sábado, 26 de abril de 2008

MI PRIMERA VEZ (El Rincón de Lar)


Creo que toda mujer concidirá conmigo en que la primera vez es importante para nuestro futuro desarrollo humano y psíquico. A veces la primera vez puede ser traumática, otras veces llega sin pena ni gloria. Con dolor o sin dolor.

Pero la primera vez nunca se olvida.

Mi primera vez sucedió en el verano de 1981, en Galicia. Tenía 11 años y estaba bastante desarrollada.

La primera vez que me vino la regla, tuvo que ser en medio de las vacaciones (qué os pensábais!). Según mi médico, ya llevaba un año preparándome. A ciertas edades, a la que tenías cualquier quejita de nada, allá que te llevaba tu mamá al médico y lo primero que hacía era preguntar cuántos años tenías. "Ah, eso es que se está preparando para el desarrollo" (bonita palabra, cuando desde los 9 años ya tienes que usar sujetador y te consideras "desarrollada", pero era el eufemismo de la época, supongo). Así que nada de dulces y nada de bebidas gaseosas.

En Agosto nos fuimos a Galicia, a la tierra de mi padre, de vacaciones. Nos quedábamos en casa de mi tía y primas. Mi prima S era un año menor que yo y ese iba a ser el último de mi edad "infantil", aunque yo no lo sabía aún. De un día para otro, te miran de diferente manera aunque tú no notas más cambio que el bulto que la puñetera compresa hacía entre los pantalones ajustados. No llevar pantalones blancos ni poder ponerte bikini fue lo primero que aprendí.

El día que me bajó la regla no fue tan dramático como el de Bea en Verano Azul. Nadie gritó "Ruth ya es mujer!!", ni me llevaron a correr por la playa ni me recitaron poemas (Que ni el viento la toque...). Me levanté una mañana cualquiera, fui al baño y comprobé que... pues eso. Mis padres se habían ido a pasar el día a Santiago de Compostela y yo fui a mi tía a pedirle una compresa, porque no sabía dónde las guardaba mi madre. Un poco asombrada me dio una. Me llevó a un lado, advirtiéndome que no le contase nada a mi prima porque aún no le "había explicado cómo funcionaba el asunto".

-"Pero... Si no se lo dices, se pensaré que se está desangrando o muriendo y se va a asustar. A mí mamá me lo dijo cuando era pequeñita, le sucede a todas las mujeres sin remedio y no pasa nada."
-"Ya. Pero ya se lo explicaré yo cuando llegue el momento. No quiero que le digas nada, entendido?"

Tanto secretismo despertó la curiosidad de mis primas, mi hermana ya sabía de qué iba el asunto y siendo cinco años más pequeña, tampoco estaba asombrada. Mientras ella y mi otra prima, de su misma edad, jugaban, S y yo nos fuimos a dar un paseo hasta la casa de mi abuela, arriba en el monte. No recuerdo exactamente qué circunstancia me hizo decirle a mi abuela que ya me había llegado la regla, el caso es que había dos chiquillos sucios y andrajosos en su huerto (por llamarlo de alguna manera), una niña y un niño de unos 5 y 7 años respectivamente. Con curiosidad, preguntamos quiénes eran, y mi abuela, con un guiño, mandé a S a traer algo mientras me dijo:

-"Ahora que ya eres mocita, comprenderás cosas que S aún no puede saber. A estos niños los cuido a veces porque su madre es puta y cuando está con los clientes no tiene con quién dejarlos. Pero no le digas nada a S."

No sé qué hizo pensar a mi abuela que tamaña información era adecuada para una niña de 11 años, con regla o no, pero la recordaré toda la vida. Por supuesto ese día me sentía muy sofisticada, con mis pantalones azul celeste y la incomodidad entre las piernas (bendito sea el tampax!), y asentí en silencio como si supiera de qué iba el tema y conocieras a hijos de puta (nunca mejor dicho), a diario (yo, de colegio de monjas).

S estaba mosca ante tanto secretismo así que en el trayecto de vuelta a su casa me sobró tiempo para explicarle lo que era "el periodo". Me pareció una traición hacerla pasar por semejante trauma en completa ignorancia.
Al final del día, cuando regresaron mis padres, mi hermana, como una chivata indomable, corrió hacia ellos.
- "A Ruth le ha venido la regla, a Ruth le ha venido la regla!"

Besos, abrazos, promesas de regalos al volver a casa (una mesita para mi máquina de escribir).
Mi tía nos miraba anonadada.
-"Ah, ¿cómo? ¿Que es su primera vez? Me pidió las cosas con tal calma que nunca pensé fuera su primera vez!"

Mi primera vez, la otra, sucedió también sin pena ni gloria, pero muchos años después.

4 comentarios:

Elphaba dijo...

Tu prima la pobre a ver si iba a acabar como Carrie, viniéndole la regla y pensando que estaba maldita.
La verdad es que no entiendo ni el tabú ni la fiesta que montan algunos tampoco por el tema de la primera regla. ¿Celebrar que tu hija con 12 o 13 años se puede quedar ya embarazada? jejeje ^_^U

Anónimo dijo...

A mí me pasó también en verano... pero fue dramático. No porque yo no lo supiera, sino porque a mi madre le dio mucha pena. Recuerdo que cuando me levanté de la cama y le dije que me había venido la regla, me dio una compresa y no me dijo mucho, pero le oí hablar en la cocina con mi padre.
- A Amaia le ha venido la regla.
- ¿Ya? Vaya... es una pena, sólo tiene once años.
Supongo que les dio pena que desde los once años tuviera ya una preocupación todos los meses... por la molestia que supone, más que nada. Por la incomodidad y los dolores, y todo ese rollo. No les faltaba razón...

SONY dijo...

Pues yo, como no tenía ni idea si dolía o no, y no tuve sangrado, me dolia tanto la barriga que no encontraba explicación a esa molestia, asi que levanté a mi tío de la cama una noche de Agosto y me llevó a la ciudad cercana a ingresarme en el hospital... pq claro, a mí tb me pilló en el pueblo y sin mis padres... El caso es que estuve sólo un día y los médicos dijeron que no era nada... luego con el paso del tiempo ya pensé "juer sería la regla y yo quejándome...". Tenía 15 años y sólo manché una vez, ya después de pasado el "incidente" y luego no me volvió a bajar más, de tal manera que con 15 años me recetaron anticonceptivos... para "obligar" a mi cuerpo a tenerla... y desde entonces me he tirado una vidorra... jajaja no, es broma, tenía los mismos miedos y preocupaciones, no fuera que "fallase"... Y no os creais, yo estaba desarrollada y muy agusto de que no me bajase, de menudo incordio me libraba!!!
juer, Candela, unas tan pronto y otras... ya ves...

Susana dijo...

A mi también me llegó en verano (a todas, que casualidad, os habési fijado???) con 11 años recién cumpliditos, ý no tenía ni idea de qué era aquello.
- Mamá, que he manchado las braguitas.
Mi mamá me dió una compresa y me dijo que a partir de entonces eso todos los meses.
No se deshizo en explicaciones, pero tampoco yo las pedí.
Lo peor vino con la operación tampón, cuando ya harta de aguantar "el pañal" decidí probarlo. Puff, eso si. Después de unos días de incomodidades, me preguntaba cómo había podido vivir sin este maravilloso descubrimiento.