miércoles, 10 de febrero de 2010

GLEE

Glee está haciendo furor en las televisiones del habla de la Reina, y no sin razón. Al principio pensé que sería una copia de High School Musical a pesar de venir avalada con el calificativo de "comedia". Reconozco que no me molesté en visionar los primeros episodios, del mismo modo en que nunca me he sentado a ver un capítulo si quiera de High School Musical. Sin embargo, el galardón como Mejor Serie de Comedia en los Golden Globes y el Premio del Sindicato de Actores al Mejor Reparto de Televisión me hicieron cambiar de opinión y picaron mi curiosidad -sobre todo tras ver el primer episodio.
Glee no es una versión modernizada de Fama ni un intento de ridiculizar High School (aunque se halla bastante cerca). Sin embargo los números musicales estaá más que bien cuidados y las voces son envidiables -algunas mucho mejor de lo que nos ofreció Fama en su tiempo (¿quién decidió que los personajes de Danny y Leroy tenían voz para cantar?). Claro que eso no es una Escuela de Arte. Es un instituto o lo que en América siempre ha sido el High School, con sus animadoras, sus personajes populares, sus raritos y su clasismo.
Me sorprendió encontrar de golpe todo estereotipo posible en el primer episodio: los negros (sí, politicamente incorrecto, pero odio eso de "protagonistas de color", los orientales (no se especifica en ningun momento su ascendencia), y encima la chica es tartaja, la líder de las animadoras, la hispana, la chica sin neuronas, el capitán del equipo de rugby, un gay, los judíos... Y un chico feo, con gafas y en silla de ruedas. Si fuera una comedia británica, naturalmente tendría un pakistaní y un irlandés, y probablemente una adolescente borracha... Pero Glee, precisamente se ríe de los estereotipos. O del uso que de ellos se hace en las series o películas de adolescentes en institutos... ¿o no...?
Sin embargo, la serie va aún más allá. Y para los que se están preguntando ya a estas alturas si el chico de la silla de ruedas -que baila y canta con ella en los números, es en relidad inválido, la respuesta es no. Kevin McHale es un excomponente de una banda de chicos americana llamada NLT. Y si buscáis sus vídeos en Youtube (ver por ejemplo Karma) veréis que no adolece ningún cambio radical: diferente peinado y sin gafas. Ningún guaperas especialmente llamativo.
La primera temporada se compone de 13 episodios y aquí está ya a punto de finalizar. En la actualidad están rodando la segunda temporada después de afianzar su éxito en la FOX con los premios arriba mencionados.
Parece ser que la serie fue concebida en principio como una película, pero gracias a algún tipo de intervención divina -o quizá financiera- decidieron hacer una serie. Curiosamente los temas interpretados en cada episodio salen en iTunes en la semana que se emiten y una serie de Cds saldrán al mercado con frecuencia (el Volumen 1 ya está en las tiendas desde Noviembre)
Hay mucha, mucha información sobre la serie, de modo que no perderé el tiempo escribiendo algo que probablemente ni os interese. Información detallada sobre Glee se halla fácilmente en Wikipedia, sobre sus actores en Fox o imbd, sólo recomendaros algo que podría pasar desapercibido entre un amplio catálogo de series gilis para adolescentes (depende mucho de dónde las ubiquen las televisiones de vuestros países y el horario). Aquí está en un horario asequible: algunos canales la emiten a las ocho, otros a las nueve.
El papel de Sue, la entrenadora de las animadoras es simplemente de las mejores malas que he visto últimamente: adorable. Hasta te sientes identificada con ella a veces. Otras, simplemente la odias. Al profesor que se encarga del club de Glee le darías un par de sopapos, a ver si despierta de ese estupor de vida en el que parece vivir (no se entera de ná), y no dejéis de ver los diferentes modelitos que la pelirroja Emma Pillsbury (Jayma Mays) llega a lucir en cada episodio: una mezcla de Wisteria Lane y Barbie-se-encuentra-con-Stepford-Wife en el mundo de las florecillas de colores...
No me sorprende en absoluto que haya conseguido tanto premio en tan poco tiempo de vida...

lunes, 8 de febrero de 2010

De helados, cabras y cuchillos (EL rincón de Lar)

