miércoles, 30 de abril de 2008

Yo conocí al indio de Village People (El Rincón de Lar)



Mi tío, sólo once años mayor que yo, y al que idolatraba de pequeña, siempre tenía una historia que contar. Era una versión interesante de mi abuelo (más parecido al protagonista de Big Fish) con sus historias de legionarios, camioneros y peregrinos. Las historias de mi tío eran más actuales y frescas, y en muchos casos, no fue hasta mucho tiempo después que no me di cuenta de que eran todas un puñado de patrañas.

Porque vamos a ver, la casa donde vivía mi abuela, habiendo sido un convento y con todas sus historias de huesos infantes, de monjas asesinas y sombras por los corredores, no era difícil que me asustara con sus psicofonías de radiocasette caseras, y sus historias de despertar y ver cabezas de vikingos flotando en el pequeño cuartito (aunque yo a los doce años ya pensaba que estas "visiones" eran fruto de su borrachera de la noche anterior).

Una vez me dijo que había visto un ovni desde la playa, de noche. Y años después comprendi que en la Caleta, con dos porrillos, uno puede ver cualquier cosa.

Durante años creí que era amigo íntimo de Felipe, el indio de los Village People. Vivía en la Viña, y creo que incluso le conocí en persona. Claro que cuando tienes 9 años, cualquier calvo puede ser Felipe, una vez le quitas las plumas y la pintura de guerra. Habría sido diferente si me hubiese querido presentar al policia gay, porque por aquellos tiempos aquellos clubes se mantenían en secreto y estaban mal vistos. O cualquiera de los dos componentes negros, porque en el barrio de la Viña sólo se era negro en los 70 con pintura de Carnaval. Pero Felipe era perfecto. Ni alto ni bajo, calvo como una bola de billar y de piel aceitunada, poducto, sin duda, de los paseos por la vecina Caleta o El Campo del Sur, ese que se asemeja al Malecón habanero.

Naturalmente, aunque no le creí la noticia en un principio, la cosa cambia cuando conoces al tipo in situ un fin de semana y al volver al cole el lunes, ya eres el centro de atención en cuanto relatas la experiencia. Para cuando llegó el viernes, ya ni recordaba haber conocido a "Felipe". Y sólo fue años más tarde que me detuve a pensar en lo inocente que somos de niños, y lo pronto que nos dejamos seducir por historias glamurosas.

Mi tío, además, me aficionó al cine de Bruce Lee y me regaló mi primera cinta de los Pecos (cuánto daño hicieron en nuestros corazones adolescentes). Me ofreció mi primer cigarro sólo por el placer de verme toser hasta casi enfermar, y siempre me daba cinco durillos si le bajaba al "almacén" de Paco a comprar tabaco.

Y es, también, culpable, de que a día de hoy aún lleve en el Mp3 Los Grandes Exitos de Village People...

lunes, 28 de abril de 2008

Frases del dia...

Las he encontrado hoy en internet mientras buscaba información sobre otros temas. Pertenecen a Quevedo, también.

"La soberbia nunca baja de donde sube, pero siempre cae de donde subió."

"Más fácil es escribir contra la soberbia que vencerla."

"Apocarse es virtud, poder y humildad; dejarse apocar es vileza y delito."
"Bien acierta quien sospecha que siempre yerra."
"Creyendo lo peor, casi siempre se acierta."
"Cuando el avaro dice: tengo un tesoro, el preso dice: tenga una cárcel."
"Dijo la rana al mosquito desde una tinaja: más quiero morir en el vino que vivir en el agua..."
"Donde hay poca justicia es un peligro tener razón."
"El agradecimiento es la parte principal de un hombre de bien."
"El amigo ha de ser como la sangre, que acude luego a la herida sin esperar que le llamen."
"El amigo interesado mira a su amor propio; el verdadero, sólo al bien del amigo."
"El amor es fe y no ciencia."
"El amor es la última filosofía de la tierra y del cielo."
"El árbol de la vida es la comunicación con los amigos; el fruto, el descanso y la confianza en ellos."

