lunes, 13 de marzo de 2023

La tejedora depredadora

 Hay una araña fuera de mi ventana. Laboriosa. su trabajo le aporta múltiples beneficios en forma de bichitos voladores de diverso tipo. Mantiene una dieta variada.

Me aterrorizan las arañas más ue darme asco, principalmente porque soy muy alérgica a sus picaduras. de stos Hace años, cuando vivía en un pueblo costero de Girona, solía hacer un rcorrido en bici de montaña al caer la tarde. El recorrido pasaba por subir a una pequeña montaña y en uno de estos paseos tropecé con una piedra que me lanzó volando manos por delante contra el terreno. Y miren ustedes por donde debí molestar a una araña quizá en su hogar bajo alguna roca/hoja/tierra, o quizá simplemente pasaba por allí,

el caso es que al día siguiente me levanté con el dedo corazón de la mano derecha como una salchica. De esas alemanas gordotas y mucho dolor. Mi médico, tras observar con su lupita detenidamente me preguntó si había ido de picnic unos días antes a algún campo. Le dije que no, que mi contacto con la naturaleza se limitaba a mi recorrido de lunes a viernes con la bicicleta. Y al relatarle mi ruta, se le encendió la bombilla y me indicó dónde claramente un arácnido me había clavado sus no tan microscópicos colmillos. Aquello que yo creía era un raspón de la caída. Al parecer esa montañita adonde las familias suben los fines de semana de buen tiempo a pasar un día de cervezas, juegos con los niños y filetes empanados, tiene una especie de bichito autóctono y me había provocado una alergia que fue el desencadenante de hallar mi alergia a sus picaduras. No es demasiado grave mientras sean criaturas pequeñitas, como esta que al parecer es apenas del tamaño de un punto gordo. Pero puede serlo si se trata de una especie mayor y venenosa.

Yo me mantengo alejada de todas las especies, inlcuso de esas que dicen que no "pican". Me suecede algo curioso: durante mi infancia compartía dormitorio con mi hermana. Mientras ella se levantaba a veces prácticamente cubierta de picaduras de mosquito, a mí no me ha picado uno en la vida (al menos que tenga conciencia de ello). Incluso una vez, durante unas obras y un verano caluroso, se nos colaron en el dormitorio una colonia de gruesas polillas marrones. Muy bonitas ellas. Muy fans de las zonas cutáneas expuestas al aire de mi hermana. La pobre se levantaba con unos ronchones enormes y picajosos mientras yo... lucía una epidermis perfecta.

Volviendo a la araña tras el cristal de mi ventana, en otro momento ya me estaría poniendo nerviosa con el pensamiento de que el buen tiempo lelga pronto, esta habitación es un horno y siempre suelo dejarla abierta desde mediados/finales de marzo. La idea de que encuentre refugio al otro lado del cristal me produce pánico, pero la mudanza queda ya a la vuelta de la esquina y me entretengo mirándola subir y bajar y reparar su telaraña,como hace un momento, cuando me ha tenido entretenida mientras tejía en círculos.

Fuera llueve. Y me pregunto qué come cuando no caza...

domingo, 12 de marzo de 2023

Cosas que no te cuento

 Estos últimos años he estado un poco vaga a la hora de escribir. Aquí en el blog, porque proyectos y escritos no me han faltado.

Con la Editorial Dolmen publicando las páginas que quedabande Esther tras el cierre de EDT/Glénat (todo lo de Pecosa y las páginas inéditas en España), he aportado uno o dos textos a cada tomo, más algún texto para otros tomos de tebeos de chicas de la misma editorial (el de Trini Tinturé y el de Caty, la chica gato). Y por supuesto, tengo mis propios proyectos bajo el brazo que nada tienen que ver con el cómic.

Pero estos últimos años han sido complicados en muchos otros aspectos y tras acabar el libro de Las Chicas son Guerreras, me prometí darme un respiro de un año en todo lo relacionado con la escritura. Solo que ese año se convirtió en más de uno, de dos y... de tres.

Primero llegó la pandemia, y mientras el mundo se dedicaba al ostracismo y yo disfrutaba del silencio al otro lado de la puerta de mi casa (donde los estudiantes por lo general tienen su reino), también me llegó una época de trabajo sin cesar. Cuanto menos salía la gente,más trabajo teníamos en esta empresa con nombe de fruta o vástaga de Gyneth Paltrow.