La llegada del mes de Junio anticipaba el largo verano de días de playa y traía consigo nuevos sonidos, olores y sabores. Con él, llegaban los días de jornada intensiva en el colegio en las dos semanas que restaban de curso. El armario de nuestro dormitorio se vaciaba cada Junio. El nuestro tenía tres puertas: una individual y otras dobles, y dos cajones donde guardábamos las ropitas de nuestras Nancys y muñecos. El de arriba era el mío, el de abajo de mi hermana.
Mis ropas y las de mi hermana se encontraban en el punto medio al abrir las puertas de pomos plateados y madera oscura. Las de mi hermana colgaban a la derecha, donde estaba su cama; las mías a la izquierda. Y cada Junio sin falta comenzaba el ritual de cambiar las abrigadas prendas y apiñarlas en el lado individual, mientras los colores alegres, las flores y los vivos estampados se adueñaban del rail de plástico blanco. Al finalizar septiembre, la ceremonia se repetía en sentido inverso, condenando a la ropa de verano a pasar aquellos fríos meses oculta tras una puerta que no se abriría hasta el próximo Junio.
Pero la llegada del sexto mes del año tenía algo más: el fin de la cotidianeidad, el descubrimiento, como si fuera nuevo, de otras sensaciones. Las tardes de playa, la sal en la piel y en los labios, el sudor pegajoso de noches de insomnio y mañanas haraganeando en la cama. Las mañanas en casa traían consigo diferentes soniquetes: el timbre de la puerta a las 10 am anunciaba al panadero. Una timbrada larga y una corta. Una hora después, llegaba Juan,"el de los huevos" con sus dos llamadas largas, a quien las vecinas disfrutaban tortuando: "Juan, sube, que te cojo los huevos", "Juan, ¿cómo traes los huevos hoy?", "Juan, hoy no te cojo los huevos, pero si los traes bien gordos el viernes, te los cojo..." "Juan, a ver, enséñame los huevos..." Y a lo lejos, todos los martes, el son casi mágico del Afilador.
Pero antes de esto, cuando aún no habían concluído las clases y las tardes no pertenecían a la playa y el mar, las sobremesas se llenaban de libros y horas de estudio en preparación de los exámenes finales, y la tarde rebosaba de diferentes murmullos.
La llegada del mes de Junio traía también la aparición del personaje favorito de los críos del barrio. Con su uniforme inmaculado, su gorrita haciendo malabarismos sobre el pelo negro Patrico y su carrito de madera, el heladero hacía volar su voz hasta los pisos más altos mientras su generosa sonrisa provocaba un ligero temblor en los bordes de su bigote.
"Heladitooooooooooossss...
Qué riquitos son, qué riquitos son..."
Mamá nos daba cinco duros, a veces diez, y esperábamos con ansia a oir su melodía acercarse vigilando desde la atalaya de nuestra ventana, hasta que divisábamos la sombra de su toldillo bicolor y corríamos a esperar el ascensor con el mismo nerviosismo del que espera un tren o un autobús que le traslade a un destino exótico. Nos guiábamos por su voz y los niños que volvían con el helado ya en la mano, y hacíamos cola impacientemente para pedir nuestro Drácula o nuestro Frigopié, y si mama había sido generosa con el cambio, nos comprábamos un Negrito, que era bastante más caro.
A veces teníamos espectáculo y ejercíamos de mironas desde nuestra torre particular. Les oíamos venir desde bien lejos, primero la trompetilla, luego los platillos, el organillo. Solían detenerse en la acera bajo nuestras ventanas y desde el décimo piso parecían figuritas en movimiento, colocando sus aparejos y sus escuálidos instrumentos alrededor de una escalerita de madera. Y nunca fallaban en asombrarnos cuando la atezada cabra subía hasta la cima, peldaño a peldaño, al ritmo de la música mientras la gitanilla pasaba el plato a los presentes. A mamá solía darle mucha lástima y siempre les arrojaba unas monedas dentro de una bolsa de sumermercado bien atada.
Y cuando acababa de limpiar la cocian, y si no teníamos exámenes al día siguiente, íbamos a la playa cargando con las sombrillas, las sillas, la merienda, las toallas...
Las noches venían cargadas de humedad y de un calor insoportable que no nos dejaba dormir. A menudo arrastrábamos los colchones hasta el salón. Papa quitaba una a una las ventanas del cierre de la terraza, para permitir que corriera algo más de aire, y tratábamos de robar unas horas de sueño acompañados por el compás del mar lamiendo el rompeolas al pie de la Bahía.
A veces la paz nocturna se veía inerrumpida por el grupo de "marujas" del bloque anexo, que habían tomado por costumbre jugar al amparo del fresco -y de nuestros balcones- al bingo hasta altas horas de la madrugada, cantando líneas entre risas y coplillas picantes. Y una noche, cuando las voces se alargaban más de lo habitual y algunos vecinos ya se habían quejado sin éxito, llegó la venganza. Papa llenó algunas bolsas de plástico de agua, en aquellos tiempos en los que no venían perforadas, y las lanzó en rápida sucesión. La primera hizo impacto en el centro mismo de la mesita de playa azul celeste, dejando a las mujeres ojipláticas. La segunda y la tercera refrescaron sus orondos cuerpos con una inesperada ducha. Tras los improperios, los gritos subidos de tono y algún que otro llanto, la paz regresó a la noche y Morfeo secuestró nuestros cuerpos hasta la llegada del amanecer.
En Junio bebíamos horchata y sorbíamos "flashes" congelados, y hacíamos polos caseros con colacao en aquellos moldes de tupper, esperando horas y horas a que se endureciese en el congelador, y luego los chupábamos con tanta ansia que los dejábamos blancos como la leche.
En Junio preparábamos nuestras coreografías para el baile de fin de curso, y estudiábamos nuestros cuerpos ante el espejo con el bikini nuevo o el del año pasado, tratando de ver si habíamos crecido algo más en los departamentos importantes.
En Junio, invariablemente, llegaba la magia de la niñez en estado puro, dispuestos a disfrutar los tres meses de asueto sin hacer otra cosa que jugar y "coger moreno". Era mi mes preferido del año, y sin importar cuánto tiempo haya podido transcurrir desde entonces, aún tengo en la boca el regustillo del colacao helado, de la horchata fresquita, de las patatas al ajillo de la playa y la música del afilador rayando el alma con sus cuchillos.

viernes, 5 de febrero de 2010

Email va... email viene...

