jueves, 31 de enero de 2013

Como buscar alojamiento y no morir en el intento (no morir de la risa)

Desde que nos planteamos mudarnos a Cork, allá por Mayo en que surgió la primera idea, y hasta septiembre que finalmente cmencé a buscar trabajo en serio, estuvimos manteniendo un ojito en la principal página de alquileres y ventas de Irlanda, daft.ie. Otras páginas, como ya he comentado anteriormente, tienen los mismos anuncios.
Y nos dimos cuenta, con cierta alegría, que alquilar una casita de dos dormitorios (a veces de 3) costaba lo mismo que alquilar un apartamento con el mismo número de habitaciones. Así que se nmos metió en la cabeza, que para pagar lo mismo, preferíamos una casita, sin engorrosos vecinos arriba o abajo. Con el mismo entusiasmo, nos dimos cuenta de que los alquileres en Cork rondaban solo unos 50 euros más de lo que pagábamos aquí. Y así, seguimos viendo, y suspirando, con las maravillas que salían y la velocidad a la que desaparecían.

Hasta que nos tocó mirar en serio y nos dimos cuenta de que la oferta en Mayo era enorme y barata, principalmente (suponemos) porque Cork aloja a muchos estudiantes y llegadas esas fechas, chapan y se van a casa. Y el curso que viene, ya veremos. Y nos dimos cuenta, también, de que las mejores casas desaparecen al día siguiente de poner un anuncio, y de que nuestra desventaja era no poder ir a verla a la media hora de llamar, porque tenían visitas programadas y si la casa era una maravilla, ya se sabe... el primero que llega se la lleva. Y los precios habían subido. Otros cincuenta euros, con lo cual lo más barato del mercado ya nos supone pagar cien euros más de lo que pagamos ahora y en una ciudad que es un poco más cara en su nivel de vida. 

Ayer llamé a tres propiedades que eran simplemente un primor en las fotografías y hoy hemos ido a verlas. Analicemos paso a paso, el grado de desencanto...

Casa primera. No muy alejada del centro, en Blarney Street (mírese mapa de Cork si se desea). Cantidad de tiendas interesantes (y pinturescas) en los alrededores: tiendas de segunda mano, comida exótica, una peluquería, una tienda de comid húngara (aunque a segunda vista nos pareció que estaba cerrada). Seguimos calle arriba y el paisaje empieza a ser desolador. Casas viejas. Tiendas cerradas (desde el pleistoceno). Llegamos a la propiedad, un edificio pintado de rosa. Mientras esperamos al de la inmobiliaria, admiramos el bonito mural en el pub que hay frente a la propiedad (cerrado también desde hace bastante):


El de la inmobiliaria se retrasa y mientras tanto, comprobamos que en bajo vive un ciudadano (o unos cuantos) de Europa del Este, dejémoslo así. Primero llega un amigo en chandall y malas pintas, con una lata de cerveza en la mano (11am) y un cigarrillo colgando precariamente de su labio. Después llega otro de pintas amenazadoras. Luego, salió a mirar al exterior el que creemos es el inquilino (o uno de ellos) del bajo: un tiparrón grande, en chandal y camiseta sin mangas (a 5 grados que estábamos, por Dios), con una cicatriz que le cruzaba la cara desde la ceja hasta el mentón.
Cuando llega el chico de la inmobiliaria y nos abre la puerta, comienzan las primeras miradas entre el guiri y yo en plan "esto no me gusta". Se entraba a un patio, bajando unas escaleras estrechísmas de piedra socavadas por el tiempo. el patio contenía los cubos de basura y unas bicis. Luego había que subir por unas apestosas (olía a humedad que te cagas) escaleras enmoquetadas al primer piso donde estaba el apartamento, mientras el agente nos comentaba lo espacioso y enorme que era el piso.
El shock llegó al ver la salita:


¿Enorme, eh??? ¿cómo os quedáis??? ¡Pues un cojón de pato! La salita, que parece aquí que tenga al menos tres metros de larga era un cuadradito de 1.5x1.5 metros. Allí no cabía ni un alfiler. Y los sofás estaban cubiertos con mantas sucias que ni nos atrevimos a tocar para ver cómo era el estampado original. el piso entero olía a humedad, y me diréis "mujer eso es de haber estado cerrado tanto tiempo..." Y otro cojón de pato. Además, podíamos oir perfectamente la conversación de los de abajo como si estuvieran en la habitación contigua.

Sigamos con los sustos. La cocina. Ese hueco entre ventana y mobiliario parece enorme... pero solo podías entrar casi de lado... super-extra-mega estrecha. Y no tan amplia como parece. Ni tan luminosa. Y las vistas, un asco: al sucio patio y los cubos de basura.


"El dormitorio es enorme", nos dijo el muchacho. Es difícil encontrar una apartamento con un dormitorio principal tan grande...
 Y que usted lo diga. Porque si tenemos en cuenta que la cajonera la han puesto en el salón porque aquí no cabe, sí que es espaciosa sí...


El baño era tan cutre como en la foto, ahí no han podido alargar nada con photoshop... Y además, sucio.


