lunes, 28 de noviembre de 2011

Mary Higgins Clark: biblioteca completa

Ante todo, quiero dedicar este post a mi amiga Cristina Ríos, antigua compañera de EGB cuya amistad he recuperado a través de Facebook, después de unos... titantos años sin vernos. No que hayamos cambiado mucho, porque si la última vez que nos vimos tendríamos 14 años y estabamos tan estupendas como lo permite esa edad en los ochenta, ahora estamos estupendísimas, para qué engañarnos.

En fin, al tema. Cristina, como yo, es una gran fan de Mary Higgins Clark. Yo comencé a leerla siendo púber aún, ni recuerdo cuándo, porque desde el día que uno de sus libros cayó en mis manos, no he dejado de comprar todo lo que escribe, y en casa tengo la biblioteca completa. Y cuando digo, completa, es que tengo TODO lo que ha escrito. Es más, con su hija Carol estuve intercambiando mails un tiempo hace un par de años, y gracias a esa "amistad" epistolar, podéis leer una entrevista a su madre Mary en la revista Foroesther de este mes. Espero, también, pasada toda la actividad del Expocómic este fin de semana, poder entrevistar a Carol, que es una mujer tan encantadora como su progenitora.

Así que hoy, para que se le haga la boca agua a Cristina, aquí os dejo testimonio visual de mi colección de libros de Mary Higgins, empezando por su primera novela, una biografía novelada de George y Marta Washington, Mount Vernon Love Story (1968) y Kitchen Privileges. A Memoir (2001):


Tengo sus dos cuentos infantiles, ilustrados por su amigo Wendell Minor, Ghost Ship (2007) y The Magical Christmas Horse (2011)


Los cinco libros escritos con su hija Carol (que también escribe en solitario y cuyos libros tengo aún pendientes): Dashing Through the Snow (2008), The Christmas Thief (2004), Santa Cruise (2006), He Sees you when You're Sleeping (2001) y Deck the Halls (Secuestro en Nueva York, este lo tengo en español) (2000).


Tengo libros en español que tenía de mi adolescencia, tenía muchos más pero los he ido comprando en inglés y regalando la traducción, la verdad es que estos libros tienen una temática sencilla, están escritos en un lenguaje muy cotidiano y se leen en un suspiro (He sees you when you're sleeping me lo leí en una noche en la cama, unas 4 horas de lectura), y ganan mucho en inglés. Cuando he querido releer alguno en castellano, me ha puesto hasta nerviosa. O será que el traductor no ha tenido buena mano... Cierto es que no me sucede con todos los libros traducidos del inglés que he leido, solo con estos.
Sigamos. Como decía, tengo libros en español, de bolsillo o de hardback o pasta dura: Pálida como la Luna (1996), Noche de Paz (1996), El Ojo Avizor (1984), No llores más, Mylady (1987), El Síndrome de Anastasia y Otros Relatos (1989), Las Investigaciones de Alvirah y Willy (1994), Mientras mi Preciosa Duerme (1989), La Estrella Robada (1998), El Ultimo Adiós (2000), Un Grito en la Noche (1982), Por Siempre Mía (1998), Acuérdate de mí (1994), Mi Querida Sunday (1996).


En Inglés ya he ido reponiendo y alguno incluso lo tengo en castellano también como es el caso de La Cuna Vacía (1980), reeditado posteriormente con el título de La Cuna Caerá, ya que primeramente lo tengo en esta vieja edición recopilatoria con otros dos libros:


Y cómo no, lo tengo en inglés (tercer libro de la foto, The Cradle will Fall). Le acompañan (perdón que no ponga los títulos en castellano, pero algunos cambian significativamente y no sé si mi traducción correspondería con el título que la editorial española haya decidido ponerle) We'll Meet Again (1999), Second Time Around (2003), I'll be Seeing You (1993). Este lo tengo en castellano también, en otra foto más abajo, No Place Like Home (2005), A Stranger is Watching (1977), Night-Time is my Time (2004), Let me Call you Sweetheart (1995), Pretend you don't See Her (1997), Daddy's Little Girl (2002), Where are the Children? (1975).



