viernes, 30 de marzo de 2012

Mi Cádiz y sus leyendas

Me regaló mi madre por mi pasado cumpleaños el libro Cádiz Oculto. Me había llamado semanas antes, para cerciorarse de que no lo tenía ya, pues aunque llevaba my poco en las librerías, mi madre conoce de mi pasión por los libros, y además, de mi pasión por todo lo relacionado con la cultura e historia de mi ciudad. Así, en "mi biblioteca de temas gaditanos" tengo libros de antiguas leyendas de la provincia; dichos de Cádiz; el diccionario de nuestra propia lenga, El Habla de Cádiz; Más dichos de Cádiz; libros de temática gaditana, como El Asedio de Pérez Reverte o Un Siglo Llama a la Puerta, de Ramón Solís; libros y guías de paseos por la capital... tengo una amplia lista, la verdad. Historia e historias del pueblo. Libros sobre la fatídica explosión del 47...

Comenzar a leer Cádiz Oculto me llevó de vuelta a mi infancia, a las historias que pululaban por las callejuelas del casco antiguo y que con mis amigas susurrábamos al atardecer sentadas entre las ramas del ficus del Hospital de Mora o simplemente en los corredores de la casa de mi abuela. Ella fue, ante todo, la instigadora de estos momentos robados a la noche y principal fuente de información de los entresijos de leyendas, fantasmas y milagros que creíamos a pies juntillas. Y si no creíamos la historia, visitábamos las callejuelas, las casas o los supuestos lugares donde sucedieron "los hechos".

Me he criado fascinada por las torres que se arremolinan sobre las azoteas de las casas más punteras del casco antiguo. He crecido oyendo hablar de la famosa torre Tavira, pero no fue hasta el 2002 o 2003 que puse mis pies por primera vez en ella, tras una larga rehabilitación que culminó con la construcción de su famosa Cámara Oscura. 
He convivido con los fantasmas que habitaban solo en mi imaginación incontrolada desde que tengo uso de memoria, alimentada por escarceos con el mundo oculto y la imaginación más desbocada, si cabe, de mi tío. Después de todo, vivir en una casa que otrora fuera un convento monjeril da para mucho. Aún recuerdo cierta noche de sábado en la que mi amiga Merceditas, vecina de mi abuela y unos años mayor que yo, y la que suscribe, decidimos hacer psicofonías. Bueno, no hacerlas: obtenerlas. Habría sido muy bonito decir que dejamos una grabadora oculta en algún rincón particular del inmueble, pero nuestro material era mucho menos glamuroso: simplemente pusimos un radiocassette con una cinta BASF de 90 (es decir, la mitad, una cara) a grabar en un WC en desuso que se utilizaba como cuartillo de trastos. El radiocassettte, para mas ende, no era ninguna cosa chiquita y discreta: habría sido la envidia de cualquier negraco del Bronx de los ochenta...
Naturalmente, también flirteé con las leyendas de las Cuevas de Maria Moco o la Niña de la Cripta, como os he contado en este blog en diversas ocasiones. O con las leyendas del mismo edificio en el que crecí -al menos los fines de semana y vacaciones-, cuando mi abuela me contaba que el suelo de la cocina de Rosi (situado a la entrada, en pleno patio junto al pozo e independiente de la vivienda de la susodicha), se había hundido y se había hallado debajo un gran túnel donde encontraron tumbas de bebés y niños pequeños, y el rumor que corría era que se trataba de neonatos de las monjas, pecadoras ellas. 
Nunca averigüé si el suceso fue real. Cuando sucedió yo no tendría mas de 11 años -si en realidad sucedió- y la prensa, desde luego, no se hizo eco de ello. Algo nada extraño si tenemos en cuenta que el subsuelo de Cádiz es toda una galería de túneles y que cada vez que se realiza una obra, una construcción, un derribo, aparece algún rastro arqueológico o algun "túnel" y las obras se paralizan hasta que el equipo preceptivo acabe sus trabajos de clasificación. Por ello no sería de extrañar que, hundido el suelo de la cocina, el casero de Rosi decidiera poner cremallera y reconstruir en silencio para no ver la tarea retrasada durante meses a un coste -quizá- altísimo. Y Rosi, probablemente, habría tenido que pasar a comer bocadillos todo el día o a cocinar de prestado en la cocina de alguna vecina magnánima.
En cualquier caso, el edificio ha sido transformado recientemente en apartamentos y pisos y nada ha saltado a la palestra relacionado con descubrimientos de ningún tipo.