Terminaba mis días exhausta. Cuando normalmente me voy a la cama sobre las 8.30 de la tarde, para leer en paz y tranquilidad hasta las 11 o 12 de la noche, se me cerraban los ojos y el libro literalmente caía sobre mi rostro.

Todo el dinero que no empleé en comprar ropa esos dos años, en no poder salir porque aquí los bares continuaron cerrados la mayor parte del tiempo (excepto en verano), lo empleé para renovar las cortinas de la casa, la ropa de cama y algunas cosas de cocina.

Después llegó el 2022. Fue el año en el que el guiri y yo dijimos al fin "Sí quiero", en una ceremonia humanista, íntima y con poquitos familiares y amigos.

También fue el año en que mi precioso gatito Pepper falleció (en septiembre) de una condición cardíaca fulminante que se lo llevó de nuestro lado en apenas una semana. Un golpe del que creo jamás nos recuperaremos, aunque vendrán más gatos, cada uno con su carácter y sus manías y cada uno el rey de su casa, esa en la que nos permiten vivir.

Y fue el año en que nos decidimos a comprar casa. Sí. Ya sé qué van a pensar: que a buenas horas, mangas verdes. Pero siemprehe sido un culo de mal asiento. Muy mal asiento. Nos lo planteamos cuando vivíamos aún en Limerick y yo no estaba convencida. De lo que sí estaba convencida es de que no quería quedarme allí para siempre, y una casa es un ancla demasiado pesada. 

aunque llevamos en Cork exactamente 10 años (nos mudamos en Febrero del 2013, no ha sido hasta ahora que nos hemos decidido, precisamente por la edad y por todo un cúmulo de circunstancias. Quizá no ha sido el mejor momento, justo tras la pandemia y en medio de una crisis importante a nivel mundial. Pero las cartas se han dado así y tras muchas lágrimas, lo hemos conseguido.

Muchas lágrimas porque ya nos íbamos a rendir. Comenzamos el proceso en Junio. Antes de poder mirar casas debíamos conseguir el AIP que es un aprobado en principio por parte del banco que,con la información y la documentación aportada en estos momentos, no hay problema para darnos una hipoteca.

Y tras ellos comenzó el largo periplo de visitar casas, de enamorarte de algunas, de poner una oferta y que al final acabe vendiéndose por 20-30 mil euros más del precio de salida. O 50 mil. Porque aquí has de pujar y el que puje más se la lleva. También nos hemos dado de bruces con casas que se caían de viejas, con habitaciones diez veces más pequeñas de lo que veíamos en las fotos, de estancias sin enchufes donde había que hacer una obra completa para modernizar lo más esencial.

Y en diciembre, el día antes de Nochebuena, encontramos LA casa, en la zona que nos gustaba, de tamaño normal, relativamente nueva (a ver, es una casa de 1950 pero bien mantenida y modernizada) y los dueños aceptaron nuestra oferta más un poco más para llegar a un acuerdo al día siguiente de ver la propiedad, que además tiene un jardín que va a ser un nuevo proyecto (uno delante de la casa y otro detrás) que me va a ocupar bastantes horas y viajecitos a comprar plantas y material.

La venta ha sido rápida, con sus altibajos y sus burocracias, con un abogado que es un borde sin filtros que no recomendaré a nadie, y con una broker que ha sido una santa. Ahora solo estamos esperando a que el banco envíe el dinero y nos den las llaves y mudarnos. Porque desde antes de Navidades vivimos entre cajas y mucho polvo (¿se mueven las cajas por la noche para crear tanto polvo que no tengo sitio de limpiar?).

Ahora llegará el temido día de la mudanza. El traspasar (si podemos) las cuentas de electricidad, gas e Internet, de cambiar la dirección en absolutamente todo (me estoy haciendo una lista porque es increíble la cantidad de cosas a tener en cuenta). Queda limpiar la casa que dejas atrás e ir pintando la nueva. Y limpiando sobre la marcha. Y comprando muebles. Cambiando cosas, restaurando otras. 

Y quizás, solo quizá, retomando la costumbre de asomar la patita por aquí, protestar de todo un poco, enseñaros el antes y el después (no creo), y seguir escribiendo aunque nadie visite este rincón que quedó olvidado en el ático de mi cerebro.

El tiempo dirá. Si lo tengo...