Hardback en castellano e inglés: Misterio en la Clínica (que es la que decía arriba, I'll be Seeing You (1998), comprobad qué disparidad de título), Le Gusta la Música, le Gusta Bailar (1991), Perseguida por Toda la Ciudad (1992), Muerte en Cape Cod (1993), Where are You now? (2008), Camino hacia el Pasado (2001), I Heard that Song Before (2007), Two Little Girls in Blue (2006), I'll Walk Alone (2011), Just Take my Heart (2009) y The Shadow of your Smile (2010).




Anécdotas también tengo varias, como que hubo un libro (Remember Me/Acuérdate de Mí), que he llegado a tener 3 veces. Lo compré mientras vivía en España. Probablemente cuando vivía en Cataluña, porque se ve que al volver a Cádiz y poco antes de mudarme a Irlanda, lo volví a comprar, creyendo que no lo tenía (mis libros estaban todos metidos en cajas y guardados en el garaje de un amigo, allí estuvieron durante algunos años), y después, ya aquí, lo volvía leer, no me sonaba de nada el argumento y lo volví a adquirir. Son cosa que pasan, supongo. Lo cierto es que ahora ya voy al día con sus libros, y voy comprando según salen, pero al principio de estar aquí me era muy dificil recordar los que tenía y los que no, de modo que siempre llevaba una lista de titulos originales y en castellano de los que tenía en casa en la cartera.

Cris, espero que te haya gustado. Sacar 45 libros de golpe de mis estanterías me ha llevado un rato, pero al menos ahora los tengo ordenados. Y si no los ordeno por orden de aparición es porque varían en tamaño, que si no...


sábado, 26 de noviembre de 2011

viernes, 25 de noviembre de 2011

Denuncia. Grita. Pide ayuda. No te escondas.

No podía comprender a esas mujeres llorosas y apaleadas que aparecían en televisión en la prensa. ¿Por qué no se marchaban? ¿Eran tan estúpidas que no veían, no sentían que lo que les sucedía no era lo normal? ¿De qué servía llorar y quejarse si al día siguiente les iban a dar la del pulpo de nuevo...? Eso, jamás, JAMAS de los jamases me sucedería a mí, por que si me pasaba, cogía la maleta y...

Y entonces te pasa.

Y quieres que no vielva a suceder. Y quieres que él cambie. Quieres ser tú quien lo cambies.

Pero cuando te has dado cuenta, él te ha cambiado a tí, porque te ha anulado por completo. Y a veces, te das cuenta de que no todos los cardenales están por fuera...

Y huyes. Y no deberías hacerlo, porque no lo mereces.



Hay cosas que no se firman en ningún contrato.

miércoles, 23 de noviembre de 2011


Así estoy yo a veces. Perdida.

Este libro fue mio. Lo sé. Me dio mi abuelo. Contiene historias cortas de navidad, con moralina, como no podía ser de otro modo, entre los valores y una religión indefinida, porque tampoco podía ser de otro modo, viniendo de las manos que me lo entregó: mi abuelo era protestante acérrimo y no habría tenido en casa nada que fuera ligeramente católico.
El libro en cuestión pertenece ahora a mi hermana. En uno de esos momentos insanos de generosidad, se lo regalé cuando éramos niñas, porque significaba mucho para mí y quise tener un gesto "especial de hermanas"...

¡Y la muy cochina no quiere hacer ahora lo mismo y devolvérmelo!!!

... dice que es de lo poco que conserva de nuestro abuelo... y me tengo que callar. Al menos me permitió escanearlo el verano pasado.

sábado, 19 de noviembre de 2011

Una copa solamente...


La "copita" de la foto de arriba estuvo durante mucho tiempo en casa de mis padres. La imagen debe haber sido tomada en 1970, porque hay algunas fotos con una "mí" muy pequeña mirando con curiosidad la plantita de la esquina, y el que hace amago de "beber" es mi padre, que debía tener unos 24-25 años por entonces.
Recuerdo haber visto la copa en cuestión como centro de mesa en el salón que "solo se usa para las visitas" y más tarde, creo recordar, en la salita que usabamos a diario y que constituía nuestro comedor, nuestro cuarto de juego, nuestra sala de estar. Con el tiempo desapareció, aunque desconozco si mi madre la mantiene guardada en algún armario o en el altillo, como otros tantos recuerdos de tan "rancio abolengo".
El caso es que una copa de estas no me vendría mal en ee tipo de ocasiones en el que has de tomar "una copita nada mas..." Porque yo soy una persona siempre fiel a mi palabra... y os juro por el tapiz chino que agració el largo pasillo de mi casa durante años, que solamente me tomaría una copita...