Había decidido no escribir sobre ello, pero tengo que hacerlo. No sé si ayudará a alguien o no, pero a ver si al menos, me ayuda a mí a dejar de recibir emails preguntando cuestiones que tienen fácil respuesta en San Google. Claro que a muchos les gusta comenzar la casa por el tejado y que se lo den todo hecho también. ¿Qué a qué viene esto?
Desde hace un par de meses estoy recibiendo una serie de emails de gente que ha llegado a este blog. No son emails vulgares, ni en cadena, ni de publicidad ni nada de eso. Son generalmente de personas que desean emigrar y me preguntan "si les puedo ayudar a conseguir un trabajo". A veces junto a la palabra "trabajo" le sigue "decente". Al principio me molestaba en responder a dichos emails, pensando que eran casos aislados. Señores, yo no soy una oficina de contratación, ni me dedico a leer las columnas de empleo cuando yo ya tengo el mío. No soy empresaria, por lo que no podría dar trabajo a nadie, y desde luego, no voy a buscar trabajo a gente que ni siquiera conozco. A veces es difícil poner la mano en el fuego por amigos, imagínense por desconocidos. No, tampoco alojamiento. Ni voy a investigar qué escuelas son las mejores de Limerick o si en ellas dan clases en español (me río yo sola con las ocurrencias de la gente). Y no creo que con ello sea borde. Simplemente no soy una ONG.
En el pasado he ayudado a amigos a venir y encontrar trabajo. Les he acosejado sobre el papeleo a hacer antes de comenzar un empleo y les he dado cama y techo en mi casa hasta que, como se dice aquí, se han encontrado los pies. Amigos míos que han estado aquí con anterioridad me han "enviado a gente". Es decir, me han dicho, "fulanita o menganito llegarán a Limerick el día X, ¿les puedes echar un cable?" Y se lo he echado. Les he ayudado a buscar un hostal barato, les he dado direcciones, les he imprimido Cvs y les he ayudado a traducirlo si era necesario. Los he llevado a las oficinas del FAS (INEM de aquí), y a sacarse su PPS number (imprescindible para trabajar), les he explicado el sistema de tasas, y les he dicho de periódicos donde buscar piso, a veces hasta he llamado yo si no entendían muy bien a la otra persona al teléfono.
Pero jamás les he "buscado trabajo" o "trabajo decente". Les he dado webs, recomendado lugares donde sabía que cogían gente de esto o lo otro. Pero no les he puesto la cuchara en la boca. Se lo han currado ellos solos.
Desde hace dos meses estoy recibiendo emails de personas -independientemente del género- que llegan a este blog simplemente poniendo en el buscador frases como "emigrar fuera" o "emigrar al extranjero" o "emigrar a Irlanda". Y luego me escriben a mí. No todos, imagino. Algunos quizá llegaron de modo casual, y vieron "Limerick" y les sonaron campanas. También he tenido muchas visitas últimamente buscando "Fábrica Dell en Limerick", "Solicitudes para Dell Limerick", "Trabajo en Dell" y similares. Dell ha cerrado, señores. Y con ello, todo lo demás. Pero lo peor de esos emails es que me cuentan su vida entera: los hijos que tienen, el paro que cobran, la hipoteca que pagan, los plazos del coche... O me envían un discurso sobre lo mal que está España, lo hijoputa que es ZP y lo inútil que es Rajoy, y apelan a mi nacionalidad para "echarles un cable". Porque están dispuestos a trabajar de "lo que sea". Y yo no soy una oficina de empleo. Otros correos no sé si clasificarlos de "cómicos", con preguntas como "¿Qué tal se vive por Londres y cuál es el sueldo medio?" Pues no lo sé, porque yo vivo en Limerick, Irlanda, que es otro país muy diferente del Reino Unido, que sí, está al lado y es una isla también, pero ¡ups! son diferentes nacionalidades, es como si a alguien de Madrid le pregunto qué tal la vida en Lisboa.
Otros me preguntan sobre la comida "por estas tierras". Si es difícil encontrar comida. Pues mire usted, tenemos una cosa que se llama supermercados. Y están llenos de comida. Ah, ¿que se refería a comida española? No me falta de nada, y lo que no encuentro español, lo sustituyo, no me hace falta ya traerme las maletas llenas como Paco Martinez Soria, pero ese tema daría para un post entero. Baste decir que jamón, chorizo y quesos varios se pueden entrontrar en las grandes cadenas como Dunnes Stores o Tesco. Y que legumbres como habichuelas, garbanzos y lentejas (pardiñas) las consigo en las tiendas Indias. La Fabada me la hago comprando latas de Fasolka en las tiendas polacas, que sabe igual. La morcilla es black pudding de carniceria buena. Hasta compro gusanitos y guarrerías varias en las tiendas polacas: y un pescadito en aceite que sabe igual que los boquerones en vinagre. Todo es cuestión de acostumbrarse, pero para esto, post aparte.
