sábado, 29 de junio de 2013

Cortinas y otros vicios

Cuando nos mudamos a la casa, la cocina estaba cual que así:



Naturalmente cuuando uno se traslada a vivir a una casa, le da su toque de vida y su toque personal. Yo hice unas cortinas para la ventanita de la cocina:



Y para ese mueble sin puerta que empotraron en la esquina y que con los utensilios y cacharros de cocina, siempre parecía desordenado, le hice su cortinilla a juego:


Las sillas de la cocina eran bastante feas, así que les hice un cubre-asientos de la misma tela rellenos de guata:


Es que mira que eran feas las sillas: 


Y para no ser menos, a la ventana del baño le hice unas cortinas de la misma tela, pero esta vez en azul:


Realicé todas estas labores en las primeras semanas de llegada a Cork, allá entre mediados de Febrero-principios de Marzo, pero no había tenido tiempo de hacer las fotos y subirlas. 

sábado, 22 de junio de 2013

Absolute gilipollas...

Me han cambiado de departamento. Una se coge una semana de vacaciones, se incorpora al trabajo sin ganas, casi llorando, con deseos de levantarse en cualquier momento y tirar los cascos sobre la pantalla del ordenador y abrir la puerta de la oficina correspondiente, levantar el puño y decir... "me voy... porque puedo...!!!!" Y en lugar de eso te dicen que de Worldwide te pasan a Regional... lo que significa que en lugar de un 90% de llamadas de americanos, quizás tienes un 10%... pero a la vez significa muchos más dolores de cabeza, una historia larga que voy a intentar resumir para no aburrir: haces menos reservas porque has de pretender que estás en los hoteles a los que llaman y muchas veces solo te llaman porque quieren que la limpiadora suba a cambiarle las sabanas de nuevo, quieren un vaso de leche... o vete tú a saber. Con lo cual, llegar a tus objetivos marcados diariamente por tus superiores se vuelve casi imposible. Esto se traduce en que me van a tocar horarios y días libres de mierda hasta que consiga zafarme de este trabajo...

Supuestamente hoy es mi último día en Worlwide, pero por problemas técnicos, podría ser mañana. Y desde luego, si mi último día en este departamento ha sido hoy, la despedida ha sido con honores. Nunca me ha tocado tanto gilipollas junto de una vez. Y no me refiero a llamadas exigentes o a americanadas varias, no. De hecho, de las tres llamadas a destacar, dos eran británicos y el que menos porculo ha dado -porque no lo he dejado- ha sido el americano. Vayamos por partes: primera llamada subrealista: señor británico, muy buenos modales, sin gritar ni nada, en tono totalmente calmado, me dice que desea hablar con mi manager o supervisor porque acaba de realizar una reserva media hora antes y ha pedido para un hotel de Egipto en la playa, y cunado le llega el email ve que no es en la Playa y me dice que es en un hotel diferente. Antes de pasarle al manager, le pregunto si hay algun modo en el que pueda ayudarle, simpatizo con su situación y me da el número de reserva "para que compruebe lo que dice". Dato importante: me dice que la chica que le ha hecho la reserva le ha asegurado que ese era el mismo hotel en el que se había quedado el año anterior. Como es miembro de la tarjeta Marrieta y puedo, por tanto, ver su movimiento "hoteril", compruebo que efectivamente, en agosto del pasado año se había alojado en este mismo hotel. Le corroboro la información y finalmente me "confiesa" que sí, que es el mismo hotel pero que tiene "dos partes" o "dos edificios" separados por una carretera y que la que le han dado es "la zona chunga". Antes de seguir, llamo a mi supervisor, porque el señor insiste en poner una queja. La reserva no se había hecho en nuestro centro sino en la central de reserva de USA, por lo que poner una queja contra nuestro centro en Irlanda no tiene sentido porque nosotros, no hemos hecho nada. Intentar explicar esto caía en saco roto así que le ofrecí a cambiarle la reserva (él ya tenía hasta una tarifa que estaba viendo por internet -más cara que la que tenía-, y le hice eso, más le aseguré que pondría una nota al hotel para que fueran amables y le añadieran algún detallito como una botella de vino a la llegada o algo.
Me quedó claro que este señor había cometido un error (suyo) al realizar la reserva y estaba simplemente buscando "algún freeby".