Podeis hallar más en:

http://es.wikiquote.org/wiki/Francisco_de_Quevedo

Me quedo con las dos primeras.

De aquellos poemas eternos...

La poesía actual no me gusta. Ni los blogs de poemas. Añoro los clásicos, los poemas de siempre, aquellos que aprendimos en los tiempos de estudiantes. Pessoa, Quevedo, Lope de Vega, Becquer, Rosalía de Castro, Antonio Machado, García Lorca...

Me pregunto si aún siguen en el curriculum escolar. Mi asignatura favorita siempre fue Literatura, mi compañero inseparable, incitador a la lectura, el Senda, siempre con sus tapas color marrón. Uno de mis poemas favoritos, es este de Quevedo, precursor casi inapreciado del Calambur, juego de palabras basado en la homonimia, la paronimia o la polisemia. Aquel poema que nos hizo los ojos acuosos (Entre el clavel blanco y la rosa roja, su majestad escoja...).

Pero uno de mis favoritos de este gran poeta, siempre, por su rivalidad con otro de mis favoritos, Góngora, es el siguiente:

Érase un hombre a una nariz pegado,
Érase una nariz superlativa,
Érase una alquitara medio viva,
Érase un pez espada mal barbado;
Era un reloj de sol mal encarado.
Érase un elefante boca arriba,
Érase una nariz sayón y escriba,
Un Ovidio Nasón mal narigado.
Érase el espolón de una galera,
Érase una pirámide de Egito,
Los doce tribus de narices era;
Érase un naricísimo infinito,
Frisón archinariz, caratulera,
Sabañón garrafal morado y frito.

Duelo de sonetos consonantes, perfectos.
He rescatado mi viejo libro de poemas (no míos, de los clasicos), y volver a releerlos me ha transportado a la adolescencia, cuando los leíamos con cansina rebeldía bajo las sombras de las palmeras. Y cómo suspirabamos...

Volveran las oscuras golondrinas...

sábado, 26 de abril de 2008

MI PRIMERA VEZ (El Rincón de Lar)


Creo que toda mujer concidirá conmigo en que la primera vez es importante para nuestro futuro desarrollo humano y psíquico. A veces la primera vez puede ser traumática, otras veces llega sin pena ni gloria. Con dolor o sin dolor.

Pero la primera vez nunca se olvida.

Mi primera vez sucedió en el verano de 1981, en Galicia. Tenía 11 años y estaba bastante desarrollada.

La primera vez que me vino la regla, tuvo que ser en medio de las vacaciones (qué os pensábais!). Según mi médico, ya llevaba un año preparándome. A ciertas edades, a la que tenías cualquier quejita de nada, allá que te llevaba tu mamá al médico y lo primero que hacía era preguntar cuántos años tenías. "Ah, eso es que se está preparando para el desarrollo" (bonita palabra, cuando desde los 9 años ya tienes que usar sujetador y te consideras "desarrollada", pero era el eufemismo de la época, supongo). Así que nada de dulces y nada de bebidas gaseosas.

En Agosto nos fuimos a Galicia, a la tierra de mi padre, de vacaciones. Nos quedábamos en casa de mi tía y primas. Mi prima S era un año menor que yo y ese iba a ser el último de mi edad "infantil", aunque yo no lo sabía aún. De un día para otro, te miran de diferente manera aunque tú no notas más cambio que el bulto que la puñetera compresa hacía entre los pantalones ajustados. No llevar pantalones blancos ni poder ponerte bikini fue lo primero que aprendí.

El día que me bajó la regla no fue tan dramático como el de Bea en Verano Azul. Nadie gritó "Ruth ya es mujer!!", ni me llevaron a correr por la playa ni me recitaron poemas (Que ni el viento la toque...). Me levanté una mañana cualquiera, fui al baño y comprobé que... pues eso. Mis padres se habían ido a pasar el día a Santiago de Compostela y yo fui a mi tía a pedirle una compresa, porque no sabía dónde las guardaba mi madre. Un poco asombrada me dio una. Me llevó a un lado, advirtiéndome que no le contase nada a mi prima porque aún no le "había explicado cómo funcionaba el asunto".

