domingo, 26 de octubre de 2014

El Castillo de Trakai

Creo que este es uno de los castillos que más me ha impresionado (por su belleza), que depende totalmente del paisaje que lo rodea. Fue construido durante el reinado de Vytutas the Great y completado justo antes de la victoria del Gran ducado sobre los Caballeros Teutónicos en la Batalla de Grünwald, pero fue destruido por los Cosacos durante la invasión rusa de 1655.


A finales del s. XIX las ruinas capturaron la romántica imaginación de poetas y pintores durante el resurgimiento nacional y paradójicamente fueron las autoridades rusas las que en la década de los 50 aprobaron la reconstrucción de la fortaleza, completando su total restauración en 1987.

En el museo interior, explican con claridad todo. Nosotras escogimos un tour que nos llevó de Vilnius a Trakai donde nos explicaron interesantes datos tanto de la capital, como de toda Lituania y posteriormente, de la historia nacional y del castillo.








miércoles, 15 de octubre de 2014

Vilnius: de iglesias (y III): las católicas (y II)

Continuando con el tema de dos posts anteriores, vuelvo al recorrido de Iglesias católicas.

4. Iglesia de Santa Theresa

Por fuera no parece gran cosa...

                     

Pero por dentro... ¡Madre mía por dentro! Especialmente los frescos del techo.


Es otro ejemplo del Barroco presente en Vilnius. Los altares datan de la segunda mitad del s. XVIII. La pintura del altar mayor es la Exaltación de Santa Teresa, de Szymon Czechowicz.




5. Gates of Dawn.

Esta es, posiblemente, la "cosa" o experienza más bizarra que he visto en la vida. Siguiendo por la calle a la derecha de la iglesia de St. Theresa se llega al siguiente edificio sobre el arco:


La Iglesia que acoge esa imagen que se ve desde el exterior es de 1829, reconstrucción de una versión barroca original.


A él se accede por una puerta a la derecha, justo en la parte trasera de la Iglesia de Santa Theresa y se sube unas escaleras. No subimos porque daba miedo. Empetado de gente hasta la bandera cantando y llorando. El chaval de la foto de la chaqueta naranja y el de la mochila azul estaban ahí rezando en puro éxtasis. Acojonante. Hagamos zoom a la ventana central...



Esta capilla sigue la costumbre ancestral de tener una imagen religiosa sobre cada arco de las puertas de entrada a la ciudad para preservarlos de los enemigos exteriores y proteger a los viajeros que partían. La figura principal de esta capilla es la Madonna of Mercy, una imagen reputada por tener poderes milagrosos.
Fue pintada en roble en los 1620s y recubierta de plata 150 años después.  Los milagros que se le atribuyen fueron recopilados por las monjas del vecino convento Carmelita. 

Y es tan popular y lleno de ovejitas porque esta fue una de las primeras paradas del papa Juan Pablo I cuando visitó Lituania en 1993.

Es la única Puerta de la ciudad que permanece de los muros de la ciudad del siglo XVI y es más evidente que se trata de la antigua muralla de defensa desde el otro lado, donde los agujeros de los cañones aún son visibles.


6. Basilian Gate y la Iglesia de la Santa Trinidad

Antes de llegar a la callecita donde se encuentra la Iglesia de Sta Theresa, hay otro arco barroco que casi pasa desapercibido porque un enorme restaurante ocupa la esquina con sus parasoles. Es la Basilian Gate, diseñada en 1761 por J. K. Glaubitz.


Esta puerta conduce a la Iglesia, que parece que se vaya a caer de un momento a otro. De hecho, llegué a pensar que estaba abandonada y cerrada, pero en su interior se estaba celebrando misa en aquel momento.





Visitamos muchas, muchas más iglesias. Pero de todas, todas, estas seis que os he mostrado en los dos posts son las que más me llamaron la atención.


domingo, 12 de octubre de 2014

Lietuva

Antes de continuar con las iglesias, me gustaría hacer una breve pausa para comentar algunas cosas de Lituania en general.