Volviendo al libro, además de hacerme viajar a Cádiz y a mi infancia mágica, también me ha hecho darme cuenta de que a pesar de que creía conocer todas las leyendas, lo que no conozco son algunos edificios de una belleza inmensa. Acompañados alguno, claro está, de su leyenda. Algunas de estas solariegas casas ya no existen y tampoco conocía la historia que la poseía. Otras, no puedo creer que no las supiera, por suceder, precisamente, en las calles en las que correteé de niña.

Yo era libre en las calles del casco antiguo. En mi casa, la mía, donde vivía con mis padres y hermana no tenía libertad alguna. Mientras mis vecinitas se reunían a diario para jugar bajo el bloque y se conocían como buenas amigas, yo ni siquiera sabía sus nombres ni en qué piso vivían. El bloque tenía once plantas con cuatro familias en cada una más el ático donde habitaban los porteros, sin hijos. A mí solo "me sacaban" a jugar a la bahía de higos a brevas, cuando a mi madre se le antojaba -una vez cada x meses. He tenido juguetes a los que no he sacado provecho, creo que también lo he contado por aquí: una bici cuyo único rodaje era pasillo abajo de mi casa, vuelta a la mesa del salón y pasillo arriba. Hasta el día que me escoré y me empotré de lado contra una de las paredes, causando un desgarre en el papel y un desconchón en la pared bastante profundo. Fue el fin de la bici.
He tenido una cometa. Era preciosa, creo que me la trajo mi padre de Canarias cuando yo apenas era un escupitajo y él aún trabajaba en la mar. La usé más bien poco y la veía a menudo en el fondo de mi armario, hasta que un día desapareció.
Mis patines Sancheski duraron un suspiro: dos caídas sin consecuencias graves, nunca aprendí a usarlos y se tiraron nuevos, años después, tras permanecer más de una década relegados al fondo de una canasta  de madera que construyera mi padre para guardar nuestros juguetes.

En Cádiz era otro cantar: jugaba a las canicas en la calle, tirada en el suelo como un niño, me iba a la Plaza de España a dar de comer maíz a las palomas, paseaba por la alameda, me iba de compras con mi pingüe "paga" a comprar cromos, recortables o lo que fuera, me conocía la calle Columela, San Francisco, Argantonio, Antonio López, Corneta Soto Guerrero y todas las calles que subían y bajaban como la palma de mi mano.
Y sin embargo, la imponente casa del Pirata, en la cercanísima Beato Diego, pasó completamente desapercibida para mí hasta la pasada noche, cuando fascinada por la historia, me interné en la red para ver su fachada... y su mágico interior...

(continuará...)

martes, 27 de marzo de 2012

NO ME OLVIDES



En estos últimos tiempos, con la caída de los precios de los inmuebles, el guiri y yo mantenemos un ojito en las casitas en venta en Limerick. Naturalmente, ha de cumplir unos requisitos sin los cuales no pasa por mi tamiz: que esté en el centro o lo suficientemente cerca. Soy una persona que quiere tener las tiendas a mano, y no me refiero a una tiendecita donde comprar pan o leche. Yo soy de compra impulsiva y a lo mejor a las doce de la mañana se me antoja un libro y me gusta bajar a la libreria sin tener que perder el tiempo cogiendo autobuses o caminando kilómetro y medio hasta la parada más cercana. No tengo carnet de conducir, sé que sería un peligro en la carretera y por ello prefiero no poner la vida de nadie en peligro.

