domingo, 29 de mayo de 2011

29 de Mayo de 1991

No me puedo creer que hayan pasado 20 años ya. Casi lo recuerdo como si fuera ayer, por razones muy precisas.
Yo era una recién casada demasiado impresionable que compartía vida marital con un Policía Nacional y vivía en un pisito de tres dormitorios... en la calle de atrás de un cuartel de la guardia civil en una ciudad de la Costa Brava. Un pueblo pequeño como Vic.
No me hizo falta siquiera encender la televisión para saber lo que había pasado aquel 29 de Mayo. La comunidad de Policías, Guardias Civiles y sus esposas en aquel pueblo era pequeña y unida y el boca a boca llegaba antes que las terribles imágenes del telediario. Hoy en día, con Internet habría sido incluso más fácil enterarnos.
Me impresioné muchísimo con aquel atentado, mucho más de lo que podría haberme impresionado cualquier otro acontecimiento. Supongo que fue por el hecho de estar involucrada (sentilmentalmente)con alguien de las fuerzas de seguridad, o por el hecho de que antes de llegar a este pueblo, una de las posibilidades de destino había sido Vic, y la descartamos porque yo quería un lugar con playa, y ello te hace pensar qué habría pasado de haber escogido esa ciudad, si también habríamos alquilado un pisito al lado de aquella casa cuartel, si conocería a las mujeres de algunos de esos guardias civiles, a sus hijos...
Y nunca, nunca, olvidaré la imagen de aquella niña en brazos de un gardia civil con mirada perdida en el horror dde la masacre, con la zapatilla rota y el pie casi colgando a la altura del tobillo.


Las cosas se viven de otra manera cuando las vives de cerca aunque estuvieras a muchos kilómetros. Especialmente cuando de inmediato aprendes que aunque estés en una población aparentemente alejada de zonas problemáticas para la Policía o la Guardia Civil como lo era el País Vasco, todavía tienes que mirar por encima del hombro, revisar los bajos del coche y nunca sentarte de espaldas a una puerta en un lugar público. Son cosas que a día de hoy, sin relación alguna ya con el Cuerpo, aún mantengo.

Han pasado veinte años, pero en el fondo nada ha cambiado. Soy muy poco impresionable estos días y de todos modos, jamás he mostrado sentimientos de este tipo en público. Me he recubierto de una costra emocional que he forjado a pulso durante años. Pero hay cosas que no pueden olvidarse...

miércoles, 25 de mayo de 2011

CAJA VACIA


Pasamos por la misma calle cada día camino del trabajo, mi amiga María y yo. Y allí está él, en su rincón que huele a orín y suciedad, sentado en cuclillas, descalzo, con la barba grasienta y la mirada perdida. Hacemos como que no le vemos, como siempre. Porque no le queremos ver. Pero arrugamos la nariz como snobs, molestas por el mero hecho de su existencia, y seguimos nuestras vidas sin un ápice de remordimiento.

Hoy, sin embargo, ha sido diferente. El mendigo no estaba allí, y si María ha pensado en él, yo no lo sé, como ella no sabe si yo lo estaba haciendo a mi vez, porque nunca hablamos de "él". Dos metros más adelante, al volver la esquina, le hemos visto. Le atacaban dos adolescentes de malas pintas, de esos que visten de chandal claroscuro y van a la misma peluquería a por su corte de pelo estilo bacinilla. Le golpeaban con los puños y pies, tratando de quitarle una pequeña caja de cartón, tan sucia como él, a la que se aferraba como si fuera la vida misma.
María y yo, dos cobardes envalentonadas por la injusticia de la escena, hemos salido en su defensa, y al hacerlo, se nos han unido anónimos ciudadanos igualmente enojados por la escena, viandantes que, como María y yo, recorren la misma calle sin verle a diario. Algunos, si acaso, le habrán arrojado una moneda pequeña para aliviar sus conciencias. Los asaltadores han huido entre muecas de desprecio e insultos. Son más cobardes que María y yo.

Mientras María le ofrecía su botella de agua, yo le he ayudado a poner en pie. Me ha mirado con sus ojos vidriosos, legañosos, y me ha regalado una sonrisa sin dientes que de inmediato se ha truncado en un gesto de dolor. La caja ha caído al suelo, y al recogerla, he notado que no pesaba nada. No había nada dentro.
-No hay nada -he murmurado, confusa- ¿Iba a dejarse matar por una caja vacía...?
-No está vacía -ha respondido con voz grave- Está llena de mis sueños. Y eso es todo lo que tengo.

No está vacía.
La caja no está vacía.

No, no lo está.

domingo, 22 de mayo de 2011

LA DAMA DEL OBISPO



'There lived and died in Limerick city,
A dame of fame - Oh! What a pity,
That dames of fame should live and die,
And never learn for what or why.'

