domingo, 5 de abril de 2009

CONTRASTES...

¿Por qué llamar a esta entrada "contrastes"? Porque es lo que me encuentro cada vez que voy a Cádiz. Contrastes, por todas partes, por no decir incongruencias. Hay muchas cosas que, a simple vista, me llaman la atención. Y otras que lo hacen después de haberme sentado a reflexionar.
A primera vista me llaman la atención los cambios por los que la ciudad pasa constantemente. Yo, que desde los 19 no vivo allí -sólo un breve período de menos de dos años entre 1996-97-, acuso esos cambios con mayor shock. Y todos son positivos, por fortuna. En doce años la ciudad ha cambiado gratamente. Lejos quedan los tiempos en los que las vías del tren dividían la ciudad en dos. Hemos ganado en espacio urbano y durante todo este tiempo, se ha creado un empleo más que necesario. Y no sólo en el terreno relacionado con las obras, sino comercialmente. El nuevo espacio ganado ha propiciado nuevos negocios, o el acercamiento de zonas antes ocultas por los muros de las vías y la imposibilidad de llegar a ellas sin dar un inmenso rodeo.
El soterramiento supuso la llegada de nuevos parques, de una reestructuración de esos terrenos antes cubiertos de raíles. No más pasarelas, no más esperas y accidentes en los pasos a nivel a pie de calle.
Los terrenos de Astilleros inactivos han supuesto la proliferación de viviendas que antes parecían casi imposibles en Cádiz. Cádiz es una isla ligada a la península por una carretera y si se acaba el suelo, se acaba el suelo. La única posibilidad que la ciudad tiene para crecer es a lo alto y eso está fuertemente controlado por la ley de costas, de todos modos (creo que es esa ley, podría estar equivocada, pero hay un límite de altura a respetar).
Como digo, estos contrastes son los que se ven a primera vista. Luego están los que me producen casi horror:

  • La cantidad de jubilados y mayores de sesenta por la calle caminando a caso de tortuga. Y de marujas en chancletas que no parecen tener prisa alguna. Uno va caminando deprisa -o a un paso normal-, porque va a coger un bus, o tiene hora en el dentista, o llega tarde a una cita. ¿Y qué se encuentra? Un tapón de señores y señoras sin nada más que hacer que pasearse arrastrando los huevos por el asfalto. De nada sirve que tosas, carraspees o pidas paso. Encima te espetan a la cara las prisas que llevas. Cómprense una Nintendo y hagan ejercicios cerebrales.


  • La mala leche de ciertos tenderos. Tuve que llevar unos textos a encuadernar a la Calle Ancha. Nada del otro mundo, lo que se conoce como un "gusano", unas anillas de espiral. La dependienta, con cara de amargada (treintañera, rozando la cuarenten, diría yo, sin anillo en el dedo, pelo rancio, con sobrepeso y ropa horrorosa) me mira casi como si la estuviese molestando. Primero me echó en cara el grosor de las páginas a encuadernar (eran unas 200). Oiga, señora, que yo encuaderno lo que me sale de las narices. Luego se quejó -suspirando con "jartura"-, después de agujerear en la maquinita las páginas, por tener que entretenerse en colocar la espiral -que en principio me dijo que no tenía nada tan grande y luego resultó que tenía un cajón entero. Mientras estaba yo allí llegaron 3 clientes más. A unos los despachó rápidamente. La imagen que querían escanear, según ella, era muy oscura (una imagen de un paso de Semana Santa), y mejor que lo hiciesen como foto tratada, limpiando y aclarando la imagen "picha, te va a costá un güevo", les informó. Otro quería imprimir unos documentos alojados en un pendrive. "¿Qué, no tenéis impresora en la Universidá?". Eso es hacer negocios, sí señora. Que Dios le conserve la vista y las manos para llevar esa copistería durante años.


  • La desidia de las mamás al subir al bus con sus carricoches (objeto de conversación en la quedada con Elphaba y Cynthia). Cuando yo era pequeña, no recuerdo a mi madre en el autobus con el carrito. Además, como dice Elphaba, los carritos de antes eran de juguete comparado con los mastodontes que se empujan ahora. Tres madres con sus bolsas, coches y las carnes flojas y el autobus empetao en un momento. Llega la hora de salir en tu parada y allí no se mueve ni el cuco. ¿Es que no pueden plegar el cochecito y llevar al niño en brazos como se hacía antes? ¿Por qué nos volvemos tan comodones? Aquí lo he visto hacer en el bus también, claro está, pero es la discrección del conductor permitir un cierto número de carricoches. Los he visto dejar en tierra en una parada a cinco muchachitas de chandalito y poca edad que pretendían "conquistar" el bus todas juntas. Claro que aquí el autobus sólo tiene una puerta de entrada y salida y no se te pueden subir por la puerta central como hacen en Cádiz. Alucino pepinillos.