El segundo gilipollas (americano) me dijo simplemente que estaba hablando con un manager y que se había cortado la llamada. Le pregunté si podía ayudarle, ya que posiblemente el manager con quien estaba hablando ni siquiera era de nuestro centro. No recordaba su nombre (ni nosotros tenemos managers que respondan la llamada, solo "supervisores" por llamarlos de algún modo). No quiso decirme la naturaleza de su llamada y solo me dio su nombre de pila. Quería quejarse. Se lo expliqué a uno de los supervisores y aceptó que le transfiriese la llamada. Ni idea de qué iba el asunto.

Y el gilipollas británico que merece la medalla de oro al mérito a las "bellas artes", merece que reproduzca la llamada más o menos tal cual sucedió (a las nueve y pico de la noche):

-Páseme con un responsable técnico.

-Perdon? Está usted llamando al centro de reservas, no tenemos ningún técnico disponible.

-Mira, estaba intentando acceder a mi cuenta en mi ordenador, me ha dado error y me ha enviado un mensaje ocn este teléfono donde dice que he de contantar con un responsable técnico (todo esto, en un tono muuuy calmado de voz).

-Sí, caballero, pero aquí no tenemos a nadie del departamento técnico y menos a estas horas de la noche. ¿Es su problema con la cuenta de Puntos?

-Sí, pero no me estás escuchando. me da igual si hay un técnico o no. A mí me ha llegado un mensaje de que llame a este teléfono y quiero hablar con alguien, técnico o no.

-Pues a ver si puedo ayudarle, porque el Departamento de Puntos cierra a las seis y media de la tarde y ahora mismo no hay nadie para mirar su cuenta, pero si quiere espere un segundo, abro la web que tiene usted y seguimos los pasos juntos, a ver si puedo ayudarle...

-Me da error, hago esto y esto... y me da error.

-Pues solo puedo decirle que si quiere llamar mañana por la mañana, o espere si hay algún teléfono o departamento al que pueda transferirle...

-¿por qué me llevas la contraria? ¿Por qué argumentas?

-Caballero, yo solo le estoy informando de lo que puede hacerse, en ningún momento estoy argumentando...

-¿lo ves? ¡Otra vez estás argumentando! Pásame inmediatamente a la Encuesta que me voy a quejar de tí ahora mismo.

-¿De mí? Solo le he dicho que no disponemos de un técnico...

-Otra vez argumentando. Pásame a la encuesta. A-ho-ra-mis-mo.

-Desde luego. Un momento.

Si ponen una queja sobre mí, me llevo una bronca y una x en mi expediente, y no me da la gana cuando en ningún momento le levanté la voz ni hice nada incorrecto. En lugar de conectarle a la encuesta, lo puse en espera y llamé a mi supervisor y le expliqué la situación, diciéndole que me negaba a pasarlo a la encuesta y que si quería podía oir la llamada (graban todas las llamadas). En el minuto escaso que estuvimos hablando, Mr. Gilipollas colgó. 

Gran suspiro de alivio. Si hago algo mal, o alguien estima que he hecho algo mal, no me queda más remedio que pasarles a la encuesta. De momento solo me ha pasado una vez con un señor que estimó que fui "demasiado lenta" procesando la reserva. En mi primer día sola al teléfono. Y la reserva no me llevó más de tres minutos, que teniendo en cuenta la de cosas que has de decir, los datos que has de recoger y blablabla, es todo un record, pero gilipollas... en todas partes.

Por no contar anécdotas de otras compañeras/os, porque escribir un libro sobre los gustos y disgustos y lo que parece bien o mal a ciertos clientes... sería quedarse sin papel...

lunes, 17 de junio de 2013

Annie Moore y sus hermanos en Cobh (II)


Es una de las imágenes más representativas de Cobh, la estatua de Annie Moore y sus dos hermanos.
Annie Moore fue la primera emigrante de todos los tiempos en pasar por la Isla de Ellis cuando abrió sus puertas el 1 de Enero de 1892. 


Annie y sus hermanos partieron del puerto de Queenstown (Cobh) en el SS Nevada el 20 de Diciembre. Tras doce días de navegación en tercera clase, llegaron a su destino. 


La estatua en Cobh fue inaugurada en 1993 por la entonces presidenta Mary Robinson y una estatua similar puede verse en la Isla de Ellis también, representando no solo el honor de ser la primera emigrante en la historia en atravesar sus puertas si no también como símbolo de todos los irlandeses que se embarcaron en la misma travesía.

Más información sobre Annie Moore, aquí.

sábado, 15 de junio de 2013

Una decepción llamada Cobh (I)

Llevaba años queriendo visitar Cobh. Me diréis que si en casi 17 años no he tenido tiempo es porque no me ha dado la gana, pero la verdad es que da pereza meterse casi dos horas en bus hasta Cork desde Limerick (media hora más cuando llegué porque las carreteras eran de pena), y luego ir a la estación de tren y coger el siguiente hasta Cobh (que tarda una media hora) y en el mismo día tratar de hacer el viaje de regreso. O vas corriendo todo el día y no disfrutas la visita, o te quedas a dormir solo para al día siguiente levantarte y coger el bus de vuelta.

El caso es que por una cuestión u otra no llegué a visitar este pintoresco pueblecito hasta hace un par de días... y fue una verdadera decepción.

No nos engañemos, el pueblecito es precioso con sus callecitas de casas de colores y su catedral oteando la bahía desde su atalaya. Pero lo que encontramos fue un pueblo lleno de tiendas y negocios cerrados en pleno mes de Junio, con bastantes "chungos" campando en bancos y lugares de paso y poca oferta en cuanto a restaurantes.



Hay algunos de comida rápida a tutiplén, pero no me gusta comer en ellos. Antes me quedo con hambre que entrar en uno de esos locales. Honestamente. Soy un tanto sibarita con lo que como. Y en Cobh comimos regular y no muy a gusto después de esperar tres cuartos de hora a que nos trajeran lo pedido.

Pero antes de ir a comer fuimos a descubrir "La Experiencia Titanic". Todo Cobh está lleno de referencias al famoso crucero, no en vano el último puerto de atraque antes de su fatídico viaje fue desde Cobh (en ese tiempo llamado Queenstown), donde 123 de los pasajeros embarcaron. De hecho "La experiencia Titanic" se aloja en el que fuera el edificio de las oficinas de la White Star Line. Una "experiencia" que a 10 euros por cabeza para lo poco que ves, es un tanto cara.


En el centro, el edificio de oficinas de White Star Line

La experiencia comienza con un vídeo en el que se te da la bienvenida al puerto y se te invita a esperar a subir la rampa al embarcadero tras darte algunos datos sobre dimensiones y servicios del Titanic (gracias a Zeus he de decir que en ningún momento del recorrido tuvimos la mala "experiencia" de tener que sufrir los gorgoritos cansinos de Celine Dion o habría salido por patas).
Desde la veranda de fuera, puede aún verse los pilares del embarcadero desde el que los pasajeros salían en barcos hasta el Titanic que aguardaba a la entrada de la bahía, por ser su calado mayor que el del puerto de Queenstown.


