martes, 22 de septiembre de 2009

JENARO Y LAS MARUJAS ENSALZADAS

Jenaro se ha convertido en toda una figura en Cádiz. Su historia es de película y sin duda será tema principal de coplillas de Carnaval el próximo año. Creo que no hay persona en toda la ciudad -y alguno más fuera de ella- que no haya oido hablar de este empresario que de la noche a la mañana se ha convertido en villano de lo que bien podría convertirse en un exitoso guión de cine.
Hace escasos dos años que desapareció en las costas tarifeñas mientras hacía submarinismo. Atrás dejaba a un hijo y su mujer embarazada. Jenaro tenía deudas hasta las cejas y decidió fingir su muerte y marcharse a Paraguay con una nueva identidad. Que el nombre escogido fuera Alvaro Domecq es algo que no le perdonarán en Cadiz. "Manda huevos, irse tan lejos y escoger el nombre de un Jerezano", dice la canalla. Y es que la rivalidad patente entre Cádiz y Jerez se tiene en cuenta hasta para la ironía.
El nuevo Domecq llegó a Paraguay, enamoró a una ex miss Boquerón y montó una bodequita. Si deudas tenía en España, deudas iba dejando en su nuevo lugar de residencia, donde se paseaba con una pistola al cinto y decía ser un importante abogado y militar español. La Boquerona se quedó preñada y tuvo hace sólo un par de meses a una bebita con apellidos Domecq. Apellidos que no le corresponden y que deberán ser cambiados a Jiménez, el menos rimbombante nombre con el que se vio nacer a Jenaro, que pactó su regreso a España y fue inmediatamente detenido en el Aeropuerto de Barajas.
A su llegada a los juzgados en Cádiz, marujas con el pan en la mano y carritos de la compra le espetaron desde la plazoleta, cercándole casi en la puerta del juzgado. Una de las "marías", tras gritar a boca llena "Sinvergüenza!!!", confiesa que no tiene ni idea de quién es éste, pero que si le lleva la Guardia Civil al interior y hay tanto fotógrafo, es que algo malo ha hecho. Y alguna no le pegó con el bolso porque el cordón policial no les permitía acercarse lo suficiente.

He seguido la noticia con interés en la prensa. Desde su regreso a España, como un fantasma resurgido de las aguas, me pregunto cuánto tardarán en llevar la dramática historia al cine. Porque tiene su drama, digan lo que digan. Y aquí entra mi madre:
La mujer de Jenaro es exvecina del bloque donde viví, donde aún viven mis padres, del piso inferior al nuestro. Su madre y la mía se hicieron estupendas amigas cuando llegaron recién casadas a vivir allí, pero años después, una desavenencia vecinal las haría enemigas acérrimas. Hace un par de semanas mi madre comenzó a hablarme del tema por teléfono: "Vaya, vaya -decía-, el pisto que se daba de los millones que tenía el marido de su hija y fíjate, fíjate el pisto dónde fue a parar." Y es que mi madre es rencorosa de cojones y no le perdonará que en las batallas dialecticas se hubieran sacado en el pasado trapos sucios. "A tu hija mayor la dejó el marido", le diría una vez a mi madre, que durante un tiempo quiso negar mi divorcio. "Y tu hijo te ha salido maricón, que se vende por cuatro euros en la esquina del barrio", contestaría mi madre con toda su mala bilis.
Y la hago callar cuando me empieza a hablar mal de la mujer de Jenaro. Porque aunque a mí Jenaro me las trae al pairo y con su mujer nunca tuve más trato que encontrármela en silencio en el ascensor, ella no tiene la culpa de nada, y las lenguas viperinas gaditanas, como las de mi madre, son las que toman partes en esta rocambolesca historia.
No es que nadie piense que ella tenía algo que ver en la desaparicion de su esposo, por supuesto. Tampoco nadie le defiende a él, aunque muchos temen que se acabe haciendo un héroe del villano. Ella es una víctima más, que si Jenaro dejó deudas monetarias aquí y allí, también dejó algunas emocionales, y son esta mujer, un niño de nueve o diez años y una hijita que nació cuando todos le creían muerto en el mar. Una hija que probablemente conocerá a su padre tras las rejas de Puerto II. Y el otro drama, ese del que no se habla tanto: la otra familia. La Miss desolada, que desconocía la verdadera historia de su amante, que no sabía que ya tenía otra familia y otros hijos. Y el drama de esa niña que ha venido al mundo con nombre falso, víctima inocente de un hombre sin escrúpulos.
Jenaro será recordado por el vulgo lo que tarde en desaparecer de la prensa cotidiana, pero, ¿y aquellos a los que dejó desamparados? ¿Sus hijos? Ellos tendrán que vivir con la vergüenza ajena de saber que un día su padre los traicionó y abandonó del modo más vil.
Por un puñado de billetes.

11 comentarios:

BLAS dijo...

