martes, 4 de agosto de 2009

Kilmainham Gaol


He visitado varias cárceles en mis periplos turísticos, antiguas prisiones que hoy están en desuso y sólo abren sus puertas para mostrar las condiciones y la historia que se oculta tras los fríos muros de piedra. Kilmainham es una de esas instituciones que, aunque está clausurada desde 1924, aún te hace sentir el grito de las almas en pena que quedaron atrapadas entre sus rejas. De hecho, hay secciones de sus pasillos donde hace más frío que en el exterior. Es el 1 de Agosto, a ratos llueve fuera pero la temperatura es agradable. Sin embargo, un escalofrío recorre mi espalda...

La prision de Kilmainham fue la cárcel más infame de Irlanda. Aquí fueron encerrados los grandes héroes rebeldes de la historia del país, muchos de ellos ejecutados en el patio. Actualmente es la prisión desocupada más grande de Europa y está reconvertida en un museo que muestra la sangrienta transición de Irlanda hacia su independencia. Operó activamente durante 130 años, desde que abriera en 1796 cuando fue construida, y posee una oscura historia intrínsecamente vinculada con la lucha en varios sentidos. Lucha armada, lucha reivindicativa, luchas interiores y de naturaleza humana. Las palabras ejecución, tortura e injusticia estarán por siempre asociadas con la que comunmente es conocida como la Bastilla irlandesa. Para los Dublineses, era el edificio más temido de la ciudad.


En la entrada de piedra gris se llevaban a cabo ejecuciones. El balcón central sobre la puerta era utilizado como patíbulo para los ahorcamientos públicos. La puerta maciza, con su escotilla-espía y los Cinco Diablos de Kilmainham (una escultura de bronce de cinco serpientes entrelazadas), marca la entrada a este adusto edificio.



En el corazón de la prisión, el hall espacioso da una sensación de recogimiento, luminosidad y orden que están bien lejos de lo que en realidad fue. Este hall victoriano de diseño simétrico ha sido utilizado en unas 77 películas. En el Nombre del Padre, The Italian Job, Michael Collins, The Wind that Shake the Barley o pisThe Escapist son algunas de las más famosas.



La evidente ventilación y el uso de la luz no eran elementos antes vistos en muchas cárceles y fue bastante revolucionario en su época. Pero a pesar de su relativa modernidad cuando fue construída. el principio de la vigilancia constante era de primordial importancia. El patio central puede ser espacioso, pero las celdas son pequeñas y espartanas. Una mesa, una biblia, un cubo y una tarima de madera con una fina manta era todo lo que se proveía para el prisionero. En la visita, se te permite entrar y sentir cómo era estar allí. Un sólo paso, cerrar la puerta a tu espalda y respirar el ambiente húmedo y pesado de una habitación, es suficiente para apreciar la libertad de poder abrir esa puerta por tí mismo y salir. Sólo eres un turista morboso.



Esta cárcel está famosamente asociada con el encierro de los rebeldes irlandeses que lucharon por la independencia, pero también se utilizó como una prisión civil. Muchos prisioneros políticos compartían celdas con criminales de la calle.

Tras la rebelión fallida de 1803, Robert Emmet (el que presuntamente está enterrado en la Iglesia de St. Michan), fue encarcelado aquí hasta su ejecución. Fue llevado a Thomas Street donde fue colgado, y tras ello su cuerpo fue traído de vuelta pero misteriosamente desapareció. Algunos dicen que está enterrado en el Bully's Acre del Hospital de Kilmainham en una tumba sin marcar, pero otros mantienen que lo enterraron en cualqueir otro lugar para arrebatarle su reputación de héroe, en cuyo caso, la estratagema no funcionó. Muchos de los que lucharon por la libertad irlandesa fueron inspirados por Emmet.


La cárcel estuvo particularmente llena durante la hambruna de la década de 1840, porque muchos civiles cometían crímenes sin importancia, como robar hogazas de pan con tal de ser encerrados, donde al menos disponían de un techo y tres comidas seguras al día de pan, leche y gachas. En ese tiempo, también se utilizaba para "almacenar" a los prisioneros que eran deportados a las colonias, con unos 9000 prisioneros encerrados en un total de sólo 400 celdas.