  • La "misteriosa" crisis, de la que todos se quejan pero yo no veo por ninguna parte. Me leo el Diario de Cádiz Digital cada día, y no falta el típico artículo derrotista y apocalíptico. "En Cádiz todo va mal". "La provincia más olvidada de Andalucía". "La que más parados tiene por metro cuadrado". Los comercios se quejan de las pocas ventas. Los autobuses a punto de convocar huelgas por no-sé-qué. La hostelería, mu pachucha. ¡Y una mierda!: Miércoles por la noche, sobre las diez. Elphaba, Cynthia y yo tratando de buscar un sitio "tranquilito" para cenar. Tres restaurantes intentamos sin éxito. Todo empetao, a rebosar. Ni un suspiro cabía en los locales. Para colmo, fútbol en la tele. Acabamos en un excelente rinconcito en las antiguas bodegas del Mesón de las Américas. ¿Que en Cádiz hay crisis? ¡Y una mierda!


  • Los horarios. No intente usted comprar nada antes de las 10 de la mañana, que las calles no se ponen para las tiendas. Los cibercafés, además, son una especie en extinción. A la una y pico to el mundo pa casa y hasta las seis, tras una buena siestorra (deberían prohibirla por decreto, qué costumbre más cochina), abrimos de nuevo, pero ojito, que a las ocho cerramos. Luego nos quejamos, eso sí, de que las grandes superficies nos quitan negocio.


  • Y lo que más, lo que más me revienta, es que todo el mundo se ve con derecho a comentar sobre el tamaño de mis pectorales. Hombres de toda edad me miran como si no hubieran visto una teta en su vida, los más cochambrosos hacen su aportación verbal: "Eso es pechuga y no lo que mi mujé me pone en el puchero", "¡Qué alegría, hija!", "¡Quién fuera veinte años más joven" (y treinta y cuarenta, añadiría yo). ¡Ah!. Pero es que hasta alguna "abuela" se atreve a dejar su impronta: "Que dios te las conserve, shoshete, quién fuera joven de nuevo", "niña, tápate que hace frío", o "To eso no pué sé naturá". Aquí en Limerick nadie se atrevería a comentar. Soy invisible, además. Sólo lo hicieron una vez. Y sí... eran españoles.

No me quejo. No es eso. Simplemente me chocan ciertas actitudes, ciertos comportamientos que aquí no veo. Acostumbrada a eso de "los jóvenes es que...", sólo me queda añadir aquello otro de "pos tú no veas..."
¡Qué poca vergüenza hay en Cai! (y qué bien me lo paso).

22 comentarios:

"KING" dijo...

jaja muy weno el post, a pesar de todo ,que viva cái!

Candela dijo...

oye, King, ¿esto pasa tambien en Huelva o es exclusivo de Cai? Porque es que de verdad...

BLAS dijo...

Jajajjajajajajjajaja... Ahora solo me dá tiempo de leer, luego me paso y comento....

Teresa Guzmán dijo...

JAJAJAA, POR SUPUESTO, PUEDES COGER EL DIBUJO Y HACER LO Q MEJOR VEAS, EL FIN ES ESTHERIANIZAR EL MUNDO, JAJAAJA UN BESO FUERTE

Teresa Guzmán dijo...

leo con muchísima alegría que en el foro de esther, las niñas han preguntado por mí, no puedo escribir, sigo sin poder acceder, no me olvido dle foro es que sencillamente debo ser torpe, torpe y torpe; pide en mi nombre disculpas, por favor, no es desidia, es sólo torpeza para acceder; ya te digo. por eso y por q no me olvido puse en mi blog el dibujo correspondiente d esemana santa como el anterior año hice, de moemento no puedo hacer más, otro beso muy fuerte...

chema dijo...

lo de la tía de la fotocopiadora me ha recordado a una frase que dijo mi padre una vez, y es que una persona antipática hunde un negocio.
yo ando muy rápido, y también me desespera que la gente se ponga en medio cuando voy con prisa, grrrr...
por lo demás, muy divertido el post, me he reído mucho con algunas cosas, jajajaja.

Charo Barrios dijo...

