No es ningún secreto que la hermana del guiri, la que vive en EEUU y está casada con un ciudadano americano, no me tragaba ni en pintura. Ya os comenté sus desaires a lo largo de los años y su abierto desprecio sin haberme conocido siquiera.
Tras bloquearme en Facebook por decir que no me gustaba cierto pueblo costero de Irlanda, volvió a agregarme mientras estábamos en Madrid para la presentación de mi libro. Incluso me envió varios mensajes de felicitación. Y estas pasadas navidades, ha sido la primera vez que hemos hablado por teléfono. Unos segundos tan solo y en una conversación del todo trivial, pero algo es algo.
Y ahora soy una de sus mejores amigas.
¿A que no os lo creéis? Pues es cierto. Inadvertidamente me he convertido, incluso, en su consejera matrimonial y psicóloga.
Todo comenzó una fría tarde de enero, unos pocos días después de Año Nuevo. El guiri recibió una llamada de su hermana y estuvo al teléfono durante casi una hora, aunque él apenas habló, Parace ser que en Nochevieja su hermana y su marido fueron a una fiesta a casa de unos amigos, se divirtieron, lo pasaron bien y al llegar a casa él cerró la puerta a sus espaldas y como el que te pide papas fritas con huevo le pidió el divorcio.
Y se armó la de San Quintín. No que se dedicaran a tirarse las mejores piezas de porcelana. Por el contrario. Ella quedó tan anonadada porque no se lo veía venir y él rehusó hablar del tema y se escudó en un manido "no eres tú, soy yo" y durante días ella fue una fuente de lágrimas y él siguió haciendo su vida normal.
En los siguentes días, la información que nos llegaba se fue ampliando. Ella sospechaba que él andaba en flirteos numerosos con un antiguo amor adolescente a través de Facebook, flirteos que han derivado en algo más y él comenzó a llegar cada vez más tarde del trabajo. Haciendo acopio de las pocas fuerzas mentales que le quedaban, empezó a darse cuenta de que en realidad, la cosa había empezado unos seis meses atrás, pero siendo su marido un hombre emprendedor y trabajador, con su propia empresa, no eran raras las veces que podía llegar a casa tarde. Y ahora se ha dedicado a poner dos mas dos y a darse cuenta de que lo mire como lo mire, siempre va a conseguir cuatro.
¿Y qué pinto yo en todo este asunto? Primero Jay me dijo que, al tener experiencia con un divorcio bastante traumático, podría aconsejarla, y me pidió que le escribiese un email. Después fue su madre quien también me lo pidió. Y en parte empujada por la curiosidad y con el modo cotilleo ON, le escribí un email ofreciéndole todo mi apoyo, y que si quería simplemente enviarme a cardar monas sin sutileza alguna, también podía hacerlo. Pero no lo hizo. Durante días me escribió largos emails derramando todo su dolor, sus miedos y sus dudas. Tienen dos hijos de 5 y 3 años y ella estaba dispuesta a sacrificar su vida y su felicidad por ellos. Le dije que no se molestase, ellos no le agradecerían en el futuro sus noches en vela o el haber desperdiciado los mejores años de su vida mientras su papá se revolcaba en un motel con una antigua compañera de clase.
Le especifiqué las etapas de una ruptura: dolor, ese momento en el que crees que el mundo se te viene encima, que el alma entera te va a estallar y ya no sabes de dónde salen esas lágrimas. Pero pronto pasaría al enfado, cuando comenzaría a pensar un poco más en claro y a ver todo aquello que el amor y el bien pensar cegaba antes. Ese momento en el que te sobrepones un poco más y empiezas a hacer planes. Y finalmente, llegará la indiferencia, mezclada aún con un poco de dolor y un mucho de enfado, pero que te va a permitir rehacer tu vida y darte cuenta de que hay cosas peores. Y de que tus hijos no se merecen vivir en una casa de traiciones y sin amor.
Porque la hermana del guiri, desde que dejara su trabajo como enfermera para cuidar a sus hijos hace unos 4 años, se ha convertido en una de esas esposas y madres de película, que tienen el plato en la mesa cuando el marido vuelve del trabajo y le lava y plancha todo como una vulgar sirvienta mientras él, aún en su tiempo libre, se sienta ante la tele o se machaca en el gimnasio. Y el señor esposo, acostumbrado a que le sirvan de la mañana a la noche, la había convencido de no separarse hasta dentro de un par de años. Seguirían viviendo en la misma casa pero haciendo vidas independientes y a los niños, de momento, no les dirían nada. Tras una semana de "necesito encontrarme, no sé si te quiero, ni siquiera de si me gustas", él se ha mudado a la habitación de invitados, que ya hay que tener entereza para compartir la cama con un desconocido, que es lo que ha resultado ser.