El segundo dormitorio era aún más pequeño que el principal, ocupado en casi su totalidad por la cama. De matrimonio, eso sí... Aquí no me cabe una mesa de ordenador ni a palanca...


El guiri salió de allí derrotado y desanimado. Entre el shock y la indignación de que se pudiera pedir tanto dinero por semejante mierda-piso. Y encima con una banda de gangsters de vete a saber donde abajo, que aquí ya se sabe... le alquilas un piso a un polaco o un lituano... y tienes la casa con 20 personas desde que amanece... hasta que amanece. ¡Qué les gusta una reunión social a todas horas, música y bebercio!

De aquí nos fuimos a ver una casa. Una casa enterita, sin vecinos ni arriba ni abajo. Pequeñica, eso sí, de dos dormitorios, pero casa al fin y al cabo. Pero de esta os hablo al final.
Tras ver la casa, nos fuimos a ver la tercera propiedad, de la que no hay fotos en la web. Para empezar, nos alquilaban una especie de duplex... sobre la misma inmobiliaria. La entrada era la misma para ellos que para nosotros, y al trabajar en horario de oficina, no podríamos poner música durante sus horas (no que nos dediquemos a poner Iron Maiden a las 9 de la mañana, pero uno en su casa quiere su libertad y nunca se sabe). La verdad es que a mí el apartamento me gustó. La cocina era lo más pequeño en cuanto a almacenamiento, no tenía muchos muebles sino más bien estantes (y bien altos pa mi metro y medio escaso). La salita era de buen tamaño y ambos dormitorios enooooormes. El baño era con ducha, pero... tenía una cortina de ducha por dentro, adosada a la pared (para que no se mojen los azulejos ¿?). La sorpresa llegó cuando el de la inmobiliaria nos dice que en realidad el piso son cien euros mas al mes de lo que ponía en el anuncio, pero que en ello va incluida la luz, el gas y el uso de internet que es compartida con su oficina. ¿Mandeeee...? Las facturas aquí son bimensuales. ¿200 euros por luz y gas y una dudosa conexión a Internet cuya banda ancha desconocía él mismo? Le pregunté cuántos megas tenía y me respondió: "bastantes". Y a esto hay que sumarle otros 40 euros mínimo al mes de canales de televisión. Y la licencia de Tv que creo son unos 200 euros al año. Y qué quieren que les diga... que yo no he gastado nunca 200 euros por dos meses de facturas... y teniendo al casero abajo para lo bueno y para lo malo... ¿Y si él se descarga cosas guarras en la ofi y me culpan a mí? ¿Y si se queja de que veo muchas series y le bajo la potencia de uso? ¿Y si me la baja él a mí y tengo que ver las series con el rebuffing y a pedales?? Además... lo que no le gustó nada al guiri es que cada habitación tenía un numerito en la puerta... y la cocina no tenía puerta alguna.

En fin. Vayamos, pues, a la segunda casa. Que creemos nos vamos a quedar. De momento la hemos reservado con la agencia y hemos quedado en ir el lunes a pagar el depósito y posiblemente el primer mes. No es gran cosa:


La puerta de al lado pertenece a una peluquerí o spa canino (a juzgar por la cantidad de peluches y figuritas de perritos en la ventana y un cartelito que decía "se hacen galletas caseras para perros". Y mientras esperábamos tiritando de frío (los de las agencias siempre llegan tarde!) pudimos oir a algun perrito yaping-yaping.

La salita no es muy grande, pero cubre nuestras necesidades. Tiene un chimenea (creemos que cerrada, pero le echaremos un vistazo) y creo que la mesita oval oscura ha desaparecido (y si no, nosotros la haremos desaparecer). El cuadro feo también va a ir... al patio.


La cocina tiene un tamaño respetable, y aunque puede parecer que no tiene demasiado espacio para el almacenamiento, junto a la nevera hay una puerta que lleva a la "utility room" donde está la lavadora, otro mueble y una gran estantería en la pared donde podremos poner vasos, platos y copas...


La primera habitación arriba será mi estudio. Es bastante pequeñica, pero ya trae una estantería incorporada y en cuanto nos asentemos y tengamos el resto organizado, desmontaremos la cama y aquí paz y luego gloria. Hay en la pared opuesta una cajonera y un armario de dos puertas que irásn al dormitorio principal a hacer compañía a los de allí, ya que aquí la mayoría de casas solo proveen un armario de dos puertas por dormitorio de matrimonio. Con esto gano muchísimo espacio "para mis cosas" y ademas en el zaguán hay un enorme ropero blanco donde van a ir todas esas cosas que no sabes donde meter... (llámense, mis cajas de muñecas y cachivaches, porque aquí creo que solo voy a poner en exposición un par de muñecas (las Ellowyne Wilde) y el resto creo que voy a tratar de malvenderlas).


Ya sabemos que las fotos de las agencias suelen parecer mostrar habitaciones mayores, pero en este caso, la habitación es aún más grande de lo que aparece en la foto y... tiene una puerta secreta.... uuuuhhhhh


No pude hacer una foto, principalmente porque no me llevé la cámara y el problemático de mi móvil me decía que no tenía espacio suficiente en la memoria, pero en la pared opuesta a la cómoda, a los pies de la cama, hay dos puertas de madera antigua pintadas de blanco, que están clavadas y no se puede abrir. Posiblemente una antigua despensa o algo, pero aunque le preguntamos a la chica de la agencia, nos dijo que no se podía abrir (algo que ya habíamos comprobado, gracias. 