En Cork tenemos una tienda Lituana. Así que estoy familiarizada con el tipo de comida y algunos productos. Y con la manera de ser de su encargada, dueña o lo que sea. Es una señora mayor con cara de pocos amigos que no te habla en inglés en ningún momento y que desde luego no se caracteriza por su servicio al cliente. Prácticamente te tira las cosas sobre el mostrador y nunca la he visto sonreir. De hecho, la broma entre los que compramos allí siemrpe es "vamos a ver a esta señora tan agradable" y siempre decimos que en lugar de comprar y aportar dinero a un negocio, parece que la estemos molestando y nos esté perdonando la vida.
Hay en la tienda otras dos chicas jóvenes, y aunque son más amables, tampoco son el epítome de la simpatía. 

En Lituania, la gran mayoría son así. Conste, el personal de recepción del hotel se portó maravillosamente, siempre tenían una sonrisa y nos ayudaron y cogieron el tour al castillo de Trakai nada más llegar. Sin embargo, la camarera del restaurante era una versión joven de la lituana de la tienda de Cork. 

El primer día, levantadas desde las 4.30 de la madrugada para coger el vuelo y tras llegar por la mañana a Vilnius, hacer el check in en el hotel y marchar a visitar la ciudad directamente, regresamos al hotel sobre las 7.30-8pm y decidimos cenar en el restaurante allí mismo. Nos sentamos en una mesa en la terraza y la camarera, tras la barra, estaba demasiado enfrascada en la pantalla del ordenador como para saber que tenía clientes esperando. A nuestro alrededor, dos mesas comiendo y algunas llenas de platos vacíos sin comensales. Tras diez minutos de espera, decidí acercarme a la barra. Le pregunté primero, si la cocina estaba ya cerrada.
-Yes -me dijo.
-Ah. ¿Y hay algún restaurante por la zona donde podamos cenar y que no sea chino (nos habíamos dado cuenta de que en lso alrededores habíamos visto al menos una veintena pero ni una restaurante "normal")? -pregunté.

Con su mirada vacía me señaló de mala gana los menús al final de la barra y me informó de que sí servían comida, que era el mismo menú que había durante el día y que podíamos comer fuera en la terraza o dentro. Me llevé dos menús y cuando decidimos lo que queríamos, fui a pedir.

Al rato nos trajo todo, siempre con su "amable" sonrisa.

Hasta aquí se podría decir "bah, es un caso aislado, la chica es una antipática que no quiere hacer su trabajo y punto". Pero es que esto lo encontramos en infinidad de lugares, en cadenas de restaurantes y en pequeños negocios. No así en el gran mercadillo que ese fin de semana hubo en Gediminos Prospekta donde los dueños de los stands, cuya mayoría no tenía una palabra de inglés, se esforzaban en hablar contigo y hacerse entender y siempre tenían una sonrisa en los labios.



Lo primero, si vais a Lituania, pedid la cuenta con antelación. Si solo vais a tomar una cerveza, pedidla a la mitad porque son extremadamente lentos. En más de una ocasión -en lugares diversos- nos dio ganas de hacer un sinpa. No es normal acabar de cenar y esperar media hora no a que te traigan la cuenta, si no a que se dignen a mirar en tu dirección. Y si te levantas de la mesa y te diriges a alguien, te ponen esa cara de pepino amargo que les caracteriza. Así que aprendimos a pedir el postre y la cuenta a la vez. 

Eso sí, la comida es deliciosa. El plato típico es el Cepelinai, "Zeppelins" de patata rellenos de carne picada con sour cream y crema de bacon. El Saltibarsciai (una sopa fría hecha de remolacha, pepinillos, huevos y kefir es muy popular sobre todo en los meses de verano, pero yo ya la había probado aquí (de la tienda lituania) y no me había gustado mucho. Los Cepelinai me encantaron!


Otras cosas que comimos:


Arriba, dumplings rellenos de carne con bacon y salsa de champiñones. Ya los había probado en Polonia y aquí lso compro bastante a menudo, tanto rellenos de carne como de queso fresco o champiñones. Los hay hasta rellenos de fresa. Sin embargo en Polonia los cocinan de modo diferente, así que las posibilidades son ilimitadas. 


Champiñones rellenos de carne, en salsa de queso.

                   


De entrantes una tabla de quesos con salsas de compota de manzana, cranberries y mostaza y miel, y unos deliciosos calamari.

