No te echo de menos.
Me libré de ti como el que se sacude la lluvia de los hombros. No eres nada. Nada. Un alma en pena que no encuentra lugar en su lupanar ficticio. Un ente insulso, sin amor, lamiéndose su propia suciedad como un gato callejero.
Tu desarraigo, tu miedo, hacen difícil cada mañana levantarte y enfrentarte a la imagen rechoncha y prematuramente canosa que te contempla en el espejo. Desharrapada de honor, abandonada percha en un armario vacío, tan vano como ese corazón envidioso que profanas pretendiendo ser persona.
Desperdiciaste tu vida contemplando lo que no te pertenecía, deseando la felicidad ajena.
Me libré de ti, psicópata enredado en temores varios, figura impura de la soledad que te envuelve con hastío.
Te fuiste creyendo usar la puerta grande, pero resbalaste en la inmundicia que te arrastró al pozo del que no saldrás jamás.
Ya no te quiero, nunca lo hice. No te añoro. No te siento. No eres nada...
Ah, me libré de ti como de la caspa...
2 comentarios:
Haces bien en liberarte de la gente que no aporta nada a tu vida. Haces bien en mandarles a freir monas y haces bien en no arrepentirte.
Besos!!!!
Qué suerte cuando resulta tan fácil :-(
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