Estábamos un poco desilusionados. La casa tiene carácter y está a unos 15 minutos andando del centro, es un paseíto que no se hace demasiado engorroso (al menos los primeros días, imagino), y enfrente hay un pub (The Sportman) donde nos tomamos un refresco mientras esperábamos a la hora de nuestra cita, ya que llegamos temprano. Y nos gustó el ambiente familiar. Y eso dice mucho de un barrio. Detrás de nuestra casa, a tan solo un par de calles, tenemos un lago, el lago de Cork, que tiene una reserva natural y un santuario para pájaros:



Pero seguíamos desencantados y decidimos mirar a través de nuestros teléfonos por otras propiedades, aunque fuesen más caras. Había una casa enooorme por 700 euros (tres dormitorios) cerca de donde será mi futuro trabajo, en una urbanización de casitas (y el guiri es un poco alérgico a las urbanizaciones, pero necesitábamos algo donde vivir PRESTO!). Llamé a la inmobiliaria, pero nuestra mala suerte atacó de nuevo: esa misma mañana la habían alquilado. Y la casa era enorme, conste:



Que digo yo que por mucho que photoshopeen las fotos, se ve que es grande de verdad, no?

Así que nada, nuestro gozo en un pozo. Ahora, os digo, de verdad-verdad, que ya puedo decir que he visto de todo. He visto casas (o apartamentos) que llamaban salón-cocina a meter un sofá dentro de la cocina. He visto casas que denominaban "dormitorio doble" a meter una cama de matrimonio empotrada entre dos paredes, olvídate de mesilla de noche, que pa qué la quieres. 
He visto cuartos de baño que las losas se aguantaban a la pared de pura mierda. Y he visto muebles de película de Almodóvar.

Pero jamás de los jamases, hasta el día de hoy, había visto el armario de un dormitorio empotrado en la ventana:



De momento, nos quedamos con la casita pequeñita. Un poco de pintura y cuatro pases de magia y creo que la podemos hacer habitable al menos por un año, que es el contrato mínimo. Luego ya veremos...

martes, 29 de enero de 2013

Día... el día que perdí la cuenta...

Cajas en el salón...


Cajas en el hall...


Cajas en mi estudio...




En las estanterías, sobre las estanterías...


Cajas en el dormitorio...



en mi armario de los cómics, que el guiri pacientemente ha empaquetado él solito...


Más cajas en el hall...


¡Y lo que me queda!!!

domingo, 27 de enero de 2013

Mientras tanto, al otro lado del Atlántico...

No es ningún secreto que la hermana del guiri, la que vive en EEUU y está casada con un ciudadano americano, no me tragaba ni en pintura. Ya os comenté sus desaires a lo largo de los años y su abierto desprecio sin haberme conocido siquiera.
Tras bloquearme en Facebook por decir que no me gustaba cierto pueblo costero de Irlanda, volvió a agregarme mientras estábamos en Madrid para la presentación de mi libro. Incluso me envió varios mensajes de felicitación. Y estas pasadas navidades, ha sido la primera vez que hemos hablado por teléfono. Unos segundos tan solo y en una conversación del todo trivial, pero algo es algo. 
Y ahora soy una de sus mejores amigas.

¿A que no os lo creéis? Pues es cierto. Inadvertidamente me he convertido, incluso, en su consejera matrimonial y psicóloga. 

Todo comenzó una fría tarde de enero, unos pocos días después de Año Nuevo. El guiri recibió una llamada de su hermana y estuvo al teléfono durante casi una hora, aunque él apenas habló, Parace ser que en Nochevieja su hermana y su marido fueron a una fiesta a casa de unos amigos, se divirtieron, lo pasaron bien y al llegar a casa él cerró la puerta a sus espaldas y como el que te pide papas fritas con huevo le pidió el divorcio.
Y se armó la de San Quintín. No que se dedicaran a tirarse las mejores piezas de porcelana. Por el contrario. Ella quedó tan anonadada porque no se lo veía venir y él rehusó hablar del tema y se escudó en un manido "no eres tú, soy yo" y durante días ella fue una fuente de lágrimas y él siguió haciendo su vida normal. 

En los siguentes días, la información que nos llegaba se fue ampliando. Ella sospechaba que él andaba en flirteos numerosos con un antiguo amor adolescente a través de Facebook, flirteos que han derivado en algo más y él comenzó a llegar cada vez más tarde del trabajo. Haciendo acopio de las pocas fuerzas mentales que le quedaban, empezó a darse cuenta de que en realidad, la cosa había empezado unos seis meses atrás, pero siendo su marido un hombre emprendedor y trabajador, con su propia empresa, no eran raras las veces que podía llegar a casa tarde. Y ahora se ha dedicado a poner dos mas dos y a darse cuenta de que lo mire como lo mire, siempre va a conseguir cuatro.