-"Pero... Si no se lo dices, se pensaré que se está desangrando o muriendo y se va a asustar. A mí mamá me lo dijo cuando era pequeñita, le sucede a todas las mujeres sin remedio y no pasa nada."
-"Ya. Pero ya se lo explicaré yo cuando llegue el momento. No quiero que le digas nada, entendido?"

Tanto secretismo despertó la curiosidad de mis primas, mi hermana ya sabía de qué iba el asunto y siendo cinco años más pequeña, tampoco estaba asombrada. Mientras ella y mi otra prima, de su misma edad, jugaban, S y yo nos fuimos a dar un paseo hasta la casa de mi abuela, arriba en el monte. No recuerdo exactamente qué circunstancia me hizo decirle a mi abuela que ya me había llegado la regla, el caso es que había dos chiquillos sucios y andrajosos en su huerto (por llamarlo de alguna manera), una niña y un niño de unos 5 y 7 años respectivamente. Con curiosidad, preguntamos quiénes eran, y mi abuela, con un guiño, mandé a S a traer algo mientras me dijo:

-"Ahora que ya eres mocita, comprenderás cosas que S aún no puede saber. A estos niños los cuido a veces porque su madre es puta y cuando está con los clientes no tiene con quién dejarlos. Pero no le digas nada a S."

No sé qué hizo pensar a mi abuela que tamaña información era adecuada para una niña de 11 años, con regla o no, pero la recordaré toda la vida. Por supuesto ese día me sentía muy sofisticada, con mis pantalones azul celeste y la incomodidad entre las piernas (bendito sea el tampax!), y asentí en silencio como si supiera de qué iba el tema y conocieras a hijos de puta (nunca mejor dicho), a diario (yo, de colegio de monjas).

S estaba mosca ante tanto secretismo así que en el trayecto de vuelta a su casa me sobró tiempo para explicarle lo que era "el periodo". Me pareció una traición hacerla pasar por semejante trauma en completa ignorancia.
Al final del día, cuando regresaron mis padres, mi hermana, como una chivata indomable, corrió hacia ellos.
- "A Ruth le ha venido la regla, a Ruth le ha venido la regla!"

Besos, abrazos, promesas de regalos al volver a casa (una mesita para mi máquina de escribir).
Mi tía nos miraba anonadada.
-"Ah, ¿cómo? ¿Que es su primera vez? Me pidió las cosas con tal calma que nunca pensé fuera su primera vez!"

Mi primera vez, la otra, sucedió también sin pena ni gloria, pero muchos años después.

Colaboración de Lombard: Su Idolo Caído

Saludos a todo el mundo.

Tras leer el relato de Candela de su entrevista con Anthony Quinn y lo desagradable que resultó en persona tan excelso actor me volvió a la mente una poco grata experiencia experimentada por mí al encontrarme cara a cara con un antiguo ídolo de mi infancia. Me ha sugerido Candela que la cuente, ofreciéndome amablemente su página para ello. No estoy seguro de que realmente pueda interesarle a alguien, pero, por si acaso, allá va.

Si en mi vida he tenido un ídolo ese fue el Doctor Félix Rodríguez de la
Fuente, o el Amigo Félix. De niño tuve una pasión por los animales salvajes que me hacía devorar cualquier documental o libro a mi alcance sobre es tema. Y, naturalmente, ver El Hombre y la Tierra era un ritual sagrado, aún recuerdo un viaje a Barcelona con mis padres en que no paré hasta que cenamos en un restaurante con televisor para poder ver la segunda parte de El Cervatillo. Mi primer sueño de infancia fue conocer al Amigo Félix personalmente, cosa que se truncó para siempre antes de cumplir yo los cinco años. Aún me estoy viendo delante de una papelería de mi barrio leyendo en un periódico la noticia de su mortal accidente. Con cuatro años, de la mano de mi abuelo (q.e.p.d.) y acompañado por mi hermana.

