martes, 20 de mayo de 2008

EL HOMBRE GRIS


El Hombre Gris, más que una leyenda, es una superstición de cómo nuestros antepasados interpretaban hechos naturales, ya que el Hombre Gris no es más que una masa grisácea de niebla espesa. Podría venir de una antiguo dios Celta, tal vez de la tormenta o el tiempo, al que se adoraba en las comunidades costeras allá por el 1500 ac., y es uno de los más misteriosos pues poco se sabe de él en cuanto a en qué categoría de hada clasificarlo, y su origen es incierto. En otras partes del país se le conoce como "El Viejo Sin Huesos", al ser informe e inconsistente, más una sombra que un cuerpo sólido.
Vive principalmente en las zonas costeras y en las pantanosas, y se presenta, como ya dijera, en forma de niebla espesa que lo cubre todo, es ese tipo de niebla que no nos permite ver más que a unos pocos centímetros de distancia. Como en todo lo referente a folclore, su aspecto es descrito de manera diferente en distintas zonas del país. Unos le describen como una niebla vaga, a jirones casi. Otros aseguran que tiene el tamaño de un hombre vestido en una capa gris hecha de una densa niebla que agita constantemente, envolviendo todo a su paso. En otras partes del mapa es un gigante encapuchado vestido como un monje con tejidos brumosos.
Parece ser que se alimenta del humo de las chimeneas de las casas, por lo que este ser no tiene ningún problema, a diferencia con otras razas sobrenaturales, en acercarse a grandes ciudades.
Cuando pasa, deja tras de sí un desagradable olor a humedad , a madera quemada o a turba, y el aire se vuelve frío y húmedo.
Su capa de bruma tiene un efecto letal en sus víctimas, y parece regocijarse en la pérdida de vidas humanas. su único propósito parece ser el de acabar con la vida de marineros y viajeros despistados. Su pasatiempo favorito es oscurecer la línea de la costa, las rocas peligrosas contra las que se estrellaran navíos desconocedores de la zona, o esparcirá su manto en la carretera o el camino del viajero para que se pierda en los bosques o se precipite por un barranco.

Tampoco se está a salvo de su poder en en interior del hogar, a donde llegará para aguar la leche que se ha dejado descuidadamente abierta, pudrir las patatas y las manzanas de la noche a la mañana y mojar la leña o la turba para que no arda en la chimenea.
En Limerick y en Cork, se dice que esparce enfermedades como el resfriado, la gripe y las infecciones de garganta que oculta bajo los plieges de su gris capa.

El Hombre Gris no pronuncia sonido alguno y no reacciona cuando se le dirige la palabra, aunque se le puede ahuyentar temporalmente con la frase "Dios te bendiga", esto sólo tine un efecto temporal y regresara con virulencia en poco tiempo, crecido en su rencor y dispuesto a vengarse ante la ofensa. Se creía que un crucifijo o una medalla religiosa, sobre todo si estaban bendecidas por un obispo, le mantenían a raya. Es por eso que muchos marineros llevaban medallas en la proa de sus botes y barcos y en la comunidades rurales se colocaban crucifijos en los almacenes de patatas, carbón o turba.
La superstición y el temor es tanto, que en ciertas áreas existen caminos especialmente creados para conducir al Hombre Gris de lugar a lugar sin que entre en contacto con asentamientos humanos, y un claro ejemplo se encuentra en Fair Head en el Condado de Antrim, donde hay un puente de piedra llamado "El Camino del Hombre Gris".

Esta leyenda puede encontrarse tambien en la literatura escocesa.
ilustracion: Andrew Whitson

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