miércoles, 15 de septiembre de 2010

EDIMBURGO (III): EL CASTILLO


El Castillo de Edimburgo domina sobre la ciudad desde su enclave en una roca volcánica a 134 metros sobre el nivel del mar, y es la fortificacion constantemente ocupada más antigua de toda Gran Bretaña. Toda la información histórica y técnica puede hallarse en Wikipedia o en la página oficial del Castillo, por lo que no voy a aburriros con detalles de este tipo, sino que os comentaré esas otras "cosillas" que no suelen aparecer en Wikipedia y os subiré algunas de las fotos curiosas/emblemáticas del castillo.


Al mismo se accede a través de la entrada de La Explanada, que cuando llegamos estaban desmontando los asientos colocados para la ceremonia de Tatoo que tiene lugar anualmente a finales de Agosto, por lo que el lugar era un hervidero de trabajadores, camiones y furgonetas. Y aún así, no había demasiada gente, lo cual es de agradecer. ¡Adoro viajar en Septiembre!


La entrada o Gatehouse solo se añadió a la estructura de la fortaleza en 1888 con el único proposito de dar una apariencia más imponente.
A ambos lados de la entrada principal, se encuentran las esculturas de Robert The Bruce y William Wallace, más conocido desde la película Braveheart que posicionó la lucha escocesa dentro de los libros de historia... o al menos hizo al público más aficionado a pasearse por las Highlands... a pesar de que la película se rodó en las montañas de Wicklow a las afueras de Dublin. De hecho aquí en Edimburgo no es difícil encontrar a bastantes "William Wallaces" por las calles, con su kilt y sus pieles, la cara pintada de azul y blanco (ya os mostraré en otro post) y el pelo largo como Mel Gibson en la película, a pesar de que como veréis, el héroe escocés nada tenía que ver físicamente con el look escogido por el actor y director australiano.


Si, éste señor tan serio de aquí arriba era William Wallace, paradigma del patriotismo escocés. Esta estatua de bronce fue añadida tan solo en 1929 junto con la de Robert The Bruce, rey de Escocia.

Subiendo tras atravesar la Portcullis Gate, nos encontramos la Argyle Battery, una batería de 6 cañones construida durante los 1730s, aunque los cañones expuestos aquí no son los originales sino un "préstamo" de la Armería Real fabricados sobre 1810, en los tiempos de las Guerras Napoleónicas.


Y no nos podemos olvidar del One O'Clock Gun. Aunque yo lo hice. Había leido que esta arma sse dispara cada día a la una de la tarde en punto, excepto en fechas claves como Navidad o Viernes Santo, y que se oye en toda la ciudad. Pues yo he debido estar en Babia porque no me enteré del cañonazo estando en el castillo ni al día siguiente en la ciudad... Lo mismo se les olvidó...
Parece ser que este arma fue disparada una vez en pleno ataque de ira, lo cual no es su propósito. En Abril de 1916 un Zeppelin alemán atacó Edimburgo, bombardeando Castle Rock, a cuyo ataque se replicó con la One O'Clock Gun que lo asustó. Nadie en el castillo resultó herido y no hubo daños materiales tampoco...


Y este cañoncito de nada de las fotos de abajo es Mons Meg, que le fue presentado a Jaime II de Escocia en 1457 de parte del marido de su sobrina. Pesa seis toneladas y se le conoce simplemente como Mons por el pueblo belga donde fue fabricado. Cada bola de cañon que dispara pesa nada más y nada menos que 150 kgs.
Se utilizó contra los ingleses en el sitio de Roxburgh Castle en 1460 en la que James II murió, y James IV lo utilizó de nuevo en el sitio de Norham Castle en Northumberland.
Lo malo de transportarla al campo de batalla es que solo podía viajar 5 kms al día arrastrada por un conjunto de cien hombres así que sus días de lucha acabaron en 1550, y desde entonces se utilizó como arma de saludo. En 1558 se utilizó para celebrar la boda de Mary Queen of Scots (su alcance es de 2-3 kms y la bala se encontró donde hoy están los Jardines Botánicos, a las afueras de la ciudad) y la última vez que se utilizó fue en 1681, el 14 de Octubre, para celebrar el cumpleaños del Duque de Albany.



La cesta de hierro que se ve en la foto de arriba se utilizaba para alertar en caso de emergencia. En el siglo XVI, una cesta encendida significaba alerta. Cuatro significaba "pánico, el enemigo (principalmente los ingleses) están invadiendo con fuerza).


El Cementerio de los Perros ha servido como lugar de enterramiento desde 1840 para las mascotas del regimiento y las mascotas de los oficiales. Aquí están enterrados Jess, el perro de la banda de música del Regimiento 42 del Royal Highlander, muerto en 1881, y Dobbler, que acompañó a los regimientos de Argyll y Sutherland hasta China, Sri Lanka y Sudáfrica y murió en 1893.


