Me crié en los tiempos en que Eurovisión significaba el reconocimiento a una buena canción, a la representación de una televisión y un país, en los gloriosos y poco glamurosos años setenta. Avidamente escuchábamos el tema que nos representaría, y nos sentábamos durante un par de horas con gusto. Poco a poco el festival se fue deteriorando, y ahora sólo se ha convertido en una farsa de lo que fue.
¿Cuándo se produjo este cambio? No lo sé. En algún momento entre esos años en que tampoco me importó demasiado y el tiempo actual en el que me indigno. El festival de la Oti, punto de encuentro iberoamericano murió hace ya tiempo, y quizá a Eurovisión le queden dos telediarios o deba mejor llamarse "Europa del Este Festival", porque lo cierto es que ahora pertenece a un cierto grupo de países que parecen votarse "en comandita", como dicen por mi tierra, y que cuando no se dedican a masacrarse los unos a los otros, se alían en pactos poco musicales. Los últimos años hemos visto pasar esperpento tras esperpento de cualquier lugar, ganando puntos sin control que no merecían. Sólo hay que remitirse a los Freaks que quedaron en segundo lugar el año pasado.
Y este año, no sólo España se llevará la palma si al final envían como representante a ese impresentable del "Chiki-chiki", si no que otros países con solera en el concurso y con varios premios a sus espaldas, como es el caso de Irlanda, ha decidido enviar a un "pavo". Sí, una marioneta en forma de Pavo que comenzó su andadura televisiva a mediados de los noventa, llamado Dustin. Dustin pasó de ser un popular personaje de un programa infantil a tener sus propios shows y atreverse a hablar y criticar de politica y sociedad. Hoy en día tiene un programa matinal los sábados en una emisora nacional.
¿Cantar? Como los pavos. Glugalugalúúúú. El año pasado Irlanda quedó, si no recuerdo mal, en último o penúltimo puesto con una banda archiconocida mundialmente, un sonido celta bello y dulce, que no se apreció. En su lugar se votó a un ser de apariencia andrógina y casi rozando el primer puesto otro acto deplorable.
Pues nada, tendremos que ir cantando eso de "Echale guindita al pavo, pavo... échale guindita al pavo, que yo le echaré a la pava..."
Descanse en paz Eurovisión. Fui tu fanática seguidora, me has convertido en tu detractora.
Ajo y agua.
1 comentario:
No me puedo creer que el del chicki chicki sea finalista.Tienes toda la razón y este festival se ha ido devaluando con los años y ahora ya a decaido en un mal gusto perpetuo. Muchos besinos.
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