Yo conozco este caso por las conversacioes telefónicas con mi madre y con la peña de Cádiz... Es decir, igual que tú.
Lo que me ha hecho gracia es lo de la maruja del Juzgado.
Una de mis mejores amigas es abogado en Cádiz, y es de las que suele ir corriendo de un lado a otro cargada de carpetas y libros sin casi mirar por dónde va. El stress es para ella como el desodorante Rexona, no le abandona. (De pequeña era igual...). El caso es que ya le ha pasado en un par de ocasiones, coincidir saliendo del juzgado y encontrarse en una maraña de policías y periodistas de frente, para que de repente ¡¡zas!! , bolsazo en plan colleja de alguna mari llamándola ¡¡hija p--a!! Eso sí, mi amiga que pasa del stress a la pachorra en un segundo, siempre se para a preguntar:
-"Y ¿por qué me llama eso señora, que le he hecho yo?!"
La respuesta suele se
siempre la misma, da igual la maruja en cuestión:
-"Defender a un hijo p--a, so bruja!!"
- "Que este no es mi cliente, oiga." Se suele defender mi amiga señalando el follón policial.
- Da igual, seguro que defiendes a otro igual de hijo p--a que éste!!
Evidentemente, ante semejante réplica, a mi amiga le suele entrar repentinamente el stress y hace lo mismo que yo hubiera hecho de primeras, salir por patas.

Candela dijo...

Es que las marujas de cadiz tienen mas paligro que lo kinkis. Recuerdo cuando lo de las dos torres en NY, conversacion de dos maris en la playa: "eso no pasa aqui, porque vamos, cojo al moro por la chilaba y lo estampo con el bolso". (no que no vaya a pasar porque en cadiz no hay siquiera rascacielos, que lo mas parecido es el edificio al lao del Puerta del Mar), pero en fin...
Bolsas de pan al amanecer...

Anónimo dijo...

Y yo,como siempre, la última en enterarme de todo. Porque hace tiempo que decidí no encender la televisión a horas tempranas, cuando las noticias se vuelven negativas.
Hay que ver cómo se complican algunos por no saber llevar la contabilidad..A mí el marujeo me da escalofríos, porque si en Cádiz hay doñas, también las he visto en otros lares. Si yo te contara, ays, menos mal que todo eso se acabó.

El gatito del post de abajo me da un miedo terrible, tiene pintas de malo malo.


Besos. Loli

marian dijo...

oye pues es una manera de descargar tensiones, mañana me planto a la puerta del juzgado y a todo el que entre ya le digo yo cuatro cosas que seguro se merece y si no se las merece ahora algo hará para merecérselas jajajajaja
sinvergüénzaaaaaaaaaaa capullooooooooo
mala pécoraaaaaaaaaaaaaaa
ay que gusto chica ahí gritando lo que me de la gana
claro que pensándolo bien
yo no se si en cadiz estó se verá normal
pero aquí en valladolid hago esto y me encierran de por vida

BLAS dijo...

¿Te imaginas que la Audiencia Nacional estuviera en Cádiz? ¿Con todos los etarras entrando y saliendo? ETA ya no existiría... Estarían todos eliminados por las marujas xDDDDDD

Cloti Montes dijo...

Pues sí señora, un drama, pero sobre todo una canallada.
Bss
Cloti

Esperanza Cabello Izquierdo dijo...

Yo creo que voy a convertirme en Maruja, liberada y a chillar, o a dar tortazos, y a gritar insultos cada vez que quiera. Me parece un buen plan. Y no toda esta tontería de ser educadita y si te chillan te callas.
También me gustaría saber insultar con clase, con estilo y con mala leche.
A fastidiarse, me criaron de otra forma no me sale el marujeo...

marisa desaztre dijo...

No me había enterado yo de esto. Bueno, la verdad es que casi no veo la tele y las noticias menos.
Oye po se me está pasando por la cabesa haserme una marujator, que no vea como tienen que desfogarse, jeje.

Charo Barrios dijo...

El Diario de Cádiz ha narrado la historia de este señor por capítulos, y la verdad es que cada vez era más rocambolesca.
De todos modos, hay más Jenaros por ahí sueltos de lo que pensamos...

Inma dijo...

Ni por un momento he dudado que aquí la tragedia la cargan las dos mujeres. Este tío es un sinverguenza de los de verdad. Y sus hijos no deberían conocerle ni a través de las rejas, que sólo les va atraer problemas. Mejor cuando se había ahogado.
Estoy haciendo tiempo para ir al aeropuerto. Nooooo quiero volver, me quiero quedar que aquí no doy ni golpe. Menos mal que la Rana vuelve conmigo una semanita a Madrid, si no me da algo grave.

anele dijo...

Menudo sinvergüenza. Estoy con Inma, no merece ni que vayan sus hijos a visitarle a la cárcel, que bien pronto que se olvidó de ellos y de sacarles adelante, sin tener en cuenta que les hizo creer que estaba muerto.

Oye, pues sí que tienen peligro las marus gaditanas. Habrá que convencerlas de que se compren bolsos de ganchillo, más blanditos.