martes, 20 de julio de 2010

EL HIJO

El Hijo es la última obra del tándem Mario Torrecillas-Tyto Alba, que ya colaboraran tan exitosamente con Santo Cristo, editada por Glénat. El Hijo, galardonado por la APIC con el Premio Junceda, destinado a reconocer obras y autores de ilustración en diversos ámbitos y aplicaciones en Cataluña, es una novela gráfica que podría perfectamente ser llevada al cine, debido a la maravillosa e interesante trama creada por Torrecillas.

La historia comienza en 1940. Matías, el protagonista, se dedica a boxear lejos de su pueblo para poder sobrevivir. Cuando al fin se decide a regresar a casa, se encuentra el escenario de la que podría ser una pesadilla: su padre ha muerto y su madre se halla en paradero desconocido. La que fue su casa es ahora un burdel que su padre jugó -y perdió- a las cartas. Cuando ya no le quedaba nada más que ofrecer para financiar los naipes, se jugó a su esposa. Matías consigue averiguar que su madre se halla en un manicomio en los Pirineos, pero cuando al fin llega allí, descubre que se ha escapado junto a un nutrido grupo de enfermos mentales que han arrasado un pueblecito cercano y asesinado a una mujer.
Aferrado a la idea de rescatar a su madre de un mundo al que sabe que no pertenece, Matías  se lanzará a su búsqueda, tropezando con bastantes obstáculos: desde los corruptos médicos del internado a la partida de "cazadores" dispuestos a que ni uno solo de los "locos" vuelva con vida al manicomio. Especialmente la madre. Para ello contará con la ayuda de una monja con conocimientos de medicina y mucha humanidad que le salvará el pellejo en más de una ocasión.
La trama va más allá del buscador y buscado o la sed de venganza. Se plantea el tema del suicidio, en palabras de su guionista: "con una mirada liberadora, como un acto de amor" y se habla de las desviaciones sexuales, tema magistralmente llevado a cabo a través de uno de los internos, el sastre de Franco.
Teniendo en cuenta que en los años cuarenta el tema de las enfermedades mentales era tabú y hasta se llegaba a pensar que podía ser contagiosa, así como las "medidas" y "curas" aplicadas para su tratamiento, lo que puede verse dentro del centro es suculento, todo mezclado -por supuesto- con los ideales y la política, y teniendo muy en cuenta el peso dejado por la Guerra y la dictadura y las actitudes mostradas hacia la homosexualidad, que se trataba con electroshock o lobotomías para "cambiar sus inclinaciones".
Los dibujos de Tyto Alba son sencillamente estupendos, intercalando la acuarela con el color plano a ordenador, y al final del tomo nos regala unos retratos de algunos de los personajes a pastel.

La historia arrancó en la imaginación de Mario Torrecillas hace más de 15 años, y es que el guionista tiene experiencia en el tema de la locura. Su propia madre estuvo un tiempo ingresada en el hospital psiquiátrico de Bellvitge, como él mismo explica en el epílogo de la obra. El Hijo le fue inspirada por un episodio vivido uno de los sábados en que fue a visitarla en la bici que ella misma le había regalado antes de ser ingresada. Mario solía atar la bicicleta a una verja que daba a la ventana de su cuarto, donde cada fin de semana ella esperaba impaciente. Ese día no estaba allí.
Sin darle demasiada importancia se adentró en los pasillos del hospital, donde se encontró con una de las asistentas que se había hecho muy amiga de su madre. Le dijo que ese día no la había visto. Mario la buscó por los corredores, en su habitación y en los lavabos con la ayuda de algunos enfermeros. Cuando no se la encontraron por ninguna parte, saltaron las alarmas: se había escapado.
Al momento se organizó una partida para tratar de localizarla en los alrededores: dos enfermeros, un guardia y el propio Mario. Separados por diferentes zonas, Mario enfiló hacia unas pistas de tenis rodeadas de setos, con tan buena fortuna que al apartar unos arbustos frente a las rejas, descubrió allí a su madre, sentada de espaldas y vestida solo con un camisón, en medio de la pista de suelo rojo. Mario la llamó, pero ella no se volvió. Se había colado por un agujero en la valla a través del cual Mario pudo reunirse con ella. Su madre no se movió ni un ápice.
El se acercó lentamente, y se inclinó sobre ella, preguntándole con calma qué hacía allí. Nada. Silencio. Tomó asiento frente a ella, que seguía con aire abstraído y le preguntó si sabía quién era. Su madre le recorrió con la mirada. No le reconoció.
Su madre moriría poco después, quitándose ella misma la vida (según el propio Mario, en ese acto de amor al que hacía referencia más arriba, para evitar el sufrimiento que estaba causando a los que la querían), y Mario supo que tenía que escribir la historia de un hijo en busca de su madre tras escaparse de un frenopático y que, tras el encuentro de ambos, descubre que ella no le reconoce debido a su trastorno mental tan avanzado.
No es la historia de su madre, naturalmente, ni siquiera basado en ella, en las razones que la llevaron a un sanatorio mental o el modo de su muerte, pero sí es una historia inspirada en un sentimiento, en un escalofrío en la espalda que nunca dejó a Mario desde aquel momento en la cancha de tenis.
Además, Mario aprovecha la trama para mostrar aspectos de la historia de la psiquiatría y le sirve de excusa para contar cómo muchas mujeres resolvieron a meterse a monjas como única manera de poder practicar la medicina, o el momento en que se descubre la metadona y las primeras intenciones nazis de aniquilación.
Y como dije al principio que podría ser perfectamente llevada al cine, parece ser que ya hay proyecto, anunciado desde las páginas de Glénat:

http://www.edicionesglenat.es/noticia.aspx?pId=730

6 comentarios:

Cloti Montes dijo...

Uf, tiene una pinta muy atractiva.
¿No habrás querido decir "truculento" en lugar de "suculento"?
Bsssss
Cloti

Candela dijo...

No, he querido decir suculento porque el temita de lo que sucede dentro del manicomio tiene jugosa miga.

anele dijo...

Desde luego es muy original.
Opino como Cloti, tiene muy buena pinta.

Ella dijo...

Qué interesante, me has dejado con ganas de leerlo. Parece de esos que te atrapa y no puedes dejarlo ni un momento.

mansi nishi dijo...

ummm... interesante! otro para anotar en mi lista! se me está haciendo extensa con tantas recomendaciones!!!

besos!

Shirat dijo...

Uffff, qué mal cuerpo se me ha puesto. Menuda historia, la de la novela gráfica y la del autor.