Y fue 

sábado, 1 de enero de 2022

De libros que no leí

 Me puse un límite de 55 libros, bastante menos de lo que solía leer. Ni siquiera he llegado, me he quedado en 50. Estoy sufriendo transtornos en el sueño que me impiden dedicar las horas que dedicaba antes a la lectura. Cuando se me empiezan a cerrar los ojos, he de cerrarlos porque sé que despertaré tan solo unas horas después para estar desvelada durante un buen tiempo o no volverme a dormir. Han sido 50, y estos son los que leí:





viernes, 10 de septiembre de 2021

Historias de la calle

 Durante años, mientras vivíamos en Mallow Street en Limerick, con mi mesa frente a la ventana he sido testigo -y contado por aquí- los sucesos frecuentes que sucedían más a menudo de lo que me gustaba: vehículos chocando en el cruce, un par de veces incluso invadiendo la acera y llevándose por delante las barandillas de hierro de los fosos de la casa georgiana de la esquina.

He visto a monjes rezando frente a la clínica de planificación familiar. He visto manifestaciones contra el aborto. A favor del aborto. Manifestaciones, procesiones, cabalgatas, grupos de música desfilando, veteranos de guerra, orgullo gay...

He visto a las prostitutas en la esquina de Catherine Street tiritar de frío. 

He presenciado incendios en el edificio colindante.


Y luego nos mudamos a Cork, a una callecita que bien podría ser un pueblo independiente,con sus bares, su farmacia, sus tiendas dealimentación y más o menos todo lo que puedas necesitar en el día a día a mano. Mi médico estaba a unos pasos, unas puertas calle abajo en la acera contraria; la oficina de correos, 10 casas más abajo solo. Me dije que aquí acababan las aventuras, especialmente porque esta vez la ventana frente a mi escritorio no daba a la calle sino al patio trasero y los jardines de las casas opuestas y las de los vecinos.

ERROR...

Estamos relativamente cerca de la Universidad de Cork. Calle arriba hya una residencia de estudiantes y muchas de las casas se han ido alquilando a estudiantes. Es una calle, en general, ruidosa por las noches con el ir y venir de juventud hormonada y alcoholizada, pero en general, carente de problemas.

Más o menos.

Nuestra puerta ha sido aporreada a altas horas de la madrugada por estudiantes ebrios con la dirección equivocada pidiendo entrar a la fiesta (la única fiesta a las 2am que iban a encontrar es la Pijama Party de Morfeo,y no,no estaban invitados). Hace meses pusimos un timbre con cámara y ahora tienen a bien darle al timbre en lugar de aporrear la puerta.Lo bueno de ello es que el timbre lo puedo desconectar por la noche (el sonido, al menos).

Antes del Covid hubo un asesinato calle abajo, de hecho, en la casa pegada a la oficina de correos. Un estudiante que ni isquiera vivía ne esa casa, que había acudido a una fiesta fue acuchillado en el cuello. Toda nuestra mandzana estuvo cerrada al tráfico y peatones durante una semana. Después hubo controles policiales durante un tiempo y el ruido y las fiestas se acabaron durante un tiempo.

Meses después (antes del lockdown) se encontrá a un señor asesinado también en su casa calle arriba. Detuvieron a la hermana poco después. 

Pero antes de estos hechos oscuros y letales,he visto la muerte pasearse enfrente de mi casa: justo la casita de enfrente, junto al pub, estaba habitada por un señor mayor que falleció de causas naturales y vi cómo lo sacaban en su bolsita negra una ambulancia. La casa la vendieron sus herederos y hoy es casa de estudiantes,después de que tirasen todo excepto la fachada para ampliar el aforo.

En la manzana calle arriba, una señora iba conduciendo cuando le dio un infarto y se estampó con un coche aparcado. Ella murió del infarto y afortunadamente en el coche aparcado no había nadie.

He visto funerales de oriundos del barrio, el coche fúnebre seguido de amigos y familiares; de vecinos célebres (el dueño de un bar en la calle de abajo); de un parroquiano del bar de enfrente,que fue recibido con aplausos del dueño/camarero/otros parroquianos cuando el cortejo pasó por delante camino de la iglesia.

Llegó el Covid y el silencio nos invadió como una ola pero no duró demasiado: fiestas clandestinas casi cada noche.