miércoles, 16 de noviembre de 2011

Un Ibáñez

Relamiéndome ya con la próxima llegada del Expocómic, preparando al detalle mi viaje a Madrid (billetes comprados desde Agosto para aprovechar una suculenta oferta de Iberia), hotel también reservado desde septiembre, y con la impaciencia ya haciendo peso...
Gracias a Chema que es un solete, tengo una bonita firma del genial Ibáñez, mi primera firma! Las colas por lo general son bastante interminables en el Saló, y mi agenda tan apretada que no puedo permitirme perder 3 horas o más haciendo cola. Gracias a Chema... ha sido rápido y poco doloroso... XDD
Ahora solo me queda recogerlo en persona... ¿Qué os parece?




viernes, 11 de noviembre de 2011

La Calzada del Gigante



La Calzada del Gigante se encuentra en el Condado de Antrim, en la costa nordeste de Irlanda del Norte y desde 1987 es una Reserva Natural Nacional. La conforman 40,000 columnas de basalto entrelazadas, resultado de antiguas erupciones volcánicas. La parte superior de las columnas toma formas hexagonales aunque también pueden encontrarse algunas de cuatro, cinco, siete y hata ocho lados. La más alta mide unos 12 metros y la lava solidificada en los acantilados puede llegar a tener unos 28 metros de espesor en algunos lugares.
El paraje es realmente precioso, pero lo más bonito de todo no es saber su geología o que se formó hace sesenta y pico millones de años o que fue descubierta en 1693. Lo más interesante del lugar, es la leyenda que -como todo en Irlanda- acompaña a la historia. Porque no todo podía ser tan aséptico como una explicación científica.


Cuenta la leyenda que Fionn mac cumhaill (Finn McCool) construyó la calzada para llegar hasta Escocia y luchar contra su homólogo escocés Benandonner. Aquí hay dos versiones de la historia: la que dice que Fionn se durmió antes de llegar a Escocia, y que al no llegar, Benandonner, que era era mucho más corpulento que Finn (que ya de por sí era un gigante), cruzó el puente para buscarle. Para proteger a Fionn, su esposa Oonagh le echó una manta por encima para que se hiciera pasar por el bebé de la familia (imagináos el tamaño de la criaturita). 
Otra historia, sin embargo, cuenta que Fionn salió corriendo al ver el tamaño de Benandonner y le pidió a su mujer que le disfrazase como al bebé. En lo que sí coinciden ambas leyendas es que cuando Benandonner vio el tamaño del "roro", asumió que su padre, Fionn debía ser un gigante enorme. De modo que salió huyendo aterrorizado, haciendo pedazos la Calzada para que Fionn no lo siguiera.

Pero como los Irlandeses no se caracterizan por la simplicidad de sus leyendas, aún existe una tercera que dice que Oonagh pintó una roca ue tenía forma de filete y se la dio a Benandonner, mientras que le dio al supuesto bebé (Fionn) un filete normal. Cuando Benandonner vio que el tierno infante se lo comía con tanta facilidad mientras el suyo estaba tan duro como una piedra, huyó despavorido, destruyendo a su paso la Calzada.
Y otra versión más dice que Fionn había pasado muchos días y noches intentando crear un puente hacia Escocia porque había sido desafiado por otro gigante.  Un amigo barquero le dijo que su oponente era mucho más grande que él, por lo que Fionn corrió a las faldas de su mujercita que se sacó de la manga el plan de disfrazar al gigante como un bebé. Ocuparon varias noches preparando un traje y una "camita" a su medida. Cuando el otro guerrero vino a la casa de Fionn, su mujer le dijo que estaba fuera cortando leña y que tendría que esperar su regreso. Cuando le enseñó al "nene", sucedió lo mismo que en las anteriores versiones: Benandoner decidió poner pies en polvorosa y volverse a Escocia. En sus prisas, algunas piedras cayeron a las aguas.
Curiosamente leyenda y geología se encuentran a medio camino, ya que exirten formaciones basálticas similares en la Cueva de Fingal, en la isla de Staffa en Escocia. 




