lunes, 8 de septiembre de 2008

LA NIÑA DE LA CRIPTA (El Rincón de Lar)


Confieso que llevo más de dos horas tratando de verificar mi historia y, por una vez, San Google me ha fallado. No he hallado ni un ápice de información sobre el cuerpecito diminuto que yace en la cripta de la Catedral de Cádiz, objeto de muchas de mis pesadillas infantiles.
La primera vez que oí hablar de ella fue de boca de Astrid. Para entonces ya había aprendido a no creerme demasiado la mitad de las cosas que me contaba con su voz de cazalla, pero una mañana de sábado, paseando ya al final de la Alameda, cerca del Baluarte de la Candelaria, me habló del cuerpo incorrupto de una niña que descansaba en el interior del Gobierno Militar, un edificio de estilo neoclásico que tenía dos pesados cañones junto a la puerta de entrada. Yo no la creí y me instó a ir a verla, ya que estábamos allí. Sin embargo, no estaba en su interior. Quizá la han trasladado para "restaurarla", me dijo.
Pregunté a mi abuela sobre ello. La abuela sabía mucho de ciertas cosas, aunque de otras no supiera absolutamente nada. Los temas religiosos eran tabú en casa, los milagros simplemente eran un invento de la Iglesia Católica según mi protestante abuelo, y todo aquello una sarta de mentiras y falacias, un muñeco de cera "relleno", que diría el abuelo. Así que la abuela me contaba cosas sentadas en el escalón junto a la cocina, mientras nos tomábamos un poquito de membrillo fresquito o un helado Frigo Dedo.
Me contó que no estaba en el Gobierno Militar sino en la Catedral, en una urna chiquita, vestida de blanco como una novia, y que era una niña tan pía y tan creyente que gustaba de ir a rezar a la Catedral a diario, donde un buen día le dio un infarto y se quedó pajarito. Y por respeto, por mostrarle el cariño que la Catedral tenía a tanta devoción, se la dejó allí, ya que al parecer la niña no se descomponía ni a la de tres y su cuerpo estaba intacto.
Ni qué decir tiene que la historia me cautivó y me asustó al mismo tiempo. Niñas que sufren síncopes mortales por ir a rezar (si al final iba a tener razón el abuelo), momias incorruptas, uñas y pelos que crecen aún después de muerta.


En cuanto pude fui a la Catedral, pero por más vueltas que di, allí no había ni urna, ni cofre, ni una triste lápida con un nombre de niña (por más que no sé el nombre de la chiquilla). Tonta de mí, jamás visité el entonces museo de la Catedral, hoy trasladado íntegramente con todo su tesoro a un edificio contiguo, la Casa de la Contaduría, junto al Teatro Romano (¡Cádiz trimilenaria!), porque a veces en invierno se inundaba y sus horarios eran muy restringidos. Sucede que el museo y la cripta de la Catedral se encuentran bajo el nivel del mar, lo que le da una resonancia bastante peculiar, y un eco muy particular. Y una humedad de mil pares...
Y lo que sucede con todas estas cosas es que uno crece y se olvidan. Allá en el último rincón de mi cerebro se quedó la leyenda, ya pensando que todo eran cuentos, una de esas leyendas urbanas o una de aquellas románticas tan ligadas a la historia de mi ciudad. No fue hasta que llevé al guiri de vacaciones en Septiembre del 2002, o quizá del 2003, que visitamos la Catedral y bajamos a la cripta, donde muy ufana yo, trataba de explicar quiénes habían sido Manuel de Falla y José María Pemán, enterrados allí y totalmente desconocidos para un guiri de pro no familiarizado con la cultura española, mucho menos con la glorificación gaditana de nuestros mitos musicales o de las letras. Y de repente la vi allí. Chiquitina, con su trajecito... ¿blanco? con su maraña de rizos y su piel oscura, apergaminada casi.
Al fin nos encontrabamos. Quedé extasiada, con el escalofrío que me producen las catacumbas, criptas y lugares de techos bajos y humedades profundas, debido a mi ligera claustrofobia, que en el mejor de los casos y por periodos cortos, puedo controlar toalmente. Pero allí, mirando aquel diminuto cuerpo, me olvidé de cualquier ansia de salir a la luz diurna y a la brisa fresca del mar del Campo del Sur.
Pero, siendo la Catedral lugar de culto, no hay mucha gente alrededor a la que preguntar, sólo el chico de la ventanilla para subir a la torre mirador, y siendo joven y con cara de panoli, ni se me ocurrió preguntarle. Creo que más tarde se lo comenté a mi madre, porque mi abuela ya casi no se acuerda ni de dónde vive, pero fue otra historia la que me contó, y no la recuerdo, que no tenía misterio alguno, ni el sabor de los relatos de la abuela, verdaderos o no.
Tal vez ni siquiera es una niña, ¿encogen las momias?. Cuando vaya a Cádiz trataré, de una vez por todas, de solventar este enigma. A no ser, claro está, que mis "corresponsales de guerra" se presten a tal misión y yo pueda cerrar capítulo para siempre.
En cualquier caso, sé que esta noche soñaré con ella, con sus ojos cerrados, con su cabello de bucles dorados y con el rumor de las olas lamiendo la piedra ostionera de la Catedral, arrullando con su vaivén el sueño eterno de la misteriosa niña de la cripta.

Más aquí: http://candela123.blogspot.ie/2010/03/la-famosa-nina-de-la-cripta.html

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno, en una visita, ya guiada, a la cripta de la catedral, me explicaron que esa momia pequeñita de una niña era Santa Victoria, una santa "importada" de Italia, para enterrar en la cripta, con ocasión de la inauguración de la nueva catedral en el siglo XIX. Fue una niña mártir paleocristiana.
Anda que si te cuento lo de la Torre del Sagrario de la catedral vieja....

Candela dijo...

Cuenta, cuenta, que me has dejado con la intrigaaaaa....

Mary dijo...

Ola...somos 2 xicas de cadiz a las que le ha pasado algo relacionado con la niña...como podemos localizarte?...un msn, un movil...GrACIAS

Anónimo dijo...

Ola somos 2 xikas de Cadiz a las que les ha pasado algo relacionado con la tal niña esa...como podemos localizarte? un msn, un movil...GRACIAS

Candela dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

GRACIAS...te podrias conectar lo antes posible??

Candela dijo...

No tengo el messenger instalado en estos momentos porque estoy en eltrabajo y lo tengo bloqueado en el ordenador, pero me puedes mandar un mail si quieres.

Anónimo dijo...

Yo la vi ayer... que fui por primera vez a visitar la catedral... Mira que ya le tengo pánico a las criptas yo también, pero bajé. Cuando me la encontré ahí... dios mío! tuve taquicardias el resto de la visita, y me tuve que sentar al salir de la cripta porque me mareé y todo. Qué impresión!!! ¿Cómo se puede ser tan tétrico de tener el cuerpo de una niña ahí, en una urna (o un cacho de dedo, o un brazo, o un ojo... vamos, las reliquias), y decir que eso es fe?

Javier Fornell dijo...

Efectivamente, la niña en Santa Victoria. Era necesario una reliquia y trajeron a esta niña-santa que acojona de mala manera.

Candela. dijo...

Gracias, Javier. Hice un nuevo post posteriormente explicando alguna que otra cosa y con fotos: http://candela123.blogspot.ie/2010/03/la-famosa-nina-de-la-cripta.html
Lo he añadido al final del post tambien, que era una tarea que tenia pendiente desde hace tiempo.