Hace un par de semanas que la controversia está servida. Aunque en realidad, es un problema de toda la vida, o un "modo de vivir" de algunos parásitos del Estado. Y si el Estado, además, produce sin tapujos todas las facilidades para que seas un chupasangre, pues mejor que mejor. Hoy por hoy, Irlanda sigue siendo Jauja en cuanto a beneficios sociales. Para unos cuantos, naturalmente.
Siempre se dice que el mundo está mal repartido y a veces esa premisa es cierta al cien por cien. Mientras hay familias que tienen que subsistir con 200 euros pelados a la semana con los que pagar alquiler, comida, vestimenta y facturas, otros se llevan al bolsillo casi 4000 euros por no hacer nada.
En un trabajo full-time, currando 39 horas semanales cinco días a la semana, el trabajador medio se lleva a casa en este país entre 1500 y 2500 euros netos. Trabajos más cualificados, verá mayores ingresos. Un trabajador en sueldo mínimo gana €8.65 la hora (que el Gobierno está estudiando recortar en el próximo Presupuesto General). €8.65/h = 337.35/semana = 13349.40/mes. ¿Pero 4000 euros mensuales por estar en casa durmiendo calentito bajo las mantas mientras fuera el frío arrecia y la lluvia golpea los cristales? ¿4000 euros por rascarte la panza frente a tu televisor plasma High Definition de 50 pulgadas mientras te tomas un whiskyto? ¡Manda cojones!
Pero sucede: es el caso de la familia Harte, que recientemente ha provocado titulares en la prensa seria. El matrimonio formado por Danielle y Ger tiene seis hijos y han tenido que "abandonar" su casita de alquiler de 8 habitaciones porque llevaban tres meses sin "poder permitirse" el alquiler, que se igualaba a la cantidad de una hipoteca (1000 euros al mes). Vivían en una casona de €440,000. Ambos están en el paro y cobrando 3800 euros netos al mes. A veces, incluso más. Y ese dinero sale de mi bolsillo y del de todos los trabajadores del país que pagan sus impuestos. Ya no teníamos bastante con pagarle el "sueldo" a todos los knackers y scumbags que no han dado un palo al agua en su vida, que además tenemos que rascarnos el monedero para soltar dinero a gente que no quiere trabajar.
En ciertos casos, cierto es que hay gente con múltiples derechos a cobrar bastante del Estado, en el caso de algún tipo de minusvalía o incapacidad. Naturalmente, se podría decir que este par de aprovechados son incapacitados en un modo: el producido por su indolencia y su descaro, desde luego. Amparados por un sistema que recompensa al vago y castiga al trabajador.
El padre de esta familia numerosa admite que podría trabajar pero que entonces ganaría mucho menos de lo que está recibiendo ahora en beneficios del Estado. Y además, se queja de que el dinero no les llega. ¿Difícil de entender, cierto?
Desgranemos el asunto: Una persona normal, en esta sociedad de crisis, ya es afortunada si mantiene su trabajo, especialmente en Limerick donde el varapalo ha sido consistente. La familia Harte vive en un pueblecito de Clare, otra región que tampoco ha salido ilesa de los numerosos despidos y la falta de creación de empleo e infraestructuras. Ahora bien, poniendo todo esto en cifras y en un mundo real, un trabajador normal tendría que ganar al menos 80,000 euros anuales para decir que gana 4000 euros al mes. Y cualquier persona que gane semejante cantidad en este clima de incertidumbre laboral debe tener un trabajo estupendo. Estupendísimo. En el caso de esta familia, su idea de hacer algo estupendo es hacer... absolutamente nada. Y como todos los que consiguen las cosas del modo mas fácil y sin esfuerzo, aún se quejan y piden más.
Además de su casita gratis, el dinero gratis, las 4 televisiones de plasma que poseen (incluyendo una de 50 pulgadas), sus dos coches, sus dos ordenadores (de los más caros, precisamente), y de haberse alojado durante tres meses en una suite de un hotel porque el Ayuntamiento no les pudo encontrar una casa adecuada para sus necesidades, se quejan de que las autoridades locales dicen que su casa no es apropiada para una familia joven (al tener una renta tan elevada, les van a quitar la ayuda del alquiler a no ser que se muden a una casa más pequeña y barata). Danielle dice que de seguir así la situación, acabarán viviendo en sus coches. Y su marido apostilla que hay un tipo que continuamente le pregunta si quiere trabajar con él, con un sueldo decente y sus 39 horas semanales garantizadas, pero admite que de aceptarlo, sería un gili, porque acabaría ganando mucho menos dinero y perdiendo algunos de sus beneficios.
En tiempos pasados, en los tiempos de nuestros padres, estar en el paro era casi una deshonra. En este país también, máxime cunado todo el mundo tiene derecho a subsidio. Aún así, las familias trataban por todos los medios de conseguir algo, lo que fuera, con la premisa de que el trabajo dignifica y ennoblece. Ir a pedir "el paro" era el último recurso, una manera ya desesperada de mantener a los deudores alejados de tu puerta y poder poner un poco de pan en la mesa. No un medio para comprarte el último modelo de portátil o de televisión de pantalla plana.
Ahora, para algunos, vivir del paro se ha convertido en una carrera más, como la de abogado o médico. Un modo de vida. Porque que alguien me diga, ¿cuánta gente tiene en casa 4 televisiones? ¿quién necesita 4 televisiones, de todos modos? Ger se lamenta de que su televisor, que le costó €2,000 es lo único que tiene a su nombre. Lo siento, pero mi tele no me ha costado tanto. De hecho, ni siquiera tengo una televisión de pantalla plana aún. Claro que tal vez se debe al hecho de que no vivo de caridad.