Mi eterno agradecimiento a Eduardo Burjasot, cuyas fotos acompañan este artículo.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Diez Razones para Amarte


Una vez traicioné mis principios. El cambio a digital en fotografía llegó a mi vida unos dos años después que al resto del mundo. Me negaba a abandonar ese sentimiento mágico, esa exitación infantil que me hacía recoger el "revelado" de mis carretes. Me negaba a comprarme una cámara digital (y ahora tengo 4) porque  me parecía una traición a un medio artístico. Ahora hasta el más tonto sabe hacer una foto. Y si no sale bien, se borra con solo pulsar un botón y se intenta de nuevo. 
Yo he revelado mis propias fotografías en blanco y negro. He jugado con luces, con carretes de diferente sensibilidad y utilizado siglas que probablemente hoy en día solo tengan sentido para unos pocos. He llegado a casa con el olor de los líquidos de revelado transpirando por cada poro de mi piel a pesar de la protección de guantes y bata blanca. He respirado ese olor hipnótico durante horas...

Ahora, con la llegada de los ebooks y tablets, me sucede lo mismo: sé que un día algún alma insensible me regalará un cacharro de pantalla insulsa. Y solo puedo dar, como mínimo, 10 razones para amar a un libro. Porque él, tan fiel compañero -o más- que un perro, no lo haría. Razones tengo muchísimas, ero las he resumido en estas 10 que son, para mí, esenciales.

  1. A mis libros jamás se les acabará la batería en la página más interesante.
  2. Cuando más me gusta leer en el avión, y cojo muchos aviones al cabo del año, es en take-off y en el aterrizaje. El resto del tiempo suelo ir dormida, es algo que no puedo evitar, es sentarme en un avión y zzzzzzzzzzzzzz. Y es justo en esos momentos que menciono cuando hay que apagar todos los dispositivos electrónicos. Pero mi libro sigue encendido.
  3. Dicen que es cómodo para viajar, que no ocupa apenas espacio y que puedes llevar cientos de libros almacenados. Ah, pero hay que llevar el cable de la bateria, ¿no? y si vas a otro país con enchufe diferente, un adaptador... eso ya es más engorroso que un libro, y además, quién se lee cientos de libros durante una o dos semanas de vacaciones? Yo voy a recorrer lugares, no a sentarme en un banco de un parque ni a regresar al hotel para leer a las 9 de la noche. Para  cuando vuelvo... ya amanece.
  4. Si el libro se me cae en la arena de la playa, lo sacudo y santas pascuas. No tengo que preocuparme de que la arena haya entrado dentro o que me haya rayado la cubierta...
  5. Un libro jamás tendrá un virus, a lo sumo una hoja suelta o rota... Nunca accederá a un documento corrupto que me deje las páginas en blanco...
  6. El olor de un libro nuevo (o viejo) nunca podrá ser reemplazado por el olor de un pdf. ¡No hay color!
  7. Si el libro se me cae del bolso, o de las manos, no me cago en todos los nombres del santoral. Lo recojo, busco la página donde me quedé y santas pascuas.
  8. ¿Dónde coño en un ebook pongo alguno de mis cientos de marcapáginas preciosos que con tanto cariño han hecho o me han regalado mis amigos?
  9. Cuando la capacidad del ebook llegue a su tope, habrá que borrar algunos de sus contenidos para introducir lecturas nuevas. Cierto es que a veces no nos importa que no nos devueltan éste o aquél libro que prestamos porque no nos gustó tanto, y lo mismo dará borrar uno que otro. Pero, y si nos gustaron todos? Un libro, como un diamante, es para siempre. Para releer en cinco años o en diez.
  10. Un libro nunca se hace obsoleto. Puede haber sido escrito por Shakespeare o por la sosita de Stephanie no-sé-cuántos. Pero está ahí para la posteridad. Se abre, se ven las palabras, se comprenden, se lee. ¿Utilizaremos pdfs, epub o lo que ea en cinco, tres años? ¿Habrá que comprar otra maquinita del demonio para "estar al día como mi amiguita X que tiene todos los gadgets del mundo mundial?
Adoro mis libros. Y no lo cambio por ninguna estantería desierta o llena de Fabergés o Lladrós. He dicho.
Madre, que sepas que si me regalas uno va a ir al mismo cajón donde se mueren de asco el marco digital, un videojuego raro, una agenda electrónica y un imposible reloj de Nokia en forma de cubo. 