El caso es que siempre he idolatrado a esa generación de naturalistas como Félix, Cousteau, Durrell, Fosey o Adamson, que tanto animaron mi infancia.
Y entre ellos figuraba, como no, el que pasaba por ser el sucesor de Félix en España, mi exidolatrado Joaquín Araujo.

Si alguien no tiene claro quien es, diré que es un naturalista, hoy menos de actualidad que hace unos años. Premio Global de la ONU, dirigió varias series y documentales de animales, caso de El Arca de Noé, autor de diferentes libros y se le ha visto dando soporte al Proyecto Gran Simio. Vamos, que no es un cualquiera.Bueno, pues yo, que jamás he ignorado lo anterior, siempre le he recordado por uno de esos momentos mágicos que se instalan en la mente gracias a la inocencia de la infancia y que nunca se olvidan. En el episodio El cormorán, de El Hombre y la Tierra aparece la siguiente escena (ignoro si fue algo preparado o espontáneo y no me importa en absoluto):

Vemos al equipo en una motora, dirigiéndose a Cabrera. Divisan un polluelo de cormorán moñudo nadando a la deriva (se caería del nido o lo que fuera). En un momento determinado vemos a Áraujo lanzarse al agua para salvarlo, le cuesta alcanzarlo, se lo pasa a Félix y más tarde le ponen de nombre Rafael y lo incorporan a los animales del equipo. Recuerdo, años después, a Araujo rememorándolo en una entrevista.

Bueno pues es de esas imágenes que se quedan en el subconsciente. Cómo admiré a Araujo por ello. No sólo se la jugaba, además necesitaba gafas como servidor. En fin, uno era un niño y veía con ojos de tal las cosas.
Cosa de 15 años después, estando ya en la Facultad y habiendo perdido el interés por la fauna, me entero un día de que Joaquín Araujo vendría a mi ciudad (Alicante) a dar una conferencia. Maldita sea, la inocencia de la infancia me volvió de golpe. El que salvaba al cormorán, el director del episodio de la cueva de los guácharos, podría estar ante mí. Era lo más parecido a hacer realidad mi sueño de infancia. Se me agolparon las preguntas para hacerle, la primera qué le sucedió al ave.

Así que despreciando que al día siguiente tenía un examen decisivo (me salió fatal) allá que me voy. El acto consistía en proyectar una película (Rapa Nuy) y luego organizar un debate. Llego con la película ya empezada y de puro nervioso no me puedo sentar. Salgo y veo a un grupo de personas hablando y diviso a un señor con barba, gafas y más bajo que yo. Efectivamente tenía delante a Joaquín Araujo, el sucesor de Félix Rodríguez de la Fuente (o de eso se jactaba él).
No suelo interrumpir conversaciones ajenas, pero es que era mi ídolo. Hablándole de usted y pidiendo excusas le pregunté si era quien era. Conciso sí de respuesta. Emoción indescriptible por mi parte. Como veía que me atendía (acostumbro no ser impertinente) lancé la pregunta mágica "¿Que fue del cormorán?" tras decirme que murió formulé la siguiente (había leído en Natura que parte de las aves del equipo de El Hombre y la Tierra habían sido devueltas a la libertad y quería verificarlo). Y aquí empieza el motivo de este artículo.

Vale, de acuerdo, él estaba en otra cosa y yo aparecí de repente. Pero sigo creyendo que había otros modos de actuar que darme la espalda sin responder y comentar en voz bien alta algo así como:"Que yo haya hecho 10 series, 30 documentales y 70 libros y sólo me hablan de una vez que me tiré al agua".

En lugar de eso podría haberme dicho "Ahora estoy ocupado", "Luego le respondo" o qué se yo. Soy de la firme convicción de que en una conferencia y mientras se esté en el local el conferenciante se debe a su público. Pero aquello fue machacarle los recuerdos a una persona, especialmente la inocencia de la infancia que, creo, es un patrimonio que no debe perderse. Tras unos minutos de quedarme con la boca abierta opté por largarme (juraría haberle oído, a mi espalda, preguntar si ya había acabado el rollo de la película para poder empezar).

Luego le escucharía en otras tres ocasiones (era un ciclo completo) hablé con él con mejor resultado (no me recordaba o no se dio por aludido), hasta le pedí un autógrafo por mera inercia, pero para mí ya no era el que fue. De hecho el último día al responderme mal, y de no muy buenos modos, a una pregunta (confundió al fallecido Teodora Roa con el centro de recuperación de fauna de Alicante, ya desaparecido, que lleva su nombre) no pude contenerme y me di el gustazo de decirle delante de todo el mundo que un veterano como él no debía cometer tales errores. Las miradas de odio fueron recíprocas y allí acaba mi historia con este individuo.
He procurado informarme y gente que le ha tratado cuenta historias similares. Y el antiguo colaborador de El Hombre y la Tierra Fernando Rodríguez le cita en su libro (sin identificarlo) no muy bien. Vamos que no hubo nada personal, es su carácter.

El caso es que allí en el aula de cultura de la CAM de Alicante, se cargó parte de los recuerdos de infancia de una persona que sólo trataba de agradecerle su trabajo. Confío que éste continúe y sea fecundo. Pero allí perdió a un admirador sincero absolutamente para nada.

Temo que no se trata de algo cargado de glamour pero es completamente verídico.

lunes, 21 de abril de 2008

URKO Vuelve a lo de Ayer


Si hay un blog que siempre me ha gustado leer y que podéis encontrar en la lista de sitios por los que me paseo en la columna de la derecha, es Volviendo a lo de Ayer, el blog de Urko y su inseparable mascota Amedio (arriba), un blog dedicado a la nostalgia y que me despierta recuerdos entrañables y algunos, inevitablemente, dormidos.
Fue, por tanto, una sorpresa cuando descubrí, casi después de un año de visitar con más o menos asiduidad dicho blog, que su autor era de Cádiz, como la que suscribe. Así que en vista de mi visita a casa la semana pasada, decidí mandarle un mail a ver si podíamos encontrarnos y saludarnos, y al fín el encuentro, con Amedio, tuvo lugar el martes pasado, donde intercambiamos recuerdos nostálgicos de Madelmanes, Nancys y tebeos varios. Compartimos la desazón de habernos desprendido de viejos tesoros, de cromos, de objetos que en otra época significaron bastante y en los que ahora nos dejamos el bolsillo.
Hoy me han llamado fetichista. Y yo me pregunto: ¿Qué línea separa el fetichismo del coleccionismo? Me gusta coleccionar ciertos objetos, creo que no conozco a nadie que no coleccione un artículo u otro, sean cómics manga, sellos, muñecos del mundo, buhos, dedales o Nancys.
En el mundo de los frikis, las posibilidades son ilimitadas. Como dijo una amiga en un foro hace unos días... "quien no sea friki que levante su espada laser" (va por tí, Marsitita, otra gaditana).
Por cierto, me han susurrado por ahí que el Dia del Orgullo Friki es el 25 de Mayo. Espero veros.
A tí, Urko, seguiré visitándote casi cada día. Un beso a Amedio!!

VOLAR SOBRE EL ARCOIRIS


No es el título de una canción o un poema. Es la pura realidad. La semana pasada me tomé una semana de vacaciones rumbo a Cádiz y en el vuelo de Dublin a Sevilla, justo poco antes del descenso, alertada por otros pasajeros, miré por la ventanilla para ver un enorme arcoiris sobre la húmeda ciudad de Sevilla (han tenido feria pasada por agua).
Pensando naturalmente, que un arcoiris no es más que una ilusión óptica, un juego de luces y agua, un prisma simplístico (no hace falta que os explique algo de primaria), y que nunca llegaríamos a acercarnos a algo que no es palpable. El arcoiris se alzaba ante nosotros y de repente desapareció, para aparecer de nuevo inmediatamente detrás. Habíamos sobrevolado el arcoiris! Lo cual me arrancó una sonrisa, porque cuántas personas han vivido una experiencia tan simple y tan efímera? Me llenó de una paz interior indescriptible. Sobre todo cuando minutos después, en pleno descenso, y al atravesar las nubes, la nave se vió sacudida por fuertes turbulencias.
El aterrizaje tampoco fue un lecho de rosas. El avión tocó suelo, se torció ligeramente y volvió a tocar suelo de nuevo produciendo a la mayoría de pasajeros -a juzgar por el gritito súbito-, esa sensación que uno siente en el estómago al subir y bajar una cuesta en un vehículo o en una noria.
Cuando el avión se detuvo, al fondo en la cola se arrancaron por sevillanas mientras unos turistas americanos aplaudían y unos españoles al frente gritaban un: "Estamos vivos!".
Gracias por volar con Ryanair.

miércoles, 9 de abril de 2008

INFIERNO


Se abrieron las puertas del Infierno y me dejé engullir. Su boca golosa lamió mi alma y me dejé llevar por el calorcito agradable de sus llamas. El cancerbero me miró indiferente. He ganado la partida. Cierro los ojos al orgasmo cósmico de la inexistencia y sonrío con malicia.


El umbral se tiñe de azul. No soy yo.

martes, 8 de abril de 2008

Limerick, ciudad sin ley


Cuando llegué aquí hace ya casi 11 años, Limerick me pareció una ciudad insulsa y casi sin acontecimientos de ninguna clase.

En el ámbito musical y de espectáculos, sigue siendo así, pero en el aspecto criminal, no es una ciudad agradable. Lejos quedan los tiempos en que los niños a lo Cenizas de Angela corrían por las calles con o sin zapatos. La lluvia persiste y es tan peligroso caminar por aquí de día como de noche. Los últimos cinco años han visto escalar la violencia en una carrera sin precedentes que no avecina nada bueno. No quiero que mis hijos, de tenerlos, se críen aquí, en una ciudad donde te apuñalan sólo por no dar un cigarrillo. En una ciudad sin ley.

Dicen que el problema de Limerick es la guerra de bandas entre dos familias de los barrios bajos (una del norte de la ciudad y otra del sur, de los llamados barrios bajos, Southhill y Moyross). Dicen que es un problema controlado y entre bandas. Un problema de drogas. Y no es así.

Hace unas semanas, un chico polaco que había venido a Irlanda para trabajar en Tipperary y estaba aquí para pasar el fin de semana con unos amigos, fue atacado sin motivos. A las dos de la mañana, probablemente tras tomarse unas cervezas con unos colegas en algún bar, caminaba por la carretera industrial en dirección a casa de estos, unas latas de cerveza en una bolsa, para continuar la fiesta allí. Un coche paró a su lado y sus ocupantes le "demandaron" que les entregaran unas cervezas. El, por supuesto, dijo que no. ¿La consecuencia? Le rociaron el rostro con un spray y le prendieron fuego. Marcado de por vida. Por nada.

Una semana después, a escasos metros de mi edificio apuñalaron un domingo por la noche a un señor de 40 años que regresaba de finalizar su jornada laboral en una fábrica. Dos chicos con chandal y capucha le pidieron un cigarrillo. El hombre les dijo que lo sentía mucho pero que no fumaba. Le apuñalaron en el hombro y en la cara con un destornillador.

Al día siguiente, a dos metros de mi puerta, hubo un nuevo apuñalamiento, esta vez fue entre dos barriobajeros, pelea que venía ya cantada desde hacía tiempo, al parecer.
Un par de domingos más tarde un grupito de "barriobajeros" gritó algo obsceno a la hermana de un chico que celebraba su 21 cumpleaños. El jóven se volvió y les preguntó por qué habían dicho algo semejante. La banda se le echó encima y le pegaron tal paliza que le dejaron inconsciente y ha pasado semanas en el hospital. Su padre es un afamado empresario. La misma policía le convenció de no "perseguir" a los atacantes con una causa judicial porque eran conocidos y peligrosos y le podían quemar la casa.