Y sí, ella ha seguido limpiando, cocinando y lavando para él porque no sabe qué otra cosa hacer (yo me habría ido unos días a un spa a cargo de su tarjeta de crédito). Pero ahora que ha empezado a actuar, ha escogido el modo "americano" de hacer las cosas. ¿Que cuál es este modo?
Primero intentó convencerlo para ir a terapia matrimonial. Pero él, aunque en un principio accedió, rehusó a última hora buscar ayuda. Y al final, ha tomado medidas drásticas: ha contratado a un detective que le ha confirmado lo que ya sospechaba: él se ve con otra.
Culebrón, señores...
8 comentarios:
¿Contratar un detective para que le confirme lo que ya sabe? ¿Y para qué continuar haciendo el paripé? Si mi pareja un día me dijera que ya no me quiere y me pidiera el divorcio se lo concedería enseguida,bueno,después de superar el shock momentáneo,de consultar con un abogado,de maldecirle,etc,etc.¡Hay que tener dignidad y amor propio,narices!Además,no hay nada peor para los niños que vivir con unos padres que han dejado de quererse y que intentan fingir que todo sigue igual. Moraleja de esta historia: Nunca dejen de ser económicamente independientes, señoras.
Bss!
¿Consejero matrimonial? ¡Ja! y un mo... Yo me buscaba un buen abogado para exprimir al futuro ex todo lo que pudiera, luego me buscaba un trabajo y, por supuesto, si son vidas separadas, los palominos de los gayumbos, las comiditas y demás que se lo haga él con... bueno mejor no digo con qué. También me buscaría un buen macizorro pa restregárselo por los hocicos. Vamos que se iba a acordar de mi toda su vida. Bezozzzzzz.
La verdad es que si te lo vas viendo venir poco a poco, y te importa un pito tu pareja, puedes recomponerte y empezar a pensar en frío, aunque no deja de ser doloroso que te digan que no te quieren y ya no le gustas. Pero si te lo sueltan de repente, cuando menos te lo esperas, no deja de ser un shock que te destroza por dentro y se refleja por fuera, y hasta que comienzas a pasar por las fases que comentas, es muy duro, mucho.
(Ya lo dije el otro día, conste. FB es muy jodidito...)
Os sorprendería saber cuántas mujeres, después de que sus parejas les digan que ya no las quieren y que tienen otra persona en su vida, actuan de la misma forma que la hermana de Jay. He conocido algunas a lo largo de mi vida y siempre me ha dado mucho qué pensar. Porque yo, si alguien me dice que no le gusto y que se acuesta con otra, se enseguida que para mí se ha acabado la cosa. No entiendo otra forma de actuar. Ni detectives,ni terapia, ni otra tonteria de esas. Se arreglan las cosas para irse cada uno por su sitio y se acabó. En cuanto a los niños, ese es otro cantar. Pero cuanto más alarguen la situación será peor para ellos y encima el mal rollo entre la pareja irá en aumento. En fin, de todas maneras cada pareja es un mundo. Espero que pueda resolverlo bien.
Ruth esto se veia venir, ahora con mente fria, el prime paso ya lo a dado, el segundo a aun abogado a pedir el divorcio con las pruevas del detective, le daran la custodia de los niños, se quedara la casa y todo lo que le toca por ley, y el que se vaya con viento fesco con la susodicha lagarta, que seguro que va a esta mucho mejor sin el.
estoy de acuerdo con lo que se ha dicho. en una situación así, mejor cortar por lo sano aunque duela. poner paños calientes es un autoengaño, y en el futuro se recordará aquello como algo inútil...
Vaya tela y vaya tela...de todas formas, tu no te metas mucho no vayas a salir trasquilada!
El tema de la confianza es delicadísimo. Creo que todos tenemos muy claro que lo mejor es romper y cada uno por su lado, pero luego hay que estar en esa situación para ver cómo son realmente las cosas. Cuando quieres mucho a la otra persona es fácil que le perdones, que te digas que es un desliz y que no volverá a pasar. Así se pierde mucho tiempo y mucha energía, pero a veces es necesario, aunque sólo sea para que el día que se toma la decisión definitiva se pueda estar seguro de que es lo correcto.
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