Era conocida como la Dama del Obispo, no por estar casada con uno, ni amancebada ni tener relación alguna con un hombre de sotana. Se la conocía así por residir en el edificio llamado el Palacio del Obispo, en Church Street en pleno corazón medieval de la ciudad de Limerick. Y la anónima Dama del Obispo, poco tenía de santa o piadosa. Todo lo contrario.

Era una mujer irascible, amargada y horrible hasta lo más profundo del alma, que pasaba sus aburridos días y noches bebiendo hasta caerse del taburete. Disfrutaba de fiestas salvajes, de largas sesiones de botella, de la compañia de hombres y de exhibirse a sí misma y su riqueza a los más atormentados por la miseria.
Tras su muerte, su alma fue denegada la entrada al Paraiso y fue enviada de vuelta a Limerick a redimir sus pecados. Su penitencia: asegurarse de que otros hombres y mujeres de su calaña cambiasen su estilo de vida.
Regresó al barrio en el que había vivido, a escasos metros de su Palacio, solo a la vuelta de la esquina, condenada a recorrer en las noches oscuras el puente que tantas veces había zigzagueado en su estupor etílico de regreso a casa de madrugada: Thomond.
 
 
Se dedicó a su tarea con dedicación, con pasión incluso, pegando sustos de muerte a aquellos que se atravían a cruzar el puente en estado de embriaguez. La sola visión de su feo y descompuesto rostro era suficiente para enviar a un hombre, mujer o niño díscolo a la iglesia más cercana a pedir a Dios por el perdón de sus pecados, los tuviera o no.
Aquellos a los que la Dama consideraba que no tenían redención posible, los empujaba sobre el parapeto del puente, arrojándoles a las frías y heladas aguas del Shannon. Si en vida no había tenido corazón, en muerte no era diferente.
 
Cuenta la leyenda que una noche un alcohólico y jugador compulsivo conocido como "El Borracho Thady" hizo una apuesta con unos amigos y se enfrentó a la fantasmal Dama en medio del puente. Enzarzados en batalla, Thady venció y la arrojó al río. La Dama se asió con fuerza a la piedra grisácea del puente de Thomond. Las huellas de sus manos aún son visibles en esa parte del muro.
 
¿Pero... se puede matar a un fantasma? ¿Regresó la Dama del Obispo? O sigue, quizá, en las noches sin luna, arrojando al Shannon a los que, como ella hizo hace siglos, beben hasta perder la consciencia...?
 

viernes, 20 de mayo de 2011

Recortables principescos...

Pues he aquí una selección de algunos de los vestidos que trae este librito de Tom Tierney conmemorativo de su boda. Además dentro encontré un cupón para recibir de manera gratuita los vestidos de la boda de ambos, en una edición que me enviarán a final de este mes.







miércoles, 18 de mayo de 2011

Un poquito de protocolo y algo de historia real

No es que vaya a ser una posibilidada, pero nunca se sabe, y más vale prevenir que curar, de modo que me he ido a visitar la página web de su majestad Lizzy y mirar los protocolos a tener en cuenta en caso de conocerla cara a cara, porque cada Casa Real tiene su librito.
Por ejemplo, la Reina dice que a estas alturas ya no hace falta que nadie le haga una reverencia, y en esto el protocolo simplemente dice que las únicas que deben reverenciar (en caso de querer hacerlo) son las súbditas británicas, de modo que las irlandesas no han de hacer ningún tipo de inclinacion real.
Jamás te aproximes a la reina. En el poco probable caso de que ésta quiera saludarse, ya se acercará ella. Eso, eso. Yo ni caso, que venga ella a mí, hombre.
No le des la espalda, jamás, siempre de frente. Y si estás en una comida o cena donde la Reina esté de invitada, cuando ella deje de comer, allí no mueve más los carrillos ni Dios. En el momento que la monarca termina su plato, han de dejar de comer el resto de comensales, así que si estás invitado a una comida con la Reina, mejor asegurarse si es de buen comer o si picotea, por si acaso (y nada de llevarse el tupper pa los restos, eh?). Si por el contrario estás invitada a "trabajar" en la comida y has de servirle, jamás de los jamases se te ocurra mirarla mientras lo haces.
Otra falta de protocolo sería querer hacerte una foto con Queeny, que sí, que seguro que mola mucho en el Facebook y le pones los diestes largos a los amiguitos, pero solo se permiten foticos oficiales.

La primera vez que se conoce a la reina, hay que dirigirse a ella como "su majestad" y después se la puede tratar como "ma'am", un termino mu britishshshsh. Un simple "hola, su majestad" es suficiente, tampoco hay que pasarse y preguntarle cómo está el tiempo en Inglaterra. A l Príncipe Philip, su esposo, basta llamarle "Su alteza real", está por debajo de la reina.
Además, que ni se te ocurra despedir a la reina y decirle que lo sientes mucho, que no puedes más con tu cuerpo y que la hora del té hace ya dos horas que se terminó, porque la reina se irá cuando le de la real gana. Cuando quiera irse, la señal será que pondrá su bolsito en la mesa. Mientras esté cómoda, el bolso de marras permanecerá en el suelo (qué cochina, cogiendo gérmenes).
¡Huy! Y no se te ocurra decir que tienes que ir al lavabo aunque trates de usar términos tan finos como... "voy a la salita de señoras" o algo similar, así que a cruzar las piernas y aguantarse mientras se esté en su compañía, a menos que sea absolutamente necesario, que mejor una carrerita a tiempo que dejar un charquito... tampoco iba a ser muy protocolario. O algo peor...
Y si la reina quiere hablar contigo, ella será la que escoja el tema, y queda absoolutamente prohibido hacerle preguntas, mucho menos sobre su vida privada, de modo que nada de preguntarle si los gorritos de las nietas en la boda del siglo se debían a una apuesta o es que las niñas simplemente tienen mal gusto.
Hablando de mal gusto, para conocerla se han de llevar ropas conservadoras, ni grandes escote, ni bling bling ni medias floreadas ni cadenas de Mr. T, ni hotpats.
La reina ha de ser la última persona en llegar a un lugar y a menos que te ofrezca la mano, uno no ofrece la suya primero. Queda absolutamente prohibido tocarla, en lo que se conoce ya como "hacer un Paul Keating", que es lo que sucedió cuando la reina visitó Australia y el Primer Ministro, todo ufano él, le dio un abrazo y luego le presentó a los presentes con su mano en la espalda de la monarca. ¡Eso no se hace! (Michelle Obama lo hizo hace un par de años también, pero es que la reina ya la había abrazado primero, se cogieron confianzas, y cuando se devolvió la visita... pues pasa lo que pasa, que la confianza da asco). Pero el Paul australiano era la primera vez que la veia, vaya por Dios.



Tampoco se le pueden decir cosas como "Espero que se lo pase bien"; hay que ser correctos y decirle "espero que su majestad se lo pase bien". Y si te pones nervioso y se te cae algo al suelo, NI SE TE OCURRA RECOGERLO!!! (que pa eso ya están otros... mmm).
Ea, con eso ya podéis daros un paseíto por Buckinham Palace la próxima vez e intentar perderos para dar cara a cara con la señora de la casa sin meter la pata...
Por otra parte, para no intentar aburriros con un tercer post sobre la reina, aprovecho y os hablo de algunos hechos curiosos de cuando para la monarquía británica era tan frecuente venir aquí como el que va a la casa del pueblo los fines de semana:

En 1821 el Rey George IV desembarcó en Howth (un pueblecito costero pegado a Dublín), más borracho que un cosaco, y parte de us equipaje lo componían 800 galones de cerveza (3600 litros) para los ciudadanos locales. Con estos datos, no sé yo si se lo bebería todo el monarca durante la travesía...
En 1849 la Reina Victoria visitó Irlanda para marcar el término de la Hambruna, una decisión bastate valiente si tenemos en cuenta que la mayoría culpaba precisamente a lo británicos por semejante desastre. Llegó con sus cuatro retoños, incluyendo Bertie, que entonces tenía 8 años y que sería luego el Rey Eduardo VII. Ella y su marido firmaron el Libro de Kells que ayer la Reina visitó en el Trinity College.
En 1853 Victoria regresó para darla publicidad a la Gran Exposición Industrial en Dublín, la más extravagante y costosa (pública, además) de la Irlanda del siglo XIX. Era la primera feria industrial de carácter internacional que tenía lugar en todo el mundo después de la Exposición de Londres en el Palacio de Cristal y cientos de mile de irlandeses acudieron a verla. El evento arruinó financieramente a William Dargan, el más grande ingeniero ferroviario irlandés y promotor de la esposición, por eso también se la conoce como la Muestra Internacional Dargan, pero gracias a ella se construyó más tarde la Galería Nacional.
En 1851 se había hecho el Carruaje de Estado Irlandés,  obra del Lord Major de Dublín. Hasta ahora, es usado por la Reina Elizabeth I en la apertura anual del Parlamento.


En 1861 la reina Victoria regresaba de visita una vez más. Bertie tenía ya 20 años y la actriz Nellie Clifden se encargó de "entretener" al joven príncipe en sus momentos de ... ejem... aburrimiento.
En esa ocasión se quedaron en Killarney, que por aquel entonces era un lugar para turistas refinados que la reina Victoria ayudó a popularizar. De hecho, monaña arriba hay un mirador natural con una vista espectacular donde los tres lagos se unen, conocido como "The ladies View" (La Vista de las Damas). Pero si esperáis visitar Killarney y encontrar real glamour, podéis ir olvidándolo: Killarney es apenas un pueblecito de cuatro calles convergentes y, eso sí, precios desorbitados. Sin embargo, aunque el pueblecito apenas sean cuatro calles malcontadas, su inmenso parque natural y los parajes que lo rodean lo convierten en un lugar único.
En 1868, cuando Victoria ya tenía 48 años, comenzó a cogerle tirria a los irlandeses. Al parecer no le hizo mucha gracia que la Corporación de Dublin se negara a poner una estatua del Príncipe Albert en St. Stephen's Green, o que se negaran también a rebautizar el bonito parque como Albert Green.


Así que a partir de entonce las visitas corrieron de la mano de Bertie y su joven esposa Alexandra, ahora ya Príncipes de Gales. Y el Alexandra College se nombró por ella.
En 1885 los ánimos no pintaban muy bien debido la Liga de la Tierra y el Acta de Gobierno de Irlanda, por lo que aunque en Dublín se recibió a los Príncipes de Gales con aplausos y fanfarrias, en Mallow (Cork), casi se organiza un motín, con silbidos y banderas negras y 3000 manifestantes enseñando los puños y maldiciendo a los británicos. La prensa inglesa, por su parte, diría que los Príncipes recibieron "una entusiasta bienvenida".

Creo, por lo que he oido en estos días, que la Reina Victoria visitó Irlanda por última vez en 1900. Estaba ya la mujer muy mayor (81 añicos de los de aquella época), y al parecer se despertó por la mañana bastante desorientada y sin reconocer la habitación en la que estaba, por lo que preguntó a su dama de compañía, que prestamente le respondió: "Majestad, estamos en las Estancias Reales del Castillo de Dublín, en Irlanda", a lo que la temperamental reina replicó: "¿Y quién ha sido el jodido imbécil que me ha traido a Irlanda?".
Los ánimos por entonces ya eran bastante amargos, y mientras la Iglesia Católica se negaba incondicionalmente a la visita, el público estaba entusiasmado, porque poara ellos era un día de fiesta y no tenían que ir a trabajar.
En 1903 , dos años tras la muerte de la Reina Victoria, el nuevo rey, Bertie, es decir, Edward VII regresó con Alexandra. Sin embargo su visita se vio empañada por la rebelde Maud Gonne, que en lugar de colgar de su ventana la bandera británica, colgó sus enaguas negras. Un capítulo merecedor de un buen post.




En 1904 regresa Edward con su esposa en visita privada y se quedan en el Castillo de Kilkenny, donde el primer baño en suite se instaló precisamente para él.
1907 vería su última visita, cuando vino para inaugurar la Exposición Industrial de Dublín en Herbert Park. Sin embargo, el reciente -y a día de hoy sin resolver- robo de la Joyas de la Corona Irlandesa ensombreció las celebraciones. El suceso es todo un misterio de novela policíaca. Se dice que el monarca exclamó ante la nulidad de las investigaciones: "No quiero teorías, quiero mis joyas".


La última visita de un monarca hasta la fecha de ayer, tuvo lugar en 1911, con la llegada del Rey George V y su esposa la Reina Mary y dos  de sus hijos, la Princesa Mary y el Príncipe Edward VIII que nunca llegaría a reinar porque abdicaría para casarse con Wallis Simpson. A Colin Firth, digo... al futuro Rey George VI lo habían dejado en casa.

Durante los siguientes 84 años, cualquier visita de miembros de la casa real a lo que se convirtió en la República de Irlanda, han sido de carácter privado. El Principe Charles visitó Dublin en 1995 para tratar de abrir puertas entre ambos países y fue recibido con huevos y patatas y violentas manifestaciones que le dejaron bastante acojonado.
Hoy se ha vuelto a hacer historia cuando la Reina ha visitado Croke park, escenario de una de las masacres más injustificadas de la historia sangrienta entre los dos paises cuando soldados británicos entraron en el estadio en medio de un partido y comenzaron a disparar indiscriminadamente contra el público y los jugadores: sucedió en 1920 y me parece que no me va a quedar más remedio que deciros que lo mireis en Wikipedia o escribir un tercer post.

martes, 17 de mayo de 2011

God Save the Queen

Llegó esta mañana con la brisa que presagiaba lluvia del mediodía. Escoltada por catorce motocicletas y una cohorte de coches bien blindados, se reunió con la Presidenta Mary McAleese en su residencia oficial en el Phoenix Park. Maravillosas imágines de concordia y paz siguieron durante toda la tarde...

Queen remembers victims during historic Ireland ...

