Estos tres cuentos de arriba, formaron parte de una infancia donde el desarrollo de la imaginación venía de la mano de la lectura. Por desgracia me deshice de mis troquelados, aquellos maravillosos clásicos: Cenicienta, Caperucita, La bella Durmiente, y mi colección de cuentos ilustrados por María Pascual (no pierdo la esperanza, sé que los recuperaré aunque me deje el saldo en ello). Sin embargo, como muchas de mis "reliquias", siempre me fue imposible deshacerme de estos tesoros, anteriores a los troquelados, que ahora conforman otra buena parte de mis recuerdos. Las páginas de algunos se caen solas y uno de estos días los forraré definitivamente para tratar de controlar, en la medida de lo posible, el paso del tiempo.
Los dos primeros cuentos pertenecen a la colección Ramillete de Cuentos Infantiles. Ambos contienen textos de J. Aguilar de Serra con dibujos de Carlós, y se componen de varios relatos cortos (algún día los reproduciré aquí), tomando la portada el nombre del primero, pero son todos bellísimos.
También desconozco el año de publicación pero los editaba Ediciones Patrióticas, cuyo logo era un ágila con aura y una bandera en el pico. Por el tipo de dibujo, muy similares a los de la serie de Celia, imagino que deben ser de entre 1940 y 1960, aunque puedo estar del todo equivocada.
El tercer cuento, Labakan, el Falso Principe, es de la Coleccion Alfomba Mágica de la Editorial Molino, de 1965 y nuevamente son cuentos de corte Oriental, siempre con una temática aventurera pero inevitablemente moral, con ese sabor y ese feeling que sólo te dejan los cuentos clásicos, los de verdad. Y también huelen invitadoramente.
1 comentario:
Preciosos libros de cuentos, Candela.
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