Arriba, la Capilla de St. Margaret. Es el edificio más antiguo del castillo y de todo Edimburgo, construido alrededor de 1130 por David I como una capilla privada para la familia real y dedicada a su madre, Margaret, que había muerto en 1903 de dolor por la pérdida de su marido de manera violenta en una emboscada.

De las muchas "exposiciones", digamos, que tiene el castillo, la más importante es la de las Joyas de la Corona. Aunque en este edificio no se pueden hacer fotos, conseguí hacer alguna de las figuras de cera que representan los momentos de la coronación de Robert the Bruce, la entrega de las Insignias del Reino (cuya historia merecen un post aparte y prefiero dejarlo para otro día para no alargar este post ya de por sí extenso). Todo el interior está bastante oscuro, por lo que la realización de fotografías es bastante difícil sin flash. Aún así, Nikon hace milagros y alguna no quedó tan mal, como la foto de abajo que representa la coronación de la Infanta Mary, reina de Escocia en 1543.


Abajo, el National War Memorial, donde se guarda en santuario los Rollos de Honor de los fallecidos escoceses durante la Gran Guerra.


visitamos también un extenso museo del Regimiento Escoces, con miles de miles de medallas, una veintena de uniformes y la historia de algunos de los regimientos, las condiciones de guerra y el papel de la mujer en la misma. Bastante interesante y te dejan hacer fotos de todo. A destacar ésto:


El perro es de verdad, disecado y expuesto, mascota de uno de los regimientos. Pero la parte que más me gustó de todo el castillo fue la dedicada a los Prisioneros de Guerra. En 1781 se hacinaban en los sótanos del castillo más de mil prisioneros de guerra, en su mayoría capturados en alta mar durante la Guerra de Independencia americana. Un americano de origen Escocés, John Paul Jones atacó buques con la ayuda de Francia y puertos a lo largo de la costa británica. En 1779 capturó el orgullo de la flota británica, el buque Serapis, durante una sangriente batalla en las costas de Yorkshire, convirtiéndose en un héroe para Europa y un pirata para los británicos.


En la exposición se pueden contemplar varios de los objetos originales de los prisioneros, algunos fabricados por ellos mismos. Los sótanos -para variar- estaban en completa oscuridad, pero una vez más, Nokia al rescate. Es más, sin la ayuda del flash no habría podido ver absolutamente nada...
Como se puede ver, los prisioneros dormían en catres o en hamacas, algunos de los cuales se han conservado hasta nuestra época. Cada uno de los prisioneros recibía un colchón de paja y una manta.



Las condiciones de vida de los prisioneros estaban reguladas por ley. Se les daba una ración diaria al día de dos pintas de cerveza, 680 gr. de pan, 340 gr de ternera, un vaso de guisantes cada dos días, 110 gr de mantequilla y 170gr de queso en lugar de ternera los sábados. A los americanos, que oficialmente eran considerados rebeldes, se les servía solo 450gr de pan al día. Todos eran atendidos regularmente por un médico.
todos los prisioneros recibían ropa y una paguita de seis peniques diarios. A los franceses, su país les procuraba una cantidad extra.


De las puertas de la prisión original se conservan tres. Las inscripciones grabadas en su superficie dan fe de la identidad y los pensamientos de los prisioneros. En la foto de abajo no se aprecia, pero tiene varios barcos dibujados.



 Y por último y termino aquí, la maqueta del buque Saint George elaborada por prisioneros franceses en 1760 en el castillo.
Naturalmente en la fortaleza hay mucho más que ver... el Gran Hall, las estancias reales, la Casa del Gobernador, el Museo Nacional de Guerra y mucho más, pero eso... lo tendréis que ver con vuestros ojos, que no deseo aburriros... si no lo he hecho ya.

5 comentarios:

chema dijo...

los cañones sí que intimidaban. seguro que si alguno tenía la idea de atacar el castillo, se le quitaban las ganas enseguida...
los prisioneros no vivían nada mal, al menos en lo que se refiere a la nutrición.

Charo Barrios dijo...

Muchas gracias por el extenso reportaje.

Fawn dijo...

Ooooh, qué bonito!!! Cómo me esta gustando tu viaje ^.^

Inma dijo...

Impresionante todo la parte de los prisioneros
¿Por qué nos gustarán tanto las truculencias?
Escocia es una asignatura pendiente. A ver si esta primavera la aprobamos.
Por cierto me he ehcho con V, la versión vieja y la del 2009. Me he enganchado a la nueva sin remedio y creo que después veré la original.

anele dijo...

Peasssssso cañón.
Y no nos aburres.