sábado, 22 de junio de 2013

Absolute gilipollas...

Me han cambiado de departamento. Una se coge una semana de vacaciones, se incorpora al trabajo sin ganas, casi llorando, con deseos de levantarse en cualquier momento y tirar los cascos sobre la pantalla del ordenador y abrir la puerta de la oficina correspondiente, levantar el puño y decir... "me voy... porque puedo...!!!!" Y en lugar de eso te dicen que de Worldwide te pasan a Regional... lo que significa que en lugar de un 90% de llamadas de americanos, quizás tienes un 10%... pero a la vez significa muchos más dolores de cabeza, una historia larga que voy a intentar resumir para no aburrir: haces menos reservas porque has de pretender que estás en los hoteles a los que llaman y muchas veces solo te llaman porque quieren que la limpiadora suba a cambiarle las sabanas de nuevo, quieren un vaso de leche... o vete tú a saber. Con lo cual, llegar a tus objetivos marcados diariamente por tus superiores se vuelve casi imposible. Esto se traduce en que me van a tocar horarios y días libres de mierda hasta que consiga zafarme de este trabajo...

Supuestamente hoy es mi último día en Worlwide, pero por problemas técnicos, podría ser mañana. Y desde luego, si mi último día en este departamento ha sido hoy, la despedida ha sido con honores. Nunca me ha tocado tanto gilipollas junto de una vez. Y no me refiero a llamadas exigentes o a americanadas varias, no. De hecho, de las tres llamadas a destacar, dos eran británicos y el que menos porculo ha dado -porque no lo he dejado- ha sido el americano. Vayamos por partes: primera llamada subrealista: señor británico, muy buenos modales, sin gritar ni nada, en tono totalmente calmado, me dice que desea hablar con mi manager o supervisor porque acaba de realizar una reserva media hora antes y ha pedido para un hotel de Egipto en la playa, y cunado le llega el email ve que no es en la Playa y me dice que es en un hotel diferente. Antes de pasarle al manager, le pregunto si hay algun modo en el que pueda ayudarle, simpatizo con su situación y me da el número de reserva "para que compruebe lo que dice". Dato importante: me dice que la chica que le ha hecho la reserva le ha asegurado que ese era el mismo hotel en el que se había quedado el año anterior. Como es miembro de la tarjeta Marrieta y puedo, por tanto, ver su movimiento "hoteril", compruebo que efectivamente, en agosto del pasado año se había alojado en este mismo hotel. Le corroboro la información y finalmente me "confiesa" que sí, que es el mismo hotel pero que tiene "dos partes" o "dos edificios" separados por una carretera y que la que le han dado es "la zona chunga". Antes de seguir, llamo a mi supervisor, porque el señor insiste en poner una queja. La reserva no se había hecho en nuestro centro sino en la central de reserva de USA, por lo que poner una queja contra nuestro centro en Irlanda no tiene sentido porque nosotros, no hemos hecho nada. Intentar explicar esto caía en saco roto así que le ofrecí a cambiarle la reserva (él ya tenía hasta una tarifa que estaba viendo por internet -más cara que la que tenía-, y le hice eso, más le aseguré que pondría una nota al hotel para que fueran amables y le añadieran algún detallito como una botella de vino a la llegada o algo.
Me quedó claro que este señor había cometido un error (suyo) al realizar la reserva y estaba simplemente buscando "algún freeby".

El segundo gilipollas (americano) me dijo simplemente que estaba hablando con un manager y que se había cortado la llamada. Le pregunté si podía ayudarle, ya que posiblemente el manager con quien estaba hablando ni siquiera era de nuestro centro. No recordaba su nombre (ni nosotros tenemos managers que respondan la llamada, solo "supervisores" por llamarlos de algún modo). No quiso decirme la naturaleza de su llamada y solo me dio su nombre de pila. Quería quejarse. Se lo expliqué a uno de los supervisores y aceptó que le transfiriese la llamada. Ni idea de qué iba el asunto.

Y el gilipollas británico que merece la medalla de oro al mérito a las "bellas artes", merece que reproduzca la llamada más o menos tal cual sucedió (a las nueve y pico de la noche):

-Páseme con un responsable técnico.

-Perdon? Está usted llamando al centro de reservas, no tenemos ningún técnico disponible.

-Mira, estaba intentando acceder a mi cuenta en mi ordenador, me ha dado error y me ha enviado un mensaje ocn este teléfono donde dice que he de contantar con un responsable técnico (todo esto, en un tono muuuy calmado de voz).