¿Y qué pinto yo en todo este asunto? Primero Jay me dijo que, al tener experiencia con un divorcio bastante traumático, podría aconsejarla, y me pidió que le escribiese un email. Después fue su madre quien también me lo pidió. Y en parte empujada por la curiosidad y con el modo cotilleo ON, le escribí un email ofreciéndole todo mi apoyo, y que si quería simplemente enviarme a cardar monas sin sutileza alguna, también podía hacerlo. Pero no lo hizo. Durante días me escribió largos emails derramando todo su dolor, sus miedos y sus dudas. Tienen dos hijos de 5 y 3 años y ella estaba dispuesta a sacrificar su vida y su felicidad por ellos. Le dije que no se molestase, ellos no le agradecerían en el futuro sus noches en vela o el haber desperdiciado los mejores años de su vida mientras su papá se revolcaba en un motel con una antigua compañera de clase. 
Le especifiqué las etapas de una ruptura: dolor, ese momento en el que crees que el mundo se te viene encima, que el alma entera te va a estallar y ya no sabes de dónde salen esas lágrimas. Pero pronto pasaría al enfado, cuando comenzaría a pensar un poco más en claro y a ver todo aquello que el amor y el bien pensar cegaba antes. Ese momento en el que te sobrepones un poco más y empiezas a hacer planes. Y finalmente, llegará la indiferencia, mezclada aún con un poco de dolor y un mucho de enfado, pero que te va a permitir rehacer tu vida y darte cuenta de que hay cosas peores. Y de que tus hijos no se merecen vivir en una casa de traiciones y sin amor.

Porque la hermana del guiri, desde que dejara su trabajo como enfermera para cuidar a sus hijos hace unos 4 años, se ha convertido en una de esas esposas y madres de película, que tienen el plato en la mesa cuando el marido vuelve del trabajo y le lava y plancha todo como una vulgar sirvienta mientras él, aún en su tiempo libre, se sienta ante la tele o se machaca en el gimnasio. Y el señor esposo, acostumbrado a que le sirvan de la mañana a la noche, la había convencido de no separarse hasta dentro de un par de años. Seguirían viviendo en la misma casa pero haciendo vidas independientes y a los niños, de momento, no les dirían nada. Tras una semana de "necesito encontrarme, no sé si te quiero, ni siquiera de si me gustas", él se ha mudado a la habitación de invitados, que ya hay que tener entereza para compartir la cama con un desconocido, que es lo que ha resultado ser.
Y sí, ella ha seguido limpiando, cocinando y lavando para él porque no sabe qué otra cosa hacer (yo me habría ido unos días a un spa a cargo de su tarjeta de crédito). Pero ahora que ha empezado a actuar, ha escogido el modo "americano" de hacer las cosas. ¿Que cuál es este modo?

Primero intentó convencerlo para ir a terapia matrimonial. Pero él, aunque en un principio accedió, rehusó a última hora buscar ayuda. Y al final, ha tomado medidas drásticas: ha contratado a un detective que le ha confirmado lo que ya sospechaba: él se ve con otra. 

Culebrón, señores...

viernes, 25 de enero de 2013

Día dos: erm...



Sí, buscar casa, llenar cajas a la vez y tener que venir a trabajar cada día puede ser extenuante y a la vez, divertido.
Divertido, porque cada día no deja de estar cargado de anécdotas. A la vez, en tu interior se asientan las dudas, los temores y el miedo a no encontrar algo a tiempo y acabar en cualquier pisito porque no te queda más remedio.