El caso es que, viendo casas (no me interesan los pisos), nos hemos encontrado de todo: casitas monísimas de tres dormitorios que solo necesitan un poco de TLC, quitar moquetas, cambiar color de paredes o quitar papeles y una decoración al gusto. Eso son cosas que uno tolera cuando compra una casa de segunda mano. He visto casas que se anunciaban como "luminosa casita de tres dormitorios" y os juro que los pin y pon tenían más espacio: una cocina paupérrima y que la última vez que se amuebló fue antes de que naciera Michael Collins, un baño donde no cabe un guisante (yo quiero un baño lo suficientemente espacioso como para instalar un bidet, algo que aquí casi nadie tiene). Y quiero una bañera, claro, no quiero hipotecar mi vida a una placa de ducha.
en fin, yo no pido mucho: un dormitorio principal donde quepa un armario de pared a pared, una comoda y una cama king size con dos mesas de noche (aquí también es muy frecuente que solo te den una mesilla de noche, como vivo de alquiler, siempre cargo con "la mía", no comprendo que haya solo una mesilla...

Y al fin, ayer, encontré una casa de ensueño: además te la dejan prácticamente amueblada y está amueblada con mucho gusto. A mi parecer. El guiri dice que es una casita de muñecas y él no podría vivir ahí. No la vamos a comprar, porque está en la quinta puñeta, pero no me negaréis que es moníííísima. Tiene tres dormitorios pero en la foto solo muestran uno, el del ático. ¡Ah! La casita tiene nombre, la que da título a este post: Forget Me Not. Un poco cursi, pero eso se puede cambiar:

Forget Me Not, Marian Drive, Roxboro Road (Wallers Well), Limerick City, Limerick City Centre - Click to view photos

Parece muy pequeñita desde fuera, pero tiene fondo. Esta es la cocina, que dejan amueblada completamente excepto por el espejo (según dice el anuncio):

                                
Me parece que, para una cocina, tiene buen tamaño. Este es el dormitorio del ático, muy cuco:

                               

Creo que ahí montaría mi estudio o pondría las estanterías con las muñecas, no sé. Todo es soñar porque ya os digo que no la vamos a comprar por su ubicación.

La salita es amplia también:

                               

Y tiene un patio trasero/jardín donde tendríamos el perro que queremos (uno grande):

                                

Eso sí, cuando ví el baño, se me cayó el mundo a los pies... ¡una placa de ducha! ¡un baño diminuto donde toses y te comes la pared! (eso sí, al menos está alicatao, algo inusual aquí). Pero oh!! Resulta que este es el baño "supletorio". El de verdad es éste:

                               

La chimenea no es tal, es una estantería en forma de chimenea para hacer bonito. ¿No es una cucada? ¿No os meteríais en ella de cabeza?? 
No hay fotos de los otros dos dormitorios pero dice en la información que los tres tienen armarios built-in. Junto a la cocina hay una habitación donde está la lavadora y la despensa. 

¡Qué bonita casita! ¿Cómo olvidarla...?


domingo, 25 de marzo de 2012

La Leyenda de las Minas de Sal de Wieliczka

Nuestra visita a las Minas de Wieliczka a escasos veinte minutos de Cracovia nos dejó el conocimiento e una bonita leyenda, la de Santa Kinga.

Para empezar, el agua de la región de Wieliczka siempre ha sido salada, y la sal solía extraerse de la misma a través de varios métodos. Pero la leyenda asegura que la minería de sal comenzó aquí en 1290 con una interesante historia.

Se dice que la princesa húngara Kinga estaba a punto de casarse con el Rey de Cracovia (entonces aún un príncipe, si no me equivoco). Como regalo para su prometido, la princesa pidió a su padre, el Rey Bela IV, una mina de sal, porque la sal era escasa en ese tiempo en Polonia y muy apreciada. De hecho la sal era tan valiosa o más que el oro. Y su padre le concedió el deseo. Se dice que Kinga tiró su anillo en una de las minas de sal de su padre antes de abandonar Hungría. Y al llegar a su nuevo destino, pidió que se excavara un profundo hoyo. Al hacerlo, se encontró el preciado mineral y envuelto en un cristal de sal -el primer trozo extraido-, el anillo de la princesa.


La historia ha quedado representada y esculpida en sal en las entrañas de esa supuesta misma mina, y el tour que nos llevó por los bien iluminados -y salados, a juzgar por una inglesa que le dio un lametón a una pared- pasadizos. Por cierto, la princesa Kinga es el ángel de la guarda de los mineros de Cracovia.


Pero lo más impresionante de las minas -bajamos 3 de los 9 niveles que hay, que se mantiene todo el año a una temperatura constante de 15º, es la impresionante Capilla de Santa Kinga, que tiene escenas esculpidas en la sal de las paredes, realizadas por tres mineros, no por ningún artista al que contrataran para llevarlas a cabo. Sus nombres están en tres placas a un lado de la capilla.


Por cierto, los candelabros también están realizados en cristal de sal.






Las Minas de Wieliczka están declaradas Petrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

viernes, 23 de marzo de 2012

AUSCHWITZ II-BIRKENAU

Tras visitar Auschwitz I, el minibus nos llevó al emplazamiento de Auschwitz II-Birkenau, apenas a quince minutos de distancia. Para que os hagáis una idea, aquí os dejo una vista aérea de ambos campos:


Si os había parecido que Auschwitz era inmenso, llegar al segundo campamento es aún más imponente. Cruzando su entrada principal, que tantas veces habréis visto, a la izquierda se alzan los barracones donde vivían los prisioneros. 



A la derecha había el mismo número de barracones pero el tiempo ha hecho mella en ellos y ahora solo queda un mar de escombros. El único vestigio de que allí había construcciones son las chimeneas todavía en pie, testigos mudos de tantos horrores.


Al fondo se atisba la inmensidad del bosque. El camino hasta allí es largo. Enfangado en trozos. Pedregoso. Pero lo que más llama la atención es el silencio. Ni un pájaro sobrevuela el campo. No se oye ni el más triste trinar. Todo es silencio, roto a veces por los cánticos de tres grupos separados de estudiantes israelíes que enarbolan su bandera con orgullo. 


Auschwitz I es la parte más blandita de este viaje al holocausto. Allí se preservan objetos, ilustraciones realizadas por supervivientes que marcan el día de la vida en los campos, archivos gráficos de las SS y otras muestras de increible valor emocional e histórico.

Auschwitz II Birkenau es la parte más dura que vemos en películas como La Lista de Schindler. Aquí están expuestos los barracones donde dormían los prisioneros tal y como lo eran entonces. Las letrinas. La parada del tren.
Aquí llegaban todos los prisioneros, en vagones tan pequeños que produce claustrofobia solo mirarlos. En este andén en medio del campo, se alineaba a los recién llegados y un "médico" con el simple gesto de su mano los separaba a la derecha o a la izquierda, condenando a unos a la vida en el campamento y a los otros directamente a las cámaras de gas.



Las cámaras se hallaban al final del campo, cercana al bosquecillo que se vislumbra al fondo. A la llegada de las tropas soviéticas, los Nazis trataron de destruir evidencia de sus crímenes haciéndolas volar. Sus esqueletos aún permanencen allí donde se derrumbaron sobre sí mismas, una a cada lado de las vías.



Es duro visitar el interior de los barracones donde se hacinaban los prisioneros. En cada barraca, las literas de madera se apilaban precariamente. Por único abrigo, una mantita fina. Dormían sobre la madera... excepto los que dormían en el nivel inferior, de cemento. El viento se filtraba por el tejado, por las maderas   y por las puertas que no cerraban bien. La única fuente de calor, una chimenea en el centro de la construcción, que ni por asomo llegaba para calentar a los del extremo. En cada litera podían llegar a dormir hasta 5 personas. Se les permitía ir al lavabo solo dos veces al día. El resto del tiempo, había que hacer uso de cubos de latón dentro de las barracas. La disentería, las diarreas, las fiebres, el tifus... lo dejo a vuestra imaginación. Y no es agradable.
Cientos de prisioneros se amontonaban en cada una de estas barracas (y podéis hacer números de cuantas barracas había según el mapa aéreo superior). E imaginad los lamentos de los moribundos, el olor a sudor, a cuerpo humano, a excremento, y las colonias de piojos y de las ratas que se colaban por todas partes.




Las letrinas son todo aquello que imaginas en tus peores pesadillas. Agujeros redondos como en una acequia, donde todo se acumulaba y había que vaciar... manualmente de vez en cuando. Nauseabundo.



Al fondo del campamento, se alza hoy un monumento dedicado a las víctimas, eregido en 1967. Anteriormente otro memorial ocupaba su lugar.


A sus pies, placas en varios idiomas, certifican: "Dejad para siempre que este lugar sea un grito de desesperación y un aviso a la humanidad, donde los Nazis asesinaron alrededor de un millón y medio de hombres, mujeres y niños, principalmente judíos de varios países de Europa. Auschwitz-Birkenau 1940-1945."


Salimos de allí con una gran losa sobre el alma y el recuerdo indeleble de rostros en blanco y negro que pasarán a la historia de manera anónima. Y rodeados de un silencio tan sepulcral que aun estando en un espacio abierto, te hacía hablar en susurros. Y sin oir, ni de lejos, el tenue canto de un pájaro.

Más fotos aquí:

https://www.facebook.com/media/set/set=a.3212054697136.2144630.1139312018&type=3&l=d93811bff9

miércoles, 21 de marzo de 2012

AUSCHWITZ I

Visitar Cracovia te da la oportunidad de visitar también Auschwitz, a apenas una hora de camino. cunado fuimos a principios de mes, cogimos un tour organizado cuyo servicio, francamente, fue inmejorable: nos vinieron a buscar al hotel en un minibus, que recogió a otros turistas en diferentes hoteles de la ciudad. Venía con nosotros un guía que hablaba un inglés impecable aunque no sería luego el guía que nos enseñaría Auschwitz y Auschwitz-Birkenau. Él simplemente se encargó de comentarnos cómo se iba a organizar nuestro día, cómo nos separarían después con diversos guías según el idioma del tour solicitado (en el minibus viajaban españoles, franceses e italianos), y nos pusieron un interesantísimo vídeo que también puede verse en Auschwitz pero en su versión acortada de 15 minutos. El nuestro duraba una hora y era básicamente un documental mostrando las imágenes grabadas en vídeo y fotografías tomadas por un videocámara del ejército ruso cuando sus tropas liberaron Auschwitz. Contiene imágenes verdaderamente impactantes.
Ya en el primer campo (conocido como Auschwitz I), la guía que nos enseñaría el lugar no podía ser mejor. Llevábamos unos auriculares conectados a una especie de receptor, y ella podía hablar en un tono de voz bajo para no molestar a otros visitantes/tour. He de decir que todo está milimetricamente organizado: si un tour se cruza con otro, no se molestan, cada uno en una punta de alguna estancia, o cruzándonos en el pasillo, y como cada guía emite en un canal diferente, no se oyen otras "transmisiones" ni se agolpan los grupos en cada edificio/lugar.
Auschwitz I empieza tras la infame entrada bajo el auspicioso letrero de "El Trabajo os hará Libres" (Arbeit macht frei). Fue en 1947 que el lugar fue declarado mediante un acta en el parlamento polaco como museo. Y en 1979 la UNESCO lo añadió a su lista de Patrimonio de la Humanidad.