sábado, 5 de noviembre de 2011

Historias para no dormir

No voy a contaros un cuento de terror, aunque ganas no me falten. Ahora mismo ando inmersa leyendo un libro sobre los 11 días en los que Agatha Christie desapareció y de los que nunca habló, acusando convenientemente a un grave ataque de amnesia. El libro se editó por primera vez en 1998 y la edición que tengo en mis manos es reciente, de este 2011, revisada y ampliada. 
En fin, que no es de libros de lo que quiero hablaros precisamente (mi pila creece y crece con estas estupendas ofertas de 3 por el precio de 2), sino de un paquete que me ha llegado esta semana de mis padres.

Mis padres estuvieron, como cada año, de vacaciones en Galicia, de donde es oriundo mi progenitor, y como cada año por estas fechas, me envían algún recuerdo de su paso por allí y Portugal. No puedo deciros la cantidad de Trapos de cocina, mantelitos y toallas de Portugal que tengo en mis despensas. O los llaveros (repetidos) que Jay recibe. Este año le han mandado un mechero gigante. Feísimo, pero me va a servir para encender velitas, mira tú por donde. 
Y a mí, además de una caja de Croquiños ("Sí" - me dijo mi madre por teléfono- "Ya me ha dicho tu hermana que estás a dieta y que has perdido mucho peso... Pero es que los Croquiños son muy caros, así que no los vayas a tirar, eh? Total, te comes uno al día y ni se nota..."). Claro que sí, madre. De "uno al día" está el mundo lleno de gordos, diga usted que sí.

Mi madre tiene la costumbre de hacerse casi todas las colleciones que saca El Diario de Cádiz o La Voz. De algunas, hasta me llama para saber "si me interesan", cosa que por lo general declino. Pero no con ello dejo de pringarme. Se cogió una colección de abanicos. Sabiendo que me gustan tanto, me regaló la mitad.  Unas navidades me envió una colección de relojes de pulsera que se había cogido con alguno de los mencionados rotativos. Ni qué decir tiene que siguen en su caja, sin usar. Aunque son de señora, son enormes y nada que llame la atención. Ahí siguen, creo que hay 6 u 8. También tengo una colección completa de pendientes. Estos son más monos y alguno me he puesto. Oh, y se hizo una colección de mantones de manila pero tuve la suerte de que solo me cayera uno. En un bonito tono naranja. También tengo colecciones completas de dvds de películas de variada temática "porque hija, nosotros las vemos, y después, si ya he visto la película, para qué las quiero. Mejor para tí, que te gustan esas cosas". Menos mal que la mayoría trae estuchitos de esos de cartoncillos y ocupan poco.
En este paquete con chocolatinas, paños de cocina y souvenires varios, además de una gargantilla más y algunso pares de pendientes, también ha habido cabida para dos colecciones. Bueno, de una de ellas la mitad, claro, como siempre: cinco anillos de diferentes colores, que hay que ir siempre conjuntada. Algunos no me los pondré en la vida e irán a parar al cajón de los regalos sin usar.
Sin embargo, sí me ha gustado otra colección de dvds que sí espero esté completa: los de Historias para no Dormir, de Narciso Ibáñez Serrador. 


Son cuatro Dvds con un total de 12 historias. He visto en Wikipedia que son 25 episodios que en 2008 se editaron en un pack completo. Así que espero que sea una colección que aún se esté haciendo y que me envíe más, ya que mie hermana suele rechazar este tipo de "ofertas" de su madre.
La serie la ví allá en lso setenta/ochenta cuando la volvieron a poner en TV, y recuerdo especialmente un capítulo, que fue el que más miedo me inspiró por entonces, cuyo protagonista era el muñeco de un ventrílocuo. ¡Y ese episodio viene en los dvds! Espero que haya sabido envejecer con decencia, porque la serie me gustó mucho. Y tengo ganas de desconectar un día (mañana por ejemplo) y darme un maratón completo.
Los Croquiños, conste, siguen sin abrir. Irán cayendo en cuanto pase a la fase 3 de mi dieta en la que puedo darme un capricho de vez en cuando. Así que la caja me va a durar hasta bien entrado el 2012.