Antes del covid, también, he sido testigo de las marchas celebrando el Alzamiento de Pascua. Cada Lunes de Pascua. Pasan por delante de mi puerta. Ya se les echa hasta de menos.

He visto peleas de borrachos, de estudiantes, de novios. Partidos de futbol improvisados a las 3am. Carreras de monopatín. 

Y este lunes, a una señora con trastornos mentales desde las 9 hasta las 11 canturreando casi en trance una serie de frases: "los vecinos me han vendido el alma""Los medicos han vendido mi alma" e intercambio de palabras y adicion de otras en un galimatías que no tenía sentido. Empezó sobre las nueve de la noche delante de un edificio al otro lado de la calle pero com oabrimos la puerta para ver qué sucedía, nos debió ver y se colocó justo debajo de una de las ventanas de nuestro dormitorio. El tono repetitivo y a veces más alterado hacía imposible concentrarse en la lectura y no tenía visos de irse pronto.

A las 9:20 llamé a una ambulancia porque cada vez estaba más agitada y no quería salir a hablarcon ella y preguntarse si estaba bien por temor a que se volviese violenta (nunca se sabe). Me hicieron una serie de preguntas que casi me hacen perder la paciencia, tras explicar que llamaba porque había una mujer de edad indeterminda con signos evidentes de algún tipo de problema mental que parecía necesitar ayuda. ¿Las preguntas?: "¿Respira? ¿Está consciente? ¿Está armada?", entre otras.

A las 10 se movió un pr de puertas más abajo sin dejar su cantinela. Primero se sentó en el suelo y luego directamente se tumbó. Pasó un furgón de la Garda pero no debieron verla porque continuaron su camino. Detrás pasó un coche con un chico que se detuvo,bajó la ventanilla y le preguntó si se encontraba bien. Aparcó el coche y se quedó con ella y llamó a una ambulancia. Salí para decirle que hacia ya 45 minutos que habíamos llamado a una ambulancia y no venía nadie por lo que llamó a la policía también.

La ambulancia nunca se presentó. La Garda apareció a eso de las 10.30 después de que unos chicos que paseaban al perro y ivían cerca le trajeran una silla y estuviesen hablando con ella tratando de ver is había alguien a quien podían llamar, si se había tomado la medicación, si había algún médico a su argo a quien pudieran telefonear. Cuando llegó la Garda se quedaron con ella a la espera de la ambulancia, pero tras ver que no lelgaba, la subieron al furgon e, imagino, la llevaron ellos. Tiene 60 años y se llama Anne.

Y estas son las cosas que pasan en mi "tranquila" calle. Y como todo... no será lo último.


sábado, 23 de enero de 2021

Cosas sin importancia (ideas brillantes V)

Terminamos 2019 con todo lo importante cogido: el hotel y la ceremoniante.

En enero de 2020 tras firmar todos los contratos con Geraldine,nuestra ceremoniante humanista, me quedó todo más claro respecto a cómo funcionan las bodas legales seculares aquí.

Podíamos casarnos por lo civil n el registro, pero es una ceremonia fría y totalmente dedicada a firmar los papeles y adiós, prácticamente. Ni el Giri ni yo somos religiosos pero tampoco queríamos una ceremonia fría sin más. De ahí el decidirnos por una ceremonia humanista,basada en el respeto mutuo con un tinte feminista,en el que la mujer no es "entregada" a su pareja ni tampoco se convierte en una ceremonia aburrida (espero) y vacía de palabras. Geraldine es poetisa y escritora, razón por la que decidí escogerla entre todos los ceremoniantes disponibles.


Y llegó el Covid. Tuvimos suerte porque la ecatombe llegó dos días después de nuestro regreso de vacaciones en Riga (Letonia). Una semana de esparcimiento done la gente aún pensaba que estábamos a salvo de algo más que una gripe fuerte que estaba contenida.

Aún así en otros ámbitos (laboral sobre todo),no nos afectaron los cierres. Con los bares cerrados,mi hígado agradeció el descanso y al principio llevé mal el no salir a tomar unas cervezas los viernes o a comer cada semana. Luego nos fuimos ajustando, pero eso no tenía nada que ver con la boda, ya que esperábamos que llegado Mayo del 2021 todo estuviera ya controlado y volviésemos a la normalidad. Sonsa!!

