sábado, 2 de enero de 2010

Mis Aventuras y Desventuras con Pandora


Pandora es mi mascota. Díscola como ella sola. Le encanta viajar por territorios desconocidos. Pandora es una serpiente del maíz que llegó a mí como regalo de Navidad en el 2002 cuando apenas medía unos 8 centímetros y parecía más un gusano de colores que una serpiente.
Desde el principio Pandora ha sido un poco misteriosa, pues a día de hoy aún desconocemos si es Pandora o Pandoro, pero a estas alturas no estoy por la labor de cambiarle el nombre. Como todo bichejo que se precie, llegó sin instrucciones y por ello no tardé en adquirir un práctico librito de "todo lo que quiere saber y más sobre su reptil". Ahí aprendí que el sexo se distingue por la forma más o menos puntiaguda del final de la cola. El problema es que tenía una forma que a mí me parecía muy femenina pero que ha cambiado sustancialmente con su crecimiento y el paso de los años. Y con la mala leche que ha desarrollado, yo diría que es macho.
Gracias al librito aprendí cómo cogerla con cuidado y cómo evitar dañarla si por algún casual me mordía. Porque con semejante tamañín, si Pandora clavaba sus dientecillos (más pequeños que la cabeza de un alfiler y mucho mucho más frágil) en mi carne y yo pegaba un tirón del susto, probablemente acabara sacándole los dientes y por tanto, el animalillo moriría.
Nunca me ha mordido propiamente -he de decir-, aunque sí me dio un aviso un día encajando su desencajada boca -valga la redundancia- en el hueco entre mi pulgar y mi índice, claro que el error fue mío. Abrí la puerta de su vivero, le eché el ratón semanal, giré la cabeza para decir algo al guiri y mi mano se cernió amenazadoramente sobre su pitanza al ir a cerrar de nuevo la puerta. Probablemente ella creyó que iba a desposeerla de su bien merecido rancho y me envió un inequívoco aviso.
A raíz de aquello, la verdad, me acojonó bastante. Soy la única que ha cogido a Pandora día sí y día también... hasta que nos cambiamos de apartamento y con el terrible caos que conlleva una mudanza, la descuidé bastante... durante los siguientes cuatro años. Aún así, debe reconocer mi olor.
El caso es que la viajera Pandora me ha acarreado bastantes problemas con el vivero. Cuando el guiri me la compró, venía en una especie de tupper con portezuela superior que en un par de años se le quedó perqueño. En cuanto nos mudamos al apartamento, encargamos en la tienda de animales algo más adecuado para su futuro (llegan a medir hasta dos metros de largo aunque metro y medio es lo normal), y que no tueviéramos que volver a cambiar en un par de años. Las posibilidades eran escasas: aunque en la tienda de animales venden multitud de serpientes -se puso de moda hace unos años y aún es negocio rentable-, la venta de grandes tanques no estaba entre sus prioridades, por lo que el mío tuvo que pedirse a no sé dónde y tardó más de un mes en llegar. Y cuando lo vi, no me gustó. Era una estructura toda de cristal, con una tapa metálica con un cristal corredero en el centro (que nunca llegué a soltar de su embalaje de celofán por temor a que pudiera caer en el interior), y dos puertas correderas en el frente. Y fue esto lo que no me gustó. Así se lo dije al de la tienda, que si yo con un dedo puedo abrir la puerta de cristal, la serpiente con el empuje de su cabeza podría hacer lo mismo. El vendedor se rió de mí:
-El cerebro de las serpientes es diminuto. No tienen capacidad de recordar, así que no te preocupes, que no va a aprender a abrir la puerta -me dijo.
Debio haberme vendido la única serpiente con cerebro del mundo, porque la mía se llevó meses deslizándose hacia arriba en forma de "s" por el borde de la puerta para dejar luego caer su cuerpo hacia un lado. Una y otra vez, una y otra vez, durante horas. Y todos me decían que no pasaba nada.
Un Lunes de hace un par de años llegamos a casa a las tres de la tarde para encontrarnos la puertecilla abierta unos cinco centímetros y Pandora desaparecida en el vasto mundo de mi apartamento y su exterior. Y apareció en el jardín/patio trasero tres días después, descendiendo por la pared de piedra tranquilamente sobre los sorprendidos vecinos, que, gracias a Dios, estaban con un amigo que también tiene serpientes y que en vez de darle con una sartén en su portentoso cerebro, la cogió sin problemasy tras comprobar que era más mansa que un corderillo, se la llevó a su casa. Naturalmente mi vecino desconocía de mi "tenencia" de bicho raro y sólo lo supo cuando varios días después de la desaparición, tuve a bien prevenirle por si acaso.