Conocido por todos como el lugar de genocidio Nazi, fue abierto en 1940 a las afueras de Oswiecim tras la ocupación, cambiando su nombre a Auschwitz. Durante los siguientes años su tamaño se extendió, formando tres campos: Auschwitz I, Auschwitz II-Birkenau y Auschwitz III-Monowitz y mas de 40 subcampos. Inicialmente, aquí encarcelaron a polacos, posteriormente a prisioneros de guerra soviéticos, a gitanos Roma y a prisioneros de otras nacionalidades.
Desde 1942 se convirtió en la escena del mayor asesinato en masa de la historia de la humanidad cometido contra los judíos de Europa como parte de los planes Nazis para su exterminación total. La mayoría de judíos deportados aquí eran enviados a su llegada directamente a la muerte en las cámaras de gas de Birkenau. Se cree que un total de 1.100.000 judíos fueron enviados a este campo. Casi 150,000 polacos, unos 23,000 gitanos de varios paises, unos 15,000 soviéticos y más de diez mil [risioneros de otros países también llegaron aquí. La mayoría nunca salió.
En un esfuerzo de eliminar la evidencia de sus crímenes, las SS comenzaron a desmantelar o destruir las cámaras de gas y los crematorios junto a otros edificios al final de la guerra, además de quemar documentos comprometedores y listados de prisioneros. Aquellos que podían caminar fueron evacuados a las entrañasdel Reich. Los que quedaron en Auschwitz fueron liberados (unos 7000) en Enero de 1945.


La entrada con su "Arbeit macht frei" fue testigo de la llegada diaria de prisioneros. Pero de mucho más. A los prisioneros se les hacía trabajar, hiciera sol, lluvia o nieve, dentro y fuera del campo. Muchos trabajaban en industrias en la cercana población, trabajos duros. Cada día eran contados al salir... y al llegar. Si alguno moría por inanición, agotamiento o enfermedad estando fuera, debía ser traido de vuelta por sus compañeros, de lo contrario el recuento no coincidía y podría traer graves consecuencias para el resto.
Junto a la entrada, al partir y al regresar, los Nazis obligaban a una banda a tocar marchas mientras los "trabajadores" entraban y salían. Cada día. Exactamente frente al muro de la foto de abajo:


A los recién llegados se les despojaba de todas sus pertenencias, que los Nazis se quedaban. En el recorrido por el campamento, hay ocasión de ver muchos de estos objetos. Además, les rtapaban o cortaban el cabello: no para que no perdieran tiempo lavándolo, o para evitar plagas de piojos, no: para venderlos a empresas textiles que con el cabello humano confeccionaba calcetines, camisetas y ropa interior para el ejército alemán además de mantas y otras prendas. Fue, quizá, lo que más me impresionó del campo, y aunque no se autoriza el uso de cámaras en esa estancia (una sala lartguíísima, enorme, con cabello desde el suelo hasta el techo), tampoco lo habría hecho. Me parecería totalmente inadecuado. De lo que sí se puede hacer fotos es de todos los demás objetos incautados a los judíos:

Gafas:

Tallits:


Artículos ortopédicos (la vitrina ocupaba una larga estancia de unos 6 metros):


Utensilios de cocina:



Maletas:


Zapatos infantiles:



Ropas de adultos y niños:




Zapatos de adultos:


Latas de betún, tabaco...:


Nuestra guía nos contó cosas que pondrían los vellos de punta a más de uno, pero impresiona más ver la cantidad de objetos "decomisados" que imaginar y hacer números en la cabeza. 
A los prisioneros se les havcía trabajar muy duramente, y en condiciones muy duras. ¿Su recompensa?: vivir un día más y comer, dos veces al día. Esta sería su ración diaria de comida:


Aguachirli, prácticamente. Y un trozo de pan duro para todo el día. 
Muchos acababan fusilados en el Muro de la Muerte. Otros, eran víctimas de experimentos por parte del Dr. Mengele (nunca capturado). En este muro las SS dispararon a varios miles de prisioneros entre 1941 y 1943: polacos líderes y miembros de organizaciones clandestinas, rehenes, gente involucrada en planes de escape y aquellos que ayudaban a los que intentaban escapar. A la derecha de este muro, en el Bloque numero 10, el ginecólogo Carl Clauberg llevaba a cabo experimentos de esterilización en mujeres.

