domingo, 22 de febrero de 2015

Más sueños de película

Ya os comenté en otro post hace unos meses sobre mis sueños peliculeros y llenos de detalles. Esta semana he tenido unos sueños muy activos. La pena es que no he tenido tiempo de anotarlos, porque algunos son el guión perfecto para una historia corta.

Uno de ellos, del que menos datos recuerdo, transcurría en algún tipo de asilo o institución para personas mayores o con problemas mentales (de esto ya no me acuerdo). Y también me viene a la mente un uniforme clásico de enfermera, con su cofia con la cruz roja y su tejido blanco abotonado por delante. Era un sueño de misterio con tintes de terror, pero ahora mismo solo tengo flecos de memoria.

El otro sueño, que tuvo lugar anteayer, lo recuerdo con más detalle. 

Ha habido un crimen. Espantoso. Violento. Tanto, que una persona ha sido descuartizada en el proceso y su cadáver perfectamente escondido. Alguien ha dado el soplo y la policía acude al domicilio del presunto asesino para proceder, con la ayuda del luminol, a comprobar si allí se ha cometido un asesinato. Con ellos van perros entrenados para descubrir el olor de cualquier cosa sospechosa, desde la mínima gotita de sangre escondida hasta el paradero del cuerpo, de haberlo. Pero todo lo que encuentran es una bolsita de caramelos mentolados pasados de fecha y pegajosos. Y el luminol no descubre ni una mancha guarra en la cocina. Tenemos a un presunto muy limpio. 

Aunque no han cogido al asesino en ninguna falta, sí, de alguna manera (no pregunten, es un sueño), saben la identidad del finado. Así que van a su casa con el luminol y los perritos y de nuevo, no descubren nada. Allí no han hecho taquitos de nadie, eso está claro.

Las investigaciones continúan. La casa de la víctima es preciosa, con unas celosías y balcones cerrados que permiten mucha luz y grandes plantas en macetones de arcilla roja.

Las plantas. Eso es. Las plantas. Allí, envasadas al vacío (razón por las que los perros no han olido nada, apunten ustedes señores descuartizadores), se hallan los restos del muerto, enterrados bajo las raíces de helechos, limoneros, ficus y otras plantas verdes. 

Y así, queridos niños, se procede a la detención del presunto que se ha quedado a cuadros por ser descubierto tras su ingenioso plan. 

A ver qué soñamos estas semana!