domingo, 15 de diciembre de 2013

Las Aventuras de Pirracas y otros sucesos inconexos...

Este es Pirracas. También conocido como Cat (Gato) por el guiri, que a todas luces es incapaz de pronunciar "Pirracas". Es incapaz, y punto, de recordar el nombre:

                        

Pirracas es uno de los gatos que vagan por los patios y jardines traseros de la zona en la que vivo. En realidad creo que se concentran entre tres casas, quizás aquellas en las que más les dan de comer o las que no tienen perros a los que torturar cuando se aburren.
Pirracas es blanco, con una cola tigreada en grises y negros, y ese gris surcado en la cabeza. Hay otro gato ciego, que camina con la cabeza de lado. Y uno marrón y negro, y otro en tonos grises que parecen ser los mayores de la colonia. Y otro más, negro como la pez que es el bully de la familia.
Cuando vimos a Pirracas por primera vez, maulló tímidamente y le dimos leche y algunas sobras de comida. Se lo zampó todo y siguió volviendo a por más. Si dejo la puerta del patio abierta, entra sin pudor y ya nos deja acariciarlo. A veces. Cuando quiere. Porque él es nuestro master y señor. 
Una vez probé a cerrar la puerta del patio con Pirracas dentro, a pesar de que el guiri me dijo que le iba a volver bananas. Pero no. Pirracas intentó -tras comerse una lata de atún- regresar por donde había venido y al encontrar la puerta cerrada, se paseó por el baño, el salón y subió escaleras arriba. Pero volvió a bajarlas y se instaló cómodamente bajo una silla de la cocina. Luego le abrimos la puerta, que ya se sabe que los invitados... cuanto menos mejor.

Llegados a este punto, una sutil aclaración: a mí nunca me han gustado los gatos, pero no tampoco hasta el punto de que me disgusten. Simplemente no tendría uno. Me encantan de pequeñitos, pero una vez alcanzado un peso y un tamaño, me pasa como con los niños: que pierden la gracia. Los perros, sin embargo, me encantan cualquiera que sea su tamaño o su peso. (Bueno, odio a los Yorkshires y lamechichis).

Volviendo al hilo, Pirracas se ha acostumbrado a entrar tranquilamente o a pedirnos comida desde el poyete exterior de la ventana de la cocina. Ya incluso compramos latas de comida gatuna (le encanta la de atún o la de pollo en gravy). Siendo un gato vagabundo, no estoy por la labor de complarle un plato, pero sí tiene un contenedor negro, que anteriormente alojó un par de chuletas de cerdo. Cuando no estamos en casa o pasamos el fin de semana fuera, lo tira por ahí, lo pone boca abajo y así nos muestra "nuestro abandono".

Pero lo de anoche no tiene nombre.

Los Sábados por la noche solemos -si no salimos- ver un par de películas, y anoche no fue diferente. Tras ver "Now you see me" y "This is the end", nos acostamos a eso de las 4am. Esta mañana, yo me he despertado con unos perros ladrando en la calle y a eso de las 10.30 he decidido levantarme. Me he puesto a terminar unas cosas que tenía pendientes del trabajo y me han empezado a rugir las tripas, por lo que decidí bajar a desayunar.
Al ir a entrar en el salón para abrir las cortinas de la ventana, un refejo fugaz, una cola gris y un culo blanco que me era muy familiar casi me produce ese ataque al corazón que trato de evitar a toda costa combatiendo mi desaforada presión sanguínea. ¿Pirracas escondiéndose tras el sofá...? Un momento... ¿cómo ha entrado Pirracas en casa...? Compruebo que tanto la ventana de la cocina como la del baño (únicas que conducen al patio, así como la puerta) están herméticamente cerradas.
El guiri, ese ser que aún dormía a pierna suelta arriba, fue el único en ver a Pirracas anoche, dándole algo de comer y llenándole el contenedor de la leche. ¿Se había despistado y el gato había entado en casa? ¿Y cómo es que no ha hecho ruido en toda la noche, ni lo hemos visto ni en la cocina ni en el baño ni en el salón en toda la madrugada...?
Traté de sacarlo de detrás del sofá con una lata de atún, con palitos de cangrejo y abriendo la puerta principal y la de atrás (me daba igual por donde saliera) pero no hubo modo. Su ruta de escape fue, primero saltar sobre el fregadero, resbalando sobre platos y vasos apilados, e intentar subir hasta la parte de arriba de la ventana que es por donde se abre, escrapallando todo lo posible a su alrededor y tirando cosas, claro. He intentado acercarme y me ha sacado los colmillos, tras lo cual ha saltado a la encimera, de ahí al congelador, del congelador al humidificador, de ahí a la mesa y de la mesa... al suelo y escaleras arriba, de donde no quería bajar... ni dejarme subir.
He gritado hasta que he despertado al guiri, he sorprendido a Pirracas y entre los dos hemos podido indicarle el camino afuera, tras media hora maullando al compás del gato ciego que tras verlo por la ventana, ha debido sentir morriña (pero bien que se meten mamporros por la comida).
Pirracas, no te quiero de ocupa: tu sitio es el jardín trasero y el patio, y el jardín del vecino y el techo de mi cuarto de baño. 
Creemos que entró por la ventana de la cocina que Jay dejó abierta mientras se preparaba la cena. Dónde se metió, no sé, pero me queda la labor de desinfectar media casa, porque no sé si durante su estancia habrá tenido necesidad de... ya sabéis qué.