Sí, hay cosas en Cádiz que te sacan de quicio, a mí también, por supuesto.
De hecho hay cosas que jamás encargaría a un gaditano (una cocina, armarios a un carpintero, etc.), pues les puede la informalidad y eso no va conmigo.
Sin embargo, de vez en cuando veo aquí gente que hace las cosas no bien, sino muy muy bien.

Eso sí, hay mucha gente mayor muy embrutecida (lo siento), que no quiere aprender ni saber nada de este Cádiz que en otro tiempo fue la ciudad más avanzada de Europa. (Ya contaré alguna que otra anécdota).
A veces tengo la sensación de que a los políticos les interesa esta clase de votantes, y eso para mí es una vergüenza.

Pero Candelilla, siento que algo nuevo se está moviendo en Cai, es como si estuvieran llegando otras ideas, otros estilos, al fín y al cabo yo he vuelto aquí después de haber huido, y lo he encontrado todo.

Y por último, creo que el gaditano que es ignorante lo es por pura pereza. Aquí nadie es cateto, sino ordinario o vulgar en todo caso.

Tenemos una oportunidad para el Bicentenario. Saludos Candelilla.

Candela dijo...

Si, tienes que contar esas anecdotas. Ya me pondre al dia mañana con el resto de post, quiero enseñar todos los reglaitos que he recibido estos dias, pero no queria saturar de posts hoy esto, jajajaj. Un beso!!

Geno dijo...

Lo de la gente atravesada en medio de la calle que no deja pasar y encima, cuando lo intentas eres tú la que molesta ¡aqui también pasa y me pone de los nervios!
La señora de la copistería ¡eso es don de gentes y cuidado en el negocio, joer! Jajajajja
Aquí en los autobuses solo pueden subir dos sillitas o carricoches, los demás o se pliegan o se quedan en tierra.
Lo de la crisis, yo también me lo digo muchas veces porque eso de los restaurantes hasta la bandera ¡tendríais que ver aqui las sidrerias!
¡En fin! Que un buen post y ya ves, en todas partes cuecen habas

Anabel Botella dijo...

Cuando era pequeña viví en Cádiz pero no la recuerdo. Alguna vez me gustaría dejarme caer por allí para saborear los aires del sur.
Y contrastes hay en todas partes. Soy de Murcia, pero vivo en Valencia y cuando estoy en mi pueblo hecho de menos lo que no tengo y cuando estoy en Valencia daría cualquier cosa por volver a Águilas.
Saludos desde La ventana de los sueños, blog literario.

Candela dijo...

Pues si, Geno, yo dos lo veo bien, pero es que he cogido el autobus estos dias casi a diario, y diferentes rutas, y han subido hasta 4 sillas, o coches capota e incluso en un trayecto una señora en silla de ruedas cuando ya habia 3 coches dentro, no es justo que la mujer tenga que ir ahi apretada por culpa de la comodidad de las mamas que me parece que se llevan el coche para no cargar con las bolsas, porque algunas los niños los llevaban agarrados andandito (niños de 3 y 4 años y aun en coche, mientras en la silla lo ue llevaban era la compra! Y para bajarse la gente del bus, un pitote, ahora paso yo... ahora me bajo... ahora me subo... ahora me muevo a este lao... otro que viene por aqui...

BLAS dijo...

La copisteria que cuentas es la que está al lado del Rectorado, no? Jejeje, yo allí ya ni entro, yo antes tenía menos paciencia y el genio más vivo y tuve vários encontronazos que prefiero no rememorar... Ahora como vivo en un pueblo pelín cerradete aquí arriba del todo, no noto tanto los contrastes cuando bajo, bueno, eso no es cierto, aquí la gente es más serie y desconfiada, pero una vez que te has hecho con ellos, ya estás en su círculo y genial. Allí de primeras te tratan como si fueras de la familia, y te dejan dando vueltas como una peonza con tanta alegría, recién llegada sin las pilas gaditas te sientes medio alelá y más sosa que el pan integral. Pero una vez que te animas y ha pasado el tiempo, te puedes llevar guantazos de medio lado por todos lados, sobre todo por la espalda.
Pero cuando vivía en los Madriles, el contraste era brutal. Yo llegaba con mi batería de conejito Duracell con sobredosis, conduciendo como Schumacher en cuanto el semáfoto se ponía en verde, y tendría que escribir otro blog para enumerar la de palabrotas antiguas y de nueva creación que se me pasaban por la cabeza... Ir al Ayto. para hacer un trámite que te hacen en dos minutos de reloj, podía llevarte toda la mañana, y no quiero ni contar el ir a la compra, o a Urgencias en el Zamacola, puuufffff... El tema del trato comercial es algo que siempre repito cuando estoy allí. Y luego se quejan de que si tienen que cerrar por culpa de Bahía Sur y de El Corte Inglés...Mi marido me tuvo que sacar un día de una tienda para que no acabara pegando una "guantá" a la dependienta... Y tu dile a una maruja que plegue el carrito en el autobús, que sales hasta en el Diario de Cádiz... Pero como bien dices, haría falta un montón de posts para hablar de los contrastes entre Cádiz y el resto del mundo.

