jueves, 21 de noviembre de 2019

La mujer que pintaba vidas

Llevo un año y medio sin aparecer por aquí,lo sé. Tras la publicación de mi libro decidí tomarme un año sabático alejada de las teclas, preparando otros proyectos de futuro que algún día vendrán, ordenando las ideas y concentrándome en otros temas que tenía abandonados.

Sin embargo hoy he de volver, y no por motivos felices. Purita Campos ha fallecido este pasado 19 de Noviembre en Madrid y no puedo por más que dedicarle unas palabras.

Yo fui una lectora precoz, leyendo desde bien chiquita. Esther no llegó a mi vida: Esther Lucas estuvo siempre ahí, en páginas leídas y releídas que descansaban siempre en la pila de tebeos en el sillón de la casade mi abuela. Mi vida sin Esther Lucas no existe. 

Una de mis historias favoritas es cuando Rita y Esther llegan a una casa en medio de un bosque durante una noche de tormenta en la que se refugian y cuya anfitriona es precisamente la autora, que por la mañana ha partido dejando un retrato de ambas protagonistas. La historia concluye con una frase que dice algo así como "parece que nos conoce de toda la vida". 

Así me sentía yo con ella. Tenía todos los tomos de la Serie Azul de la primera Edición y conmigo han viajado en cada una de mis mudanzas: de Cádiz a Salt Feliú de Guíxols,de allí a Lanzarote, de Lanzarote de nuevo a Cádiz y de ahí a Limerick, luego a Cork. Muchos de mis tebeos (Lilys, Esthers, Ginas, Janas) quedaron por el camino, descartados como hojas de árbol en otoño, pero ahora tengo las colecciones completas de cada una de las publicaciones. 

Me reencontré con el personaje no sé... en 2003 o 2004,a través de Internet. Como yo, había muchísimas más lectoras y lectores de las aventuras de la Pecosa y tras unos años participando activamente en el Foro, en un arranque decidí acudir al Salón del Cómic de Barcelona en Abril de 2007, en el que estaría firmando ejemplares.

Llegaba un viernes. Ese día Pura daba una charla pero mi avión llegaba muy justo y no creía llegar a tiempo, pero el sábado iba a estar en la cola como una estatua. Casualidades de la vida, me dio tiempo a llegar justo cuando acababa su charla, aunque tenía que marcharse corriendo para una entrevista radiofónica. Cuando supo que era Candela del Foro me cogió la mano y me acarició la mejilla y prometí no volver a lavarme en la vida.

A partir de ahí, mi relación con Pura explosionó en una amistad profunda, con llamadas frecuentes, y numerosas visitas más a firmas en Salones de cómic de Barcelona y Madrid. También en la Feria del Libro y de una semana para otra me organicé para ir a Getafe donde le daban una calle. Hubo un momento en que veía más a Purita que a mi propia madre. De hecho creo que en los últimos años, siempre ha sido así,y cada año quedábamos a comer o cenar en Barcelona o Madrid con otros "Estherianos", como nos denominamos los miembros del foro Oficial de Esther y su Mundo, o con gente del mundo editorial y del cómic.

Tengo numerosos originales suyos y ejemplares firmados. Pero esa es otra historia.

La historia que hoy quiero contar no es la que se puede encntrar en cualquier artículo de Internet, la ed la mujer profesional y dibujante con más de 50 años de carrera a sus espaldas. La historia que quiero contar es la de Pura, la mujer, la amiga, la persona humana.

Una mujer que tras dos horas de darle al lápiz sin parar en los salones, cuando ya había recogido todo y tenía sus rotuladores y lapiceros en su estuche y el bolso al hombro, atendía a los retrasados de turno que llegaban suplicando una irma. Y ella sacaba todo con una sonrisa, no queriendo decepcionar a nadie, y no te daba una firmita,te hacía un dibujo y una dedicatoria.

Una mujer coqueta, siempre a la moda, que tenía palabras cariñosas para todo el mundo, que estaba ahí para sus admiradores, para sus amigos, para echar una mano cuando lo necesitaras. Una mujer orgullosa de su familia, de su hijo,de su nieto, dedicada a su marido Paco del que jamás se ha despegado,ni para lo bueno ni para lo malo.

Gracias a ella nos hemos conocido un buen grupo de gente,ha florecido una amistad y un vínculo que de otra manera habría sido imposible. Cada año nos reunimos en Madrid para comer o cenar, para hablar de tebeos, con Purita o -cuando no ha pudido acudir-, sin ella, auqneu echándola de menos. Gente de toda España viene a la comida,hemos llegado a ser una mesa de veinte. Nos ha sabido unir y estas cenas/comidas se han convertido en una tradición anual que repetiremos este 14 de Diciembre,ahora en su honor, y seguiremos rindiendo ese homenaje a la persona que nos unió.

Nuestor último encuentro fue a principios de diciembre del año pasado, una comida en un asturiano donde se atrevió con un cachopo del tamaño de un tomo de Esther. No se lo comió entero,cre que pocos en la mesa pudimos, pero nos reímos mucho a cuenta del mismo. Risas que ahora se han convertido en lágrimas.

No lloro sola. la noticia ha sacudido profundamente a todos sus fans alrededor del mundo. Porque Purita nos pintó la vida y le puso color a una época plagada de grises para convertirnos en lo que hoy somos.