Vuelvo a los emails y trato de poner todo en contexto. No sé el grado de desesperación de la gente, pero emigrar no siempre es una garantía de éxito. Se puede pasar mal. Para empezar, sin inglés fluido no contratan a nadie. Hasta el más ignorante de los polacos que vino aquí en años pasados sin un lugar donde caerse muerto, hablaba inglés casi mejor que los nativos. Las entrevistas las hacen en inglés, y no, no te van a permitir que nadie te acompañe para traducirte "si no entiendes" lo mismo que nadie va a acompañarte el primer día de trabajo para decirte lo que tienes que hacer. Hasta para limpiar habitaciones te piden saber un mínimo del idioma. ¿Qué sucede si un cliente te pide más toallas, o jabón, o bolsas de té de un determinado sabor?
Para las chicas: creo que lo mejor es venir de Au Pair hasta que uno se maneja más o menos con el idioma. Algunas agencias aceptan chicos también, de modo que podría ser una posibilidad más para ellos. Creo que la edad máxima está en 27 años (al menos cuando yo me vine, pero podría haber cambiado), pero siempre se puede preguntar. Para ello hay diversas páginas webs, yo llegué aquí en el 97 con una chica local que ponía anuncios en revistas en España del tipo "Segunda Mano", así que siempre es una buena idea mirar también ese tipo de publicación. Creo, sin embargo, que poniendo en el buscador, agencias de Au-Pair para Irlanda, o UK saldran las que estén disponibles. A bote pronto se me ocurren:
-www.aupairstudy.com
-www.Aupair-World.net
-www.aupairireland.com
-www.kidzaupair.com
-www.aupairhere.com
-www.iapa.org
-www.aupair-agency.com
No sé si son de fiar o no, la única que me suena bastante por referencias de amigas es Aupair World. Con esto os garantizáis al menos que, cuando os bajéis del avión, tengáis un techo y comida garantizada además de un dinero de bolsillo (no es mucho, unos 100-125 euros semanales), pero siempre es mejor que llegar a un lugar donde no se conoce a nadie y sin saber si encontrarás un lugar barato donde pernoctar. ¿Que la familia no te gusta/no se portan bien/te matan de hambre? siempre puedes reclamar a la agencia (si vienes por agencia) y que te busquen a otra familia, o buscarte otra por tu cuenta si has contactado con ellos a través de algunas de las webs mencionadas arriba. Una vez estés acomodada y comiences a conocer la ciudad, la prensa local te ayudará a darte una idea de los alquileres de pisos -compartidos o estudios-, del trabajo disponible y demás.
¿Dónde buscar trabajo? De nuevo el amigo Google te puede ayudar a ello. A nivel nacional, siempre son buenas referencias:
-www.Fas. ie
-www.monster.ie
-www.jobs.ie
-www.loadzajobs.ie
-www.recruitireland.com
-www.employireland.com
-www.careerjet.ie
-www.hoteljobs.ie
-www.irishjobs.ie
-visitad la pagina del Eures. Son plazas en toda clase de trabajo para toda Europa.
Simplemente con poner "jobs Ireland" en Google te salen muchíííísimas páginas más. Eso sí, mejor intentarlo desde www.Google.ie o Google.co.uk que desde www.google.es. Y si no enténdeis la simple descripción de lo que piden para trabajar o de cómo inscribiros y bajar vuestro Cv a las páginas, crudo lo tenéis.
Alojamientos se pueden encontrar en webs como Daft.ie o Gumtree, estoy segura de que hay al menos una veintena más, pero lo mejor es siempre recurrir a la prensa local. De nuevo, para tener una idea desde España y utilizando el buscador, nada más simple que averiguar el nombre de los periódicos en venta en la ciudad determinada y acceder a sus webs y desde ahí a sus clasificados. Aquí en Lmerick el mejor medio para ello es el de tirada gratuita y semanal The Limerick Post: www.limerickpost.ie.
Trabajo hay poco, escondido, pero hay: pero hay que saber buscarlo, conocer el idioma bastante bien -para descartar la competencia-, y saber lo que se quiere. En estos días lo mejor es dejar curriculums en agencias, muchas tienen web: Richmond, Staff Solutions, Brennan and Brennan, Adecco...
Si, hasta para trabajar en McDonalds te exigen saber inglés. Habría que recordar hace un año, cuando cierto "restaurante" de comida ligera colocó un cartelito pidiendo empleados y recibieron 5000 (sí, cinco mil) curriculums (hasta de abogados) para un par de plazas que tenían.
Para todo lo demás, respondo a dudas, pero no busco trabajo, ni alojamiento ni colegio para los niños. Amistad, la que queráis.