De allí entras a ver, primero, el camarote de tercera clase, que está mejor presentado de lo que en realidad era porque solo te muestra un cubículo con dos literas, mientras el camarote real tenía entre seis y ocho camastros. En esta parte del tour, no nos estuvo permitido hacer fotografías, y de aquí pasamos a ver el camarote de primera clase. Después un vídeo-reproducción de como el barco se hunde. Fin del tour. Después tienes una habitación con videos con datos del titanic, una perfecta explicación de cómo morir de hipotermia y las consecuencias que va teniendo en los órganos, y cuánto se tarda en morir, y hay varios videos del descubrimiento en 1985 de los restos del buque.
También hay una maqueta pormenorizada.





Lo dicho, un poco decepcionante para el precio de la entrada, teniendo en cuenta que toda esta información se puede bien obtener en cualquier artículo en Internet (incluidos los videos).

Junto a la estación también hay la Queenstown Story, que practicamente es una historia similar pero en pequeña escala.








Y lo dicho, monumentos y "recuerdos" al Titanic repartidos por todo Cobh:








Incluso en el "escudo" a la entrada del museo, que tenía una interesante exposición permanente de juguetes antiguos que os mostraré en otra ocasión.


Y es que en el fondo es paradójico que el año pasado se conmemorasen 100 años de la tragedia que acabó con la muerte de tantas personas y, encima se haga negocio con ello. ¡Los souvenires son interminables! Agendas, pañiuelos, delantales, mantelitos bordados, sacapuntas, postales, llaveros, soportes de golf, serigrafías, tazas, jarras, vasos de chupito...

miércoles, 12 de junio de 2013

Enredando por las calles de Cork

Después del fiasco de la visita a Kinsale, decidimos no volver a dejar la casa para visitar nada hasta que no tuvieramos total confianza de que no iba a llover. 
Ayer, el día amaneció nublado, para luego dar paso a un cielo claro con nubes oscuras aquí y allá... y más tarde el cielo azul se vio totalmente cubierto de un manto entre gris y blanquecino.

Y a esta cabezona se le antojó salir a dar una vuelta, que si llueve... pos hay bares pa meterse, que no?
Objetivo: visitar el museo de la mantequilla. Sí, sí. En Cork hay uno y yo tenía mucha curiosidad. no mereció la pena. Una sala de tamaño mediano en la planta baja y dos habitaciones pequeñas arriba con algunas lecheras de madera y documentos y sellos. Y mantequilla. Mucha mantequilla.






La entrada al "museo" cuesta 4 euros en verano y tres durante el invierno. Bien podría habérmelos ahorrado.
De ahí fuimos a la torre de Shandon, más conocida en Cork como El Mentiroso de las Cuatro Caras, por aquello de que sus cuatro lados tienen un reloj y... ninguno marca la misma hora. Se puede subir arriba y yo ya lo había hecho la primera vez que visité Cork, pero no así el guiri. Le encantó tocar las campanas (tienes un libro con partituras por números de canciones diversas y los turistas aterrorizan al vecindario con sus "rendiciones").





Luego subimos al mirador. O mejor dicho... subí. la fobia a las alturas que padece el guiri le impidió permanecer allí dos segundos tras asomar la cabeza por la puerta. Y desde arriba hay magníficas vistas de Cork...






Luego estuvimos zascandileando por la zona. Aprovechando que estábamos cerca de la tienda portuguesa, fui a comprar algunas provisiones y en nuestro camino de regreso al centro, encontramos en Shandon Street una exposición en la calle de antiguas fotos del barrio y arcaicos anuncios...






Y un interesante mural en la valla que delimita un solar en desuso:



Ya en en centro, nos dimos cuenta de que el Yarn Bombing esté teniendo éxito en el Bishop Lucey's Park:

                   


Y cruzando uno de los puentes sobre el río Lee, para distracción de unos cuantos turistas, encontramos a una grulla tranquilamente "remojándose" las patitas en el río. De hecho, en un principio pensamos que era algún tipo de prop que el Ayuntamiento había colocado en ese punto para... no sé... ¿hacer bonito? Pero no, la grulla era real y se movía... Y tras hacerle fotos para conmemorar el momento, nos fuimos a tomar algo por ahí...