Hace un par de días, oyendo la radio escuché que Richard Clayderman vuelve a los escenarios después de 23 años sin haber sido visto y oido (aparte de algun comercial para coches, según tengo entendido). Aunque la verdad es que no desapearecio del todo de la escena en Japón, donde el francés es toda una celebridad y a donde ha acudido cada año durante veinte, para ofrecer sus conciertos. El caso es que el objeto de mi lujuria adolescente da un concierto en Dublin el 10 de Octubre y mis hormonas se encuentran un tanto revolucionadas.
Richard Clayderman, al que se ha dado en llamar El principe del Romance nos introdujo a la música clasica con un toque contemporáneo allá a finales de los setenta, con sus inmaculados trajes de chaqueta (el que más recuerdo era impolutamente blanco) y esa melena rubia de anuncio de champú. Y por supuesto, esos penetrantes ojos azules que miraban a la camara intesamente mientras sonreía y tocaba alguna melodía de Chopin o Beethoven.
Detrás de Richard Clayderman hay toda una historia de superación y de éxito. Para empezar su nombre verdadero es Philippe Pagès y nació en Paris en 1953, lo que le hace 54 años de edad muy bien llevada. Menos pelo pero aún un hombre de muy buen ver. Su padre era profesor de piano y le enseñó a tocar desde muy pequeño. A los doce años entra en el Conservatorio de Música y a los 16 gana su primer premio. Sin embargo, a pesar de una prominente carrera frente a él y en contra de todos los consejos, decide dejar atrás su entrenamiento clásico y decantarse por la música contemporánea. Con unos amigos forma un grupo de rock y el poco dinero que saca lo emplean en comprar instrumentos y equipo. Sobreviviendo básicamente de sandwiches y comida barata, a los diecisiete es operado de una úlcera estomacal. Al mismo tiempo su padre enferma y le es imposible mantener a su hijo económicamente, por lo que Richard comienza a trabajar en una orquesta como músico acompañante. Gracias a su gran talento, comienza a ser notado y se le contrata para acompañar a artistas franceses como Johnny Halliday. En 1976, con solo 23 años, su vida cambia cuando recibe la llamada de un importante productor que le invita a una audición. Su socio ha compuesto una balada de piano llamada Adeline para su hija recién nacida y necesitan un pianista para grabarla. Tras derrotar a otros 20 competidores, Philippe consigue el trabajo, vendiendo mas de 22 millones de copias del tema en 38 paises. Es en ese momento cuando su nombre cambia a Richard Clayderman, adoptando el último apellido de su bisabuela para evitar el problema de pronunciación de su nombre real fuera de Francia.
El resto, es historia. Richard Clayderman ha vendido más de 70 millones de discos y conseguido 267 discos de oro y 70 de platino, con más de 1000 melodias grabadas.
Su nuevo tour le llevará a China, Eslovaquia, Austria, Italia Suecia e Irlanda durante los próximos meses.
El término Principe del Romance se lo dió Nancy Reagan, y un famoso periodista alemán una vez dijo de él: "Richard sin duda ha hecho más que nadie por popularizar el piano en todo el mundo desde Beethoven."
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