martes, 25 de marzo de 2025

No te olvidaremos

 Hay personas que dejan huella en la vida, y Coti ciertamente es una de ellas. Llegó a nuestro grupo sobre el cómic de Esther y su Mundo hace más de tres lustros, y de pronto fue como si hubiera estado siempre con nosotros. Una amiga de siempre. Alguien con quien compartir hobbies y risas. De sonrisa contagiosa, curiosidad rejuvenecedora y amistad desinterada, se hizo un hueco en el corazón de los que la conocimos que será eterno, y el vacío que su ausencia nos deja no podrá llenarse más que con su memoria. Esa no nos va a abandonar nunca.

Se fue silenciosamente, sin quejarse, sin poder despedirse tampoco, y aunque pudiera haberlo hecho, quizá habría sido doloroso para ella comunicarnos que su vida tenía las horas contadas y se deslizaba por el sumidero de la exigua existencia sin remisión.  

Lo que nos dejó fue un dolor intenso y lacerante, la certidumbre de que nunca más veríamos su rostro alegre, oiríamos su voz serena... Un dolor que nos acompañará cada vez que recordemos su rostro alegre. Cada vez que nos reunamos y alcemos un vaso en su memoria. Cada vez que recordemos un encuentro en común, de aquellos que hubo tantos...

No deseo darle vueltas al tema en palabras. Cualquiera que haya perdido a un amigo, a un ser querido comprenderá lo que se siente.

No soy creyente. Cuando hace una par de semanas estuve visitando Dachau, el guia (un excelente guía que no trató de cubrir de azúcar algo que para nada es agradable) dijo que había hablado con muchos judíos que habían "residido" en el campo de concentración y habían sobrevivido. Y la gran mayoría aseguraban tener algo en común: habían perdido la fe. ¿Qué dios permitiría los horrores que tuvieron que vivir? ¿Qué dios les pondría semejante prueba en el camino? Yo perdí la fe hace mucho tiempo, pero Coti, nos veremos en el futuro. No en un "cielo" en el que no creo. Pero allá donde se encuentren las almas.

Un lugar donde nos reuniremos todos los que te amamos.

domingo, 16 de marzo de 2025

La Beyonce de Munich

 Cerca de Marienplatz se alza la Iglesia de Saint Peter, la más antigua de Munich, y aunque se puede subir a su torre, decidimos dejar los 300 escalones para otra visita (quizás) debido a que me torcí un pie malísimamente unas horas antes, y subir a ver las vistas desde el Neues Rathaus que tiene ascensor.




En esta iglesia se encuentras las reliquias de Santa Munditia, que bien podría haber sido la Beyonce de Munich con el Bling Bling que le tienen puesto. Situadas en un altar lateral de la iglesia, consiste en un esqueleto cubierto de oro y adornado con gemas. Sus ojos son dos piedras preciosas en las cuencas y unas joyas cubren su dentadura cariada. Todo el cráneo está envuelto en una gasa, no para evitar un desmayo en almas delicadas, no. La gasa sirve el propósito doble de evitar polvo sobre los huesos y poder también decorar con las joyas.






La imagen resulta muy muy curiosa. No son las primeras reliquias expuestas en una iglesia, de hecho en un altar opuesto se encuentra una urnita pequeña con un cráneo cubierto en muselina o una tela similar y varias otros huesos, pero sin corpiño a lo diva del pop, que pertenecen a San Honoratus.



¿Qué quién fue Munditia? Una mártir que vivió en el Siglo III pero de la que no hay mucha información sobre qué la llevó al martirio, solo que le cortaron la cabeza con hacha. Sí si sabe que sus reliquias se trasladaron a Munich desde Roma en 1675 desde las catacumbas de Cyriaca.

Considerada la patrona de las "solteronas" quizá en otra época fue una mujer hermosa, y en su mano sostiene una copa con sangre seca. Su fiesta se celebra el 17 de Noviembre con una procesión de velas.

Creo que ha sido de lo más curioso que he visto en mucho tiempo. Encima de su osario descansa el cráneo de San Erasmus de Formiae, el patrón de los marineros y protector de las dolencias intestinales.


miércoles, 12 de marzo de 2025

Lola Montez

 Hay una canción de la banda danesa Volbeat llamada "Lola Montez" que habla de esta histórica y nada reivindicada figura femenina. Un ejemplo de mujer emprendedora, una cortesana, bailarina y amante del Rey Ludwig I de Bavaria, quien la convertiría en Condesa de Landsfeld.