miércoles, 3 de febrero de 2010

El Mundo Alado de Cicely Mary Barker

Probablemente no habrá nadie en todo el planeta que no conozca la obra de Cicely Mary Barker. Sus hadas pasarán a la posteridad ilustrando nombres de flores y plantas, de meses, estaciones y días de la semana con los rostros infantiles e inocentes de niños con sonrisas atrayentes y alas de mariposa. Influenciada por el trabajo de Kate Greenaway, a quien copiaba con asiduidad en sus tiempos de aprendiz, acreditaría su estilo, sin embargo, a las influencias del arte pre-Rafaelita.
Cicely nació en Croydon, Inglaterra, en 1895 y pronto fue diagnosticada con epilepsia grave, convirtiéndola en una niña delicada físicamente que no pudo asistir a la escuela, por lo que pasaba mucho tiempo en casa y a menudo a solas, recibiendo allí su educación. Sus ratos de soledad los empleaba dibujando y leyendo.
Con 13 años su padre, Walter Baker, la apuntó a la Sociedad Artística de Croydon, donde ambos exhibirían sus trabajos. Walter se dedicaba a la talla de la madera, siendo descendiente de una reputada familia de tallistas, y en 1909 donaría un púlpito esculpido a mano a la Iglesia de St. Edmund en Croydon. A la vez, Cicely tomaba clases por correspondencia en un curso de Arte que continuaría hasta 1918, cuando ya tenía 23 años. Pero antes, a los 16, ya había sido elegida miembro vitalicio de la Sociedad de Arte, convirtiéndose en la persona más jóven en recibir tal honor.
Su epilepsia desapareció tras la culminación de la I Guerra Mundial, pero a pesar de ello, siempre fue tratada como un bebé durante su infancia y su familia la sobreprotegería toda la vida, tal vez contribuyendo esto a su comprensión y representación de los niños en su obra.
En 1911 su padre había enviado algunos de los trabajos de su hija a Raphael Tuck, un conocido tipógrafo de artículos de papelería, que compró cuatro de sus pinturas para hacer tarjetas. A partir de ahí, Cicely vendería su arte a revistas, a fabricantes de postales y tarjetas y más tarde a editoriales de libros, ayudando a asegurarse algunas ganancias para la familia. Su padre había muerto cuando ella tenía 17 años, dejando a la muchacha, su hermana mayor Dorothy y su madre, Mary Eleanor, en dificultades económicas.
Sin embargo, con la determinación de la jóven y su trabajo incansable, lograrían salir a flote poco a poco. Cicely envió sus ilustraciones de las hadas de las flores a varias editoriales. Blackie las aceptó finalmente en 1923 y su primera paga resultó en 25 libras por 24 ilustraciones y versos de las Hadas de las Flores de Primavera, el primer librito de la saga de las Hadas de las Flores. Siete libros más le seguirían.
Aprovechando el amplio interés por las hadas en su tiempo, que ya venía desarrollándose desde la época victoriana, y había sido impulsado de nuevo con la inmensa popularidad del Peter Pan de J. M. Barrie, su primer libro sería bien recibido entre el público de una sociedad post-industrial que caería bajo el hechizo de unas representaciones de inocencia que parecían evocar un mundo moderno menos agresivo.
Incluso la Reina Mary contribuyó a la moda de las ilustraciones de hadas durante los años veinte, enviando postales a sus amigos con estas imágenes. Con semejante popularidad, las postales de Hadas y Elfos de Cicely comenzaron a venderse como rosquillas desde 1918. La misma reina compraría una de sus pinturas en 1925 (The Darling of the World is Come).
Uno de los secretos de la jóven para dar realismo a sus dibujos consistía en la utilización de modelos reales para sus pinturas. La mayoría procediín de la guardería que su hermana llevaba en unas habitaciones en la parte trasera de la casa familiar en el número 23 de The Waldrons, donde Cicely Mary se había hecho construir un estudio en el jardín en 1924. La guardería cerraría en 1940. También pintó a hijos de familiares y amigos. Una de sus modelos favoritas era Gladys Tidy, una chiquita que iba a la casa cada Sábado para ayudar con las tareas domésticas.
Sus dibujos de flores son botánicamente exactos, y siempre hacía que los niños las sujetaran en sus manos para capturar con precisión el color, la luz y la forma, agrandándolas luego al dibujarlas para recrear así el tamaño de las hadas con respecto a las plantas. Si no encontraba la flor, siempre era bien recibida entre los empleados del Kew Garden que la visitaban a menudo con muestras florales para que las pintase.


Su familia era bastante devota y cristiana, y a la muerte de su hermana en 1954, diseñó una vidriera de colores en su honor para la capilla de la Iglesia de St. Edmund, la misma que tenía el púlpito tallado por su padre.
Su cristiandad la haría contribuir en postales y tarjetas de la Sociedad para Promocionar el Conocimiento Cristiano, la Sociedad Amistosa de Chicas y la Sociedad de Propagación de los Evangelios, e hizo pinturas para iglesias, a las que también donó algunas de sus ilustraciones para ayudar a conseguir dinero.
Cicely continuó pintando hasta que su vista comenzó a fallar hacia el final de su vida. Moriría el 16 de Febrero de 1973 a los 77 años de edad, justo en el 50 aniversario de la publicación de su primer libro de Hadas.
Su espíritu, sin embargo, sigue vivo en cada uno de sus libros (he de decir que tengo los ocho de la saga de hadas, algunas postales y troquelados), y en su web oficial interactiva: http://www.flowerfairies.com/.

