grandes" como dice ella. El año pasado le compré una muñeca, "Rebeca", creo que se llamaba, casi tan alta como yo (que no es mucho, pero dejémoslo ahí), y que le encantó, pero era una muñeca tipo Bratz en cuanto a escuchimizada, escásamente merecida los cincuenta euros que pagué por ella.
Pero hoy tenían una muñeca del tipo de nuestras Rosauras, grandota, de hombros recios, tobillos gordos. Estábamos en duda. Su madre nos mata si le llevamos otro gigante, entre el unicornio rosa que mas parecía un caballo del año anterior y el perro enorme de color negro y hocico dorado de su cumpleaños. La mimamos demasiado, pero es que es un encanto.
Decidimos seguir mirando, y en todo caso, es una posibilidad. Hay muchas muñecas tipo Bratz, pero Lauren ya tiene una legión de ellas... ¿La casita de los Silvanian Family? Bueno, pero habrá que comprarle también los muebles, y los muñecos, porque la casa viene limpiá y mondá y todo sube a más de ciento y pico de euros, uff...
Seguimos mirando. Y alli está: Sakura. La caja dice que es la muñeca del futuro, tu mejor amiga. Nos ha hecho gracia. Si éstas son las muñecas del futuro, Dios coja confesadas a Barbies, Bratzs y todo lo que haya de venir que tenga dos ojos y una boca y sea de goma y plástico.



Sakura es un robot que se parece más a uno de los Supersónicos que a una muñeca. Presionando un llavero que trae (solar, eso sí), Sakura habla y te explica todo lo que puede hacer. Viene acompañada de una scooter sobre la que baila y canta, tiene unas cuantas canciones en su repertorio (habrá que esperar al día de Navidad para poder ver y escuchar sus habilidades, no es plan de sacarla de la caja ahora mismo). Además, esta joya de la tecnología se permite darte consejos de moda, te complimenta en tu aspecto, y puede contestar a preguntas con sí y no. Te adivina el futuro, te da consejos, te cuenta historias y chistes, y hasta guarda tus secretos! Con la llave provista, Sakura funciona como un diario secreto que sólo puede abrirse con el uso de dicha llave.
Así que entre eso y el muñeco llorón de la estantería superior, que ya ni hacen pis como nuestros Mocosetes, nos hemos decidido por la marisabidilla de Sakura, no por nada, si no porque nos ha parecido que era algo diferente, tal vez la versión femenina del Robosapiens, pero al menos no viene acompañada de un cubo y una fregona sino de una scooter supermaravillosa de la muerte.
El juguetito moderno cuesta 74 eustaquios de colores, pero queremos saber cómo reaccionará Lauren al ver algo tan poco ortodoxo en cuanto a jugueteria muñequeril se refiere. Y qué puñetas, que como fundione le escribo a los fabricantes, a ver si algún día hacen una versión tipo Rosaura que me barra, me friege y me haga la cama...

sábado, 3 de noviembre de 2007

EL RINCON DE LOS COLABORADORES

Ya lo deje saber antes a algunos de mis lectores habituales, al menos aquellos de los que tengo un email o un modo de contactar, y desde aqui quiero reiterarlo a todo aquel que tenga algo que aportar (poesia no, por favor), aunque acepto Haikus, relatos ficticios literarios, relatos reales, criticas cinematograficas, teatrales, musicales, historicas, resemas de cualquier tipo.
Para ello podeis mandarme lo que deseeis a: R_memole@hotmail.com. Eso si, no acepto textos anonimos y no acepto pornografia.
Besos y gracias!