El sábado pasado, a las dos de la tarde, en un barrio también bajo pero muy cercano al centro, le dispararon 5 veces a un miembro de una banda rival, que iba paseando en bicicleta. Hoy ha aparecido el cuerpo de uno de los que iban en el vehículo desde el que se le disparó, asesinado de una disparo por su propia banda. Dicen que este chico, de 18 años, no sabía las intenciones de sus amigos de ir a matar a alguien. Dicen que se asustó, creen que le mataron por temor a que delatara a los otros ocupantes del coche. Ha aparecido muerto en un socavón junto a la estación de autobuses y trenes, a 50 metros de mi casa.

Mi calle está en el centro de Limerick y no está cerca de ninguno de los barrios conflictivos.

En Limerick, los atracos en cajeros están a la orden del día. Habitualmente saco dinero en el interior de alguna tienda que tenga punto automático. Hasta que comiencen a atracarnos ahí también.

Salir de noche se ha convertido en una lotería. Borrachos vomitando por las esquinas, violencia desatada frente al burguer, chicas de vulgaridad evidente gritando sin ton ni son y peleando como gallinas por nada.

Estoy cansada de esta ciudad de ruido y sin seguridad. La presencia policial en el centro (es sólo una calle) es inexistente cualquier fin de semana. De cualquier modo, la policía aquí no porta armas. Tan sólo hace unas semanas se ha dado a Limerick "por su situación feudal" un grupo de agentes armados. Hoy en la radio he oido a la presentadora preguntar a uno de los responsables -imagino- de la policía, que estos crimenes siguen sucediendo en la ciudad a pesar de esta fuerza armada. Que se les trajo a Limerick para tratar de acabar con las luchas entre bandas, y al parecer no está funcionando, a tenor de los dos últimos asesinatos. ¿La contestación del responsable de la seguridad de nuestras vidas?: "Estas acciones suelen tener lugar de noche, y es imposible tener una manta de agentes armados las 24 horas del día."

¿He oido bien? ¿Estamos desamparados en la noche? ¿De qué hora a qué hora trabajan estos señores? ¿Horario de oficina? Por supuesto que la mayoría de los crímenes tienen lugar al amparo de la noche!! Hemos descubierto las matemáticas!!

Ahora a ver si descubren para qué sirve la fórmula, porque si bien es cierto que mientras se sigan matando entre ellos a mí no me molesta, también lo es que es sólo cuestión de estar en el lugar equivocado a la hora equivocada, y que una bala perdida no conoce de condiciones sociales ni feudo alguno.

Por favor, que traigan aquellos tanques que quitaron de las calles de Belfast.

miércoles, 2 de abril de 2008

LAS BRAGAS


Mi abuela siempre sale con dichos de lo más simpares. Todas las abuelas lo hacen, como lo harán nuestras madres con sus nietos, si no lo han hecho ya con nosotr@s, o como lo haremos nosotr@s con nuestros hijos y nietos, de tenerlos. Uno de los dichos abueleros entre mis favoritos es "Naciste en cuna de seda pero te equivocaste de cama", y "Una mujer debe vestir por fuera como una reina y por dentro como una puta".

Y el consejo que nunca, nunca debemops olvidar es el que se nos decía siempre que íbamos a salir: Ponte bragas limpias y nuevas, por si tienes un accidente. O llevar la ropa interior conjuntada, por si, en caso de accidente (qué macabras son las abuelas, joer), nos tienen que quitar la ropa, y claro, quedaría muy feo llevar unas bragonas sobaqueras tipo Bridget Jones con un sujetador verde de encaje del más fino. Hay que ir conjuntadas, señoritas.

Cuando tuve mi accidente de moto, me pilló sin bragas. Y para colmo, llevaba puesto un par de medias negras recién sacadas del paquete, que por defecto de fabricación estabas descosidas... sí, por ahí mismo, dejando un hueco suficiente para enseñar todo el "felpudo". Encima llevaba una minifalda bien mini, que no es bueno llevar minifalda maxi. Asi que el tiempo que permanecí inconsciente despatarrada a las cinco de la madrugada sobre el asfalto (quiero pensar que me caí con las piernas cruzadas pero lo dudo), debí enseñar mi partida de nacimiento a la poca ciudadanía que pasaba por el lugar a esa hora y a los paramédicos que me atendieron.

Si ya lo dicen las abuelas...