He visto una casita que me ha gustado bastante, pero cuando llamé me dijeron que están haciendo trabajos de remodelación y hasta la semana que viene no se puede visitar, por lo que me llamarán con día y hora. Lo que no sé es si tengo mucha gente en la lista delante mía, porque si es así... ya puedo decir adiós. Y claro, por el momento nos hallamos en punto muerto. No podemos estar yendo y viniendo cada día a Cork a ver casas porque el transporte es caro y se nos irían 40 euros al día. Además, de ver algo que nos guste, pagaríamos el depósito allí mismo y probablemente el primer mes para asegurarnos de que habemus techu.
Así que de momento, esto está parado. No así el relleno de cajas, que crecen y crecen por cualqueir rincón de la casa mientras descartamos todas esas cosas que "no sé para qué guardé, rompemos papeles que ya no sirven pero se quedaron en el escritorio del ordenador, o entre libros, y descarto, tambié, mobiliario y ropa.
He tirado dos pares de botas y uno de zapatos. No descarto seguir tirando más; total, a la velocidad que lso vuelvo a comprar, no lo noto...
La mesa del ordenador se queda. No creo que sobreviviera una cumbayá del viaje. Las estanterías grandes color pino, se quedan también. compraré unas blancas, en Argos, que a €41 por estantería no está nada mal. La mayoría de cazuelas de cocina se queda. Ya me han dado buen uso durante años y compraré nuevo "ajuar" cuando llegue.
En el trabajo, ahora, llega todo de golpe. De estar las últimas semanas rascándome el chirimbolo y yendo a trabajar un día, a tener que trabajar TODOS los días. Mi compañero de trabajo se va de vacaciones del 11 al 15 y debo cubrirle en caso de que entren bastantes traducciones. Justo los días que más quehacer voy a tener.
Tuve la "buenísima idea" de anunciar en un grupo de au pairs en Limerick en Facebook que dejaba mi puesto, por si alguna estaba interesada en buscar un trabajo y dejar de cuidar niños. Me escribió una chica en inglés, en un inglés tan macarrónico que a duras penas entendí lo que decía. Pero la pobre muchacha (dejé mi "anuncio" en inglés porque en el grupo hay chicas de todas las nacionalidades, y lo hice en un ingles claro y sencillo, diciendo el lugar de trabajo y que era para traducción) pensó que yo dejaba a "mi familia" de au pair, y ella tenía una amiga que buscaba familia. Le expliqué que se había equivocado y la anécdota quedó ahí. Lo que me demuestra que la gente ya no es que no entiendan inglés... es que no leen.
Un par de horas después me llega otro mensaje de otra chica diferente, preguntándome lo mismo, que es amiga de "fulanita" y le ha dicho que dejo a mi familia.
A mi familia la dejé el día que me vine a Irlanda. Si le mando a mi madre una Au Pair, estoy segura de que la chica sufrirá un truma psicológico de por vida, XD.
Hoy lo he anunciado en el grupo de españoles en Cork, donde la mitad son au pairs y la otra busca trabajo, o consejo, que siempre doy con placer. Cuando yo llegué a este país no tenía nadie a quien preguntar y me tocó aprender todo del modo más duro. Y hay cosas que no son sencillas: tasas, sistema sanitario, paro, derechos del consumidor, derechos del trabajador...
Y no tardó en llegarme un mensaje de una chica interesada... que al principio pensó que el trabajo era en Dublin. Culpa mía en parte porque en el enunciado no dije que el trabajo era en Limerick, solo dije que no era en Cork, y al no poder editar un post original, lo aclaré en el primer comentario. De cualqueir modo, le dije donde era y pasó a explicarme que aún estaba en España y pensaba mudarse a Irlanda en Julio, si sería ya tarde para entonces. Er... pues creo que sí. Más que nada porque si yo me voy el 15 necesitarán a alguien casi para entonces. El proceso de selección puede ser largo y lento, pero si encuentran al candidato adecuado, empezará tan pronto como pueda.
Pero ya me queda la duda de si la gente lee o si simplemente no asimilan la información. Me voy apuntando las anécdotas, nunca se sabe!

miércoles, 23 de enero de 2013

Día 1: Buscar casa

En Limerick buscar apartamento es fácil. Buscar una casita no lo es tanto, aunque haberlas haylas (en el quinto coño, pero las hay).
Sin embargo en Cork, esto es completamente diferente. Suelo mirar en daft.ie. No es que no mire ninguna otra página... es simplemente que todas, TODAS, tienen los mismos anuncios. Incluso en otras páginas, la misma propiedad puede resultar ligeramente más cara. Además, aquí en Limerick tenemos dos periódicos de corte local, el Limerick Leader y el Limerick Post cuyas páginas de clasificados vienen cargaditas de apartamentos para alquilar. De hecho, las tres diferentes casas/apartamentos en los que he vivido aquí los he conseguido a través de estos periódicos. en Cork parece no haber nada.

Volvamos a daft.ie. Llevo un par de meses mirando de vez en cuando para hacerme una idea de precio, localización y estado general de las propiedades. Algunas dan vergüenza verlas, como ya comenté en otro post y otras parecen demasiado buenas para ser verdad.

Pongamos el caso de esta casita, a quince minutos andando de mi nuevo trabajo, tres dormitorios, estudio, salón con chimenea, cocina amplia y jardín por 600 yoyos:

Ballincollie Road., Blackpool, Cork City Suburbs - Click to view photos

Dos de los dormiotios... uno tiene una moqueta horrorosa pero eso son males menores...



El salón es muy cuco. El estudio está junto a la mesita semicircular



el espejo sobre la chimenea es horroso pero no todo podía ser perfecto...


La cocina es espaciosa aunque le veo muy poco espacio de almacenamiento, nada que no se pueda arreglar comprando un par de estanterías o algo...



¿El problema de tanta cucada y tanta perfeción? Pues que es la única casa de toda la calle (que es bien larga), que no tiene conexión a Internet. Me dio por mirar en la web de mi actual proveedor, donde puedes introducir la dirección de la casa o piso en cuestión y te dice si tienes internet o no (algunas zonas podrían ser un agujero negro), y ante la duda les envié un email. Me llamaron inmediatamente y me dijeron que no tiene ni puede ponerse wifi. ¿Por qué? porque aquí internet va por cable y fibra óptica y cuando hicieron las obras en esa calle, el propietario de esta bonita casita se negó a que la conectaran. Y ahora tiene una preciosa propiedad que lleva tres meses en la web sin alquilarse, porque a no ser que decidan cogerla un par de pensionistas carcamales, esto no lo alquilan ni aunque pidan 100 euros.

Hoy tenía una lista de cuatro casas a las que llamar. Dos de ellas ya estaban alquiladas (desde ayer que las vi en la web!!), a otra no he llamado aún porque no me convence demasiado (es apartamento) y la cuarta me interesa muchísimo aunque no he podido ver su interior porque no había fotos en la web. Según me ha dicho la señora de la agencia, hasta hoy no han conseguido las llaves y ya tenían a 6 candidatos que irían a verla hoy a las 2pm. Como no me daba tiempo a llegar ni aunque contratara un helicóptero, de momento hemos quedado en que, si no se alquila hoy, podemos ir a verla el viernes. En cualquier caso, me llamará mañana para confirmar este punto. Cruzo los dedos. Pero veamos las otras dos casas que ya están alquiladas...

   Tower Street, Cork City Centre, Cork City Centre - Click to view photos

Grandecita, limpia, luminosa, decorada con gusto...



De la tercera casa ya no queda registro en Internet. Me sale una ventana diciendo que la propiedad ya no está disponible y no hay fotos. De esta tenía porque la guardé en su día (hace dos días, vaya...)

Y la que me intersa mucho y quiero ir a ver el viernes aunque no sé cómo es por dentro es ésta:

65 Sarsfield Terrace, Richmond Hill, Cork City Centre - Click to view photos

Lounge, salita, cocina, dos dormitorios arriba (uno individual), dice estar decorada con gusto y tiene  jardín trasero. Espero que ninguno de los seis que iban a verla hoy estén interesados y solo estén comparando...
Cuando miro una de estas casas, suelo meterme en google en el street view para "pasearme" por el barrio y comprobar si hay tiendas cerca, si hay pintadas, si hay casas chapadas... Desde esta calle, ésta es la vista que contemplaría sacando la cabeza por la ventana y torciéndola a la izquierda:


¡Si hasta se ve la torre de Shandon!

En fin, que no es tarea fácil encontrar casa. No me sirven algunos consejos que me dan del tipo "bueno, te mudas y luego ya allí con tranquilidad te alquilas otra cosa cuando salga". Primero, porque la mayoría de propiedades te exigen un contrato mínimo de un año y no me apetece dentro de doce meses ponerme a recolectar cajas de nuevo. Voy a acabar teniendo complejo de cartonera. Y segundo, porque dejar todo en cajas durante un año... tampoco es práctico. Así que a donde quiera que acaben mis cosas, acabarán para quedarse. Una buena temporada.

Rant over.



martes, 22 de enero de 2013

Me encanta que los planes salgan bien...

Vale. Las zapatillas y el bolso feo de mi madre me los voy a tener que comer con patatitas, aunque... a lo mejor se pierden en la mudanza...

Primeras cajas...
He conseguido trabajo en Cork, que los que me leéis habitualmente, sabéis que llevaba buscando unos meses. Eso de que a la tercera va la vencida es cierto... o casi. En realidad había conseguido un trabajo ya en mi primera entrevista para la óptica, pero no me interesó: poco dinero y muy mal horario. La segunda entrevista casi que tampoco cuenta, porque en cuanto me di cuenta de que era un trabajo de ventas a comisión, me levanté y le dije al tipo que no me interesaba. Que una necesita  pagarse muchos zapatos y bolsos comer y que ese tipo de trabajo es una basura.
Mi tercera entrevista fue para el Centro Internacional de Reservas de Starwoods, una cadena hotelera. Me salió bastante bien, aunque la chica que me hizo la entrevista era un palo: ni una sonrisa, ni una expresión afable. En realidad, no tenía expresión. Dos semanas después recibí un email frío y estandard diciéndome que no había superado la entrevista. Lo recibí estando en la oficina y me eché a llorar. Menos mal que recibí algo de TLC de mi compañera y mi supervisora, que estaban tan seguras como yo de que me iban a dar ese trabajo. Le escribí a la chica de Recursos Humanos pidiéndole que por favor me dijera en qué había fallado para no cometer el mismo error en futuras entevistas (práctica muy habitual aquí) y no se dignó a contestarme. 
Cuarta entrevista: Centro Internacional de Reservas de Marriot Hotels. La entrevista la tuve el lunes pasado día 14. Laaarga entrevista. Casi dos horas. Salí mentalmente extenuada. La chica fue simpátiquisima, toda sonrisas y teníamos conocidos en común porque había trabajado en sus tiempos de estudiante aquí en Limerick, en el mismo restaurante en el que había trabajado yo hace años. Dijo que me llamaría el viernes, pero no lo hizo.
Y yo estaba con un ataque de nervios monumental, porque conocía a una chica que había tenido la entrevista con ellos el miércoles y el jueves le enviaron un amable y personalizado email diciéndole que no había conseguido el puesto. Pero yo, desde el lunes no tenía ni un sí ni una respuesta negativa.
Llegó el lunes y a eso de las 4.30 de la tarde, no pudiendo esperar más, decidí enviarles un email. Después de todo, el curso de iniciación empezaba el próximo lunes 28 y de ninguna manera me daba tiempo a mudarme, así que si me cogían... igual tenía que rechazarlo. Me llamó a los cinco minutos de enviarle el email y me comentó que estaban entre mi persona y otro candidato, y que la diferencia de criterios era mínima... pero que la otra persona empezaba el lunes, peeeeeroooo... había otra remesa de trabajadores que empezarían el 25 de Febrero. Solo necesitaba comprobar que entre estos.. había alguna plaza para el departamento de Español.
Y la había. Y es mía.