LA CABAÑA DEL TIO TOM


La Cabaña del Tio Tom perteneció a mi madre, se lo regalron cuando tenía 11 años, allá por aquellos maravillosos años, en el 61, según la fecha de la dedicatoria interior. Siempre me fascinó, desde niña, y no recuerdo cuándo paso a mis manos exactamente, pero conmigo ha permanecido desde entonces. Esta versión estaba publicada por la Editorial Felicidad, dentro de su coleccion Felicidad Infantil, y era el número 2 de una serie compuesta por títulos como Mujercitas, La Isla del Tesoro, Robinson Crusoe, Quo Vadis?, y otros clásicos infantiles.
La Cabaña del Tio Tom se presenta en historia novelada primero, del libro homónimo de Harriet Beecher Stowe y luego en viñetas, ya que esta serie era una introducción a la lectura de los más jóvenes, y narraba las aventuaras, o mejor dicho, desventuras de una familia y sus esclavos en la América sureña que tantos relatos similares ha dado. Pero es una historia bella, que habla de amores fraternales, integración y reconocimiento, de valor y de amistad, y hay una niña enferma de por medio y su amiga-esclava, la pequeña Topsy, y muchas lágrimas, y dramas, y sangre.
No sé qué tenían las historias de antes, que aunque cursilonas, en parte debido a traducciones mutilantes y palabras cambiadas, aún me siguen sonando normal en estos días. O será el cariño especial que le tengo a este libro-cuento-tebeo. Creo que es, sin duda alguna, un título que no debería faltar en la biblioteca particular de cualquier niño que ame la lectura. No me puedo creer en estos días, cuando voy a la sección infantil de las librerías, la cantidad de libros tan distantes de aquellas aventuras que nosotros leíamos. Hoy en dia, los clásicos se hallan casi escondidos, si no del todo desterrados, sustituídos por los Harry Potters de pacotilla, los vampiros mutantes y los diarios de princesas y hermanas gemelas sin sustancia.
Dios, ya empiezo de nuevo. Me estoy haciendo vieja...


HIMNOS

El Cádiz C.F., mi bonito Submarino Amarillo, siempre destinado a luchar desde Segunda División, en bancarrota total, en medio de un escándalo u otro siempre y sin ver una victoria en incontables semanas, tambien tiene su, o mejor dicho, sus himnos.
Aqui os dejo el himno oficial del Cadiz, el que ya casi nadie recuerda (a la bim bom ban), y que nunca se escucha en las gradas.



Fue sustituido hace ya varios años (1998, concretamente) por un homenaje que le hiciera una chirigota muy querida en Cádiz, la de Manolito Santander (el calvo del la chirigota) con un himno-homenaje que llegó a los corazones amarillos de los cadistas y que es el que se escucha en las gradas en cada partido. Otra cosa no tendremos en futbol en Cádiz, pero tenemos una aficción y un himno oficioso que valen millones:



Aqui la traducción para el que la necesite, o si quereéis practicar karaoke):

"Me han dicho que el amarillo
está maldito pa los artistas
y este color sin embargo
es gloria bendita para los cadistas.
Y aunque reciben a cambio
todo un calvario de decepciones,
de amarillo se pintan la cara,
amarillo son sus corazones;
han dado su vida y sus gargantas
siguiendo donde haga falta
al Cádiz de sus amores.
Ratatatata ratatatata
benditos sean los que llenan de esperanza,
ratatatata ratatatata
cada rincón cada escalón de mi Carranza.
Sin importarles que nunca
vayan a ser campeones,
han conseguido el respeto
de toda España por esos colores.
Por eso, ¡viva mi Cai,
vivan los cadistas,
vivan sus cojones!".

EL HIMNO DE ANDALUCIA

Hace un par de semanas oí en televisión que se iba a votar para convertir la versión cantada del himno por Rocío Jurado como la versión oficial. El Himno de Andalucia siempre me ha llevado al borde de las lágrimas, no por el significado político, sino porque me parece de los más bellos de la nación. Es melódico, se adapta bien a las voces, y no suena muy politiquillo. Aunque no he sido nunca una gran fan de Rocío Jurado, sí he crecido con su voz a todas horas en el estéreo de casa, mi madre tiene en vinilo, cinta y ahora en cd y dvd, todos, y repito TODOS y cada uno de los álbumes de la Chipionera. Ni que decir tiene que en casa de mi madre hubo lágrimas, de otro género, el dia que murió y que estoy convencida de que ha ido, más de un Domingo, arrastrando a mi padre consigo, al visitar su tumba al cementerio de Chipiona.