Igualmente, el dinero ahorrado en salidas lo empleé para comprar cosas relacionadas con el evento,cosillas que normalmente se dejan para el final o en las que no se piensan demasiado. Lo que tenía claro es uqe no deseaba cosas superfluas. Tengo muy claro que no quiero una tarta,algo totalmente prescindible. Quizá me decida por cupcakes. La razón puede ser un tanto egoísta: soy diabética. Y si yo no puedo comer tarta, me parece un poco cruel ver a los demás comerla. Sobretodo cuando el menú de la comida tiene una selección de 5 postres minis para cada persona.

Lo primero fue el vestido. No quiero tampoco un vestido de boda. Ni soy gallina pa caldo,ni me gustan demasiado. Siempre me han encantado los vestidos años veinte,de los cuales tengo algunos,y una inmensa colección de sombreros. Así que me decanté por uno color melocotón pálido. Y unos zapatos plateados de Jimmy Choo, porque una boda sin zapatos de diseño es como panadero sin pan. 

Después llegó la diadema (porque soy muy reinona), los regalitos para los invitados, los props para el Photocall, el marco del photocall, el álbum de firmas,los bolígrafos (muy yo), las invitaciones... ¿me dejo algo en el tintero? Posiblemente.

Llevo tres damas de honor. Les he comprado y entregado sus vestidos, color burdeos, largos.

Y tal y como llegaba elinal del 2020 medaba cuenta de que nada de esto iba a suceder. Durante el confinamiento, las bodas se han visto reducidas a 25 invitados. Quitar a 10 personas de mi ya reducida lista era un no-no para mí.

En caso de confinamiento (nivel 5 como el que tenemos ahora mismo),las bodas se reducen a 6 invitados.

También habría que añadir que para viajar -Irlanda no ha comenzado a pedir PCR para poder entrar hasta el 16 de Enero del 2021), habría que hacer 14 días de cuarentena -con o sin PCR- o una PCR al quinto día y si sale negativa ya puedes dejar de hacerla.

Muchos de mis invitados ya comenzaron a avisar que posiblemente no vendrían y con cuánto tiempo de antelación debían avisar.

Decidimos aplazar la boda un año, con la esperanza de que -como se espera-  la vida vuelva a la normalidad en verano de este año (dentro de sta NUEVA normalidad). La mascarilla es lo que menos me preocupa, pienso llevarla durante mucho, mucho tiempo. Es algo que de hecho ya quería llevar con antelación en ciertas circunstancias.

Cambiamos la fecha al 28 de Mayo de 2022. El hotel tenía ese día libre, por fortuna. Tras confirmar con ellos, tocaba consultar con la ceremoniante. La hora que teniamos originalmente con ella (3pm) ya estaba cogida por otra boda en otra localidad, así que hemos tenido que cambiar a las 11 de la mañana. sin problema.

Había contratado también a una arpista y cantante. Es un isntrumento cuyo sonido me fascina. Tocará media hora antes del comienzo de la ceremonia y posteriormente durante la recepción antes de comer. Tampoco tuvo problema ajustando su horario a ese día.

Mandé hacer unas tarjetas con el cambio de horario y día. Y metí la pata hasta el gorro porue puse la hora a las 11.30 en lugar de las 11. 

Nada que un rotulador no pueda cambiar!

jueves, 7 de enero de 2021

Cómo elegir hotel para boda y no morir en el intento (Ideas brillantes IV)

 Tras las navidades, tocaba informarse. Estábamos en Enero de 2019.

El guiri tenía una única condición, el resto lo dejaba en mis manos: debía ser una ceremonia humanista. No somos religiosos ni creyentes y las bodas en el registro aquí son bastante impersonales: me firma aquí y ya.

Tras informarme de cómo buscar a un ceremoniante, las condiciones para una boda humanista y el coste, me quedó claro que:

1. Primero había que buscar lugar. Este no podía ser ni una casa particular ni un parque público. Debía ser un lugar aprobado por el HSE (organismo de Salud). La mayoría de hoteles lo son.

2. Encontrado el lugar, había que coger cita para la boda, al menos con 18 meses de antelacion.

3. Una vez con fecha y lugar, se puede escoger ceremoniante y comprobar su agenda. Si su agenda está libre el día escogido, no hay problema.

4. Al menos 3 meses antes de la fecha de la boda se ha de coger fecha en el registro para la boda civil legal vinculante. En mi caso, sin embargo, debía empezar el papeleo un año antes pero ya explicaré a su debido tiempo.

