jueves, 27 de septiembre de 2007

DESAYUNO CON MONEDAS


Hay dos cosas con respecto a las monedas de la fotografa de arriba. Una, no son monedas reales aunque su estado de conservacion, como las auténticas, es precario (podría ser peor), y dos, recuerdo que venían con unos pastelitos de Ortiz que solía comprarme mi madre de camino al colegio para el desayuno.
Nunca fuí niña de Colacao por la mañana, y los cereales Kellogs llegaron a España allá a principios de los ochenta, cuando ya me había acostumbrado al sabor de la bollería envasada que vendían en la panadería, aquella de la esquina donde no importara a qué hora del día fuese, había una señora cuarentona (entonces me parecía mucho mayor), con su falda de cuadros por debajo de la rodilla, su jersey de punto de cuello vuelto y el carrito al lado, jugando a las maquinitas, la de las lucecitas de colores y el ruido insoportable. Probablemente se dejaba allí el dinero del pan, de los huevos y de las caseras.
Pero la panadería era parada obligada cada mañana de camino al colegio, una buena caminata de media hora que era amenizada con el sabor de tigretones, bucaneros, phoskitos, donuts, bollicaos, palmeras, caracolas, medias lunas. Y a veces, cuando no me apeteca dulce, picos Ye-Ye, los del hippy con peinado de Beatle tocando la guitarra eléctrica.
La mayoría de pastelitos envasados traían sus coleccinables, en la mayoría de casos, cromos y pegatinas que acababan invariablmente en nuestras carpetas o los forros de plástico de los libros, o figuritas troqueladas de la Guerra de las Galaxias, y en el cao de estos pastelitos de Ortiz, réplicas de monedas. Sólo conservo estas tres, son de una colección de monedas borbónicas, e ignoro se hicieron diferentes dinastías o si la colección se extendió a otras monarquias europeas.
La cara de la moneda, como puede verse, representa a un monarca y el reverso, abajo, explica el nombre de la moneda y el reinado. Así, la mayor dice ser 8 maravedíes, de 1808 y representa a Carlos III. La que le sigue en tamaño es una copia de 2 reales, de 1721 y el careto es el de Felipe V. Por último, la más pequeña es 1 real, de 1781 y de Carlos III también.
Siempre me ha gustado coleccionar distintas monedas, y por ello las guardé junto con las otras en la caja, motivo por el cual quizá estén tan sucias y desgastadas. No he podido encontrar información alguna en la red. Poner Oriz en el buscador significa toparse con Letizia. Y la casa Ortiz fue adquirida hace unos años por Bimbo y Martínez.
En cualquier caso, me alegra haber encontrado estas monedas entre mis cosas, me trae recuerdos de unos inviernos con sabor a chocolate y bizcocho, a olor de tahona y sonido de tragaperra. Recuerdo especialmente los cromos de Mortadelo en los que aparecia con diferentes disfraces, los antes mencionados troquelados de cartoncillo semiduro de la Guerra de las Galaxias, los cromos de diferentes series de televisión y las pegatinas diversas y tatuajes. Y no es dificil que, a veces, al mirar en el interior de algun libro viejo, encuentre alguna de éstas.
¿Lo mejor? Que aún huelen a chocolate, o cuanto menos, a bolleria, la que no nos sentiamos culpables de comer de niños y nos alimentaba como a campeones.

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