(Si, ya se, vaya pintas llevo! La foto fue tomada en Febrero de 1997, en plano Carnaval, cuando Rocio Jurado junto a otros antiguos pregoneros, hicieron lo propio para el carnaval de ese a­ño)


Tuve ocasion de entrevistarla un par de veces en mis tiempos de "reportera más dicharachera", y he de decir que nunca tuvo una mala palabra para con nadie. Siempre amable y obligada, recibía a todo el mundo y contestaba a las preguntas sin protestar aunque se le preguntase lo mismo una y otra vez. Te abrazaba, te besaba, se tomaba algo contigo. Hasta se arrancaba por tarantos en medio de una entrevista!

Sí, yo voto por la voz de Rocío, la nuestra, para representar a Andalucía.

EL VIDRIO (30º ALBANTA)

Pablo nunca había salido de su habitación. Sólo el día de su funeral abandonó aquella burbuja de vidrio construida exprofeso para mantenerle fuera del alcance de gérmenes y virus. Había vivido felizmente, sin preguntarse nada acerca de su condición o su futuro hasta el día de su muerte, pero Pablo sólo tenía seis años y era feliz viendo a mamá al otro lado del cristal, sonriéndole como si no hubiera mañana y jugando a las cartas o al monopoly. Ella movia todas las fichas, naturalmente. Y él siempre ganaba. No tenía ni idea de lo que sucedía fuera de su burbuja, al otro lado de la puerta pintada con nubes.
Carol había tenido cuidado en proteger a su hijo no sólo de los gérmenes, si no de su padre también, y del mundo de mentiras, pocker y alcohol que estaba minando el poco dinero que tenían en el banco para cuidar de él. Andrés se había echado a la bebida empujado por los problemas en casa, por no poder asimilar la condición de Pablo. Así, había perdido su trabajo, su dignidad y el cariño de su mujer.
Pero Pablo vivía ajeno a ello, sin saber que por las noches, cuando su padre llegaba a casa, su madre deseaba poder refugiarse al otro lado del vidrio, junto a él, poder escapar de los insultos que el cristal no dejaba traspasar, de las vejaciones y del pestilente olor a ginebra barata.
Tras el funeral, Carol nunca fué la misma. Andrés le había dicho que el lunes vendrían a desmontar la burbuja, los aparatos, el mobiliario, todo. Ya no lo necesitarian ahora que Pablo había sido incinerado tras otro vidrio, opaco esta vez.
Por eso tras la burlesca interpretación de entereza y sobriedad, Carol había corrido a casa y se había encerrado en el cuarto de Pablo, refugiándose al otro lado del cristal que protegía de todo mal. Andrés ni siquiera notó su ausencia, no hasta el día siguiente, cuando se dió cuenta de que no había comida en la mesa, la cama estaba sin hacer y el piso sin limpiar. Después de gritar su nombre, entró en la habiatación y la vió al otro lado del vidrio, sentada en la cama de Pablito, mirándole, esperándole. La amenazó con romper el cristal y sacarla a golpes, pero ella se rió a mo do de respuesta. "Qué sabrás tú", murmuró en silencio. Andrés desapareció tras la puerta y volvió con el hacha de cortar leña que guardaba en el garaje. No requirió mucho esfuerzo para resquebrajar primero y hacer añicos después, la pared de vidrio que se vino abajo como una cascada de diamantes. Sudando a mares por el inusitado esfuerzo, tiró el hacha a un lado y se acercó a la cama, respirando profundamente, empezando a perder el control.
Carol saltó con la agilidad de una gacela. Se resbaló sobre los cristales y se cortó las piernas y los brazos, pero ya no importaba. Nada importaba. El corrió tras ella, exigiendo algo caliente en la mesa, algo caliente en su estómago, y tal vez, si era buena chica, algo caliente en la cama. Carol se volvió, los ojos vidriosos inyectados en sangre. En la mano blandía una esquirla de vidrio afilada y mortal. Le cortó la yugular como si fuera mantequilla y Andrés cayó sobre la mesa del cuarto de Pablo regurgitando sangre, hasta que sus ojos quedaron abiertos y fríos, tan frios como lo habían sido toda su vida.
Carol no miró atrás cuando salió por la puerta como cada mañana, después de ducharse y limpiar la casa, camino del mercado. "Ya tienes algo caliente sobre la mesa. Cabrón".

viernes, 2 de noviembre de 2007

DIBUJOS DEL COLE (II)

Durante un tiempo, se nos trató de enseñar a dibujar retratos, jugar con la luz, las sombras y los diferentes lápices y sus números. algunos habrían quedado mucho mejor a carboncillo, pero no era la técnica que pretendían inclulcarnos.




La Reina Egipcia Nefertiti, en su tipica pose, tal y como aparecia en los libros de texto del momento.








Jordi Villacampa, autentico rompecorazones del basket, mi primera incursion en el mundo del deporte











Ay! Bruce Willis en la epoca de Luz de Luna, cuando tenia pelo. Me habria hecho un franco favor si hubiese estado completamente calvo entonces.









El cantante de A-ha, otro rompecorazones de la epoca, este no me resulto muy dificil de dibujar, menos mal.










Aunque no se le parece mucho, fue un intento de inmortalizar a otro rompecorazones de los 80', el cantante de Europe, que nos traia locas con "The Final Countdown" y "Carrie".






Y como no, hablando de rompecorzones, no podia faltar George Michael, antes de que saliera del armario y nos rompiese el corazon doblemente.






Luego nos llego la epoca Cictoriana y romantica, los dibujos en plan tarjeta.





Y dos que me resultaron bastante faciles, sobre todo, el primero, Michael Jackson. Ya entonces era facil, ahora es mas facil caricaturizar. El segundo es Duncan Regher, conocido por enconces gracias a las series "Matt y Jenny" y "V"

LA PANDILLA DE SHERLOCK HOLMES



Aunque parezca extraño, yo no recuerdo haber crecido leyendo Los Cinco o Los Hollisters. Sí recuerdo haber pedido prestado a alguna amiga de clase un par de volumenes de Puck, pero los que captivaron mi imaginación y mis horas lectivas, fueron la mal traducida en España, "Pandilla de Sherlock Holmes" que originalmente se llamaban "The Baker Street Irregulars", una serie de diez libros escritos por Terrance Dicks, de los cuales El Circulo de Lectores (que fue donde consegui los seis que poseop) sólo publicó seis títulos en su tiempo: "El caso de la obra de arte desaparecida", "El caso de la escuela de ladrones", "El caso de los chantajistas", "El caso de la estafa del cine", "El caso de los cazadores de fantasmas" y "El caso del policia secuestrado". Este último libro data de 1981 y el ultimo de la colección se finalizo en 1987.

Nacido en 1935 en East Ham, en Londres, Terrance Dicks es más conocido por su trabajo en televisión, especialmente como co-guionista de Dr. Who. Su carrera televisiva comenzó cuando un amigo suyo le pidió ayuda para escrbir un capítulo de "The Avengers", y más tarde escribiría algún guión para la telenovela inglesa Crossroads. En 1968 fue contratado como editor asistente de guiones en la popular serie de la BBC Dr. Who.

Tras esto llegarían varias series más y la novelización de Dr. Who, con más de cincuenta títulos en su curriculum. Es gracias a estos libros que Terrance Dicks se convierte en autor de novela infantil y juvenil.
En 1976, escribe una trilogía llamada "The Mounties", sobre las aventuras de un recluta de la Guardia Montada del Canadá. de 1979 a 1983 le sigue otra trilogía, "Star Quest", y en el 78 comienza a escribir la que se conocería como "La Pandilla de Sherlock Holmes", que intercala en 1981 con el comienzo de un serie de libros de horror para niños llamados "Cry Vampire", y muchos más le seguirían, convirtiendo a Terrance Dicks en un autor sumamente prolifico, con más de 230 libros en su extensa bibliografía.