La broma me costó 50 euros, porque su amigo ya se había encariñado con Pandora y le había comprado un nuevo vivero en el que me la retornó sana y salva y... con muy mala leche. Al intentar cogerla, me bufó con ínfulas de pitón salvaje, o quizá de exótica cobra, enroscándose sobre sí misma y moviendo el final de su colita como si fuera una vulgar mordedora venenosa.
Pero estos cincuenta euros no son los únicos que me ha tocado desembolsar. El tanque de cristal me había costado 150 euros, creo recordar, y recién llegado a casa, mientras lo limpiaba antes de soltar en su interior a Pandora, una de las puertas cayó y se hizo añicos y tuve que reemplazarla. Un par de años más tarde, cuando cambiaba las virutillas interiores, me percaté de que la base de vidrio estaba rajada... Resulta que la esterilla calefactora que se coloca bajo el tanque había estallado -un caso entre cinco millones, me aseguraron en la tienda-, quemando el suelo de madera y rajando el cristal que tuve que reemplazar junto con una seccion del suelo y la esterilla calefactora (que es como una radiografía con cable y va enchufada a la corriente eléctrica). Una pasta...
Tras esta primera escapada, aseguramos las puertas con cinta adhesiva de embalar y solo abría una de ellas ligeramente para cambiarle el agua y alimentarla. Todo fue bien desde entonces, con la seguridad de que esta Houdini profesional no volvería a evaporarse de mi seguro Alcatraz...
Esto es... hasta que el guiri resbaló una noche (la del 29 de Noviembre) y fue a caer sobre el tanque. La presión del peso del cuerpo sobre su estructura hizo reventar las puertas que se desintegraron en trozos de cristal que por un momento creí habían convertido en filete a mi Pandora. Pero hubo suerte, aunque a las cinco de la ma­ñana de un sábado, lo único que pudimos hacer para tratar de arreglar el desaguisado fue cubrir toda la zona dejada al descubierto con cartones y cinta adhesiva. Cinco horas después, Pandora se había marchado, aunque por más que miramos el embalaje, no hallamos zona alguna que pudiera tener algún agujero por el que evadirse...
Con el paso de los días y las semanas, las bajas temperaturas, la nieve y el hielo, nos habíamos convencido de que Pandora había subido ya al reino de las mascotas autoinmoladas, cuando a pocas horas de fin de año el mismo guiri responsable de su escapada la divisó asomando la cabeza bajo el calefactor. Rodeamos el aparato de "sofisticadas" trampas... una botella de cola enfundada en un calcetiín (por aquello de la oscuridad) con un poco de agua al fondo... una cajita alargada de After Eights que proporcionaba un cálido interior... y el terrario de viaje en el que me llegó tras su primera escapada, con el contenedor de agua... Pero sin ratón en su interior, poco había para atraerla. Y siendo víspera de Año Nuevo, seis y media de la tarde y sin ratones en el congelador (sí, los guardo entre el helado y el chorizo), no sabíamos muy bien cómo atraparla "manualmente". Se mostraba arisca y reculaba de manera amenazadora.
De pronto dejó el resguardo calentito bajo el calefactor para deslizarse por el piso en dirección al ventanal... donde descubrimos en una esquina una aberturita a través de la cual probablemente se había introducido en su huída... y a la que ahora regresaba tratando de evitar el cerco... Pero no pudo ser. Le tiramos una de mis camisetas que estaba secándose sobre el radiador y acto seguido vacié el terrario de sus virutas y la encapsulé, asegurando la trampa con unas velas gordas y un pesado martillo...
Y ahí sigue, porque hasta hoy mismo no nos ha sido posible comprarle sus fossies (ratoncillos diminutos, imberbes aún), y ahora nos queda esperar a que se esconda bajo la camiseta para introducir sibilinamente la botella de cola con el ratón dentro. Ha de estar muerta de hambre tras casi más de un mes en paradero desconocido, así que en cuanto huela su plato favorito entrará en la botella... momento que aprovecharemos para cerrar el tapón y colocarla en el terrario en condiciones, con su tronco, sus piedrecillas y sus matorrales varios...
¡¡¡¡Y un arsenal de cosas pesadas sobre su tapa!!!!