Comenzaba la búsqueda de hotel para la celebración. ¿Por qué un hotel? Porque prácticamente te lo dan todo hecho por paquetes: te dejan una sala para la ceremonia y tienes todo el catering del restaurante.

Empezar a buscar ya de por sí fue encontrar muros, piedras y sorpresas varias. Los hotels más pinturescos son los más caros también, alejados del centro de Cork y con unos jardines preciosos... pero espera...

Estamos en Irlanda. Donde la lluvia aparece y desaparece a su antojo sin ton ni son... ¿Quiero preparar todo en unos preciosos jardines a cielo abierto y que caiga la del pulpo??? Ah, pero el hotel te da la posibilidad de que alquiles doseles o toldos... por tu cuenta, claro. Y los precios solo ya igualaban el de los honorarios del ceremoniante. Si no llovía te quedabas el toldo igualmente, no había opción a última hora a rechazarlo, obviamente.

El otro problema es que estos sitios solo organizan grandes bodas: más de 100 invitados. Y queríamos una boda pequeña con amigos cercanos y familia. De hecho según el guiri, ya tenemos más invitados de los que pensaba en un principio...

Decidí que era mejor buscar un hotel en el centro. Seremos un total de 35 personas, y pocos hoteles ofrecían paquetes para números pequeños (hasta la llegada del Covid, otro tema para más adelante). Y había un hotel que simplemente me enamoraba desde mi llegada a la ciudad.

Se encuentra en la zona Victoriana, en una calle de encantadores edificios de ladrillo rojo. Un hotel con maravillosas habitaciones y lujosos interiores.

¿Por qué en el centro? Además de ser conveniente para nosotros mismos, es un hotel al que se puede llegar a pie, andando desde cualquier otro hotel. El paquete ofrece sustanciosos descuentos a los invitados de la boda pero si no quedasen habitaciones o decidieran que prefieren quedarse en otro de mayor conveniencia, encontrarían el sitio facilmente sin tener que coger buses, taxis o tener que organizar transporte a un lugar en medio de un bucólico campo. Y es muy fácil de encontrar.

Una vez elegido el sitio quedaba coger fecha. Decidimos que cualquier fin de semana entre finales de Mayo y mediados de Junio era perfecto y en Octubre de 2019 cogimos cita con la Wedding Planner del Hotel, Jane.

Escogido el paquete que mejor se acomodaba a nuestras necesidades (el único que tienen para bodas de menos de x invitados), nos enseñaron las salas para la ceremonia y escogimos una muy bonita y luminosa, y después nos enseñaron el comedor donde tendrá lugar el ágape.

Fecha: 29 de Mayo 2021. 

En Diciembre cogimos ceremoniante Humanista. Solo quedaba esperar a la fecha y decidir cosas livianas: vestido, zapatos, invitaciones... 

Y esperar a la fecha...


jueves, 31 de diciembre de 2020

Engaged (Ideas Brillantes III)

 Y así llegó el 31 de Diciembre y en el mismo bar en el que habíamos discutido la compra de los anillos, comenzamos a hilar un plan de futuro. Decidimos legalizar nuestra situación. Como no somos creyentes, era evidente que querriamos algo secular y civil.

El Guiri se decantaba por una ceremonia humanista. Intima, solo unos pocos invitados. Aquí yo tednría que ceder en su capricho pero él tendría también que conceder un mayor número de invitados que su "familia inmediata", que por otra parte, es extensa (sus padrs y hermana, sus dos prmos (con sus parejas) y la madre de los primos, que no era cuestión de dejarla fuera. Pero el listado de invitados era algo de lo que yo me encargaría.

A partir de ahí, en las siguientes semanas tendría que investigar todo: posibles lugares para celebrar la ceremonia, ceremoniantes humanistas, boda en el registro, costes, etc. Y con ello también llegó el descubrimiento de que necesitas coger fecha al menos con 18 meses-2 años de antelación. 

Y si tenía algo claro es que quería casarme en el centro de la ciudad, no en algún bonito y bucólico hotel en medio del campo o a kilómetros de distancia. Quería algo céntrico por la sencialla razón de que mi parte de invitados ienen todos de España y no quería el mismo día de la boda tener que estar pendiente de alquilar un bus, de si llega o no, de si encuentran los invitados la parada, de si llegan los invitados a su hora o cuánto está dispuesto el conductor a esperar... y cuánto estamos dispuestos a esperar nosotros.

