Visitamos el campo de concentración de Dachau desde Munich, con un guía británico residente en Munich desde hace un par de décadas y que fue sensible, con mucho conocimiento y había tenido la oportunidad de hablar con algunos supervivientes. Preferíamos hacer una visita guiada, aunque desplazarse a Dachau es muy sencillo: hay un tren que te deja en en centro de la ciudad y justo fuera de la estación sale un autobús que te deja en la misma puerta del centro de visitantes.
Podría contaros mil historias de lo que aprendimos allí, historias de horror equiparables a las de Auschwitz, aunque en teoría este no era un campo de exterminio. Aún así, el número de asesinados no fue baladí.
Prefiero dejaros un puñado de fotos que no son de las más "fuertes". Pero es una experiencia TAN necesaria en estos tiempos que corren, que de verdad os animo a visitar cualquiera de los centros aún abiertos al visitante en Europa. Te da una bofetada de una realidad que vuelve a repetirse.