En 1881 Charles Stewart Parnell, un héroe revolucionario conocido como "el rey sin corona de Irlanda", estuvo en Kilmainham durante seis meses por sus actividades fomentando la violencia contra caseros injustos durante su campaña para la reforma de la tierra. Parnell continuó haciendo campaña desde prisión. Dos años después, cinco hombres serían colgados en Kilmainham, los llamados "Invencibles" que cometieron los asesinatos de Phoenix Park. Habían asesinado al Secretario Británico por Irlanda y al subsecretario.
Más tarde Parnell fue falsamente implicado en estos asesinatos en una serie de artículos en el English Times y una carta falsificada supuestamente suya ordenando la matanza. Parnell sobrevivió a estas alegaciones pero no tardaría en ver su carrera destruída gracias a una aventura extramarital.

Los otros prisioneros importantes de Kilmainham fueron los líderes del fallido Levantamiento de Pascua de 1916. Catorce de ellos fueron ejecutados aquí mismo.



La pequeña capilla en el interior de esta prisión tiene su propia historia. Fue testigo del sombrío matrimonio entre Joseph Mary Plunkett y Grace Gifford el 3 de Mayo de 1916. Ambos intercambiaron sus votos bajo la luz de las velas en una ceremonia con sólo dos testigos -un par de carceleros- y el sacerdote, a las 11 de la noche. Antes de las 4 de la madrugada, Plunkett fue fusilado en el patio.





Durante la Guerra Civil Grace Gifford, ya viuda de Joseph Plunkett, regresaría a la prisión, esta vez como prisionera durante tres meses. Grace era una artista y caricaturista de la revolución.







En el ala Oeste de la prisión, hay una serie de clasutrofóbicos corredores con las celdas que alojaron a los prisioneros antes de su ejecución. Es un lugar de muerte, embrujado tal vez por los llantos de las almaas que estaban a punto de ser separadas de los cuerpos cansados y vencidos, fantasmas de un pasado que aún recorre la historia de un país que no ha sabido ni querido olvidar. Aquí murieron hombres en lo mejor de su vida, luchando por la libertad de sus compatriotas, de sus ideales, de su país. Catorce hombres ejecutados tras el Levantamiento de Pascua esperando a la muerte.






Sus ejecuciones tuvieron lugar en Mayo a las cuatro menos cuarto de la mañana, con el alba despuntando sobre los altos muros. Una cruz blanca de papel era colocada sobre su pecho como diana para los fusileros. Como de costumbre, sólo un hombre tenía la bala que mataría al ejecutado, el resto recibía balas de fogueo para evitar que les reconcomiera la culpa. Nadie sabía quién había realizado el fatal disparo.

El primero en caer fue Padraig Pearce, comandante en jefe, seguido de Tom Clarke y Thomas McDonagh. A la siguiente mañana fue el turno de Joseph Plunkett, el recién casado, Edward Daly, Michael O'Hanrahan y William Pearce (hermano de Padraig).

El 5 de Mayo vio caer a John McBride. y el 8 fue el turno de Con Colbert, Eamon Ceannt, Michael Mallon y Sean Heuston. El 12 de Mayo diría adiós a este mundo Sean McDermott. James Connolly, un revolucionario escocés, sería ejecutado al otro extremo del patio. Había sido previamente herido en el Levantamiento y no podía sostenerse en pie, por lo que se le sentó en una silla y siguió el mismo destino que sus camaradas.
Quiza esta es la parte más sombría de la visita. Entrar en el patio auspiciado por los altos muros que impedirían a nadie presenciar las ejecuciones. Es el patio donde estos héroes derramaron su sangre por la patria. Los agujeros de bala pueden verse en la piedra desgastada. El silencio y el cielo gris parecen el preludio de la triste conclusión de esta historia. Es un lugar angustiado por su propio pasado. Dos pequeñas cruces negras marcan el lugar donde cayeron. La primera está situada donde 13 de ellos fueron fusilados.

La segunda, en el extremo opuesto, es un inquietante recuerdo del punto exacto donde cayó sin vida el escocés revolucionario que murió en una silla de madera, las manos atadas a la espalda, un papel blanco prendido en la camisa a la altura del pecho.


Pero las ejecuciones no concluyeron tras 1916, y quizá por ello la vergüenza de lo que siguió confiere al edificio ese tinte de perpetua agonía que rezuman sus paredes cubiertas en graffiti.
En Noviembre de 1922, cuatro jóvenes dublineses fueron fusilados aquí. Se trataba de una venganza y un asesinato político de irlandeses llevado a cabo por irlandeses, aunque bajo la coacción del gobierno Británico que deseaba vengarse de Erskine Childers. Childers era un oponente del tratado con los Británicos que dividió a Irlanda. Para apaciguar a los Británicos, los cuatro dublineses en contra del tratado fueron ejecutados incluso si su único crimen fue estar en posesión de un arma de fuego. Childers sería ajusticiado también no mucho después.



Eamonn DeValera fue el último prisionero en Kilmainham. Había sido uno de los líderes durante el levantamiento de 1916 junto a Michael Collins, pero no fue ejecutado porque era ciudadano americano. Encarcelado de nuevo durante la Guerra Civil, fue liberado el 16 de Julio de 1924. Luego se convertiría en el Presidente de Irlanda y el líder de Fianna Fail.

Tras la Guerra Civil, la cárcel se convirtió en un símbolo de la desunión irlandesa y cayó en desuso hasta que a mediados de los años 60 fue renovada por un grupo de voluntarios. El mismo DeValera, entonces Presidente, reabrió la prisión como museo en el 50 aniversario del Levantamiento.

12 comentarios:

Susana Peiró dijo...

Un post Excelente, muy bien documentado y conmovedor.

El Ala Oeste, última morada de los prisioneros condenados a muerte, es intimidante.

Muchas Gracias por compartir este material, Candela!

Besossssssss

Charo Barrios dijo...

Me ha encantado Candela. Seguiré tus viajes. Un abrazo.

Joan dijo...

En parte es una lástima que existan lugares así, que demuestran el lado más vil, rastrero y despiadado de la espècie humana. Prueba de ello son la cantidad de ejecuciones que tuvieron lugar entre estos muros, el sufrimiento de los presos, los motivos por los que se les encarceló, y un largo etc que ya has expuesto detalladamente en el post. Sinembargo son lugares y partes de la historia que hay que recordar por doloroso que sea, para saber valorar lo que tenemos y evitar, a ser posible, volver a caer en esos mismos errores.
Excelente post.

BLAS dijo...

Anda hija, pedazo de entrada. Interesantísima de cabo a rabo. Tanto, que de hecho andaba mi marido haciendo algo por aquí y se ha quedado leyéndolo enterito, y no suele interesarse por nada en general que no sea de historia militar o política.
Excelente Candela. Esta clase de viajes y visitas son las que me gustan hacer a mí, y que hacía antes. Pero mete a mi niño y a mi suegra en una antigua cárcel y termino yo colgada de la entrada, no te digo más.

Geno dijo...

Tremendo documento. No cabe duda que el edificio es impresionante

chema dijo...

un post muy interesante. algunas cárceles tienen muy mala prensa por las torturas que se practicaban en ellas y porque muchos de los presos estaban allí por motivos políticos. el nombre de 'la bastilla irlandesa' que recibía esta cárcel es muy significativo.

Inma dijo...

Nunca se me hubiera ocurrido visitar una carcel. ¡Vaya mundo más interesante me has descubierto!

Anónimo dijo...

un saludo Rut ó Candela....Koldo

anele dijo...

Muy interesante.
Eran unas condiciones durísimas, con poca comida, tanta humedad, un simple jergón,...
Y como colofón todos esos ajusticiamientos.
De verdad que se le poen a uno los pelos de punta.

Fermín Gámez dijo...

Vaya con las fotos. Una maravilla. Dan un poco de grima sobre todo después de leer lo que has escrito y todo eso. Pero tienen su encanto fotográfico.

(Se nota que a los dos nos gusta la historia de EL CONDE DE MONTECRISTO, ¿verdad?)

Candela dijo...

Es que El Conde de Montecristo es el no va mas de las carceles! Desde entonces empezo mi facinacion...

Bulma Salgueiro dijo...

Me ha encantado. De hecho, me parece una buena visita para cuando me acerque por Irlanda (voy a necesitar muchos viajes al ritmo de apunte que llevo XDDDDD). Aunque reitero lo dicho sobre las cárceles, sí me parece muy importante que todo lo que nos has contado no se pierda, que lo que padeció esta gente no caiga en saco roto.

La imagen del hombre sentado y atado a la silla con la cruz sobre el pecho no se me va de la cabeza. Y además, así, entre las sombras... >_<