23 comentarios:

Anónimo dijo...

ay que miedo xD

marian dijo...

que ascoooooo ratones puag

conchita dijo...

me encanta ,cuando la ubiques de nuevo en su urna pon unas fotos
gracias guapaaa

FELIZ 2010

Cloti Montes dijo...

Y me acabo de acordar de lo que me gustaban a mí los Pandorinos para merendar.
Lo ves niña, todos vuelven a casa por Navidad, tu suegro, el Almendro, la Pandora, etc.
XDDDDDDD
Bs
Cloti
PD Para mí la Navidad dura hasta que empieza el cole.

chema dijo...

qué mala suerte, que os haya tocado una serpiente con cerebro y con memoria. habéis hecho bien en sellarle todas las posibles salidas. a saber por dónde ha estado reptando los días que ha estado perdida... igual se ha echado novia y todo. :o

✙Eurice✙ dijo...

Me encantan las serpientes, junto a los felinos(gatos) son mis animales predilectos.
Bien por ti Candela! son unos animales poco apreciados pero por que son incomprendidos.
Felíz década Candela!

anele dijo...

Eso, ponnos fotos del desenlace.

lisebe dijo...

Menos mal que tengo gatas de angora que no se me escapan ni me muerden, niña, porque me moriría de miedo..

De hecho cuando vine de Kenia me regalaron un pequeño cocodrilo que a las pocas semanas se murió (gracias a dios) porque me temo que lo tendría que haber dado al Zoo con papeles incluidos!!

Vaya con Pandora lo viajera que te ha salido!! igual lo que quiere es cambiar de paisaje has probado cambiarle de sitio en tu apartamento? es una sugerencia igual tonta!!

Besitos cielo y que este añito sea esplendoroso y lleno de felices espectativas!!

Esperanza Cabello Izquierdo dijo...

Me encanta el cariño que le tienes a tu mascota. Yo habría dejado que se fuera ya hace tiempo. El caso es que parece interesante tener una serpiente, aunque yo con mis dos perras, mis siete patos y mis cinco ovejas ya tengo más que bastante.
Besos. Esperanza

BLAS dijo...

XDDDDDDDDDDDDDD Me rio imaginando la caza y captura de Pandora entre el guiri y tu. Tenías que haberlo grabado y colgado en YouTube, porque tuvo que ser un auténtico espectáculo XDDDDDDDDDDD
Me has dejado alucinada con que al principio llegara a tus manos tan solo con 8 cms, y que luego llegue a medir casi 2 metros!! Increíble!

Ella dijo...

Me ha gustado mucho este post sobre Pandora. Aunque no me gustan las serpientes, tu forma de hablar de ella me hace imaginármela como cualquier otra mascota.

Candela dijo...

Liz, que no te de miedo, que tu eres una rockera en proyecto, no??? Y yo te imagino con pantalones ajustados de cuero y sin una serpiente alrededor de los hombros, XDDD
Marian, dan un poco d cosa al principio, pero luego te acostumbras...
coonchi, sin duda pondre fotos, ya le he mos metido la botella de cocacola con el raton dentro el tanque aun bocaabajo, en cuanto se meta dentro a comer, le pongo el tapon y arreglo su casita...

