lunes, 1 de mayo de 2023

A veces, las cosas salen mal

Una semana antes de mudarnos vine con una amiga a dejar cuadros y una maleta grande con abrigos y varias cosas. Contenta, le estaba enseñando la casa cuando reparé que no había luz ni en la cocina ni en el baño. Comprobé la caja de los fusibles y había saltado uno de ellos. Nada que no se pueda solucionar pronto, pensé.

Todo lo contrario. Regresamos ese fin de semana a dejar pintura y herramientas y comprobar los fusibles. No funcionaba ningún enchufe en la cocina -sí en el resto de la casa-, y cuando bajábamos el fusible, saltaba a los pocos segundos. Con ayuda deamigos y tutoriales de youtube fuimos comprobando uno a uno cada fusible hasta dar con el que saltaba... el de la cocina. Siguiendo los consejos aportados, dejamos ese abajo. Y llamé inmediatamente al agente que nos vendió la casa para preguntar si conocía a algún electricista de confianza. No que yo quisiera insinuar que nos habían vendido una casa con un problema eléctrico que no nos habían comentado. Porque tuvimos dos ingenieros inspeccionando la casa pero te miran problemas grandes estructurales: grietas, mica, asbestos, infestaciones, insulación, estado del tejado, canaletas, humedades, moho, goteras... el segundo ingeniero era específico para las tuberías y tenemos un par de reparaciones que hacer, pero nada grave.

El electricista que nos recomendó la agencia nos estuvo mareando durante dos semanas: ahora te llamo; llámame más tarde/paso mensaje/te vuelvo a llamar esta tarde. Al final tuvimos que llamar a un segundo. Con tan buena "pata" quese había roto una pierna y no estaba operativo. A buscar a un tercero.

El tercero vino un par de veces y nos dijo que había que cambiar el cableado de toda la cocina, tirar cables, quitar parte del alicatado, cambiar enchufes, subir al ático, conectar al cuadro de mandos. Un trabajo de 8 horas que finalmente se hizo el martes pasado, justo un mes después de mudarnos. Un mes en el que hemos tenido la nevera conectada a un enchufe del salón con extensiones y cables por el suelo. Un mes cocinando sobre una mesita de estas diseñadas para ponerte el ordenador en la cama o el sofá. Sobre esa mesita teníamos la crockpot y la Airfryer. Porque la cocina que nos dejaron en la casa estaba fuera de uso para mí. La parte de arriba sí, podíamos cocinar en ollas y sartenes, pero el grill y el horno estaban llenos de moho y no iba a molestarme en limpiar algo que no es saludable.

Pero antes de tener solucionado lo de la electricidad, compré una cocina Fui a una tienda del centro, por aquello de comprar entiendas locales y no en grandes cadenas. Yo quería una catalítica pero la medida que necesitaba habían de pedirla. Llegó una semana antes de solucionar el tema del cableado pero no afectaba al uso de la misma porque ese fusible es separado del resto. Llegó un miércoles justo cuando estaba en una reunión así que dejé al electricista instalándola (aquí no van enchufadas y ya, por el tema de la toma de tierra y cómo funcionan estas cosas y necesita instalación). Cuando se marchó y yo bajé a inspeccionar mi flamante horno catalítico... me llevé el disgusto de que no era una cocina cataítica para nada. Leyendo el manual era una hidrolítica, que has de limpiar CADA VEZ que uses el horno, con lo cual require más trabajo que un horno normal. Llamé a la tienda de inmediato y el tipo intentó convencerme de que era lo que yo había pedido, que en esta la parte catalítica, el revestimiento que va a los lados, iba en la parte de atrás. No señor. No soy tonta y me he hecho un masters en cocinas normales, pirolíticas, catalíticas o hidrolíticas para asegurarme de cuál se ajusta más a mis necesidades. Así que por favor, me la vienen a recoger y me devuelven el dinero que me han soplado por una cocina que no lo vale.

De pronto intenta convencerme de que lo que yo quiero no existe: no existen hornos catalíticos en cocinas de mi medida (50cm, una cocina normal y corriente). 30 minutos después había comprado una en una cadena de electrodomésticos. El viernes me vinieron a recoger la hidrolítica de los ovarios y procedieron a reembolsarme.

Y por fin el miércoles me trajeron la cocina que quería (esa que según el de la tienda no existía) y todo va bien. Nos faltan algunas losas que se rompieron cuando las quitaron los electricistas pero era de esperar. Mientras lo hemos arreglado como pudimos y vamos a cubrirlo con un alicatado "de pega".

Consejo: no juguéis con botones en las casas que no conocéis. El viernes dejó de funcionar la calefacción, por lo tanto no teníamos agua caliente y tuve que ducharme con agua helada. Eso pasa cuando "marido" toca un termostato que se piensa es viejo y lo desconecta. Disgusto de viernes noche pensando cuánto nos va a costar la reparación. Asunto que se resolvió cuando recordó haberlo toqueteado. Lo restauró a su estado original y aquí no ha pasado nada.

Al menso tengo vistas bonitas desde mis ventanas.





 

No hay comentarios: