lunes, 25 de febrero de 2013

Primer día

Hoy ha sido mi primer día en el trabajo. O casi, porque en realidad el primer mes vamos a estar de entrenamiento, aprendiendo nuestras labores en una clase, y hoy simplemente ha sido el día de inducción y aunque ha sido un bombardeo de información para algunos, no se ha hecho demasiado pesado. Comenzamos a las 9am y concluimos a las 4, mañana vamos de 11-4 o 4.30 y a partir de ahí nuestro training será de 8am a 4.30pm.



Cuando digo de que para muchos ha sido un bombardeo de información me refiero a lo siguiente: somos 13 nuevos trabajadores, pero cada uno de un país diferente que va a cubrir un departamento lingüístico distinto. Hay un chico holandés, cuatro alemanes, una chica portuguesa, tres italianos, una señora de Cork pero que nunca ha trabajado en Irlanda y ha vivido toda su vida laboral en Dinamarca y otra española además de mí. Me falta uno en los números, lo sé, pero ahora mismo no sé quién o de dónde. 
El caso es que excepto cuatro (contándome a mí), todos han venido de sus países para incorporarse a la oficina. Han sido contratados (desconozco si vinieron para la entrevista o si la realizaron por skype, ya preguntaré) y para ellos supone comenzar de cero en un país diferente y con reglas distintas. Para empezar, tienen que sacarse el PPS, que viene a ser como el número de la seguridad social, aunque no es una cartilla médica. Ese número es el que entregas para todos tus procedimientos con el estado: para tus impuestos, para el caso en que hayas de solicitar subsidio de desempleo, para pedir certificados fiscales o cualquier otro asunto de esta índole. Así que muchos de ellos han de ir mañana a sacarse el numerito, razón por la cual empezamos a las 11.
Por otra parte, un día de inducción aquí en cualquier trabajo es prácticamente igual: repaso de las normas a seguir en el trabajo en cuanto a vestimenta, horarios, políticas de empresa en diversos aspectos, beneficios para el trabajador, etc. etc. y varía en duración dependiendo de las normas de dicha empresa. Igual puede ser medio día, un día entero que una hora. Pero para la gran mayoría, este es su primer empleo en Irlanda y todo es absolutamente nuevo.
De hecho, me ha llamado al atención que cuando hemos estado hablando en grupo de por qué habíamos venido a Irlanda (sí, soy la única que lleva aquí tanto tiempo), todos decían "porque en mi país no hay trabajo", "porque no encontraba nada", etc. 
Solo demuestra que la crisis le pegó un buen bofetón a este país cuando el ladrillo les explotó en la cara sin verlo venir, y sin embargo, el mercado laboral, en ciertas partes del país sigue siendo dinámico. Mucho más de lo que lo es en las mejoras zonas de España. Y no depende del turismo.
Que tengamos a gente recién llegada de la misma Alemania porque no podían encontrar un trabajo digno allí o de Italia, holanda o Dinamarca, así parece sugerirlo. Excepto Roland, un chico alemán con quien me tocó hacer "conversación dos a dos para averiguar más de tus compañeros", que asegura que no quiere volver a Alemania (lleva aquí 10 semanas con su novia alemana también y está enamorado de la ciudad), el resto parece tener en mente el volver a su país en un futuro no demasiado lejano y utilizar este trabajo como trampolín para conseguir algo mejor más adelante. 

Respecto a mí... no estoy segura de que el trabajo me vaya a gustar demasiado. Desde luego, no quiero pasarme la vida respondiendo al teléfono y haciendo reservas de hotel, pero a mí me ha servido para poner los pies en Cork. A partir de cualquier momento... puedo empezar a buscar otro trabajo más cercano al centro (para ir a trabajar tengo que caminar 20 minutos hasta la parada del autobús, el bus me deja allí [tráfico mediante] en unos 8 minutos y luego son 10 minutos más hasta el edificio de Marriott.

¿Qué más he aprendido hoy? Que el Sr. Marriott nació el 17 de septiembre de 1900 en las Américas y que comenzó en el negocio con una pequeña tiendecita donde vendía cerveza de raíz. Más tarde empezó un pequeño restaurante de hamburguesas y perritos calientes y fue, de hecho el primero en poner en practica el "drive through", es decir, esos lugares de comida rápida en los que haces tu pedido desde la ventanilla del coche sin tener que abandonar el vehículo. Luego un buen día abrió su primer hotel de 365 habitaciones y el resto... el resto es historia. 

viernes, 22 de febrero de 2013

No la siento...

He vivido en muchas casas a lo largo de mi vida. En la de mis padres, que es la mía en cierto modo, pero a la vez, no lo es. De ahí, viví en dos casas de alquiler en un pueblo de la Costa Brava. Las convertí en "mi hogar" el tiempo que las habité. De allí me fui tres meses a Lanzarote, pero aquello nunca fue mi casa. vivía una vida de prestado. En Cádiz, tras un tiempo de nuevo en casa de mis padres, compartí un piso con dos chicos. Se convirtió en mi hogar durante unos meses. Y de ahí... a Limerick donde incluso la casa en la que fui Au Pair la sentía como "mía". 
Mi primera casa compartida en Limerick fue una casita de cuatro dormitorios al otro lado del río, viviendo con tres chicas más. Algunas se fueron, otras vinieron.
Cuando la casera decidió venderla más o menos un año y pico después de mi llegada, me mudé a otra vivienda compartida con tres personas más donde pasé unos 7-8 años y que desde luego, se convirtió en "mi casa". Allí conocí al guiri y allí hice y disfruté de la compañía de grandes amigos. Fueron buenos tiempos. Pero de nuevo, la casa se puso a la venta y el guiri y yo decidimos buscar un lugar para los dos solos y dejar de compartir con otra gente.
Y llegamos al apartamento de Mallow Street. Durante los primeros 2-3 años vivimos en el bajo, un apartamento de cocina/salón y un dormitorio. No tardamos ni dos días en convertirla en "nuestra", en sentirnos "como en casa". Como si hubieramos vivido allí toda la vida. Después, el nidito se nos quedó pequeño y aprovechando que el piso superior había quedado vacante, decidimos mudarnos ahí, con un dormitorio más que sería mi estudio. La mudanza fue de lo más facil, durante una semana, con suma tranquilidad, traspasamos todas nuestras cosas de piso a piso, sin pausa pero sin prisa, sin cajas, sin empacar y desempacar, sin tener todo revuelto.
Y de ahí... nos hemos venido a Cork y a pesar de que mañana haremos una semana aquí, aún no la siento como "mi casa". Todos me dicen que "con el tiempo", que todavía es pronto, que no me ha dado tiempo a ajustarme, que no solo es acostumbrarme a una casa diferente, sino a un barrio, a una ciudad nueva. Aunque la ciudad no sea nueva para mí y probablemente la conozca mejor que Limerick. 
El "ajuste" no está siendo fácil y ya he roto en llanto varias veces. La escalera es estrecha. Todo está sucio. me falta por comprar muchas cosas (algunas son tonterías que no necesito de inmediato y han de esperar), y he tenido que acostumbrarme a un espacio menor, porque la habitación dedicada a mi "estudio" es pequeña y tiene una estúpida cama que lo ocupa todo. he tenido que renunciar a mi mesa de ordenador de metro y medio y comprar una de unos meros 55 centímetros donde solo me cabe el portátil y los altavoces, con la impresora en una estantería más abajo. Sin cajonera. Sin apenas lugar para respirar. Estoy cansada de arrastrar muebles y comprobar que se caen de puro viejo y rezar porque tanto moverlos no los haga deshacerse.

Los suelos están inclinados. Las paredes están combadas. Las ventanas se condensan. El lavabo gotea y la junta del WC está floja. Nos trajeron los tres contenedores de basura que debemos guardar en el patio (rojo para cristal, marrón para reciclables y verde para orgánicos) pero el contenedor rojo que nos han traido es más grande que el que pedimos y no cabe por la puerta de la cocina, así que hemos de esperar a que nos traigan otro y mientras rezar para que no nos roben el actual, que hemos tenido que dejar en la acera. 
La casa aún no huele a nosotros. No huele mal, un poco a cerrado, a vacío, a viejo. Lo solucionamos con unas velas en bote de cristal del Primark que cuando se consuman reciclaré para guardar legumbres.
El salón, tan diminuto, ha ganado muchísimo espacio tras mover simplemente el sofá del lugar donde lo habían puesto. Tenemos una chimenea que está cerrada, de modo que da igual que pongamos el sofá enfrente. ¿Para qué queremos una chimenea que no se puede usar y está solo como adorno...? 
El día de nuestra mudanza, entró hasta la cocina una chica rubia en chandal preguntando por una carta a cierto nombre. Por lo general, aquí se desconfía de la gente mal vestida. El chandal, si no es dentro de un gimnasio, es considerado de clase chunga. Le dimos la carta y dijo que se pasaba cada semana a recogerla, que era correo importante. Si no nos importaba que se pasara de vez en cuando. Le dijimos que no. en medio de una mudanza, lo que menos piensas es pedir explicaciones a alguien de por qué no cambia la dirección a su actual domicilio.
El domingo, limpiando la cocina, encontré unca jeringuilla (gracias a Dios con la aguja cubierta) sobre el mueble. La cogí con mucho cuidado y papel de cocina y la tiré a la basura. Uno quiere pensar que alguien diabético vivía ahí antes que nosotros, pero a la vez la lógica te dice que un diabético no oculta jeringuillas sobre los muebles...

El martes por la noche llamaron a la puerta a la... 1 de la madrugada. una mujer mayor, bebida (pero no impertinente) que venía de nuevo a recoger la carta. Nos explicó que había tenido problemas con el casero porque no podían contactarlo. Que ella, su madre y la rubia del chandalito habían vivido en esa casa, que la habían pintado y arreglado con sus propias manos y creímos entender que habían tenido que mudarse porque les habían dicho que vendían la casa. Y desde su marcha, se habían dado cuenta de que no era así, que la casa simplemente había estado vacía y ahora... ahora vivíamos nosotros. Nos dio número de teléfono y tres nombres para que se lo hiciéramos llegar al casero, a pesar de que le dijimos que nosotros a ese señor no lo conocíamos, que todo lo habíamos hecho por agencia.
Al día siguiente envié un email a la chica que nos había llevado todo desde dicha agencia. Primero, para decirle que aunque en la casa había alarma antiincendios, desde el 1 de Febrero es obligatorio por parte del casero proveer con una manta antifuego y un extintor, como hemos tenido hasta ahora en nuestros dos últimos apartamentos. Y pedirle que nos cambiara la cerradura si no era mucho problema, porque sospechábamos que las antiguas inquilinas tenían llave, ya que si la casa había estado vacía desde que marcharon... ¿Cómo recogían su correo cada semana...?
En unas horas teníamos cerraduras y llaves nuevas y la tranquilidad de abandonar la casa sin pensar que alguien podía entrar en nuestra ausencia.

Y todavía... todavía la casa no es mía...

La ciudad, sí.

jueves, 21 de febrero de 2013

El Cork más gastronómico

El lunes siguiente a la mudanza llené la nevera. O casi. Hubo cosas que acostumbro a comprar en Limerick y aquí no encontré aun yendo a la misma cadena de supermercados, pero es cuestión de probar otras tiendas.
Sin embargo, hoy me he ido por la zona de Shandon Street, donde sabía que había una tienda portuguesa y varias ásabes/asiáticas, que en Limerick es donde suelo comprar pipas y salchihcas de pollo (a mí las de cerdo no me gustan para nada). Así que allá que me he ido con mi mochilita.

Vista de la Shandon desde Shandon street,
En las tres tiendas indias/paquistaníes que he visitado apenas tenían nada. Muchas especias, verduras frescas, ginger, cebollas gigantes, pero no había ni pipas ni salchichas. Así que solo he comprado una lata de habichuelas negras, una granada (más de una me cansa, son tan... secas y aburridas...) y lychees que me encantan.


Y eso sí, la tienda portuguesa ha sido todo un descubrimiento. ¡Tiene tantascosas... CONOCIDAS!!! Soy perfectamente capaz de vivir sin estos productos, claroestá, pero a veces te gusta tenerlos  en la nevera o la despensa para esos momentos en los que quieres algo rápido y familiar. me he dejado casi cuarenta leuros allí pero volveré pronto a por más...



Zumo de melocotón (algo difícil de encontrar aquí, donde la variedad de sabores en los zumos se limita a naranja, piña, manzana y poco más. Encontrar zumo de apricot o melocotón es tarea casi imposible. Hombre, batido de chocolate hay, esto ha sido un capricho puesto a mano, y más que nada porque las botellas me recordaban a mi querida puleva (el cacaolat tiene un nombre gilipollas 100%). Maizena, que aunque aquí compro cornflower sin más, como la maizanea no hay ná. Solo porque me gusta tener esa caja que no ha cambiado en siglos, en la despensa. Y tienen flan mandarín, pero como hasta hace poco he tenido en mi despensa, me he decidido por esta mousse de chocolate y este flan de marca portuguesa a ver qué tal.


Galletas cuétaras, rosquillas e toda la vida. las había también con sabor a canela y galletas María de toda la vida.


He comprado un queso entero, curado, aunque está bastante tierno. El chorizo ya lo he probado y me ha decepcionado aunque creo que cocinado estará mejor que crudo. habrá que darle la oportunidad en unas lentejas. Como véis he encontrado hasta un paquete de patatas Ruffles de jamón (en una isla donde puedes comprar patatas fritas con sabor a chocolate picante, es imposible enconrarlas con sabor a jamón), sopa de cocido y morcilla.


Los altramuces o chochos son mi debilidad. Y he encontrado chispalhada, dobrada y feijoada que son unos tipos de cocido de la cocina portuguesa que nada tienen que envidiar a los cocidos españoles, y que para estos días en los que estoy entre caja y caja y con poco tiempo (y ganas) de cocinar, me vienne muy bien (no así a mi cintura, claro).
Y de ahí me he ido al English Market:


Boquerones en vinagre de dos clases diferentes y una latita de caviar rojo, que me encanta. Definitivamente, me gusta Cork, y si no he comprado más en el English market (además  de un excelente pan de pueblo), ha sido porque no me quedaban manos para tanta bolsa. Pero volveré, vaya si volveré...


miércoles, 20 de febrero de 2013

Mudanzas e impertinencias

Desde ayer tenemos internet y televisión en casa. A pesar de que nos aseguraron en la compañía en la que tenemos los canales y el servicio de internet que al llegar la encontraríamos totalmente operativa, no fue así. Y hasta ayer no pudo venir un técnico, lo cual no ha sido tan malo porque al menos tenía conexión en el teléfono y he podido seguir en contacto en ciertos ambientes y mirar mi correo de yahoo, no así el de hotmail donde tras cuatro días sin mirar me encontré la friolera de 741 emails a revisar... pero me lo tomé con paciencia y un vaso de cola Zero.
La mudanza... ah, la mudanza casi prefiero olvidarla. Desde que decidimos mudarnos a Cork, la primera preocupación, por supuesto, fue cuánto nos iba a costar la broma. Mi idea era alquilar una furgoneta el fin de semana y que el padre del guiri, o en su defecto cualquier amigo con carnet nos la condujera hasta nuestra nueva dirección. Era una manera barata (en una de las compañías que miré eran unos 49 euros por día, con una oferta especial durante un tiempo de 2x1, alquilabas el fin de semana y solo te cobraban un día, más luego el seguro y tal. Y naturalmente, le pagaríamos a quien nos la condujera, si no era el padre del guiri. Y gasoil, por supuesto.

Pero el guiri dijo que no, que eso era un lío, que tal y que cual. Que mejor alquien que hiciera mudanzas.
La primera compañía a la que llamó nos pidió la friolera de 1000 euros. Así sin anestesia. Y no tenemos tantas cosas como para que nos cobren tanto, honestamente. Asustado, llamó el guiri a su padre que le dio varios números de teléfonos. En dos empresas, quedaron a venir a ver lo que teníamos el jueves y el viernes de la semana anterior a la mudanza. No aparecieron (me ahorro añadir comentarios de lo que pienso de la gente que NO QUIERE trabajar, luego nos quejamos de la crisis y de la falta de pecunio, cuando a veces, cada uno se hace su cama). Ante este panorama, llamamos a otro número que se publicitaba en un periódico y nos dijo que serían alrededor de 200 euros, tal vez un poco más. No nos fiabamos demasiado, pero fue la única alternativa aún cuando yo seguía insitiendo en alquilar una furgoneta y pedir a alguien que la condujera.

El día de la mudanza, esperábamos "el transporte" a las nueve de la mañana, pero llegaron casi a las 10am. Añadir que teníamos la ayuda de Juan, un buen amigo. Y allí estábamos en la puerta cuando llegaron tres indivíduos en una furgoneta pequeñísima (nos había asegurado que tenía tres y que vendría en la más grande). Eran knackers (también conocidos como itinerants o travellers, son como los gitanos pero no de la raza roma, otro día me extiendo en la explicación, pero quien haya visto Snatch sabrá que hablo de esas personas que viven en una caravana y a menudo venden perros). Tuvimos que hacer dos viajes. nosotros, generosos que creíamos ser, teníamos en el bolsillo 300 euros (ya que nos había dado el presupuesto de 200 y nos parecía poco y queríamos darle algo más). A la vuelta del primer viaje, el guiri le preguntó cuánto iba a ser el "extra del segundo viaje y el chico dijo que en total serían 650 euros, según había consultado con "su jefe", pero que nos lo dejaba en 600. Le pagamos y procedimos a meter el resto de cosas en la furgoneta. Esta vez he de decir que no tuvieron nada de cuidado (y precisamente se trataba de piezas de mobiliaro, que son baratas porque están compradas en Argos en su mayoria, una especie de IKEA, porque cuando se vive de mudanza en mudanza, uno no quiere gastarse un pastón en muebles caros que puedan dañarse -como ha sucedido- por culpa de la desidia). Al llegar a Cork, varias cosas estaban rotas, entre ellas dos stands de cds de madera, y varias más han resultado dañadas (esquinas dañadas, superficies rayadas, etc. etc), por no contar con varios vasos y tazas que, honestamente, es lo que menos me preocupa).
El chico era todo disculpas y nos dijo que había llamado al "jefe" y nos iba a hacer un descuento. Creíamos que nos iba a devolver dinero, pero no... ¡quería más! Según él, los 600 euros eran por el primer viaje, por este era la mitad, otros 300 pero nos lo dejaba en 200... Así que -es imposible discutir con ellos- la broma nos ha salido por 800 euros. Y la verdad, por ese precio, de haberlo sabido, habríamos contratado a la primera empresa que nos pedía 1000. Al menos ellos te aseguran el contenido y si se rompe algo te lo pagan...
Naturalmente, la casa ha estado como el rosario de la aurora, con cajas por todas partes, pero ya comenzamos a ver la luz al final del túnel... El baño ya está listo, y las cosas colocadas en la cocina., donde todavía tenemos una docena de cajas. 
La casa está sucísima. me da la impresión de que ha estado cerrada durante algún tiempo, porque hay polvo y telarañas por todos los rincones y sé que voy a tardar un par de meses en ponerme al día, teniendo en cuenta que el lunes próximo comienzo a trabajar. Y me quedan muchas cosas por comprar, a saber una mesa para el ordenador 9que ahora mismo tengo sobre una caja, y un par de estanterías para mis libros.
Y aquí llegamos al punto de las preguntas impertinentes. Primero, la de cantidad de mensajes al móvil e emails que el mismo lunes me preguntaban si ya tenía todo en su sitio. Claaaaaro. Porque he tardado tres semanas en empacar y solo me va a llevar día y medio en colocar de nuevo todo ¡JA!
Segunda pregunta impertinente, o mejor dicho, afirmación: "¿Es que tenéis muchas cosas, no?" Bueno, depende. Si después de 16 años en un sitio salgo de casa con una maleta y un par de cajas, me sentiría muy miserable. Yo compro lo que me da la gana, sean libros, muñecos, figuritas o dvds. A mí no me sirve el "cómprate un ebook o bájate la música a un stick de memoria". Lo siento en el alma, me gusta recrearme la vista con lo físico y no con un triste pendrive.
Y con esto, precisamente, viene la tercera impertinencia: "Cuánto libro!¿Los coleccionas?" no, mire. Se coleccionan sellos, figuritas de plomo o estampitas. Yo los libros los leo y luego, los dejo descansar en su sitio, en una estantería. Y si tengo 50 o 1000 no es asunto suyo ni comprendo de qué se asombra. A lo mejor es que creció en una casa donde no se leía o algo... lo cual me da muchísima más pena que tener que arrastrar mis libros por medio mundo...

Y nada, aquí sigo desempacando y cambiando cosas de sitio y convirtiéndome en la persona más feliz del mundo cada vez que me aparece algo que busco, o necesito, como el primer día que iba sacando vasos, fregando y dejando secar porque no encontraba un trapo de cocina. cuando apareció el primero... fue como si me hubiera tocado la lotería!

Dicho esto, os dejo una foto de algo que hay en el dintel de mi salita. Es una casa vieja, y este tipo de "features" son de lo más común.


Me queda por contaros nuestra experiencia de la primera noche aquí. Cansados como estábamos, tras ducharnos nos fuimos al bar de enfrente donde descubrimos... The Cork Rings...


sábado, 16 de febrero de 2013

Emociones

Adiós Limerick. Adiós a una ciudad que me ayudó a encontrarme a mí misma, a marcar mi rumbo a nunca rendirme. 
Adiós a una empresa en la que he hecho grandes amigos, una empresa por la que un día deseé vender mi alma para quedarme. Me he ido de Thomson 3 veces, dos de ellas obligada por las circunstancias. Empecé a trabajar con ellos en Marzo del 2004, con un contrato de nueve meses que se extendió otros seis más. Me fui llorando, con mucha pena, pero no me quedaba otra. Unas semanas después me volvieron a llamar, esta vez para ofrecerme un contrato fijo, que acepté sin dudar, pero el sueño se rompió a finales de 2007 cuando la empresa decidió mover sus servicios a la India por un coste bajísimo. La marcha de los más de 200 trabajadores se hizo con cuenta gotas y todo fue muy doloroso. Solo un par de departamentos se quedaban en Limerick y cuando al año y medio se me ofreció la oportunidad de volver y trabajar en el departamento de traducción, no me hizo falta pensarlo demasiado. Me había pasado ese año y medio trabajando en una oficina inmunda con dos polacas maleducadas y más vagas que la chaqueta de un guardia, soñando con vender mi alma al mismísimo diablo (pero nunca firmé nada, sniff...)

Me voy con mucha pena, con el cariño que me han dado mis compañeros, con sus regalos: dos ramos de flores, una pulsera de plata de Newbridge, una cartera, un par de tarjetas firmadas por todos... La pulsera me la pondré en mi primer día de trabajo, para que me dé suerte...

Os quiero a todos un montón, aunque no habléis español y no vayáis a ver este post y desde luego seguiremos en contacto, que no estamos tan lejos...

...Ayer tarde me fui por voluntad propia tras haber notificado mi decisión de hacerlo hace unas semanas, para comenzar una nueva etapa de mi vida en Cork. Y no ha sido fácil. Lloré, sí. Quise llorar más pero me mordí los labios. Suprimí tanto mis sentimientos que vomité en cuanto llegué a casa. Son demasiadas noches sin dormir, demasiadas horas al día trabajando y luego yendo a casa a llenar cajas y desesperarte porque cuanto más avanzas... más cosas aparecen y más retraso llevas. Anoche era muy tarde cuando aún estaba revisando cajones, llenando bolsas, limpiando platos... tazas, cosas...

Me derrumbé por la tarde. Estaba desesperada, sin saber dónde meter más cosas, imaginándome que no íbamos a tener sitio suficiente en la furgoneta, que todo no iba a caer. Tenemos demasiadas cosas, dicen algunos. El guiri el primero en decirle, pero ¿cómo reduces 16 años de vida a unas pocas cajas? Es completamente imposible. He llenado dos bolsas grandes de basura de ropa que no quiero, no necesito y no uso. He tirado camisones nuevos pero con más años que la tana, pijamas que ya no me ponía (algunos usados solo un par de veces, pero por faltarle un botón y no coserlo, seguían en el cajón sin usar durante los dos últimos años). Y aún así, a pesar de todo esto... he llenado 6 maletas con mi ropa y cuatro bolsas de basura porque ya no me quedaban maletas, ni cajas, ni paciencia. 
El guiri estaba contento. Toda su ropa ha ocupado un macuto militar y una bolsa de basura. Es feliz con poco.
Me derrubé solo de mirar tantas cajas, tantas bolsas, tanto polvo, tanto que hacer. Tantos miedos. Tantas dudas. 

Cuando leáis esto estaré probablemente en Cork y no sé si tendré conexión a Internet o incluso ganas de conectarme. Lo haré cuando pueda, que espero sea pronto. Espero que todo haya ido bien y se me pase este nudo en la garganta que mientras escribo esto no me abandona...

jueves, 14 de febrero de 2013

Aquella puerta a la nada

Hoy hemos ido a recoger las llaves de nuestra pequeña casita de alquiler en Cork. Por cierto, nuestra calle, solo en el camino de ida, tiene 8 pubs. No me voy a morir de sed. Más allá de mi puerta, achinando los ojos, puedo vislumbrar otros dos. 

Encontré la farmacia, Regina. Un par de manzanas antes de mi casa. Y bueno, antes de dedicarnos a contar bares, fuimos, como digo, a recoger las llaves y firmar el contrato, que más que un contrato parece una condena: no podemos poner un clavito sin preguntarle antes al casero. Yo, que viajo siempre con el black&decker en el bolso. Yo, que dejo un piso con 10 estanterías en las paredes de mi estudio solo para muñecas. Vislumbro que mis nancys van a dormir bajo la cama, so pena de que el casero me obligue a construirle otra casa.

Que digo yo que no es necesario poner en el contrato que si se funde una bombilla la tengo que cambiar. Que de momento, necesito luz para ver y no soy fan de la virgen del puño para ir a llorarle una bombillita, por dios. Ni la de la nevera, se lo juro. Y sí, también repondré las pilas de la alarma de incendios, por la cuenta que me trae...

Y he aprovechado la coyuntura para ir a darle un limpiadito rápido al cuarto de baño, pero cuando he visto la tesitura de la mierda a limpiar, me he dado cuenta de que hay milagros que ni un estropajo pelao y una botella de Cillic Bang pueden arreglar. Así que he dejado el lavabo, la taza y la placa de ducha como los chorros del oro pero ese suelo pide a gritos un poco de mimo. Y los rincones un sacudido de telarañas.
Y en el dormitorio, además de una manita de pintura, necesitamos una barra para el armario, porque mire usted, yo soy partidaria de comprar las bombillas en cajas de cuatro, pero en el armario necesito algo donde colgar las perchas, que de momento mi ropa no lleva tanta mierda que se sostenga de pie sola. 

Y he hecho foto de las puertas que no van a ninguna parte:


Cuando nos instalemos nos armaremos de paciencia y un destornillador, porque han pintado y repintado encima una y otra vez y están los goznes sellados por la pintura. Parece un antiguo roperillo empotrao. O eso, o me cuelo en casa de los vecinos, vaya.

lunes, 11 de febrero de 2013

¡Pues menos mal que me mudo!

Parece ser que cada cosa llega en su justo momento.

Muchos no sabréis que mi trabajo como traductora en T. Reuters es part-time, lo que bajo ley significa que aunque no tengo límite de días y horas de trabajo (dentro de la legalidad de mis 39 horas semanales y el resto a partir de ahí son horas extras y pagadas a su precio establecido), sí que hay un límite mínimo de horas que puedo trabajar y este está estipulado en 8 horas a la semana. Es decir, la empresa solo está obligada a darme 8 horas de trabajo semanales, divididas en uno o dos días o como se llegue a un acuerdo (tengo compañeras de trabajo que son madres y prefieren hacer dos días de 4h o tres si tienen médicos/compromisos ineludibles.

El estado, que aquí suele tomar buen cuidado de sus ciudadanos con un paro vitalicio y ayudas de todo tipo para quien lo necesite y reúna todos los requisitos, también tiene ayudas para aquellos que no hayan podido encontrar un trabajo full-time o a quienes sus empresas han reducido sus horas (como es el caso de muchos hoteles que han pasado de tener a limpiadoras en turnos de 5 días a disponer sus jornadas de 3 días). De esta manera, los días que no trabajes, recibes un subsidio de desempleo, sujeto a inspecciones y evaluaciones cada cierto periodo de tiempo. Esto es para ayudarte a llegar a fin de mes con un sueldo que te permita costearte una vida digna y no te falte comida, vestimenta para trabajar, dinero para facturas y/o alquiler. 

Esto no quiere decir que uno se busque un trabajo de un día, se rasque el ombligo los otros seis y encima cobre por ello a cuenta del bolsillo del contribuyente. Como digo, los controles son constantes, tu vida deja de pertenecerte y la hipotecas al Estado, puedes recibir lo mismo una inspección sin aviso en tu puerta para que comprueben que de verdad vives en la dirección que has dado, que no vives con tus padres o en un piso patera ni dices tener unos gastos que una casa/piso más pequeño no produdiría. Aquí tienes derecho a un porcentaje del alquiler, que en mi caso perdí hace ya más de un año porque el gobierno bajó los baremos y mi renta no entra en ellos. Y estas inspecciones incluyen, también, que te pidan en cualquier momento prueba de que has estado buscando trabajo full-time y que no has sido capaz de lograrlo (por lo que tienes que guardar todos los emails/cartas enviadas/recibidas, números de teléfonos y nombres de empresas y personas con los que has hablado. Son muy, muy estrictos.

Dicho esto, por cada día extra que trabajes sobre esas 8 horas, te descontaban hasta el 29 de enero un total de 22 euros por día, sobre el paro semanal que está en 188 euros. Es decir, que si trabajo un solo día de la semana, me pagan 166 euros, si trabajo dos, 144 y 122 euros si trabajo tres días. Si trabajo más de esto, no me corresponde nada.

Hasta aquí todo bien. Pero la semana pasada me llegó una carta que me informaba de que una nueva evaluación ha determinado que gano ciento veintipico euros por día trabajado (lo cual es erróneo) y que a partir de ahora me quitarán 60.04 euros por día trabajado. Una gran putada, pero aunque la chica me dijo que podía recurrirlo, no me merece la pena para los días que me quedan. Eso sí, de haberse dado el caso de trabajar 3 días a la semana bajo este nuevo "cambio", significaría que esa semana cobraría del Estado 8 euros. Que cuando una cobra de su empresa mensualmente y el paro semanalmente, es una putada al cuadrado, porque yo del dinero del paro pago el alquiler y como, y del sueldo (que si trabajo un solo dia a la semana es poco más de 500euros al mes) pago facturas e intento ahorrar un poquito.

Así que hasta aquí solo puedo decir... ¡menos mal que he conseguido un trabajo full-time!

La segunda razón por la que me alegro de marcharme (además de ir en busca de una mejor oferta cultural/de ocio/shopping, un mejor clima y una ciudad más grande, es porque hoy ha venido una pareja (un vecino me ha dicho que eran pakistaníes, yo los he visto al llegar a casa tras el trabajo y me han parecido Thailandeses o Filipinos), a ver el piso encima del mío. Y venían con un bebé de meses. Precioso. Super cute. Pero no me lo quiero imaginar llorando a las seis de la mañana... o a las 6, las 7, las 8, las 9 y cada vez que le venga en gana, que ya tengo experiencia viviendo con un Pavarotti enano como vecino.

Claro que si yo voy a ver un piso y al subir las escaleras y llegar al descansillo anterior a tu piso te encuentras esto...


... Pues puede que te plantees muy mucho alquilar un piso ahí por temor a que se te caiga el techo encima.

Y es que el sábado por la tarde/noche oimos un grupo como si se hubiera caído algo. Yo salí de mi estudio pensando que se me habría caido de nuevo alguna pila de cajas en el salón, y el guiri se había levantado también para comprobar la procedencia del sonido. "Creo que viene de las escaleras", me dijo. Pero abrimos la puerta y al ver todo oscuro, no pensamos que fuera ahí (porque pensamos que a alguien se le había caido algo). Como ya tenemos vecinos en el bajo, y tras comprobar que no había sido un choque de coches en la calle, pensamos que sería algo que se le había caido a la chica de abajo.

Y no ha sido hasta hoy cuando hemos escuchado pasos arriba (el agente del casero enseñando el piso de arriba), que he mirado escalera arriba desde mi puerta y he visto un trozo de techo colgando. Y entonces he subido, he visto el panorama y he sumado dos y dos...



Se ha derrumbado todo el techo del descansillo y suerte tendrá el inquilino del tercero si no pisa adecuadamente y se encuentra en la planta de abajo sin ascensor ni frenos. 
Y es que los días fuertes de lluvia, ahí caía una catarata de agua a causa de una filtración en el piso superior. El invierno pasado colocaron en el patio exterior unos andamios y el casero nos informó de que iban a arreglar una fuerte gotera. Allí no vimos a nadie más durante el resto de la semana y al comienzo de la siguiente, el andamio desapareció. Dudo si los polacos a los que encargaron el trabajo estafaron al casero asegurándole que habían reparado el problema o si por el contrario lo dejaron sin hacer porque necesitaba una obra mayor. Algo raro, porque la verdad, a la mínima de cambio el casero se ocupa del menor problema o envía a alguien.

Así que sí, tengo ganas de irme de esta casa con esta calle tan entretenida, no sea que el techo comience a actuar en plan dominó y acabemos con el tercero en el primero.

Actualización: A pesar del percal del techo, se ha mudado la pareja que vino a ver el piso esta tarde. Esto sí que es rapidez!! Y sí, el bebito ya está llorando!!

domingo, 10 de febrero de 2013

Y otra vez es Carnaval...

Todos los años veo en directo a través de Canal Sur la retransmisión de la Final del Concurso de Agrupaciones del Gran Teatro Falla, pero lo cierto es que este año estaba tan cansada que para cuando me quise dar cuenta y tenía los ojos cerrados...

Cada año echo "menos de menos" el Carnaval. Y bien, el año pasado os enseñé algunos disfraces de mi infancia y este año os muestro que de casta le viene al galgo... mi abuela, mi madre y mi tío (y hasta Pancho, el perro que me salvó la vida) han disfrutado de sus disfraces. Mi tío, de hecho, hasta ganó un premio... vestido de romano. Desafortunadamente la foto en la que posa con su certificado no la tengo, aunque sí algunas del desfile.







 Queda totalmente prohibido el uso de cualquiera de estas fotos, de mi álbum personal.

miércoles, 6 de febrero de 2013

Día 15: las cosas importantes

Hoy voy a explicaros por qué mi nueva casa, a pesar de ser pequeña tiene todo lo importante. Y no me refiero a calefacción, una puerta, un techo, ventanitas o una ducha.
No. Las cosas que de verdad cuentan, puñetas. Por ejemplo, a 10 casas antes de llegar a la mía, tengo la oficina de correos, y si está cerrada no importa (mientras sea para enviar cartas normales) porque tienen el buzón fuera:


Esto está bien para mandar, pero para recoger paquetes/certificados no sirve porque hay que ir al punto de almacén y el depot está en la quinta puñeta. Así que voy a preguntar en el trabajo si no les importa que los paquetes me los envíen allí.

Enfrente de casa, ¡importantisimo! Tengo un pub. Ya lo hemos catado y el ambiente es de mayores pero tranquilo para tomarte una cerveza en el "pub del barrio". Para salir-salir ya tenemos el centro. 


A la izquierda del pub, en la siguiente manzana tenemos café, chip shop y lavandería. Más no se puede pedir...


En la esquina de nuestra acera, otro indispensable: el off-licence. Para comprar vinos, licores y cervezas y otras guarrerías. Que una, cuando no trabaja y no está en el pub, bebe en casa. A veces. Muchas veces. 


Poco antes del Off-Licence, en la acera contraria, la peluquería, el videoclub (sí, aún lo llamo así, qué pasa???). Porque los sábados por la noche y fiestas de guardar nos gusta alquilarnos un par de películas. Es que en Limerick nos quitaron el cine en el centro y se lo llevaron a 2 kilómetros. con un servicio de autobuses pésimo. En Cork hay cines en el centro. Yipiiiiiiiiiiiiiiiiiii!! También hay un internet café que me va a salvar de tener convulsiones y episodios alucinatorios mientras espero a que me reconecten a Internet...


Y en la esquina de la izquierda... una tiendecita para comprar la prensa, la leche y el pan...


Y este, señoras y señores... es mi nuevo barrio.

lunes, 4 de febrero de 2013

Día 13: Habemus casa. Oficialmente

Esta mañana nos hemos desplazado a Cork de nuevo para dejar el depósito de nuestra "nueva" casa. Sí, aquella con una puerta "secreta" ymás bien compacta (la casa, que la puerta es bien grande, ya podía ser al revés). 

Cambiar de dirección presupone no solo organizarte una mudanza y buscar una casa o aclimatarte a una nueva ciudad. Esto, en sí, es lo más sencillo. A la familia y amigos les das la nueva dirección y punto.

El problema es que hay muchas otras cosas a tener en cuenta y muchísimo papeleo. Aquí en Limerick he vivido en tres propiedades: una al otro lado del río compartida con tres chicas y alquilada a una casera que estaba como un cencerro y que entraba en casa con su llave cuando le daba la gana y le daba de comer a su lamechichi en nuestros platos, tiraba a la basura la comida de nuestra nevera que no le gustara y registraba nuestras habitaciones (he de hacer post, lo sé, porque si os cuento que un día se me coló en casa a las 3 de la mañana borracha y llorando y me contó toda su vida, querréis saber más). 
Como finalmente decidió poner la casa a la venta, me tuve que buscar otro techo y lo hallé a través de un anuncio en el periódico local en la sección de clasificados. Y aunque el anuncio lo habían puesto los inquilinos, la casa se alquilaba a través de agencia. Viví allí ocho años y no tengo queja alguna del casero, un hombre maravilloso y atento hasta el infinito. Pero la casa se puso a la venta justo unos meses antes del estallido de la crisis y el guiri y yo decidimos que ya estaba bien de compartir casa con seres de zoo e... independizarnos. De nuevo hallamos el apartamento por la prensa (en principio nos fuimos a vivir a un apartamento en la planta baja de este mismo edificio y al año nos cambiamos al primer piso que tenía una habitación más).
Dicho esto, nunca nos han exigido papeleo para alquilar ninguna de estas casas/apartamento. Lo normal haya sido que te pregunten si estás trabajando y dónde, en una mezcla de charla e información porque evidentemente quien te arrenda quiere tener unas garantías de que vas a poder pagarle.

En la agencia esta mañana me han pedido contrato de mi trabajo, referencia del casero (le he dado el móvil y que llame, si espero una carta de mi casero actual puede tardar, el hombre ahora trabaja en Dublín), y referencias del trabajo, además de una cuenta bancaria de la que deducirán cada mes el importe de alquiler (siempre hemos ido a pagar a la agencia, o hemos ingresado el dinero en cuenta, que me lo deduzcan de mi cuenta no me ha hecho mucha gracia, no por nada, pero es que son demasiadas cosas en mi cuenta, por tenerlas reorganizadas: electricidad, gas, tele e internet y ahora el alquiler) y el guiri pondrá en la suya la recogida de basura (que hay que pagar a una compañía porque aquí lo hace una empresa privada y no el Ayuntamiento por subcontrata). Hemos tenido que rellenar una "solicitud de arrendamiento", que más o menos viene a ser como cuando solicitas cualquier cosa, que bien te pueden  decir que no (aunque no lo creemos, porque para cobrarnos un mes de depósito más lo correspondiente a Febrero, no ha tenido problema).

El día 15 teníamos que ir a firmar el contrato y recoger las llaves, pero cuando se lo he comentado a mi supervisora, me ha dicho que el viernes 15, al menos, tengo que trabajar porque es el día que me han puesto los de nómina, así que hay que dar la cara en la oficina, de modo que iremos el 14. Recogeremos las llaves, iremos a la casa a limpiar un poco (más que nada el baño y la cocina, porque el resto entre cajas y cosas se va a tener que limpiar a fondo de nuevo, pero el primer día vamos a necesitar usar la cocina y el baño... y bien limpios.

Como comentaba al principio del post, hay algunas dificultades añadidas: cambiar todo de dirección, y esto incluye:

-Cuenta del banco.
-Tarjeta de crédito (es de mbna). La cancelé hace tiempo pero hay que pagar lo que se debe.
-Traspasar nuestro contrato de Internet y Televisión a la nueva casa (con coste adicional porque vienen a conectarte la cajita que tú mismo te has llevado a tu nueva casa y conectado a todos los cables pertinentes, pero viene un señor a darte una nueva tarjeta de conexion. La última vez nos cobraron 20 euros por la visita. A saber qué nos cobran ahora).
-Teníamos pensado simplemente trasladar nuestra factura de electricidad, que tenemos con Bord Gais a la nueva dirección y añadir el gas (que aquí en el apartamento no tenemos), pero la de la agencia nos ha dicho que no se puede: que ella nos da de alta en la compañía de electricidad, que es  otra) y en Bord Gais para el gas, y que si en el futuro queremos cambiarla, podemos hacerlo. Así que nos toca cancelar nuestra facturación en Limerick, lo cual comprende coger la lectura del contador diario y nocturno (y no tenemos ni idea de cuál es nuestro contador, así que tendremos que preguntar al casero).
-Cambiar mi dirección en la embajada.
-Cambiar la dirección en el Tax Office (lo que viene siendo Hacienda, que también somos todos...)
-Cambiar todas mis tarjetas value y loyalties. ¿Que qué es esto...?


Las loyalties card son una tarjeta del tamaño de una tarjeta de crédito y del mismo material (excepto la de easons que es de cartón duro). Cada vez que compras, te la escanean en la caja y vas almacenando puntos. Cuanto más gastes, más puntos. Y cada tres meses en el caso de la de Dunnes Stores y la de Tesco, te envían a casa unos vales de compra por el valor de los puntos que tengas. En Tesco y Dunnes consigues 1 punto por cada euro que gastas y cada 100 puntos te da un euro. Cada tres meses suelo recibir un cheque de compra por valos de entre 16-20 euros como mínimo con los que me puedo comprar ropa, cosas para el hogar, bisutería o comida en sus tiendas. Lo mismo con Tesco, aunque con ellos compro menos y suelo recibir entre 2-3 euros cada tres meses y suelo olvidarme de canjearlos (los del Dunnes nunca se me olvidan).

Easons y Boots funcionan de manera diferente. En ambas almacenas puntos en las tarjetas (no recuerdo ahora mismo cuántos puntos tienes por euro gastado), y los puntos se acumulan en la tarjeta y no te los envían a casa, sino que puedes canjearlos en cualquier momento. En Boots tienes que tener puntos suficientes para pagar lo que vayas a comprar, no puedes utilizar puntos parciales y añadir dinero. Sin embargo en Easons puedes pagar con los puntos totales que tengas y pagar el balance del valor de lo adquirido en dinero. Yo con Easos desde que tengo la tarjeta (unos 8 meses), ya he conseguido cuatro libros gratis. 

La dirección de las tarjetas de Dunnes y Tesco ya las he cambiado por teléfono y la de Easons por internet. Me queda llamar a Boots, que ya lo haré mañana.

¿Qué más? Ah sí, nos queda contratar a la compañía de basura. Estamos estudiando varias y visitando las webs y viendo cuánto nos va a costar el capricho. De momento hemos visto una por 26 euros al mes, el problema es que nos recoge la basura cada dos semanas (una semana recoge la orgánica y a la semana siguiente la reciclable) y nos parece demasiado espacio de tiempo. Tampoco es que generemos demasiado, y los contenedores pueden albergar unas 3 bolsas de basura grande, pero nunca se sabe y ahora con la mudanza, desde luego, reciclables vamos a tener para dar y regalar.

Y creo que no se me olvida nada... porque con tanta llamada, tanto papeleo, tanto ir y venir de Cork... ya no sé ni dónde tengo la cabeza.


sábado, 2 de febrero de 2013

Día 11: Basura y más basura

¿Cómo se pueden almacernar tantas cosas inútiles y tanto papel obsoleto sin que uno se dé cuenta? Hemos tirado ya cuatro bolsas enooormes de basura llenas de porquerías: fotocopias de documentos, facturas de electricidad (dos compañías diferentes), compañía de televisión, vodafone (de cuando tenía le dongle, que también guardaba en su caja y que ha ido a la basura), facturas de teléfono (del fijo, que ya hace casi dos años que no tenemos), garantías de aparatos de cocina y electrónicos ya caducadas, dvds publicitarios de las revistas de videojuegos del guiri, cosas totalmente inútiles, revistas del pleistoceno, antigos apuntes de cursos que ni me van a servir en el futuro (por obsoletos) ni he puesto en práctica... cosas que guardas "por si acaso", piezas de cosas que guardas "por si acaso", bolígrafos que la mayoría probablemente ya ni escriban, folletos de... de todo un poco... clasificadores vacíos y "miscellaneas".

Y una cosa que me tiene intrigada (no porque no recuerde haber coomprado, sino porque no sé para qué loo compré y como estoy en duda, aun no me he decidido a ponerlo en la basura...



Las fichas están en blanco, aún sin clasificar nada. Todo nuevo, sin haber sido usado... como veis el tamaño no es muy grande y podría llevármelo a la nueva casa sin problema, pero es que no me explico qué uso le podría dar. Para direcciones ya tengo una agenda superordenadita (que dios sabe en qué caja metí!) y para recetas de cocina ya tengo una maravillosa libreta para tal efecto que me regaló mi hermana (y en estas fichitas tendría que ser muy concisa y recetas muy cortas!).

¡A la basura con él!

viernes, 1 de febrero de 2013

Un apartamento con carácter

Hoy he visto por internet unos apartamentos preciosos y espaciosos... completamente nuevos (no tienen ni un año). Y al mismo precio que todo lo viejuno que hemos estado viendo estos días. El problema es que está bastante alejado del centro, es una buena caminata y no me gustaría tener que regresar a casa de noche después del trabajo caminando (y no hay línea de bus) por esa ruta. No por peligrosa, que en realidad lo ignoro, pero como digo, queda bastante a desmano.

Se trata de unos apartamentos aquí:

copyright foto: 4sights

Bonito edificio, ¿verdad? veamos otras fotos:

                                   

No podrán negarme que las vistas desde algunos de sus apartamentos no pueden ser menos que magníficas... sobre el río Lee. 

Si el edificio a algunos les puede parecer hermoso pero a la vez intrigante y algo siniestro, es porque su pasado, lo es. Se trata de Atkins Hall, que otrora fuera un asilo mental. Y en enterándome de estas circunstancias, no pude evitar que me vinieran a la mente imágenes de American Horror Story: Asylum. 
De hecho, dicen las malas lenguas que el edificio está aún regentado por algunos de sus antiguos inquilinos. A mí esto, la verdad, no me importa mucho mientras no incurran en gastos de electricidad o gas, no ensucien y no se coman mi comida. 

Atkins Hall fue originalmente parte del complejo de Our Lady's Hospital, también llamado Erlinton Asylum. Abrió sus puertas en 1789, convirtiéndose en el segundo asilo en toda la isla. El médico al cargo, William Saunders Hallaran trabajó allí desde su apertura hasta su muerte, y es el autor de "Observaciones Prácticas en las Causas y Curas de la Demencia (1818).

Originalmente el Asilo de Eglinton se componía de tres bloques separados que más tardes se unieron para proveer más espacio y acomodar a más pacientes, y esto le llevó a ser la fachada más larga de todos los edificios del país allá por 1852. 

Su nombre (Eglinton) le venía del Conde de Eglinton, Lord Lieutenant de Irlanda, y el edificio fue diseñado por el arquitecto William Atkins, de ahí su actual denominación.

Curiosamente el Asilo de Cork fue pionero en utilizar como tratamiento para la locura el famoso baño turco

¿Alguien quiere un apartamentito aquí?