Según un artículo del Irish Independent firmado por Ian O'Doherty, las pasadas Navidades, a petición de un amigo, se ofreció voluntario a ayudar a la asociación de St. Vincent de Paul a distribuir los sobres con dinero para los pobres de una zona poco afortunada del norte de Dublín. Y cuenta que, excepto una señora que cuidaba de sus nietos porque sus tres hijas estaban hasta el culo de crack, el resto de la gente que visitó con el sobrecito le produjo total repulsión. Y no por ser pobres, o ser yonkies o nada de esto, no, no. Todo lo contrario. Le repulsó el modo en que exigían y demandaban algo que se les da por opción. En su labor, encontró jóvenes como zombies demandando su "cesta de navidad" y cogiendo el dinero gratis sin un sentido de la vergüenza ni gratitud. Nada les impedía trabajar, estaban sanos, eran jóvenes. Naturalmente lo único que les detenía era su vagancia y esa idea de que tienen derecho a recibir algo de las agencias de caridad y de los voluntarios que los han acogido bajo sus alas.
Así que en estos tiempos de crisis en los que el gobierno busca el modo de recortar gastos y aumentar las vacías arcas de un estado desbordado por el creciente desempleo, lo que debería de veras hacer la autoridad pertinente es obligar a estos parásitos a trabajar.
Una idea sería mediante trabajo comunitario o voluntario (mejor dicho involuntario, porque se les debería "voluntariar" a trabajar por esos derechos cuando se trata de cantidades tan elevadas o de llevar años en el paro sin levantar un dedo y sin ni siquiera intentar conseguir un empleo).
Ojo, que no me estoy quejando de que se paguen beneficios, eso sería como tirar piedras sobre mi propio tejado. Si has trabajado x tiempo, pagando tus impuestos religiosamente, siendo un ciudadano responsable y dentro de la ley, naturalmente que tienes derecho a cualquier tipo de beneficio que te procure una vida digna sin pasar penalidades, pero otro caso diferente es el de personas que nunca han trabajado un día de su vida y no tienen intención de hacerlo y a los que el Estado garantiza una casa y enormes beneficios. De todos es conocido aquí en Limerick (y en toda Irlanda, pero hablo del caso que veo a diario) la "facilidad" con la que jovencitas menores de edad se quedan embarazadas para independizarse. Con 204 euros semanales más ayudas para los hijos y una casa gratis (amueblada y con la mayoría de facturas subsidiadas), es fácil vivir. De hecho, desde el pasado Budget (Presupuesto Gral.) muchos de estos beneficios se vieron recortados por el abuso, precisamente, de estas "niñitas" y de tantas otras "madres". Aquí es muy sencillo decir que el padre de la criatura te ha abandonado y no tienes medios. Conozco a gente que ha conseguido cunas, cochecitos y hasta sillas para el coche aduciendo "abandono". Y mientras, viven con su pareja tranquilamente que, trabajando en la construccóon, se ganaba más de lo que declaraba.
También se han recortado las prestaciones para los menores de 21 años (y mayores de 16) desempleados, que en lugar de ser de 204 euros semanales es simplemente de 100. ¿Y qué menor de 18 años ha trabajado lo suficiente para cotizar? Pero como digo, aquí no es necesario. A no ser que seas extranjero y entonces se te pide al menos haber vivido y trabajado en el país un mínimo de 2 años o 52 semanas de trabajo. De modo que, tal y como yo lo veo, un chico de 16 años con 100 euros semanales ya tiene más de lo que tenía yo a su edad, que viviendo con mis padres y dependiendo de ellos para todo, me tenía que conformar con 300 pesetas a la semana para mis gastos. Ahora, cualquier adolescente se ríe si su madre le da un viernes 20 euros para sus gastos. O 50, para el caso.
Volviendo a la familia Harte, sus "ganancias" se desglosan del siguiente modo: €480 en beneficio de desempleo. €800 al mes de ayuda para el alquiler y €1144/mes en beneficio infantil. Vivían en una casa de 8 dormitorios. Sin hacer tantos números como los que le gustan a Chema, tienen a un hijo por dormitorio y los padres ocupan el séptimo. Lo cual quiere decir que probablemente utilizan el octavo dormitorio como habitación de recreo. Estupendo. De niña yo vivía en un piso de tres dormitorios, de los cuales uno era salita (porque el salón se reservaba para las ocasiones especiales), y compartía dormitorio con mi hermana. ¿Acaso esta familia no podía "relocalizarse" a una casa de 4 dormitorios y tener a 2 hijos por habitación? ¿No suena medianamente respetable? ¿Razonable? ¿Tanta intimidad y privacidad ha de ser prioritaria...? Aquí os dejo una foto de esta joya de familia. Ger tiene 33 años y ella 31. Unas edades muy apropiadas para poder trabajar.
¡Yo también quiero que me esponsorice el Estado! ¡Quiero dos coches, y 4 teles (¿50"? Nah, algo más grande,por favor...!).
Cuando los Harte se convirtieron en grandes titulares de cómo vivir sin dar un palo al agua, alegaron que habían sido "malinterpretados" y que la prensa se ha cebado en ellos innecesariamente. Mas información de todo esto,
aquí. Me parece que, haciendo algunos cálculos, poco se queda en la imaginación para "malinterpretar".