El día 15 me convierto en Corkonian. Ahora me queda todo ese largo proceso de meter cosas en cajas, tirar un montón de cosas inservibles, encontrar casa...

Pero con eso os voy a aburrir a diario... ya os iré contando...

lunes, 21 de enero de 2013

mi-ma-má-me-o-dia


Me encanta cuando el cartero llama a mi puerta (o al telefonillo).
Me encanta recibir un paqete, sea esperado o sorpesa.
Pero cuando espero regalos de Reyes de mis padres con retraso, me hecho a temblar.
En alguna ocasión he comentado sobre la "caja de regalos inúteles" que he recibido a lo largo de los años por parte de mi madre (una máscara de cerámica que parecía la Carmen Miranda; una bata de color naranja y botones verdes que nunca usé; un reloj en forma de dado de Nokia que nunca funcionó; otro reloj para el salón que tampoco funcionaba; camisetas demasiado pequeñas (es que la talla S la dejé de usar cuando me crecieron las tetas...) ...

Estimada madre: gracias por sus zapatillas. Las usaré cuando me jubile y sea una tierna pensionista (o una con muy mala leche debido a los traumas que me causas cuando me regalas cosas así). O puede que las done a algún geriatrico de señoras con pie pequeño...

miércoles, 16 de enero de 2013

Libros que no lo son

A estas alturas del mes, me encuentro comprando regalos de Navidad para mi familia en España. Dado que ellos me envían todo tras los Reyes (y a veces mis Reyes han venido a patita parece ser [por el tiempo que se han tomado] y me han dejado el paquete en Febrero...) tiendo a hacer mis compras con calma tras la euforia consumista pre-navideña y así, también, me beneficio de las rebajas.
Pero, uno de mis mayores problemas, como ya he comentado en veces anteriores, es la falta de comercios y tiendas de regalo en el centro (paso de meterme en un centro comercial de las afueras plagiado de chonis). Así que aprovechando que el lunes tenía una nueva entrevista en Cork (ya os hablaré de esto en otro post porque estoy pendiente no solo de la respuesta, sino de eventos en mi actual trabajo), decidí hacer las compras allí.

Ni qué decir tiene que me gasté la mitad del dinero ... ejem, ejem... en mi persona. Sí, compré los regalos de mis padres y algunos para mi hermana, pero dos de los de mi hermana he decidido finalmente quedármelos para mí. ¿Por qué? Porque la decoración de la casa de mi sister no va con lo que le he comprado. Fue un pensamiento posterior, y conociéndola, sé que mis presentes comprados con esmero y cariño iban a acabar relagados al interior de un mueble o el fondo de un cajón o a la habitación de los trastos (el estudio en desuso desde la operación de epilepsia de mi cuñado y que ocupa sus ordenadores y algunas estanterías con cds y cachivaches varios).

Y es que lo que le compré tiene un aire muy vintage:


Y aunque a simple vista pueden parecer dos libritos de cuentos infantiles del año de la Tana, lo cierto es que son dos cajitas de madera muy cuquis que compré en un callejoncito qe va desde Patrick Street hasta el English Market y están hechos de manera totalmente artesanal por la chica de la tienda, así que voy tomando ideas para futuros regalos...



En un principio pensé en quedarme con una de ellas y enviarle la otra pero finalmente decidí no separar ambos artículos y hacerlos míos y, a cambio, le compré otra caja mayor también en forma de libro pero con portada de la Torre Eiffel.


Y en su interior, he guardado algunos de los otros regalos que le he comprado. Ahora a esperar a ver si le gusta...
  

viernes, 11 de enero de 2013

¿Maleducada? ¡El maleducado es usted!

La oficina de recogida de Correos queda alejada del centro. Tampoco es que esté a diez kilómetros, pero es un buen paseíto y en esa zona (industrial, cerca del muelle), no hay autobuses. Lo cual es un coñazo cuando una impaciente como yo recibe un paquete y esté lloviendo, nevando o haga frío, tengo que acercarme a recoger lo que el cartero no ha querido dejarme (porque el 90% del tiempo, estoy en casa y no se digna a llamar). Que digo yo que es peor para el/la cartero/a que ha de cargar con ese peso de vuelta al depot.

Esta lunes pasado me di el paseíto para recoger un paquete que había llegado el viernes y que no pude recoger ese día. Era el primer libro que escribiera Katherine Webb (The Legacy) y tras leer sus otras dos obras posteriores (The Unseen y The Half Forgotten Song) era imperativo que lo recogiese ese día porque deseaba empazar a leerlo esa misma noche, tras haberme quedado hasta las 5am despierta leyendo el último.

La oficina de correos de recogida de paquetes, como digo, está en la zona industrial y para acceder al módulo de Correos hay que entrar en una especie de recinto donde hay varias naves y un parking para visitantes al fondo, junto a la verja de entrada de correos, a mano derecha. Y desde hace unos meses, en lugar de cruzar esa verja, han hecho una especie de pasillo enrejado, algo así como un caminito vallado hasta la misma puerta de la oficina en cuestión. Y hacia allí iba yo medio dormida aun (a pesar de ser casi la una de la tarde) cuando un señor de unos cincuenta y pico-sesenta años, alto, estirado y con un abrigo de esos maxi largos que usan los "ejecutivos" se cruza en mi camino y me dice así, como quien no quiere la cosa:

-Sonríe, por Dios, niña! No puede ser tan terrible! ¿Cuando se perdió la costumbre de saludar por la calle y ser amable y sonreir...?

