viernes, 14 de noviembre de 2008

LA PRIMA ANITA (El Rincón de Lar)



Mi abuela tenía una prima llamada Anita, que vivía en una bocacalle cercana a la Plaza de San Antonio, una de las que van a dar a la Alameda. Yo la llamaba la primaanita, todo junto, aunque fuera la prima de mi abuela, porque era más un mote que una distinción de parentesco para mí. Una palabra estaba eternamente ligada a la otra. De hecho a ella la saludaba así cuando abría la puerta.
Nunca me gustó ir de visita. ¿A qué niña le gusta ir a visitar a una señora mayor con su abuela? Pero la primaanita era diferente. Y tenía una nieta, Nieves creo que se llamaba, o quizá Alicia, de pelo negro rizado a lo afro y pequitas, con la que me llevaba muy bien, las pocas veces que nos vimos.
Me encantaba ir a su casa. En las tardes soporíferas de verano que pasaba en Argantonio, mi abuela se esmeraba en cepillarme el pelo, ponerme un vestido bonito y, paseando, llegábamos tranquilamente hasta su calle, donde había una pastelería que aún hoy existe y cuyo escaparate ya te hacía babear. Allí nos pertrechábamos de una buena caja de dulces para la merienda: sultanas, petisús, bollitos de crema y merengues, que yo odiaba a muerte. Luego subíamos a la casa de gran patio y portal de madera vieja, recia, con su llamador dorado. La primaanita nos recibía con besos y la promesa de un colacao o un refresco y se empeñaba cada semana en tratar de averiguar si tenía ya novio o no (pibe, le llamaba ella), y en asegurarme que, de tenerlo, "debía guardar muy bien el tesorito". Yo no sabía a que se refería con el "tesorito" y me aferraba a mi cadena de plata con una Heidi sentada en un columpio (que aún conservo), y ella reía y me decía que las niñas buenas no dan "el tesorito" a cualquiera.

La primaanita tenía el cabello corto y ensortijado, blanco brillante, pero ella decía que era rubio. Y era delgada, estilizada, aunque no muy alta (algo muy común en mi familia). No tenía marido. Supongo que era viuda. O madre soltera, porque en aquellos tiempos no se hablaba de esas cosas. Pero la primaanita a mí me parecía una aventurera recién salida del Amazonas, siempre vestida con pantalones de algún tono de kaki o marrón y camisa, tan moderna para su edad. En los setenta aún no se veían muchas señoras mayores con pantalones, al menos no en las calles de Cádiz. Nunca vi a mi abuela con pantalones más que en fotos en blanco y negro de su juventud.

Me gustaba su casa. A veces, mientras ellas hablaban de sus cosas, y si Nieves, o Alicia, no estaba en esa ocasión, me dejaba sentarme a solas en una salita con televisión, a ver programas, o me dejaba cuentos o juguetes. Su casa era, para mí, un palacio, con sus pasillos en torno al patio, como un claustro con barandillas cerradas con ventanas de madera y cortinas de flores. Era una casa tan luminosa, con tantas habitaciones, que una se sentía pequeña allí.

Crecí y nunca más la visité, me olvidé de la Prima Anita y de dónde vivía. Me olvidé del nombre de la niña que compartía mis juegos y del sabor de los petisús. Supongo que PrimaAnita lleva ya muchos años criando malvas. De repente me he acordado de ella, así, sin más. Y de las tardes de verano, colacao, dulces... y un misterioso "tesorito" cuyo significado tardé aún unos años en descifrar...

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Candela: mañana sábado, estaré allí con el pensamiento. Y espero que esto no ocurra más.

Anónimo dijo...

Candela,soy Koldo de Tarragona,y al ver que te apuntabas a que te comprase una muñeca de las Leonores y tal, pues he pinchado en tu nombre y he descubierto que tienes este blog y me ha parecido asi al pronto en una lectura rapida,muy rápida, que andas por las Irlandas, supongo que te fuiste a hacer de aupair y encontraste un guiri y te quedaste,estoy elucubrando, pero bueno, como que yo a mi hija la mandé a Irlanda hace 22 años, ahora tiene 39 y un niño de 14, pues me ha hecho ilusión, y ya me imagino que estas en Irlanda, echando de menos tu terruña, que no sé cual es pero ya me lo irás contando si te apetece.Bueno decía que soy Koldo,nombre en vasco de Luis, y que nacido en Bilbao, ahora desde que me jubilé, vivo en Tarragona,visito y escribo en algunos blogs, casi todos de mujeres, porque es lo que hay, los tíos son mas raros de encontrar o son mas reacios a escribir en los blogs de sus cosas.Casado, mujer catalana, 65 añitos a cuestas y ganas de saber de todo el mundo y aprender un poco de todos.Bueno pues ya he hecho mi presentación, ahora haber si te sigo leyendo y comentando cosas,el blog de Inma es uno delos que mas me gusta como blog, muy bonito, el tuyo que lo he descubierto hoy, fantastico tambien,precioso.bueno espero que sigamos en contacto mucho tiempo, Candela o como sea tu verdadero nombre,yo me llamo Luis Maria Gomez...saludos y hasta pronto..desde Tarragona...Koldo65.