domingo, 31 de enero de 2010

EL DEDO MÁGICO DE BENITA

Benita creció como cualquier chica normal, con sus problemas, sus dudas y sus temores. Y sólo fue en la víspera de su decimoquinto cumpleaños que descubrió que poseía un poder desconocido que cambiaría el rumbo de su adolescencia.
Todo sucedió por pura casualidad. Había pasado la tarde con Paco, su mejor amigo, contándole lo triste y desesperada que estaba de ser la única de su pandilla sin un novio que echarse a los brazos. ¿Era demasiado fea? ¿Le olía el aliento? ¿Tenia las tetas pequeñas? ¿Habia algún problema con su pelo? Paco le aseguró firmemente que no esistía nada raro en ella, que era atractiva, inteligente y con buena imagen. "Si te lo propusieras, tan sólo con enredar un mechón de pelo en tu dedo y dar una patada en el suelo, te saldrían diez candidatos", había dicho.
Aquello la dejó pensativa, y de camino a casa, casi inconscientemente, jugueteó con un mechón de cabello y con parsimonia plantó su bota en el acerado. De inmediato, y como si estuviera en un sueño, diez maromos de belleza ultraimposible aparecieron a su lado. Cerró los ojos y tragó saliva, pero cuando los volvió a abrir, allí seguían ellos, con sus pectorales perfectos, sus ojos divinos y aquellas sonrisas que sólo había visto desde las páginas brillantes del Vale. Todos hablaban al mismo tiempo y Benita retrocedió un paso, intimidada. Cajas de bombones, flores, cadenas de oro, anillos, pulseras, aparecieron en las manos de sus apolíneos pretendientes.
¡Dejadme en paz! -gritó cerrando los ojos de nuevo, segura de que todo era producto de su desmesurada imaginación. Pero no, allí seguían con sus dientes de perlas- ¡Que os vayáis os digo! Si no me dejáis en paz... -su dedo índice se encaró al rostro que tenía justo delante y de repente éste desapareció tal como había llegado. El resto se quedaron mirándose entre sí. Benita se miró la punta del dedo, miró a sus admiradores y sonrió pérfidamente. ¿Podría ser cierto...?- ¡Puf! -señaló al siguiente como si le estuviera apuntando con una pistola y éste desapareció también-. ¡Puf! ¡Pam! ¡Pow! ¡Fuera! ¡Y tú! ¡Tururú! -y continuó hasta que cada uno de los diez regalos del cielo desaparecieron de su vista.
Benita caminó el resto del camino pensativa, sin dejar de estudiar la carne rosada que coronaba su falange. ¿Poderes? ¿Su imaginación? Tendría que comprobarlo en la intimidad de su cuarto. Y eso fue lo primero que hizo. Tomó asiento en la cama y cogió un puñado de botones que guardaba en una bolsita de la clase de costura. Los esparció frente a ella y los señaló:
—¡Convertíos en monedas de dos euros! -exclamó. Nada sucedió, de modo que lo intentó de nuevo con un tono... como más importante- ¡¡Convertíos en monedas de dos euros, alakazúm!! -nada.
Benita miró de nuevo su dedo. ¿Sería que sólo tenía poderes para atraer a tíos buenos? Intentó otros encantamientos varios:
-Aumentar tamaño de mamas: negativo.
-Cambiar color de ojos: negativo.
-Tener dieciocho años: negativo.
-Agrandar el tamaño de la habitación: negativo.
-Cambiar el fondo de armario por la última colección de moda primavera/verano de su tienda de ropa favorita: negativo.

Señaló, jugó con su pelo, pataleó, tocó, utilizó cada dígito, uno dos, tres, los diez juntos. Nada. Quizá, después de todo, lo había soñado. ¿Qué puñetas ponían en el café de Pastas María Elena, el pequeño salón de té donde había quedado con Paco? Y no, no iba a intentar de nuevo conjurar a diez hunky dorys con el poder de su dedito. A su madre le daría un patatús si le daba por entrar y se encontraba allí con una reunión de surferos hormonales...
Se olvidó del tema hasta la mañana siguiente durante el receso en el instituto. El estúpido de Borja Mari y dos de sus acólitos la acorralaron en el patio y la empujaron de tal modo que su sabroso bocadillo de chorizo con queso de bola acabó en el suelo gris de cemento.
—¡Friki! -le espetó Borja Mari- ¿Bocata de chori con queso? ¡Se te va a poner el culo como una mesa camilla!
—¡Eres un gilipuertas, Borja María! -sin notarlo, blandió su poderosa arma frente al rostro de avutarda con granos, y moviéndolo en espiral recorrió en el aire una parábola hasta su mitad inferior- ¡Miren quién habló de culos gordos! ¡Así se te encojan los gayumbos!
Y antes de que le diera tiempo a girar sobre sí misma, Benita comprobó asombrada cómo el elástico de los pantalones del chandal de Borja cedía y estos caían hasta sus tobillos, dejando al aire unos calzoncillos de dibujos de cerditos rosas que empezaron a encoger ante sus propios ojos. El adolescente mancillado, manos en sus pudendas y pantalones a la altura de los calcetines, salió corriendo en dirección a los lavabos, dejando atrás la estela de su vergüenza, mientras Benita lucía una sonrisa complacida que sólo ella podía comprender.
Naturalmente, el episodio quedó grabado en las mentes de los pocos testigos como algo casual y en ningún modo conectado con el dedo de Benita.
A partir de ahí, su adolescencia se vería cambiada. Tardaría aún un par de años en encontrar un novio por medios naturales, sin la necesidad de castigar la suela de sus Converse, pero sabría vengarse veladamente de aquellos que sin aparente motivo buscaban el daño ajeno. Sus hazañas no acabarían con el incidente de los calzoncillos de Borja Mari. También incluirían el despelote de dos niñatos que se las daban de chulitos en la playa, dejando al aire dos cositas poco importantes para tanto musculito, un cuarentón barrigón que aguantaba la respiración en pleno parque para tratar de impresionar a una chica que podría haber sido su hija vió altar los botones de su pantalón y aumentar el ya de por sí inflado apéndice abdominal, y el chorreo del tinte del pelo de un guaperas que aseguraba que el rubio era su color de cabello desde que naciera.
Curiosamente se dio cuenta de que sus "poderes" se limitaban a dar lecciones a los hombres. Nunca pudo hacer que los calcetines se cayeran del sujetador de Mariló, que presumía de tetas cuando era más plana que la tabla de planchar de mamá, ni que se le levantaran las faldas a Lolita, que se creía la más cool pero llevaba bragonas a lo Bridget Jones.
Benita un día creció y con la marcha de su inocencia y la llegada de la adultez, perdió aquellos poderes que tantas sonrisas le había procurado y que había aprendido a controlar y utilizar con cuidado. Pero ahora sabe que un dedo sirve para algo más que hurgarse la nariz, hacer gestos soeces o rascarse la oreja... Y sabe que de haber conservado semejante "poder", lo habría utilizado, quizá, de manera bastante indebida.

