lunes, 13 de abril de 2015

El armario del diablo (Primera Parte, seguro)

¿Dónde me quedé en mis aventuras con este proyecto que nunca debió cruzar mi mente...?

Ah sí... allá en el momento en que se me ocurrió quitar las tres capas de papel que me dividían de la pared infernal, esa pared que cada vez que la miras te escupe un cachito de yeso como diciendo... vade retro, brocha inmunda!!

Y así ha sido que nos hemos ido a Woodies a comprar los aperos necesarios para volver a "sellar" esa pared del diablo con cola y papel sobre el que luego pintar de rojo carmesí mi fallido intento de darle una manita de pintura a algo que no quiere ser tocado...



Ni el que la cola fuera extra fuerte ha podido ayudar a cubrir las caras de Bélmez del fondo del armario y hemos tenido que recurrir a grapar el papel por los bordes para ayudar a mantenerlo en su sitio...



El lateral de la izquierda, sin embargo, ha sido imposible de empapelar. Cada vez que aplicábamos una capa de cola e intentábamos pegar el papel, se derrumbaba algún trozo y así, mi única opción va a ser intentar pintar por encima, aunque dudo que agarre la pintura. Ni siquiera hemos podido poner grapas porque simplemente se deshacía la pared...


Y por fin, hemos abierto la parte inferior, que no vamos a tocar. Quiero decir, no voy a cometer el error de quitar el papel que ya tiene. Simplemente voy a pintar encima y en el lateral, quizás, pegar un trozo del papel utilizado arriba y pintar el suelo de madera. Y suspirar para que no se me deshaga a cachos también...




Una solución cojonuda para esa pared sería clavarle una tabla de madera, pero comprenderéis que ya paso de comerme la cabeza... no sea que me quede mirando a la calle desde dentro del armario... Aquí cualquier cosa es posible... De momento, a la espera de que se seque el papel de arriba y la pared no me escupa las grapas o las arañas a quienes voy a dejar sin hogar y posiblemente defuncionar no se me declaren en rebeldía, esta semana procederé a pasar la aspiradora a todo la parte inferior y comenzar a pintar, cortar el papel sobrante de la parte superior que ahora mismo quea sobre el estante (y que íbamos a empapelar también, pero visto lo visto, se nos han quitado las ganas). Pintura y a volar!



Ya veremos qué me encuentro cuando atente acercarme con una brocha y una lata de pintura... ¡Miedo me doy con armas tan poderosas y un armario del demonio!

1 comentario:

chema dijo...

tampoco ha sido mala idea poner un papel nuevo, porque el que estaba dejaba que desear.
eso sí, parece que hay un espíritu oculto que impide que esa pared sea pintada o empapelada! ;)