Candela dijo...

Pues muchisimas gracias, Luis, me alegrara muchisimo tenerle como lector si asi le apetece. Yo estuve seis años por tierras catalanas, en Sant Feliu e Guixols, Girona, pero soy de Cadiz. Llevo 12 añitos de nada viviendo en las Irlandas y tengo mas o menos la edad de su hija, los cumplire en Marzo, pero no tengo hijos. Y si, su teoria es acertadisima, e vine de aupair y acabe con un guiri. De aqui no me mueve ni los que fueron a por el barco de Chanquete. De momento. Y respondo porCandela o por Ruth, como usted prefiera. Un beso!

chema dijo...

pues es una suerte que esa prima de tu abuela fuera tan maja, y que además lo pasaras bien jugando con la nieta de ella. porque es verdad, las visitas para los niños suelen ser un rollo...

ah, y ya me imagino lo que es 'el tesorito' que hay que guardar hasta que llegue el momento de entregarlo a alguien especial... ;)

Ana I. dijo...

¡qué entrañable el relato!. Es que es fácil en tus relatos identificarse o encontrar parte de la infancia de uno mismo. Son recuerdos y sensaciones que todos tenemos, pero que leyéndolas tan bien redactadas hace que una sienta nostálgia de aquellos años infantiles en los que lo mirábamos todo con los ojos de la inocéncia. Por cierto, me ha hecho ilusión leer que tienes una Heidi de plata. Yo tambien tenía una, pero no sé dónde está. Muy bueno lo del tesorito, jejeje!

Candela dijo...

Pues ya he añadido la fgoto del colgante de Heidi, a ve cuantas lo tuvieron igual o parecido.

Ana I. dijo...

El mío era parecido, pero no era de color, y Heidi no estaba en un columpio. ¡qué bonito!. Además esta temporada nos estamos chupando bastánte Heidi, porque a Santi le encanta. Ahora viéndola con ojos de adulta, es que me la como a Heidi de lo rica que es.Ella durmiendo en su camita de Heno, casi a la intemperie, que la pobre cuando nevaba le entraba nieve por el ventanuco. Ayyy, que niña más dulce. Por Dios, yo quiero que mi Enma salga así!!!!jajaja, pero creo que los míos son más tipo Diana y Blanquita...

Anónimo dijo...

Muy bonito el relato,me ha gustado mucho,es muy tierno...y me ha encantado el colgante de Heidi,es chulísimo,qué bien que lo tengas todavía... y tan nuevecito con sus colores y todo... :D

Geno dijo...

Yo tenía uno pero era solo la cabeza de Heidi. Creo que llevaba algo de color también...

Bertha dijo...

Y0 recuesdo el mio, pero era solo su carita, no se ponde anda.
Ruth me a encantado como relatas eso recuerdo de infancia, todo tenemos alguno, yo recuerdo ir a ver a una de nuestras madrina madrinas, recuerdo su casa llenas de objetos estrañas para mi, mucho silencio, que dava miedo, yo cuando debiamos ir yo tenblava al pensarlo, esa casa daba escalofrios.

Fernanda Muslera dijo...

Hola Candela. Me ha encantado tu relato. Es la primera vez que entro a tu blog y leí primero tu último post y luego este y ambos en conjunto me generaron una emoción especial.
Esa sensación de palacio de la casa de la primaanita la he sentido de chica cuando iba a lo de mis tíos. Y aunque ellos quizás se preguntaran por qué me gustaba ir allí creo que el sentimiento era un poco una mezcla de las cosas que describiste.

anamami dijo...

¡Qué bonitos recuerdos! Me ha hecho mucha gracia lo del tesorito, a mí me solian decir, no recuerdo quien pero sí las palabras "el monedero cerrao" y yo, que tenía un monedero de esos tan bonitos de la época de tela forrado con bolitas de colores haciendo dibujitos, siempre estaba asegurándome de que la cremallera estuviese bien cerrada, jajaja, no tenía ni idea a qué se referia esa frase. ¿Por que se empeñaban en advertirnos de algo que éramos demasiado pequeñas para saber qué era?

Anónimo dijo...

Como siempre un placer leerte... yo tb. tuve un colgante de Heidi era parecido.... como me gustaba...pero ni idea de donde puede haber ido a parar... en fin...