"KING" dijo...

Candela, dícen que en mi ciudad pasan también estas cosas, tiene que haber de todo por estos mundos! si yo te contará...

conchita dijo...

niñaa q no solo es en cadi sino tambien en malaga y si te pones en andalucia entera jaajaja me divierte muchisimo leerte y si hubiera tenido coche casi que hubiera ido a conocerte q soy de malaga ,a un par de horas de cadiz...que ilu haberte tenido tan cerquitaa
jajaja yo cuando me subo al bus ,con tres niños y el carro siempre lo pliego porq es mas facil subir y bajar..es q las hay comodonas ...
el futuro de la de la encuadernadora pinta oscuro jajajajaj
me encanta tenerte de nuevo por aquiiii
conchi

Charo Barrios dijo...

Pues eso de que la gente al principio es super simpática y luego te "traicionan" también pasa en Sevilla. (aquí llevo 30 años). Por eso creo que eso ocurre en todos sitios, no solo en Cádiz.
Siempre me llamó la atención como en la Feria de Sevilla todo el mundo se besa al verse, cuando han estado odiándose a muerte todo el año. Y no por eso es peor el ambiente, es cuestión de acostumbrarse. En todos sitios cuecen habas... (yo nunca olvido a Sevilla, y mi hijo es sevillano)

Bertha dijo...

Lo del autobus aqui en barna tanbien pasa, con el lio de los carros,ni la gente puede subir; lo del los abuelito y las marujonas, tanbien pasa, pero en segun que sitios, sobre la tia de la copisteria, es una antipatica, aqui la que tengo cerca, son muy amables y si no puedes o tienen mucha faena, te dice que vuelvas mas tarde o otro dia, a recojelo; lo de los piropos ofensivos, algunos habra, porque siempre hay, pero pasa de ellos?

Elphaba dijo...

Pero adonde vais todos con tanta prisa??? Jajajaja

Mmmmmm, empanada criolla..... :D

COILET dijo...

jajjaja, yo creo que lo mejor de todo son los piropos, igual que es descarada la gente para ir "pisando huevos" y metiendo carricoches en el bus hasta rebosar, no se cortan un pelo en decir lo que piensan, jajajjaja... Pues oye, orgullosa de tu cuerpo serrano, nena, que algunas ya nos llaman "señora" los niños cuando nos abren la puerta del portal y esas cosas. brrrrrrrrrr.

Pues yo voy a ir a Madrid un día de esta semana santa, dioooos miedo me da, qué agobioooo, yo tb me encontraré contrastes, bueno, ya me los encontré tras casi 10 años sin pisar por allí....

Juan Duque Oliva dijo...

Te doy toda la razón, me ha encantado esta entrada.

Besos

Angelnet dijo...

Muy bueno!!! jajaja!!! yo veo lo mismo cada vez que voy, sobre todo el tema carritos en el bus es un tema que mi madre y yo comentamos mucho,uff,me pone mala, ahora que estoy embarazada, pero sigo odiando los carritos, a veces pienso en llevarme el mío al piojito para arremeter contra todos y todas nada más que para vengarme de la cantidad de veces que me han pasado la rueda por encima, o como tú dices, meterlo en el autobús para fastidiar! pero bueno, eso debería estar prohibído, metes cuatro carros y no cabe nadie! no hay derecho! eso sí, Cádiz cada vez está más bonito, la verdad.

Shirat dijo...

Me he reído una "jartá" hija mía. A mí lo de la antipatía me pone frita, pero debo reconocer que yo soy muy borde. Los vascos tenemos fama de ser muy cerrados y huraños, y yo lo soy y mucho. Mis conversaciones con dependientes y sobre todo la gente de atención al cliente de las compañías telefónicas son de agarrarse. Lo mejor es que no pierdo los nervios ni insulto, ni nada, pero soy tan escueta y borde que consigo dejar al otro sin argumentos y alguno hasta me ha colgado el teléfono. Veo un post.

América dijo...

Una mirada reflexiva y hasta animada,pero es que no sabemos que pasa,son como ciclos,como bien dices contrastes que a veces nos alarman,la vida va muy rapido y parece que se van dejando cosas atras....