Y no nos olvidemos de los postres:



Para merendar, batido de plátano y crème brulé 


Batido de banana y tarta de manzana


Coulant de chocolate


Helado de frutas del bosque

Los pancakes son muy famosos también en Lituania y especialemnte los hechos de patata. Aquí el pancake se sirve dulce como postre o salado como aperitivo o plato principal con diversas recetas. Como un par de mañanas comí pancakes en el desayuno, no me decidí a probarlos y de igual modo, ya los había probado antes en otros viajes.

Y el título de este post, Lietuva, hace referencia, por supuesto, al nombre lituano del país. Un país inmensamente destruido que ha ido recomponiéndose a lo largo de la historia. 

sábado, 4 de octubre de 2014

Vilnius: de iglesias (II): las católicas (I)

Si las iglesias ortodoxas me dejaron con la boca abierta por su ostentosidad, riquezas y belleza en algnas, fuera exterior o interior, las católicas no se quedaron atrás. Nos habían dicho que Lituania era una país muy religioso, pero jamás vi igleasias tan rebosantes de gente, con personas llenando cada banco, cada pasillo, la parte trasera, tras la puerta de entrada e incluso oyendo la misa desde la calle por no poder caber un alfiler más.
Aquí os dejo las que por una razón u otra me impresionaron:

1. La Catedral



De estilo Clásico francés, data de finales del siglo XVIII. Fue cerrada por lso soviéticos en 1950 que la utilizaron como garaje para reparaciones de camiones. En 1956 reabrió como galaría pictórica y no fue hasta 1989 que se devolvió a la iglesia católica y fue de nuevo consgrada. Su interior, la verdad, no es para tirar cohetes.




Sí lo es, sin embargo, la capilla de St. Casimir, a la derecha del altar. Es una de las mayores joyas barrocas de Vilnius. Su construcciómn se hizo entre 1623 y 1636. Tiene columnas de mármol y unos frescos imponentes.
S. Casimir era el segundo hijo del un Grand Duque, cuyos hermanos se convirtieron en reyes y reinas de estados Europeos a través de matrimonios o por linaje. CAsimir salió muy pío él, y rehuyó los lujos de la vida en la corte para dedicarse a rezar e ir a la catedral. Cunado a los 25 años murió dde tuberculosis, empezó a correr el rumor de que su ataúd curaba enfermedades y allí que fueron todos a rozar la manita. 






2. Iglesia Dominica

Esta iglesia estaba empetada hasta la misma puerta. Es más, tras hacer la siguiente foto, llegó un grupo que se quedó ahí en la misma entrada, escuchando una misa. Yo me colé dentro, irreverente que está hecha una, hice un par de fotos conspicuamente y me marché por donde vine.





Ya. Ya sé que no parecía sí de grande desde la entrada. A mí me quitó el hipo esa suntuosidad rococó interior, que no esperaba para nada. Era la tercera o cuarta vez que pasábamos la iglesia y siempre estaba llena de borregos rebaño hasta la bandera. 
Esta iglesia se conoce también como la Holy Spirit (Espíritu Santo) y el edificio presente data de los años que precedieron a la reconstrucción que siguió a la guerra tan destructive de 1655-61 durante la ocupación rusa. 
Su interior aloja nada menos que 15 altares, todos embellecidos con coloridas pinturas y columnas de faux mármol de estilo corintio, marca clave del tardío estilo barroco. 
Durante la caótica retirada de Napoleón en 1812, el convento anexo se convirtió en un hospital y la cripta se usó como morgue. hoy en día al parecer está llena de cuerpos momificados y no está abierta al público.

3.Iglesias de St. Anne e Iglesia Bernardina

Las pongo juntas porque están pegadas e impresionan así, de frente y las dos juntinas (en este caso en la foto, de lado).


Porque la que más impresiona de frente, evidentemente, es la de St. Anne:


Dice la "leyenda" que esta iglesia cautivó tanto a Napoleón que declaró que era una pena que no puediera llevársela a París  en la palma de la mano. Y es que St. Anne es toda una belleza gótica. Denro es una maravilla, pero cuando entramos se estaba celebrando una boda o renovación de votos de un matrimonio mayor, por lo que no pudimos aventurarnos libremente y solo pude sacar una mala foto con el móvil escondida tras una (oportuna) columna.


La Iglesia Bernardina, sin embargo, acababa de celebrar una misa en una de las capillas laterales y ya salían todos, por lo que a pesar del Jedi que me miró raro, hice fotos de su interior sin problemas.