Candela dijo...

Cloti, no se lo que son los Pandorinos, pero esta te aseguro que no se come (aunque hace muucho, muuucho tiempo tuve amigos australianos aqui y probe filete de serpiente, pero por el tamaño de filete debia ser la anaconda de la peli lo menos!!
Chema, no creo que se haya echado novia, estoy convencida de que es femina, y no conozco serpientes lesbianas, aunque si alguna que otra vibora... y dudo mucho de que hubiera muchas serpientes mas sueltas por el dificio, me partoooo, al casero le da algo!!!
Eurice, a mi no me gustaron nunca los gatos, pero no me importatria tener un Sphynx y llamarlo Einstein!! XDD

Candela dijo...

Anele, si que pondre foto, no te preocupes, en cuanto arregle todo el desaguisado que tenemos por su culpa en el salon, con todas las sillas apartadas, cosa sobre la mesa, la tapa del tanque por ahi... las hojas, el tronco, el cacharro con el agua, las virutas...
Lisebe, a mi un cocodrilo me habria dado grima, ese habria terminado convirtiendo la leyenda urbana en realidad y lo habria tirado por el vater de seguro!!!!
Esperenza, no te creas que el tengo mucho cariño, que me gustaria regalarla porque estoy segura de que me va a causar mas problemas, pero jay no quiere!!! Soy mu mala madre, como puedes ver...
Blas, si, como poara grabar algo estabamos nosotros, y entre que vamos a buscar la camara, comprobamos la bateria y enfocamos, alla pandora que desaparece de nuevo!!!
Ella, te aseguro que solo me hace falta un bozalito y una cadena y a sacarla de paseo, XDD

Cloti Montes dijo...

Los Pandorinos eran unos bollos rellenos como de Nocilla. La verdad es que yo comí pocos porque hasta que debuté con la diabetes no había sido nunca golosa, pero mis hermanas se ponían púas a Pandorinos.
Voy a San Google que igual encuentro una foto.
Bssssssssss
Cloti

Inma dijo...

Yo también pido foto de Pandora, pero avisa antes y ponla de lejos, que se me eriza la piel sólo de pensar en una serpiente.

María José dijo...

¡¡Me alegro que la hayas recuperado!! mira como ha acudido cuando ha necesitado calor!! eso de la botella de cocacola, que buena idea, la rendija a taparla ¿no? por si acaso.

Besos

Candela dijo...

Y tanto, Maria Jose!! Mañana mismo me pongo mano a la obra!! Ya entro en la botella, la cerramos, y esta en el tanuqe, con peso de sobra encima pa que no vuelva a pasar!!!

KIRA dijo...

Vaya ta'salio una "persiente" listilla y pendona... jejeje
Yo no me fiaria mucho, que lo mismo ha visto los capitulos de Mcgiber y se sabe todos los trucos para salir del tanque con solo una ramita y un chicle...
Bsts

Geno dijo...

Esta Pandora, mira que le gusta conocer mundo y viajar, jejeje

Bertha dijo...

Hay si ella nos contara, las aveturas que a tenido estos dia, los amigo que a hecho por ahi y verte tu a saber si no se a comido alguna cosa por el camino, vete tu a saber?

¿cuenta cuenta Pandora?

COILET dijo...

Claro, después de conocer mundo y sobre todo ese patio trasero... ella estaba planeando su huída, habéis tenido suerte y todo que hiciera frío y se agazapara en el calefactor...

Yo no sé si estaria tranquila pensando que hay una serpiente suerte por mi casa, por mucho cariño que la tenga... bufff, qué grima, que estés durmiendo y se meta en la cama con vosotros o yo qué sé... aggrrrr

Unknown dijo...

Buuufffff, a mi las serpientes me dan miedo y mucho repelús... baaajjjj, pero, me hace gracia la historia de Pandora... Yo también veré la foto, pero, como dice Inma... de lejos!!!