Empezaban las investigaciones y algunos de los preparativos en el 2019. 

sábado, 26 de diciembre de 2020

Los Anillos (Ideas brillantes II)

 El sábado siguiente al día de Navidad, me fui con una amiga a mirar anillos y tener idea de precios al menos. Si veía algo que me gustaba, volvería ese día o quizá la semana siguiente a comprarlos. Elguiri se había ido a pasar un par de díasy volvería más tarde, por lo que no podía venir conmigo. La opinión de mi amiga A. serviría para hacerme una idea.

Yo tenía en mente lo que quería: un anillo de oro amarillo con diseños celtas a ser posible. Así que empezaba por ahí.

Lo primero fue que nos sacaban bandejas de anillos de hombre y bandejas de mujer. En oro blanco, platino, paladium... pero no había los mismos diseños en hombre y mujer. si los querías iguales, había que mandarlos pedir.

Descubrí, entonces, tras visitar unas 20 joyerías, que aquí los anillos no se compran en pares por lo general sino que cada uno elige uno a su gusto, no van al par. La razón que me dieron fue que la mujer suele coger algo a juego con su anillo de pedida. 

Yo no tenía anillo de pedida. Veía un gasto excesivo y totalmente fuera de lugar que se gastara una pasta en un anillo cuando llevamos más de 20 años juntos. Además considero el más simbólico de los anillos,el que me regaló poco antes de "formalizar" nuestra relación y pasar a ser algo más serio, un anillo de horo blanco con cuatro piedras.

Yo prefería dos anillos iguales pero me dejaron claro en la mayoría de sitios que habría que pedirlos al fabricante y enviarlos a hacer por encargo. ¿El precio? No sabían decirme, tendrían que preguntar a la casa y ya si eso me llamaban (huelga decir que en las dos joyerías donde dejé encargado que me dijeran algo, jamás me llamaron).

Finalmente decidí renunciar al diseño celta porque para mujer no había casi nada y lo que me veía no me gustaba. Lo cierto es que sí me habían llamado la atención un juego de alianzas que ví en la primera joyería, que es además mi sitio faorito para comprar joyas y de donde tengo varias cadenas, gargantillas, anillos,  pendientes y un rejol de oro.

Cuando el guiri volvió a la ciudad de su casa, más tarde ese día, volvimos y se las enseñé. Eran dos alianzas a juego, de oro amarillo, lisas en el centro y con ambos bordes tallados. Le gustaron. La chica que vino a sacarlosde la vitrina nos dijo que generalmente habría que mandarlos a achicar/agrandar porque ese era el único par que les quedaba de ese modelo (motivo por el que estaban -también- rebajados en precio. Y ya que estábamos allí y viendo que eran los últimos decidí compralos en ese mismo momento.

La chica repitió de nuevo "ahora no os lo podréis llevar casi seguro porque habrá que enviarlos a ajustar tamaño", pero se quedó con la boca abierta porque ambos anillos nos quedaban perfectos. Especialmente a mí que SIEMPRE tengo que enviarlos a ajustar porque tengo los dedos especialmente pequeños. "Es la primera vez que me pasa esto -nos dijo- que alguien venga a por el último par y ambos se ajusten perfectamente".

Nos los llevamos y los comenzams a usar desde ese mismo día, de modo simbólico, hasta que decidiéramos qué hacer en el futuro.

(continurá...)

miércoles, 23 de diciembre de 2020

Ideas brillantes (I)

 Corría la Nochebuena de 2018 en Cork.

Las Nochebuenas aquí no suponen una multitudinaria cena, horas de preparación culinaria y personal o reuniones familiares. La gente suele ir al pub a tomar unas copas hasta la temprana hora del cierre (sobre las 10.30-11.00 de la noche para que el personal pueda irse a casa a disfrutar de un merecido descanso con la familia. Nadra abre el 25 y la locura se retoma el 26 con los bares petados de gente en masa para beber como si no hubiera un mañana.

De modo que la nochebuena siele ser tranqula y ese 2018 no nos apetecía bajar hasta el centro para solo un par de horas de unas muy tranquilas pintas. Escogimos el bar de la esquina, The Gallows.