Britains Queen Elizabeth meets students ...Britains Queen Elizabeth and Irelands ...
Britains Queen Elizabeth lays a wreath at ...

Queen Elizabeth speaks with harpist Siobhan Armstrong ...

Pero la televisión irlandesa se cuidó muy mucho de mostrar estas otras imágenes, que sucedían en calles no muy lejanas... y que las televisiones británicas no dudaban en mostrar (todas las fotos pertenecen a Reuters):

Queen remembers victims during historic Ireland ...
A youth throws a missile at Irish police officers ...
Riot police form a line during disturbances in ...
Youths push a burning rubbish bin towards riot ...
A protestor is stopped by police in a street ...
Members of the Irish police clash with dissident ...
A youth throws a brick at riot police during ...
IDissident Republicans clash with Irish police ...
Anti British protestors clash with police in ...

Cien años desde que un monarca británico pisó por última vez suelo irlandés. Una mujer de 84 años con una agenda apretada y probablemente el miedo en el cuerpo.
Qué pena me da que un lugar que tiene tanto que ofrecer, no desee olvidar y poner "los problemas" donde deben estar: en el pasado.
Eso sí: cuando se quedan sin trabajo, ¿a dónde emigran los irlandeses? Er... si, a UK, que lo tienen bien cerca, o en el mejor de los casos a Australia (mmm... Commonwealth).
¿A dónde suelen ir a pasar las vacaciones cortas... ? Err... sí, a UK. Los más cutres van a Canarias a mezclarse y beber con er... ingleses.
¿Qué equipos de fútbol son los más venerados? Er... Manchester United, Liverpool o Celtic.

No digo más.

lunes, 16 de mayo de 2011

No puedo esperar a ser mayor...

No puedo esperar a ser mayor. Tengo derecho a ser feliz, a estar a salvo, a estar abrigado, a sentirme querido y escuchado, a ser oido, a nunca, nunca... temblar o sacudirme, o que mi inocencia sea golpeada a puñetazos, a patadas o forzada.

Lucharé por el derecho de los niños como yo que no tienen una infancia.
No puedo esperar a hacerme mayor.

El siguiente vídeo pertenece a la campaña de la ISPCC (Sociedad Irlandesa para la Prevención de la Crueldad en Ni­ños). Es objeto de debate en los medios de momento, debido a su alto contenido de violencia explícita.
Es fuerte. Pero más lo es saber que estas cosas no suceden solo en un vídeo grabado con actores. Cerrar los ojos, es cerrar los ojos a la realidad, y lo que es peor, no hacer nada por evitarlo.


sábado, 14 de mayo de 2011

IMPROMPTU

Pues tan (im)prontu como ha sucedido os lo cuento: hace apenas diez minutos he oido sonido de timbales al otro lado de mi ventana. En Catherine Street, la calle que atraviesa la mía, había un chico tocando un timbal. Nada raro aquí, podría ir o venir de algún ensayo o incluso del Mercado, donde suele haber buen ambiente musical los sábados por la mañana. Podría ser un busker camino a alguna esquina donde ofrecer su arte por unas pocas monedas. Pero al rato he oido sonido como de batons golpeando unos contra otros y no han tardado ni dos segundos en unírsele una banda que a simple vista despista...



Han comenzado una rutina de movimientos y hace música golpeando los bastones contra el suelo, cotra los otros en lateral, y contra los que se sostenían en alto a dos manos.




Pero a pesar de lo que pudiera parecer por las gafas de sol y los bastones blancos, no eran ciegos. Tras su rendición de batukada, se ha marchado cada uno a su aire.


Los estaban grabando con equipos de cámara profesionales así que imagino que, o se trata de un spot o -más que probable- de algún trabajo de la escuela de música y/o arte, algo del todo habitual por aquí.

Hace ya unos años, se armó la marimorena en Limerick cuando un grupo de estudiantes ensayaba para un corto que preparaban para la Escuela de Arte. Una de las escenas era un secuestro, donde abducían a (creo) una chica, asaltándola entre dos en plena calle e introduciéndola en el coche, a plena luz del día. Naturalmente la gente, asustada por lo visto, llamó a la policía que no tardó en dar con los "felices" culpables.
Me gusta mi calle y su ambiente, hasta cuando cae la noche y aparecen las Lumis (a las que por cierto, hace mucho que no veo).

viernes, 13 de mayo de 2011

Mis pendientes de Audrey

Gracias a los problemas de Blogger, este post se perdió en el limbo cibernético, pero no quería dejar de subirlo... una vez más (a ver si ahora es para quedarse o si vuelve a perderse en el espacio internauta...
El caso es que quería enseñaros estos pendientes que ha hecho mi amiga Cynthia y que ya lucen en mis lindas orejitas. Además he descubierto que éstos no me producen alergia así que estoy más contenta que unas castañuelas.
Como la foto de Cynthia es más bonita que la que iba a hacer yo, aprovecho y pongo la suya:


¿No son una cucada? Pues pasáos por su web, que tiene cosas realmente preciosas y hechas por sus propias manitas (picando en la imagen pasáis a su blog directamente):

NADA Shop

Soy una enamorada de los pendientes, conservo casi todos los que usé en los ochenta, que fueron muchos y muy estrafalarios... he de tener al menos unos 400 pendientes, ¿tendré algún día tiempo para contarlos...?

domingo, 8 de mayo de 2011

LA MUJER PIRATA DE IRLANDA

Se llamaba Grace O'Malley y era reina de Umaill, un reino al Oeste de la isla, en lo que hoy es el condado de Mayo, y se ganó el apelativo de la Reina de los Mares de Connaught.


Su nombre al nacer fue Gráinne Ní Mháille (o O'Malley)  y vino al mundo en 1530, mientras Henry VIII gobernaba en Inglaterra y era también Lord de Irlanda. Bajo las esctrictas normas del gobierno inglés, las princesas, príncipes y lores semiautónomes eran más o menos dejado a su libre albedrío. No sería así con la llegada de los Tudor.

Los O'Malley eran una familia poderosa en la costa Oeste y poseían varios castillos frente al mar para poder vigilar su territorio, que abarcaba gran parte del sur y oeste del condado, y cobraban impuestos a los que pescaban en sus orillas, incluyendo a los pescadores que venían desde Inglaterra. Grania creció entre la residencia familiar de Belclare y la Isla de Clare y recibió una educación exquisita: se sabe que hablaba Latín y que llegó a mantener conversaciones en esa lengua con la Reina Elizabeth I en su histórico encuentro en 1593, y debido a sus viajes, habalba además Español, Gaélico escocés y Francés.


Cuenta la leyenda que de adolecente el único deseo de Grace era is en misión comercial a España con su padre, y cuando le dijeron que no podía porque su larga cabellera se engancharía en las pesadas cuerdas del barco, se cortó casi todo el pelo para avergonzar a su padre y hacerle que la llevara. De esta manera se ganó el apelativo de Grace La Calva.

En 1546 se casó con Donald O'Flaherty, heredero de su título que no era sopaboba precisamente, ya que éste era tánaiste, o lo que es lo mismo, una especie de Viceprimer Ministro del país, que algún día gobernaría sobre la región de Connacht. De O'Flaherty tendría tres hijos: Owen, Margaret y Murrough, que merecerían post aparte cada uno, con sus propias e interesantes historias.
El caso es que Donald murió en batalla y tras volver a su "hogar" en Clare, en 1566 se casa por segunda vez, con Richard Bourke, más conocido  como "Iron Richard" (Richard de Hierro), porque el hombre siempre llevaba puesta una cota de malla heredada de sus antepasados anglosajones. O a lo mejor debido al hecho de que controlaba las fundiciones de hierro de Burrishoole, donde estaba su principal castillo y residencia.
Se dice que este fue un matrimonio de conveniencia por parte de Grace para agrandar sus pretigio y sus posesiones. Bourke era dueño del Castillo de Rockfleet situado estrategicamente cerca de Newporty también tenía territorios con importantes puertos donde podía esconderse perfectamente un barco pirata.
Se habían casado bajo una ley llamada Brehon Law, que sólo los ataba por un año legalmente. Al pasar el año, Grace se divorció de Richard y se quedó con el castillo, y dice la leyenda que cuando pasó el año, Grace y sus seguidores se encerraron en en Castillo de Rockfleet y llamó por una ventana a Bourke al que dijo: "Richard Bourke, te rechazo". Al parecer esas palabras tenían el efecto de terminar el matrimonio y como ella estaba en ese momento en posesión del castillo, pues para ella era. No hizo mal negocio, no (hoy en día el castillo está abierto al público). De este breve marido tuvo un hijo, Theobald Burke. Claro que se dice también que además de los hijos de sus matrimonios, tuvo al menos uno con otro hombre, ya que tenía fama de promiscua.



