Puede sonar morboso, pero lo cierto es que la tortura forma parte de la historia tanto como las escenas de palacio. Y muchos de estos artilugios dieron rienda suelta a los mas justicieros instintos de la "Santa" Inquisición. Una suerte no haber nacido en aquella época, pero a la vez una lástima que alguno de estos instrumentillos no sean aplicados a día de hoy a algunos de esos implacables asesinos y terroristas que ocupan sitio en las cárceles o en el peor de los casos, campan a sus anchas en nuestra sociedad...
En cualquier caso, en Praga el guiri quiso visitar el Museo de Tortura Medieval, de modo que, a pesar de que habíamos visitado uno en condiciones en Londres, le dimos una oportunidad a este, donde carteles por todas partes te decía que ESTABA PROHIBIDO HACER FOTOS... pero como no tenían ni una paupérrima cámara y nadie por allí... yo hice todas las que pude y más...
Algunos de estos instrumentos de tortura son archiconocidos por todos, como el cepo, utilizado para castigar y humillar publicamente a aquellos que cometían crímenes de menor índole.
La Silla de Tortura, también conocida como la Silla de Judas, fue usada hasta finales de los 1800s en Europa, de la cual existen muchas variantes, auqnue todas tienen lo mismo en común: esas púas de hierro en la espalda, el asiento y los brazos. Una de estas sillas podía llegar a tener entre 500 y 1500 púas. en algunas sillas había agujeros bajo la silla donde se introducía carbón y se encendía para causar quemaduras a la víctima.
Morir en esta silla podía dirar horas, un día o más, ya que las púas no penetraban ningún órgano vital y la herrida quedaba cerrada por el mismo hierro, causando que la pérdida de sangre se retrasara bastante.
Abajo, el Spanish Tickler. Se utilizó en casi toda Europa en el medievo, y su uso era simple: servía para rascar la espalda un pelín más fuerte de lo habitual. Debido a su forma, evidentemente, te rascaban músculo y hueso además de piel, un tres en uno que no dejaba lugar a la imaginación. Se empezaba por la espalda, pero podía "rascar" el rostro dado el caso. Se le conoce como Spanish Tickle (Cosquilla Española) o la Pata de Gato.
Estas dos máscaras de hierro de las fotos superior e inferior se utilizaban para castigar a mujeres por su chafardeo. Sí, señores, el regalo de Navidad perfecto para la Portera o la vecina del quinto... Seguro que todos tenemos a alguien en mente ahora mismo.
Se utilizaba para humillar a mujeres que "con pelas y discusiones entre sus vecinos rompía la paz pública, incrementaba la discordia y se convertían en molestias para el vecindario". En breve, para las cotillas del barrio y siembra-cizañas que con sus mentiras y líos buscaban dañar la reputación ajena.
La mayoría de estas máscaras tenían adornos ridículos diseñados para humillar a sus vícimas, e incluso en algunas ciudades, llevaban una campanilla en la parte de atrás para anunciar su presencia y que todos pudieran reirse a su paso. Algunas incluían incluso alguna punta que se clavaba en la piel cuando la persona hablaba, consiguiendo así que se quedara callada durante bastante tiempo, dando un respiro a los que la rodeaban.
La duración de la tortura variaba entre unas pocas horas a meses, y en algunos casos se dejaba morir a la víctima en su máscara.
No, no busquen en ebay. Están descatalogadas...
El Garrote Vil, favorito de la Inquisición y uno de los que más llaman la atención al guiri, porque la primera vez que lo vio fue en la película Los Fantasmas de Goya y hasta entonces desconocía este instrumento de tortura que en nuestro país se utilizó por última vez tan recientemente como 1974. Este dato, naturalmente, le llamó mucho más la atención aún.
El siguiente instrumento queda bien explicado en la imagen que acompaña al artilugio, aunque a juzgar por la cara de "aquí no pasa nada" de la señora entradita en carnes de la ilustración, me parece que a ella "plim"... Y digo yo que eso debe doler más que se te caiga el sillín de la bici...
El cuadro es lo suficientemente gráfico como para demostrar para qué se utilizaba este simple cacharrillo... Eso de "te la voy a meter hasta la garganta" nunca fue más cierto...
Margaret Thatcher, digo... La Dama de Hierro... creo que no necesita explicaciones... (también se la conoce como La Virgen de Nuremberg)
Lencería fina medieval:
Pero la peor forma de tortura, de todas todas, y bien conocido es incluso en Praga, es irse en Semana Santa al centro de Sevilla... (bueno, igual no).
Este aparatito de la foto inferior, es conocido como "El estrujador de cabeza", y hacía eso exactamente. También un favorito de la Inquisición, que consistía en colocar la barbilla sobre la barra de hierro de la base, con el casco incrustado bien sobre el cráneo. El torturador lentamente iba atornillando y por tanto presionando la cabeza de su víctima, que quedaba comprimida más y mas. El resultado se produce por fases: primero los dientes se hacen añicos en la mandíbula y luego se produce la muerte de manera agonizante, pero no antes de que los ojos literalmente se aplasten en sus cuencas...
Y por útimo, la Pera de la Angustia, usada en la época medieval para torturar a mujeres que practicaban abortos, a los mentirosos, los blasfemos y los homosexuales.
Como puede verse, el instrumento en cuestión tiene forma de pera y consiste en cuatro hojas que se separan lentamente por medio de un mecanismo de tornillo, y se insertaba en alguno de los orificios de la víctima: en la vagina para las mujeres, el ano para los homosexuales y en la boca para los mentirosos y blasfemos. La decisión de cuánto abrir "la pera" estaba completamente en manos del torturador, que podía escoger entre simplemente rasgar la piel o expandir el cacharrito hasta su máximo y mutilar al pobre desgraciado, y aunque raramente provocaba la muerte, era seguido de otros métodos de tortura.