sábado, 30 de enero de 2010

The Floozie in the Jacuzzi



La fuente de bronce de Anna Livia solía estar en el centro de O'Connell Street en Dublín, casi enfrente de la Oficina Central de Correos o GPO.
Anna Livia fue diseñada por el escultor Eamonn O'Doherty por encargo del empresario Michael Smurfit en memoria de su padre para las celebraciones del Dublin Millennium en 1988. el monumento es una personificación del Rio Liffey que corre a través de la capital y el nombre de un personaje de James Joyce en Finnegans Wake (Anna Livia Plurabelle) que representa al río.
Y a pesar de que su nombre oficial es La Fuente Anna Livia, los dublineses, rápidos en aplicar motes a todo, inmediatamente la bautizaron como "The Floozie in the Jacuzzi" (La fulana en el Jacuzzi) o también "The Whore in the Sewer" (La Puta en la Cloaca).



Y sí, al principio de este artículo he dicho que "solía estar", ya que en 2001, con la remodelación de la vía y la erección de la Spire (o Stiletto in the Ghetto) en su lugar, se decidió quitarla de su enclave habitual y a día de hoy aún espera a ser trasladada al que se sugirió sería su nuevo hogar: junto al rio Liffey que representa, en el área conocida como Croppy's Acre.


Al menos tuve la oportunidad de conocer esta bonita fuente en mi primera visita a Dublín, allá por 1998.



Fotos: la primera, Wikipedia, el resto, de mi álbum privado.

viernes, 29 de enero de 2010

SAVOY

El pasado fin de semana, aprovechando nuestra estancia en Dublín y dado que en Limerick era imposible conseguir entradas para cualquiera de los dos cines que proyectaban Avatar en 3D, decidimos probar suerte en la capital. Por logística, primero pensamos que los nuevos cines del Centro Parnell era una buena idea. Un multisalas nuevo, con asientos de anfiteatro, supermoderno, con un buen sonido. La suerte quiso que todas las localidades estuviesen vendidas y así acabamos paseando en dirección a O'Connell Street, donde desde 1929 se alza el Savoy, el cine en operación más antiguo de la isla. Es un cine añejo, con sus asientos tapizados de rojo, que ha sabido adaptarse a los tiempos y envejece con orgullo y dignidad. Y tenían entradas disponibles. Eso sí, en pocos minutos se llenó el aforo.



El cine fue construído en el antiguo solar del viejo Granville Hotel por la compañía Associated Cinemas Ltd. El lujoso auditorio tenía 2789 asientos, y la primera película proyectada en su sala fue On With The Show. En 1954 se alteró para dar cabida a la pantalla de CinemaScope y se mostraría la primera cinta en widescreen en Irlanda: The Robe.
Además de ser el cine más antiguo del país, es el más modificado de la historia de Dublín. En 1969 conseguiría su segunda sala y en 1975 el anexo Restaurante Savoy pasaría a ser la tercera pantalla, con 200 asientos. En 1979 llegan las subsecuentes divisiones, incorporando un total de cinco salas. en 1988 se le añade otra sala más, pero durante el proceso perdió un tercio de su capacidad.
No concluirían aquí las renovaciones, y en 2004 el Box Office se muda de las dos casetas situadas a ambos lados de la entrada al área donde se ubicaba hasta entonces una pequeña tienda.
Es en este cine donde tienen lugar las premières de un buen número de películas, la mayoría de las cuales tienen conexiones irlandesas. Por ejemplo, Once, Alexander o The Man in the Iron Mask celebraron su primer pase en el Savoy, y aquí se celebra el Jameson Dublin International Film Festival y el Surprise Film.
Quizás los asientos no sean los mejores, ni la decoración tan cool, ni tenga pantallas con trailers por todo su hall ni apeste a palomitas recién hechas (la tienda ni siquiera está a la vista), pero es un cine como los de antes, donde vas a experimentar el puro placer de ver cine. Uno de esos cines de los que por desgracia, quedan cada vez menos...