Yo me quedé un tanto traspuesta y si no hubiera ido tan dormida probablemente me habría puesto hasta roja, pero me recuperé pronto. Me encogí de hombros y repuse:

-Bueno, es que yo vengo de una ciudad grande y no tenemos costumbre. Pero sí, es una agradable costumbre que no debería perderse.

A esto siguió un pequeño discurso de cómo la juventud está perdiendo las formas, algo que me sorprendió mucho porque este hombre si llegaba a los sesenta, vaya... tampoco era un viejo de esos pesados y anclados en el pasado... bien podría haber tenido como mucho 20 años más que yo, que tampoco le da derecho a llamarme "niña" ni "esta juventud", por mas que algunas personas se pudieran sentir halagadas, a mí me pareció una falta de educación por su parte, por lo que cuando acabó su retahíla volví a encogerme de hombros y respondí:

-A mí es que mi madre me enseñó a no hablar con desconocidos. Sobre todo con hombre mayores.

Y ahí acabó la cosa.

domingo, 6 de enero de 2013

Mil razones para vivir (relato)

Tara contempla el mar, inspirando profundamente y respirando la libertad que la rodea, sentada al borde del acantilado y con las verdes llanuras de Cornwall a sus espaldas. Acaba de leer la última página de una de las novelas gráficas de Joe Sacco ambientada en la cruenta guerra de Sarajevo y su sonrisa no es una de alegría. Cada una de las viñetas del tomo que tiene entre las manos cuenta una historia horrible, desesperada, real.
Leyendo este tipo de historias Tara logra transportarse a otros momentos de su vida. Momentos de los que nunca hablará, lo cual no significa que desee olvidar. No del todo. Le gusten o no, forman parte de su vida, de lo que es, de la persona quue ha llegado a ser a día de hoy. Y auqnue tuvo la suerte de no vivir una guerra, sí se tropezó con ella, o lo que quedaba, en aquella fatídica época de su vida cuyo recuerdo aún la incomoda.

Cierra los ojos y siente la brisa marina jugar con su pelo pajizo, mientras viaja en el tiempo, no muy lejos, solo unos quinquenios atrás, a aquel tiempo en el que su ingenuidad la llevó por caminos que esperaba la condujeran a una muerte rápida. Algo tan doméstico como el fin de una relación que estaba condenada desde el principio cambió su visión atornasolada del mundo. De pronto, tantos años atrás, su existencia se detuvo solo un instante y vio ante sus ojos la vida, no como la ven los que están a punto de departir, sino desmoronándose ante sus narices, desintegrándose a velocidad de vértigo sin que pudiera hacer nada por detener aquella particular catástrofe.

Tara hizo las maletas y se fue. No en busca de aventura o una historia que escribir. Jamás ha podido poner en palabras su experiencia en un pueblecito sin nombre de apenas una calle en una carretera perdida de al antigua Yugoslavia. Porque si lo hace, se convertirá en real, en paredes de cal salpicadas de sangre, en sonido de moscas y  olor con regusto a hierro viejo. No, Tara iba en busca de una bala perdida que atenuara su triste excusa para no apretar el gatillo ella misma.

Ahora sabe que solo era una chiquilla ingenua y estúpida y sabe hacer balance de lo que ha ganado como persona desde aquellos días. Porque al contrario de lo que pensaba, vivir sin él fue su salvación. Aprendió a sobrevivir en lo bueno y en lo malo sin aquella mitad tóxica que oprimía sus impulsos e impedía su crecimiento. Le había tocado la lotería y no se había enterado.



Se levanta y se sacude la falda de invisibles briznas de hierba. La lotería. Ríe como lo ha hecho desde que descubriera que la vida es más que ajustarse a unos parámetros determinados. Allí, en otro pueblecito de paredes encaladas donde el tiempo se detuvo hace años, ha sabido encontrarse a sí misma. Y ahora que lo ha hecho, quiere de nuevo volar.

Esta vez, en busca de aventura.

jueves, 3 de enero de 2013

Meeting Adolf...

El día de Navidad bauticé a un gato. Y eso que no me gustan. Me encantan los perros, y en casa de la tía del guiri, ya hay uno, Albert, que me tomó "demasiado" cariño aquel día y tuve que detener sin paños calientes sus avances amorosos.
De nada me servía que me pusiera "ojitos"...


Adolf acaba de llegar a la familia y fue el regalo de Navidad de la primita del guiri (que ya tiene 13 años). Adolf tiene seis meses y aquel 25 de Diciembre aún no tenía nombre.

Una mirada a aquella cara peluda... Ese flequillo hacia el lado... ese bigotillo bajo la nariz... y el nombre me vino a los labios... ¡Coño, Adolf!


Lo más gracioso es que duerme con un "brazo" en alto. Nasío pa mandá...


Nunca un nombre tan poco agraciado le sentó mejor a un gato...