En un tour caminando por las calles de Munich también nos dijeron que la canción Copacabana de Barry Manilow mencionaba a esa "Lola" showgirl basada en ella pero creo que esto se basa más en la imaginación del guía que en la realidad, si hacemos una rápida búsqueda de la historia de esa canción, por lo que lo dejo ahí.

De lo que no cabe duda es de que era una mujer hermosa que cautivó al hasta entonces felizmente casado Ludwig I y a la vez se ganó la animadversión de sus vasallos.

Lola Montez se vendía a sí misma como una bailarina y actriz española, nacida en Sevilla nada menos. En realidad había nacido en Sligo (Irlanda) en 1821 y su nombre era Eliza Rossana Gilbert, eso sí, de buena familia, y había vivido en Liverpool brevemente y en India. Parece ser que no fue una niña modelo y era un poquito rebelde y asalvajada, quizá porque su padre había muerto de cólera al poco de llegar a la India y su madre se había vuelto a casar apenas un año después. Sus gamberradas incluyeron ponerle flores a la peluca de un anciano durante misa y correr desnuda por las calles. A los 10 años, regresa con su madre y padrastro a UK, donde es recuilda en un internado para continuar su educación, aunque esto desde luego no apaciguó su caracter aventurero.
A los 16 años se escapó para  casarse con un lugarteniente del que se separaría cinco años después de vuelta en India.

Y es aquí donde comienza su carrera como bailarina bajo el nombre de Lola Montez, pero cuando quiso continuar su danza en Londres, se la reconoció como la esposa del lugarteniente, lo que le puso barreras. Así la cosa, decidió seguir su vida en Europa, consiguiendo éxitos en París y en Varsovia. Es por esta fecha también que se rumorea comenzó a aceptar favores de adinerados señores, lo que le valió ser considerada una cortesana (y poco que le importaba).

Tuvo un romance con Franz Liszt, que la introdujo en el mundo cultural y literario parisino y fue amiga de George Sand y Alexandre Dumas (y supuesta amante de este último también). Conoció a Alexandre Dujarrier, dueño de un periódico con el cual mantuvo una relación amorosa que la ayudó a revitalizar su trayectoria como bailarina. Este affair le costó la vida a Dujarrier, que tras una pelea en una fiesta, ofendió a uno de los invitados a costa de Lola y la cosa acabó en duelo.

En 1846 se traslada a Munich y es aquí cuando se convertiría en la amante del Rey Ludwig I. Como comenté más arriba, esto no sentó bien a los bávaros, que amaban a su reina y que despreciaban a Lola por su carácter a veces arrogante y altivo. Tampoco ayudó que se descubriera que estaba intentando no solo conseguir la nacionalidad, sino también ser "promocionada" a noble, que acabó ocurriendo cuando su amante la convirtió en condesa un año después de su llegada al país. Este título, por supuesto, venía acompañado de una generosa anualidad monetaria. Lola, además, ejerció el privilegio de su poder con fines políticos, manipulando al rey para que se deshiciera de su Ministro de Estado que se había opuesto a que se le concediera la nacionalidad y su título de condesa. Esto llevó a una revolución estudiantil que hizo que el rey cerrara la universidad. La revolución no acabó ahí ni mucho menos. En marzo de 1848 la presión social y política hizo que se reabriese la universidad y Ludwig abdicó en favor de su hijo Maximilian II. 

Lola salió pitando de Bavaria, dejando atrás su pugna detrás del trono. La huída (hacida delante, que esta mujer nunca tomó un paso atrás), la llevó a Suiza donde esperó en vano que Ludwig se reuniese con ella. Al final regresó a Londres donde conoció al que sería su siguiente marido, un oficial de caballería que acababa de heredar. Sin embargo los términos del divorcio de su primer esposo, aquel del que se separó en India, no permitía que ninguno de los contrayentes volviese a casarse mientras el otro estuviese vivo, por lo que para evitar una acusación de bigamia comenzada por la tía solterona de su primer marido, abandonaron el país y se fueron a vivir a caballo entre Francia y España. Sin ambargo las relaciones amorosas tenían fecha de caducidad con Lola y enviudaría unos años más tarde cuando el oficial de caballería falleció de tuberculosis.