¿Si me gustó Avatar? Sí. Pero eso es lo de menos.






miércoles, 27 de enero de 2010

SINERGIA


Han pasado quince años, pero aún sufre pesadillas, aunque no siempre. Sólo cuando algo de gran sonoridad mediática tiene lugar. Ahora es la tragedia de Haití, antes pudo ser una bomba en un tren en Madrid o Londres, o un Tsunami en islas lejanas. Tampoco sabe qué provoca con exactitud que aquellos recuerdos suprimidos y congelados en lo más profundo de su retina salgan a la luz de su inconsciente mientras duerme.
No lo quiere reconocer, jamás se lo contará a nadie ni admitirá que le pasa a ella, porque sabe que su imagen se descompondría como un muñeco de nieve bajo el sol. Prefiere permanecer fría, pétrea, impertérrita. Ha trabajado a conciencia en ello. Sólo así es feliz.
Ahora sabe que lo que hizo años atrás fue de una estupidez suprema, pero en aquel momento nada le importaba, la vida había dejado de tener sentido, o eso pensaba, y por ello se lanzó de cabeza sin sopesar otro tipo de consecuencias. Atravesar media Europa rodeada de hombres en camiones color caqui no es algo que le llame la atención particularmente en la actualidad. No lo haría. Y no por el peligro asociado a dormir en medio de la nada con una docena de hombres. Eso nunca fue un problema, eran otros tiempos y confiaba en el ser humano. Hoy ya no lo hace. Pero en aquel entonces se embarcó a la aventura y a pesar de la incomodidad, de los caminos polvorientos, de las tediosas carreteras y el paisaje que casi no disfrutó, tuvo tiempo de pensar. Y sólo fue cuando tuvo el cañón -que no era en absoluto frío como describen en las noveluchas baratas- de un AK-47 contra la piel sudorosa, que supo que no deseaba morir. No de esa manera. Era demasiado curiosa y necesitaba saber qué le depararía el futuro.

De aquella salió fácilmente, con esqueletos en el armario, pero entera, y todo quedó en una anécdota que contar -y que nunca ha contado- y algunas pesadillas que olvida a las pocas horas... hasta que sufre una nueva.
Ha recorrido un largo camino y no se arrepiente de nada. No tiene miedo a ciertos estereotipos, pero tiene miedo a ver sangre. Porque una vez que hueles sangre fresca y caliente, su hedor ya no te abandona.
Y eso es todo lo que está dispuesta a reconocer.

martes, 26 de enero de 2010

SHOWCASE 2010

El pasado fin de semana dio comienzo el Showcase Creative Ireland en Dublín donde los artistas del país tuvieron la ocasioó de mostrar sus productos en busca de clientes nacionales e internacionales para dar un gran impulso a sus negocios que, en muchos casos, son empresas de ámbito familiar o autónomas.
Marian Moloney tuvo la amabilidad de invitarme al evento para la presentación internacional de sus muñecas mitológicas (y no metodológicas como rezaba el cartel del stand provisto por la organización, un pequeño error que no hizo desmerecer la belleza de sus muñecas de porcelana).




Acompañaban a Marian cinco chicas vestidas como las muñecas Emer, Fionnuala, Bridget, Grainne y Niamh.



Pero antes de continuar, enseñaros un par de stands que llamaron mi atención. Estoy decidida a conseguir una de estas figuras, se han ganado mi corazón totalmente. Y me recuerdan a esos personajes flemáticos británicos de antaño...
También me sorprendió el stand de la artista del tejido Orla O'Brien, que tenía algunas muñecas bastante particulares (y un tanto spooky) fabricadas en tela, así como algunos cuadros.

Pero volvamos a Marian. Acompañada de amigos y familiares y del Ministro de Estado para Ayudas Creativas Exteriores, Peter Power, TD de Limerick y amigo desde hace años -según comentó- de Marian, que dedicó unas palabras de aliento para inaugurar esta nueva etapa internacional de unas muñecas que de ningón modo han pasado desapercibidas.
Y nada más que añadir. Os dejo las fotos del posado:











Mas información aquí: http://showcaseireland.com/

domingo, 24 de enero de 2010

Susi Pelotilla, se pasa de listilla/Teacher's Pet

Nombre: Susy Pelotilla/Patsy
Autor: Norman Mansbridge

Susy pretende ser el ojito derecho de su profesora. En sus sueños, cree ser totalmente indispensable en el día a día de su adorada maestra. Pero en realidad es peor que un grano en el trasero, corriendo detrás de ella y causando siempre problemas. Con Susi Pelotilla se cumple siempre a rajatabla la Ley de Murphy: todo lo que pueda salir mal, saldrá mal.
La profesora nunca tuvo un nombre oficial. En Inglaterra (sí, otro cómic inglés), era conocida simplemente como “Miss”, y nosotros la conoceríamos como “Señorita”. Una profesora, la verdad, con una mano bien larga para imponer castigos corporales, todo sea dicho, aunque Patsy (o Susy) se merezca siempre una buena azotaina.
Susy una vez tuvo una rival dispuesta a tomar su papel. En una de las historietas, publicada originalmente el 18 de Noviembre de 1972, una chica rubia llamada Jessie la llevó por la calle de la amargura cuando quiso imponerse en su mismo juego... ¡y le ganó!


Identificar a los compañeros de clase de Susy tampoco es fácil. Algunos cambiaron su nombre a lo largo de los años, intermitentemente. Por ejemplo, el chiquitajo de la ilustración superior fue llamado Smiffy, Jimmy, Billy, James o Fred. También están Mavis Wilkie o Angela, Mabel, Freddie, Sammy y Tubby Thomas (este último era un chico grandote que sólo apareció en clase una vez). En Abril de 1972 conoceríamos a la Directora de la Escuela, pero en Mayo era un Director.
El personaje de Patsy aparece originalmente en la Revista Cor!!, en el número uno, el 6 de Junio de 1970.