jueves, 1 de noviembre de 2007

LOS TOSANTOS


En Cádiz, la festividad de Todos los Santos o Tosantos, como la conocemos, es una festividad ligada con la comida y el mercado, además de los cementerios y las ofrendas florales típicas de estas fechas.
Los tradicionales Tosantos tienen un significado diferente en Cádiz. En los mercados, cada puesto se adorna de manera divertida, parodiando acontecimientos sociales, políticos y de actualidad. Esto incluye disfrazando a cerdos como Hamilton o Alonso, que es lo que está de actualidad ahora, o hacer una manifestación de pescados exigiendo obras aquí o allá. Por lo general, el mercado central en Cádiz era el lugar por autonomasia de esta celebracián, pero este año, al estar bajo remodelación por el Ayuntamiento, y por razones de seguridad, la celebracion se ha transladado a los mercados de Extramuros. Bandas, pasacalles para los niños, actuaciones de chirigotas y amenidades infantiles están generalmente en el menú.

Otro menú, el gastronómico esta vez, aflora en supermercados en estas fechas, mezclándose con los tempranos turrones, polvorones y otros dulces y delicias propias de la Navidad ya cercana.
Típicos de Tosantos son los huesos de santo, los buñuelos de cidra (que no sidra) y crema de boniato, que se encuentran junto a nueces, castañas, avellanas de los toros, almendras, pan de higo, azofaifas, dátiles de berbería, peros, naranjas de San Martin del Tesorillo, los mismos boniatos y batatas.
En las vísperas de este día, se celebra la Fiesta de los Mercados, que se exornan con todos los productos típicos de cada vendedor. La ancestral manera de festejar el día de Tosantos, promovía la necesidad del avituallamiento del mercado en la víspera de esta fiesta. Pero es en 1876, cuando por iniciativa de la comisión municipal del mercado público de la plaza de La Libertad se adornan profusamente los puestos de dicho mercado, la plaza y sus alrededores, dotándose para el evento un alumbrado de gas que resaltó la decoración del mismo. Se adornaron las cuatro puertas de entrada con los escudos de armas de la ciudad, se colgaron farolillos venecianos y banderines, arañas de cristal delante de cada uno de los 72 puestos y un gran farol chinesco que presidía la plaza. Esta magnificencia provocó la afluencia de visitantes que compraron con vehemencia de todas las viandas allí expuestas. Para rematar, se organizó un baile amenizado por una banda de música.

Para los que no sean de Cádiz, aclarar que el Mercado Central, llamado de La Libertad, en la plaza del mismo nombre, se encuentra en el casco antiguo de la ciudad, lo que los "beduínos" conocemos como Intramuros. Toda la parte moderna de la ciudad, desde Las Puertas de Tierra, antigua entrada y muralla de la ciudad, se conoce como Puertatierra o Extramuros. El mercado principal, es llamado popularmente "la plaza". Cuando en Cádiz dices "voy a la plaza", no quiere decir que vas a una plazoleta o a algún mercado colindante, sino al Central. Y es con este mercado, como he citado anteriormente, que la Fiesta de los Tosantos ha estado estrechamente ligada hasta este año con motivo de las obras.


En la página del grupo gastronómico gaditano, he encontrado esta letra de un cuarteto de carnaval, Encadenados, que describe perfectamente lo que se puede encontrar en cualquier puesto engalanado en Tosantos:

Cuando llega la fiesta los Tosantos, que gracia, en la Plaza
que me río mire usted.
Lo mismo te ves los pollos que las gallinas con una bata de guatiné.
Ponen las caballas vestías gitanas
o si no el padre Apeles que es un jurel con una sotana.
Yo es que allí me parto, porque es pa reírse
viendo a dos conejos con bañador puestos en la Caleta.
Pero con los bichos que más me río pa que lo sepas
son con los cochinos el Ayuntamiento que todo el año van de chaqueta.
Fotos en color: Joaquin Pino (Diario de Cadiz)

Fotos B/N: Archivo personal