Y Lola hizo las maletas una vez más y se marchó a Estados Unidos en 1851, donde consiguió un gran éxito en los escenarios y tan solo un par de años después se volvería a casar con un periodista con el que se mudó a California. La cosa no iba a durar y un turbio divorcio después incluyó el asesinato de un médico involucrado en el procedimiento (no pregunten).

En 1855 decide reinventarse de nuevo como artista y con los baúles ya como la Piquer se embarca a Australia donde danzará para mineros y buscadores de oro. Aquí es donde hace famoso uno de sus bailes: El Baile de la Araña, que nada tiene que ver con otros bailes míticos como el de los Pajaritos o el del Gorila o la Macarena. Ele baile o danza de la araña tiene tintes eróticos, levantando las faldas para que la audiencia pudiese ver que iba bailando en comando. Por supuesto la prensa la llamó de todo menos bonita y las familias respetables de Melbourne dejaron de acudir al teatro y su show, obviamente, se vio afectado con pérdidas económicas importantes. Leer las críticas no ayudaron al carácter impredecible de la Montez, que ni corta ni perezosa atacó con un látigo al editor de uno de los tabloides cuando no le gustó su vituperio. Sin embargo su baile de la araña cosechó gran éxito entre los mineros y los miembros del ayuntamiento municipal de una de las poblaciones donde se presentó el show. aunque acabó como el rosario de la aurora también debido a los improperios soltados por Lola cuando el público no dejaba de interrumpir su actuación.




En 1856 se vuelve a San Francisco pero sus éxitos en el show business nunca se repetirían y al año siguiente se reinventa como académica dando charlas sobre moralidad en Gran Bretaña y en América, con textos escritos por el Reverendo Charles Chauncey Burr, y ayudaría a la rehabilitación de mujeres de la calle.

Lo que no cuenta la Wikipedia o algunos otros artículos, libros a tal efecto es que también fue Madame de un burdel en América. Llegados a este punto, os preguntaréis por qué reivindicar la figura de una mujer como otras tantas en el mundo: bailarinas exóticas mintiendo sobre sus orígenes y ganándose la vida. Por qué reivindicar a una mujer aparentemente fría, calculadora, ambiciosa, de posiblemente moral relajada.

Pues... porque en esos años, sobrevivir no debía ser cosa baladí y mientras hoy muchas mujeres tienen un mercado laboral a su disposición, estamos hablando de unos años en los que pocas mujeres tenían acceso a educación y a trabajos decentes. Ella bailó, abró un prostíbulo (empresaria!), dió conferencias, ayudó a mujeres en situición precaria, y tiene además la curiosidad de ser la primera mujer fotografiada con pantalones y también fumando (no he encontrado fotos en pantalones).


Lola murió muy joven, demasiado para alguien con una vida tan intensa. Había contraido sífilis y fallecería en 1861 con tan solo 39 años. Está enterrada en Brooklyn.

El retraro que he utilizado al comenzar esta entrada se halla en el Palacio de Nymphenburg en Miunich, en la Galería de Bellezas del Rey Ludwig I y su autor es Joseph Karl Stieler y está acompañado de otras bellezas singulares.


martes, 11 de marzo de 2025

Quiero regresar

 Soy consciente de que he dicho esto ya con anterioridad. Que dije que regresaría, que subriría contenido de nuevo con una asiduidad a menos semanal, que disciplinaría mi vida como lo hice antaño y volvería a teclear con pasión y contar nada a nadie, para el que quiera leer, para el que llegue aquí por un casual, para nadie, para mí.

Creo que ahora de verdad lo necesito, circunstancias de la vida. Desahogarme a través de mis dedos pero sin contar por qué exactamente. Y creo que para hacerlo voy a hablar de lugares visitados en mis viajes en los últimos años, algo que solía hacer y de pronto detuve. Viajar es lo que más me motiva, tanto a destinos nuevos como revisitados. Me gusta volver a ciudades concretas o países que me dejaron buen sabor de boca. Porque después de todo, viajar es relajarse, descrubrir, compartir, aprender.

Si alguien desea hacerlo conmigo, bienvenido es.