                                


Pero lo que más me impresionó -aparte de la sala del cabello humano-, fue entrar en la cámara de gas, a pesar de que es una reconstrucción porque su estado era bastante precario. Os puedo asegurar que no es nada agradable entrar dentro. Pero antes, vimos latas vacías de Zyklon-B encontrados allí tras la liberación. Hasta 1941 el Zyklon-B se utilizaba exclusivamente para la desinfección. Desde finales de Agosto de 1941, se usó de manera experimental al principio y luego luego con regularidad como herramienta de exterminio en Auschwitz. Llegaba al campo en botes metálicos sellados prque se evaporaba con mucha facilidad, representando un gran peligro de morir envenenado por sus gases.

El edificio que contenía el primer crematorio y cámara de gas de Auschwitz I funcionó desde Agosto de 1940 hasta Julio de 1943. Las autoridades alemanas calculan que aquí se podían cremar 340 cuerpos al día. 


Durante un tiempo, una de las habitaciones del crematorio se utilizó como cámara de gas, donde asesinaron a miles de judíos recién llegados  y a varios grupos de prisioneros soviéticos con Zyklon-B que dejaban caer a trés de estas aperturas en el techo:


Tras la construcción en Auschwitz II-Birkenau de cámaras de gas más amplias, las autoridades del campo decidieron organizar la exterminación en masa allí.



La avenida del roll-call (donde se pasaba lista) era el lugar de tortura preferido de los Nazis:


Pasar lista duraba horas. Al principio los prisioneros se reunían en la avenida central del campo, pero posteriormente se construyeron edificios ahí y los recuentos se hacían enfrente de los barracones. Aquí también se llevaron a cabo ejecuciones por parte de las SS como parte de su reinado de terror. En los postes de la foto inferior los alemanes colgaron a doce prisioneros políticos polacos en Julio de 1943 tras sentenciarlos a muerte por contactar con civiles locales.

                            

Y para terminar este post, junto al crematorio mostado más arriba se encuentra aún hoy el lugar que para muchos es un símbolo de algún tipo de retribución: el patíbulo en el que se ejecutó a Rudolf Höss, el que fuera comandante de Auschwitz.
                                  

Al término de la guerra, disfrazado como suboficial de la Marina de Guerra alemana huyó hacia las costas del Báltico, donde fue capturado por los Aliados, a los que dio un nombre y profesión falsos. Sin pruebas que lo incriminaran, quedó en libertad, al desconocer sus captores quién era en realidad. De allí pasó a trabajar en una granja no lejos de Dinamarca, donde estuvo durante ocho meses.

Mientras tanto, la Policía Militar seguía buscándolo, manteniendo a su familia bajo vigilancia. En Marzo de 1946 unos oficiales británicos convencieron a su mujer para que les dijera su paradero bajo amenaza de entregarla a las autoridades soviéticas para su ejecución y la deportación de sus hijos a Siberia. La señora cantó como un poajarito y Höss fue capturado esa misma noche.

Llevado a los Juícios de Nuremberg, en mayo del 46 fue extraditado a Polonia donde se le abrió un nuevo juicio por crímenes de guerra en el que no negó sus cargos como hasta entonces había hecho, sino que se reafirmó en el hecho de que cumplía órdnes de Himmler. 
Fue sentenciado a muerte con indiferencia el 2 de Abril de 1947 y ahorcado en el campo en el que tanto sufrimiento infligió el 16 de Abril de 1947.

Podéis ver más fotografías de mi visita a Auschwitz accediendo al siguiente enlace: 

www.facebook.com/media/set/?set=a.3212015696161.2144629.1139312018&type=3&l=af3d1a1f51