sábado, 15 de junio de 2013

Una decepción llamada Cobh (I)

Llevaba años queriendo visitar Cobh. Me diréis que si en casi 17 años no he tenido tiempo es porque no me ha dado la gana, pero la verdad es que da pereza meterse casi dos horas en bus hasta Cork desde Limerick (media hora más cuando llegué porque las carreteras eran de pena), y luego ir a la estación de tren y coger el siguiente hasta Cobh (que tarda una media hora) y en el mismo día tratar de hacer el viaje de regreso. O vas corriendo todo el día y no disfrutas la visita, o te quedas a dormir solo para al día siguiente levantarte y coger el bus de vuelta.

El caso es que por una cuestión u otra no llegué a visitar este pintoresco pueblecito hasta hace un par de días... y fue una verdadera decepción.

No nos engañemos, el pueblecito es precioso con sus callecitas de casas de colores y su catedral oteando la bahía desde su atalaya. Pero lo que encontramos fue un pueblo lleno de tiendas y negocios cerrados en pleno mes de Junio, con bastantes "chungos" campando en bancos y lugares de paso y poca oferta en cuanto a restaurantes.



Hay algunos de comida rápida a tutiplén, pero no me gusta comer en ellos. Antes me quedo con hambre que entrar en uno de esos locales. Honestamente. Soy un tanto sibarita con lo que como. Y en Cobh comimos regular y no muy a gusto después de esperar tres cuartos de hora a que nos trajeran lo pedido.

Pero antes de ir a comer fuimos a descubrir "La Experiencia Titanic". Todo Cobh está lleno de referencias al famoso crucero, no en vano el último puerto de atraque antes de su fatídico viaje fue desde Cobh (en ese tiempo llamado Queenstown), donde 123 de los pasajeros embarcaron. De hecho "La experiencia Titanic" se aloja en el que fuera el edificio de las oficinas de la White Star Line. Una "experiencia" que a 10 euros por cabeza para lo poco que ves, es un tanto cara.


En el centro, el edificio de oficinas de White Star Line

La experiencia comienza con un vídeo en el que se te da la bienvenida al puerto y se te invita a esperar a subir la rampa al embarcadero tras darte algunos datos sobre dimensiones y servicios del Titanic (gracias a Zeus he de decir que en ningún momento del recorrido tuvimos la mala "experiencia" de tener que sufrir los gorgoritos cansinos de Celine Dion o habría salido por patas).
Desde la veranda de fuera, puede aún verse los pilares del embarcadero desde el que los pasajeros salían en barcos hasta el Titanic que aguardaba a la entrada de la bahía, por ser su calado mayor que el del puerto de Queenstown.


De allí entras a ver, primero, el camarote de tercera clase, que está mejor presentado de lo que en realidad era porque solo te muestra un cubículo con dos literas, mientras el camarote real tenía entre seis y ocho camastros. En esta parte del tour, no nos estuvo permitido hacer fotografías, y de aquí pasamos a ver el camarote de primera clase. Después un vídeo-reproducción de como el barco se hunde. Fin del tour. Después tienes una habitación con videos con datos del titanic, una perfecta explicación de cómo morir de hipotermia y las consecuencias que va teniendo en los órganos, y cuánto se tarda en morir, y hay varios videos del descubrimiento en 1985 de los restos del buque.
También hay una maqueta pormenorizada.





Lo dicho, un poco decepcionante para el precio de la entrada, teniendo en cuenta que toda esta información se puede bien obtener en cualquier artículo en Internet (incluidos los videos).

Junto a la estación también hay la Queenstown Story, que practicamente es una historia similar pero en pequeña escala.








Y lo dicho, monumentos y "recuerdos" al Titanic repartidos por todo Cobh:








Incluso en el "escudo" a la entrada del museo, que tenía una interesante exposición permanente de juguetes antiguos que os mostraré en otra ocasión.


Y es que en el fondo es paradójico que el año pasado se conmemorasen 100 años de la tragedia que acabó con la muerte de tantas personas y, encima se haga negocio con ello. ¡Los souvenires son interminables! Agendas, pañiuelos, delantales, mantelitos bordados, sacapuntas, postales, llaveros, soportes de golf, serigrafías, tazas, jarras, vasos de chupito...

5 comentarios:

Geno dijo...

Pues sí quizá un poco caro lo del Titanic, podían haberse esmerado un poco más que anda que no habría cosas que poner. Por otro lado el pueblo parece bien bonito

Candela. dijo...

Sí, el pueblo es precioso... lo malo es cuando vas dando un paseo y ves que las tiendas estan cerradas, no hay ningun comercio grande y muchas tiendas de segunda mano y basurillas, pero que no hay vida alli realmente. Ese pueblo en invierno debe ser lo peor para vivir...

Oltra Bitácora dijo...

Pues qué pena que no fuese más completita. Me dejas deseando ver lo de los juguetes!!

anele dijo...

Qué pena cuando uno le pone ilusión a una visita largo tiempo esperada y acaba por convertirse en una decepción :(

Mercedes dijo...

Esto del Titanic es un negocio algo coñazo ya, se ha convertido en un morbo exagerao. El pueblo tiene buena pinta, pero si como dices no tiene mucho ambiente... Besitos...