Su carrera "laboral" se desenvolvió desde muy joven en el comercio nacional e internacional por barco, que aprednió de su padre a pesar de que éste se buscó cualqueir excusa para no llevarla en sus viajes, y con toda probabilidad sus actividades marítimo-mercantiles comenzaron cuando se estableció con su primer marido en un castillito bien situado junto al mar.
Cuando Donald murió en batalla, el clan de los Joyce tomó uno de sus castillos, y Grace con sus seguidores lo recuperaron, impresionando a los Joyce por su habilidad en la lucha (para ser mujer, añadiría sin duda alguno de los guerreros). De hecho era tan hábil que los Ingleses trataron en una ocasión de atacar el castillo (conocido hoy como Hen's Castle) y Grace se fue a las almenas, cogió plomo, lo derritió y lo arrojó sobre las cabezas de los soldados atacantes. Aprovechando la confusión - y sin duda el pánico- pidió ayuda enviando a una hombre que encendiera unas almenaras en la cercana Colina de doon, que había ordenado instalar hacía algun tiempo para ese propósito. La ayuda llegó y echaron a los ingleses cagando leches como el que dice, que nunca más se atrevieron a atacar la fortaleza.
Fue más o menos por entonces que los líderes de Galway se quejaron al concejo Inglés de Dublín de las actividades piratas de Grace y su difunto marido, y es que Galway cobraba impuestos a los barcos que comerciaban allí y los O'Flaherty decidieron hacer lo mismo con los barcos que viajaban en sus aguas. La misma Grace paraba y abordaba a los comerciantes y demandaba dinero o una porción de la carga a cambio de poder pasar hasta Galway. La resistencia se respondía con violencia e incluso con la muerte.
En los años de 1560 se dedicó a reclutar hombres de Irlanda y Escocia como mercenarios y para ganarse el favor de los ingleses, que estaban reconquistando Irlanda en aquellos años, le ofreció al Lord Diputado de Irlanda doscientos hombres para que sirvieran a los intereses ingleses en Irlanda y Escocia.

Muchas leyendas, canciones y poemas han sobrevivido desde entonces, y una en concreto tiene que ver con n incidente acaecido en Howth (en Dublin), que aparentemente sucedió en 1576, y que habla de que durante un viaje a la capital de la isla, Grace intentó visitar cortesmente el Castillo de Howth, la casa del octavo Barón de Howth. Sin embargo, le fue informado que la familia estgaba cenando y que las puertas del castillo le estaban cerradas.
En venganza, secuestró al heredero e hijo del Conde, el décimo Barón y solo le dejó libre cuando le prometieron que las puertas permanecerían siempre abierta a visitantes inesperados y que reservarían un sitio extra en cada comida. El señor de Howth le dio a Grace un anillo como garantía de su promesa, que hoy en día aún tiene un descendiente. En cuanto a la promesa, los descendientes del Barón aún la mantienen.

Otra leyenda habla de un cacique que se atrevió a robar a Grace y tomó refugio en una iglesia. Ella prometió esperar fuera y así se lo hizo saber, que podía morirse de hambre dentro o rendirse. Pero el ladrón excavó un túnel y el ermitaño que cuidaba la iglesia rompió su voto de silencio para reprenderla por querer hacer daño a alguien que había buscado santuario. La respuesta de ésta no se incluye en la leyenda, me pregunto si contiene una palabra que empieza por F y termina por k.

En 1593 dos de sus hijos y su medio hermano fueron cogidos prisioneros por Inglaterra y Grace embarcó rumbo a la isla vecina para pedir a Elizabeth I por su liberación. La reina hizo muy buenas migas con la irlandesa y accedió a liberarlos a cambio de acabar con el pirateo contra su pais. Sus discusiones tuvieron lugar en Latín porque ni la reina hablaba irlandés ni Grace hablaba inglés.
Cuando se conocieron en la corte, Grace iba vestida con un bonito traje de seda, y ambas estaban rodeadas de guardias y miembros de la corte real, y Grace se negó a hacer la consabida reverencia porque no la reconocía como reina de Irlanda. También se rumorea que tenía una daga oculta que le fue encontrada cuando los guardas la cachearon a la entrada, y salvó el cuello porque les aseguró que la llevaba para su defensa personajjl y no para atentar contra la vida de la reina. También se cuenta que estornudó y una aristócrata le pasó un pañuelito finamente bordado, en el que la irlandesa se sonó la nariz, hizo una bolita y lo tiró al fuego, dejando a media corte horrorizada. Al parecer su explicación ante tanto shock fue que en Irlanda un pañuelo usado se consideraba sucio y había que destruirlo. Lástima que los clínex no se inventaron hasta varios siglos después...

Algunas de las promesas, la reina no cumplió (una de ellas era que detituyera al Diputado de Dublin, que hizo, pero que al cabo del tiempo volvió a poner en su cargo), y así Grace tampoco cumplió su mitad del pacto y volvió a atacar barcos enemigos.
Se cree que Grace O'Malley murió alrededor de 1603 en el Castillo de Rockfleet, más o menos sobre las mismas fechas en la que falleció Elizabeth I.

jueves, 5 de mayo de 2011

No estaba muerta, que estaba de parranda...