-Sí, caballero, pero aquí no tenemos a nadie del departamento técnico y menos a estas horas de la noche. ¿Es su problema con la cuenta de Puntos?

-Sí, pero no me estás escuchando. me da igual si hay un técnico o no. A mí me ha llegado un mensaje de que llame a este teléfono y quiero hablar con alguien, técnico o no.

-Pues a ver si puedo ayudarle, porque el Departamento de Puntos cierra a las seis y media de la tarde y ahora mismo no hay nadie para mirar su cuenta, pero si quiere espere un segundo, abro la web que tiene usted y seguimos los pasos juntos, a ver si puedo ayudarle...

-Me da error, hago esto y esto... y me da error.

-Pues solo puedo decirle que si quiere llamar mañana por la mañana, o espere si hay algún teléfono o departamento al que pueda transferirle...

-¿por qué me llevas la contraria? ¿Por qué argumentas?

-Caballero, yo solo le estoy informando de lo que puede hacerse, en ningún momento estoy argumentando...

-¿lo ves? ¡Otra vez estás argumentando! Pásame inmediatamente a la Encuesta que me voy a quejar de tí ahora mismo.

-¿De mí? Solo le he dicho que no disponemos de un técnico...

-Otra vez argumentando. Pásame a la encuesta. A-ho-ra-mis-mo.

-Desde luego. Un momento.

Si ponen una queja sobre mí, me llevo una bronca y una x en mi expediente, y no me da la gana cuando en ningún momento le levanté la voz ni hice nada incorrecto. En lugar de conectarle a la encuesta, lo puse en espera y llamé a mi supervisor y le expliqué la situación, diciéndole que me negaba a pasarlo a la encuesta y que si quería podía oir la llamada (graban todas las llamadas). En el minuto escaso que estuvimos hablando, Mr. Gilipollas colgó. 

Gran suspiro de alivio. Si hago algo mal, o alguien estima que he hecho algo mal, no me queda más remedio que pasarles a la encuesta. De momento solo me ha pasado una vez con un señor que estimó que fui "demasiado lenta" procesando la reserva. En mi primer día sola al teléfono. Y la reserva no me llevó más de tres minutos, que teniendo en cuenta la de cosas que has de decir, los datos que has de recoger y blablabla, es todo un record, pero gilipollas... en todas partes.

Por no contar anécdotas de otras compañeras/os, porque escribir un libro sobre los gustos y disgustos y lo que parece bien o mal a ciertos clientes... sería quedarse sin papel...

8 comentarios:

coti dijo...

Ruth,yo creo que te tienes que quedar con lo positivo del cambio. Supongo que ahora el trabajo será más relajado por disminución de gilipollas-americanos, por lo que como tienes claro que ese no va a ser tu trabajo a largo plazo, (aunque el horario sea malo-malísimo y por lo que dices sería muy difícil el que te cambiasen) acéptalo y relaaaaajate. Déjales el estrés para quienes quieran conseguir ser los primeros de la clase y obtener beneficios (horarios). Supongo que también el horario que tu tienes te permite leer, escribir, tocarte la peineta más a menudo que en el horario mañanero y aunque mejor sería hacer estas cosas en tu casita, hacerlo en el trabajo no está nada mal.:)

Merengaza dijo...

Buffff, espero que te vaya mejor en tu nuevo puesto de trabajo, pero la idea de libro no es mala, no se publican libros por internet???
Besotes.

Candela. dijo...

Pues no, coti... en WW aun tenia un par de minutillos entre llamada y llamada... en REG es una llamada tras otra sin descanso...

Geno dijo...

Pues muy mal porque ahora ¿qué anécdotas de americanos nos vas a contar? :-P A ver si te va bien, anda...

chema dijo...

la tercera llamada merece la medalla, sin duda. ese tío estaba buscando una discusión de la nada.

marisa desaztre dijo...

Lo malo es que los gilipollas no son una especie en extinción y, encima, los hay de todas las nacionalidades. Solo queda armarse de paciencia y rezar para que te toquen los menos posibles. Espero que encuentres en breve un trabajo que te satisfaga y en el que estés a gusto. BEzozzzzzzz.

anele dijo...

Ayjesúsquépaciencia!!!
El trabajo de cara al publico: lo peor de lo peor de lo peor.

Candela. dijo...

Bueno Anele, si fuera cara a cara... le habría dicho sin más "es usted un gilipollas", así, por lo bajini, como quien no quiere la cosa. Luego es su palabra contra la mía. Pero al ser al telefono me tengo que morder la lengua porque las graban todas, gñ