El pub recibe este nombre (Gallows significa patíbulo, horca) porque hace mucho mucho tiempo era en esta zona, alejada del centro, donde tenían lugar las ejecuciones por este método. Nada triste ahora mismo en este bar, donde el ambiente es totalmente local y muy alegre.

entrada la noche, nos encontrábamos el Guiri y yo comentando asuntos domésticos. Teníamos ciertas reparaciones pendientes en casa y la agencia había mandado un fontanero o un electricista (no recuerdo qué cuita nos afectaba en nuestra casa alquilada) y cuando llamaron al a puerta, me explicaron que "habían llamado a mi marido para confirmar que venían hoy".

El Guiri y yo no estamos casados auqnue llevamos más de 20 años juntos. De normal, cuando alguien me habla de "mi marido" me sale de modo natural el "oh,no es mi marido,es mi novio" o hablo de "mi pareja". Lo primero ya me suena hasta reidículo. En las navidades de 2018 aún tenía 48 tiernos añitos pero llamara la Guiri "mi novio" sonaba a adolescencia, y si hablo con alguien que no concoe al Guiri o mi estado civol siempre hablo de "mi pareja" lo que ha resultado para algunos confuso. En pleno siglo XXI cuando alguien dice "mi pareja" no podemos asumir que esta sea del género masculino, por lo que a veces la situación se tornaba un tanto embarazosa para la otra persona que no sabía de mi condición sexual y así de primeras parecía caminar sobre cáscaras de huevo para no decir algo inadecuado. Así que si le decía a alguien "oh, es que mi pareja, tenia que añadir el nombre para evitar malentendidos. Vaya, no que me importe que me piensen lesbiana, es de lo más natural y estoy muy en paz con mi lado lésbico, que toda mujer lleva dentro. Tengo mis crushes femeninos.

Pero bueno,que no era esto de lo que quería hablar. Esa noche, comentando que ya cuando me decían "tu marido" no corregía a nadie de su error, el Guiri me dijo que otras navidades hemos hablado del asunto pero que yo "evidentemente" estaba demasiado embriagada para recordarlo. Pues oye, no sé de qué me hablas al llamarme "embriagada" otros años, cuando este no es diferente... 

al parecer lleva unos años diciendo que deberíamos comprarnos unos anillos de casados a modo simbólico y llevarlos puestos. Al parecer él, que antes del la pandemia solía ir a su bar de rock favorito los lunes y jueves, tenía algunas mosconas alrededor (pobrecillas) y simepre les decía que estaba en una relación y automáticamene sus ojos de gazela miraban su dedito en busca de un anillo. 

Yo también tengo moscones pero a mí me miran el dedo cuando levanto el del medio en respuesta a sus avances...

Una cosa derivó a otra... 

yo: y si nos casamos? no por la Iglesia, claro (no somos creyentes). algo sencillo y pequeño...

él: algún día

yo: joder, algún día no muy lejano, que una no va para pollo de sopa...

él: después de veintipocos años,no nos va a entrar la prisa ahora, no?

yo: va, en el 2020...

él: no, no, sin prisa, después... primero vamos a coger los anillos y tal


Noche buena de 2018 cayó en un Martes, si no me equivoco. Al sábado siguiente teníamos los anillos, una aventura particular que... ya os contaré...


continuará...

domingo, 8 de noviembre de 2020

De botella a lámpara

 A veces he tenido botellas preciosas en mis manos. De vino, de licores, de bebidas varias. Y al acabar su contenido, he tenido la duda de si tirarlas o guardarlas para poner una vela y dejar que la cera caiga hasta envolverla.

Normalmente, acaban en el contenedor de vidrio después de meses o incluso años cogiendo espacio en alacenas o botelleros.

En mi viaje a Viena hace ahora ya un par de años, regresé con un par de botellas de licores Mozart: una botella pequeña de Fresa y otra de Chocolate. De momento, hablemos de la fresa. Es pequeña, en la foto se puede ver su tamaño comparada con un bolígrafo...



Después de eliminar toda la etiqueta (con un nanax, tarea rápida efectuada en unos 10-15 minutos) y de limpiar bien la superfice, procedí a meter las lucecitas, que como podéis ver vienen con una imitación de corcho donde se encuentra el interruptor. 




Así ya solo quedaba encontrar una ubicación que para este tamaño tenía clara: la ventana del landing de la escalera. Lugar idóneo de paso bajando de las habitaciones superiores aún usando la tenue luz de las escaleras.