Volví, volví. Me perdí la boda real aunque en el fondo no hubo manera de perdérsela, ¡estaba por todas partes!
Me fui a Madrid para acudir a la entrega de una calle a Purita Campos, Jan, Carlos Giménez y el desafortunadamente fallecido Víctor de la Fuente en el municipio de Getafe y me lo pasé de fábula. Chapó por la organización, que a pesar de ser este su primer evento comiquero (ESCOGE), lo ha sabido hacer como si llevaran veinte años practicando...



Si algo admiro de Carlos Giménez es su libertad absoluta de movimiento. Viene y va a su aire. Acaba su trabajo, recoge sus bártulos y hace mutis por el foro. Pero no es ningún antipático, se puede hablar con él cuanto se quiera. He leido Los Profesionales, Rambla Arriba, Rambla Abajo y estoy inmersa en Paracuellos. No solo es un gran dibujante, sino un gran narrador de la realidad: la que conoce, la que le tocó vivir.


¿Y qué decir de Jan? Entrañable donde los haya. A pesar de su sordera, visiblemente emocionado, con la voz entrecortada y rota nos dedicó a todos unas palabras para expresar lo que este premio significaba para él. Gracias a Dios Superlópez se quedó quitecito en algún rincón de su bolsillo y no se llevó la placa volando.


Pura se emocionó muchísimo al recibir su premio. Tanto, que nos emocionó a los presentes también, y el reguero de lágrimas continuaría poco después, cuando le dieron el premio a la viuda de Victor de la Fuente. Momento cumbre plañidero. Dicen los de la organización que el año próximo regalará clínex con el logotipo del Escoge. Promuevo la iniciativa.
Volviendo a Pura: me perdí la entrega de la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes. Estaba invitada pero las fechas me venían fatal, a principios de Noviembre del año pasado, a caballo entre mis recién acabadas vacaciones y el Expocómic en Madrid... así que poder estar presente y ser testigo de este momento histórico (son los primeros historietistas de toda España en tener calle a su nombre). No le dan una calle todos los días a una gran amiga tuya. Y una gran persona, que no dudó en compartir el premio con todos y en dedicar en sus breves palabras el mismo al mundo del cómic en general.


Arriba, con Carlos Portela, guionista de las Nuevas Aventuras de Esther y su Mundo que está además a punto de estrenar la serie Piratas en Tele 5. viniendo de él, estoy segura de que será todo un éxito, como lo han sido Padre Casares o Matalobos, entre otras. Además me he enterado de algunas cosillas del rodaje de Piratas y de lo próximo que está preparando: la serie NO autorizada sobre la Pantoja, que le dará, de seguro mil vueltas a la version "autorizada" que prepara otra productora. Pero de estas cosas podréis enteraros en la revista de Junio de Foroesther, así que estad atentas a vuestras pantallas (las del ordenador y las de televisión).


Y Purita Comparte el premio también con sus fans: aquí con una de mis mejores amigas, Ilenka y su hija Esther. Y además, nos deja ésto a todos sus fans:


El viaje de regreso no fue como esperaba. Mi vuelo de vuelta, con Ryanair porque no pude conseguir vuelo en ninguna otra compañía, salía a las 6.30 de la mañana del Lunes con destino a Londres, y allí tenía apenas dos horas para coger el vuelo a Dublín. Un poco justo, lo sé, pero siempre que he volado con Ryanair, que en los años de bonanza tenía vuelos irrisorios a casi cualquier rincón del mundo, no se ha retrasado más de media hora y luego el piloto debió meter el acelerador porque aún tengo la trompetilla del séptimo de caballería en el oido anunciándome que "otro vuelo de Ryanair ha llegado a tiempo". Ya iba a ser mala suerte que el Lunes se retrasara y perdiera yo mi vuelo London-Dublin.
Pues se retrasó. Cinco horitas.
En el mostrador de Ryanair fueron muy amables y me pusieron en un vuelo directo Madrid-Dublín que supuestamente salía a las 6 de la tarde y que finalmente despegó a las 7.30. Catorce horas y media aburrida de mí misma (llevaba allí desde la 5am) en el aeropuerto de Barajas. Y coo habían de expedirme billete nuevo, hasta las 3 de la tarde no pude entrar al interior, que al menos tiene algunas tiendas y un par de terminales de internet que no sirven para nada y que funcionan a empujones a 1 euro por 15 minutos.
Llegada a Dublín y cogida por los pelos del último autobus a Limerick. El último de Bus Eireann es a las 7.30 pero afortunadamente hay una empresa privada que viaja a Limerick tres o cuatro veces al día y que tenía un autobus a las 9:45, porque el siguiente ya era a las 12.30 y habría hecho noche en la capital después de 21 horas sin dormir. Pero cogí a tiempo el de las 9:45 y a la 1am ya estaba en Limerick deseando ver mi querida camita.
Quiero ir a Cádiz en Junio, pero ¿me creeréis si os digo que estoy cansada de aeropuerto?