En otro ámbito de cosas, aunque he estado parca de palabras por los blogs y no he escrito nada en éste mismo, no ha sido por esa falta de tiempo que aducía durante mi tiempo en Marrietta. Es simplemente, porque ahora que tengo tiempo, estoy en control de decidir qué hacer y cuándo. Salgo bastante, a pasear y de compras. He estado preparando documentos y guías para un grupo de Facebook de españoles en la city. He estado estudiando (sí, pasé ambos exámenes de la Manzanita y ya soy empleada oficial). He estado viendo series hasta que se me caían lso ojos, y decorando la casa para estas fiestas tan coloridas. Y yendo a visitar mercados de navidad. Y comprando libros que se me acumulan (este año mi revisión de libros anuales va a ser una caca porque con la mudanza y el trabajo ya-sabéis-dónde, no he tenido tiempo de leer tanto como quisiera y no he llegado ni a la mitad de lo leído el año pasado).
Pero estoy disfrutando de la vida y de mi recuperada libertad, y del poder de elección, y de la comida sin importarme engordar (siempre hay tiempo para perder kilos), y redescubriendo un mundo que ya me tenía hastiada.
En otras palabras, mi vida es como la de Pirracas: despreocupada.
Y a lo mejor un día os cuento la historia del pescadero del English Market que se hizo famoso por una simple pregunta de la Reina Elizabeth cuando visitó Cork hace un año (le preguntó la buena señora cómo se llamaba el pescado que le señaló) y cómo dicho pescadero ha escrito un libro sobre ello y su vida en general. 

viernes, 6 de diciembre de 2013

Lo que dice Candela, en la tele

Bueno... más o menos. Ayer me avisaba por Facebook una amiga de que un link a mi blog había aparecido sobre una foto tomada de aquí con respecto a un artículo sobre juguetes... inapropiados para niños, en el programa de Buenafuente la pasada noche. Y claro, a una estas cosas le hacen gracia. Especialmente cuando el artículo encuestión es de hace tres años, de Diciembre del 2010.

El artículo en cuestión es éste. Y el programa en el que sale, este de aquí (casi al final del programa 01:15:33):




domingo, 1 de diciembre de 2013

Descubriendo el horizonte

El viernes pasado comenzó en Cork el mercado de Navidad y el Tir na nollag (Tierra de la Navidad), y para amenizar el ambiente, han traido una noria. No es una noria grande, mide unos 30-35 metros, pero es suficiente para alcanzar a ver, desde una posición privilegiada, el horizonte de Cork.




Y entonces la vi. Allí en lontananza. ¿Había visto lo que creía que había visto? La noria ya bajaba, ocultando el objeto en cuestión de mi vista. Lo comprobé en el visor de mi cámara y cambié el objetivo por el 70-300. Me aseguraría en la segunda vuelta...


Y sí, allí estaba ella: una solitoria torre oculta tras la Iglesia de St. Nicholas. Pero, er... eso no aparece en ls guías turísticas, ni en los muchos libros que tengo de historia de Cork, de monumentos, de iglesias y de castillos. Aquella torre almenada de aspecto medieval, además, a juzgar por la distancia tras la iglesia, no podía estar muy lejos de mi casa... yo vivo por esa zona!


Cabezona que es una, no podía quitarme de la mente mi parco descubrimiento. Google maps y Google satelite no me mostraban nada ligeramente parecido a un castillo en la zona... ¿qué puñetas era aqullo? Google search no me daba respuestas, damn it!!
Solución: pararte en el bar de la esquina de tu calle y mientras te tomas una refrescante cerveza, interrogas al personal. Y así un parroquiano me dijo que mirase por la zona de la calle llamada Tower Street (calle de la Torre) et... voilà... allí apareció algo parecido a una almena. El parroquiano también me dijo que ahora está adosada a un pub y que él creía que era parte de las antiguas murallas de Cork (aunque al respecto sé bastante y no me cuadraba la zona geográficamente con la ubicación de las antiguas murallas, el Fuerte de St. Elizabeth's se halla a tiro de piedra y el hombre bien podría tener razón.
Satisfecha con el resultado, esta mañana decidí levantarme temprano (sobre todo tras una noche muy agitada debido a los nervios por el exámen de mañana), y así me fui a dar un paseito por la zona.



Esta edificación recibe el nombre de Callanan's Tower (la torre de Callanan) y al parecer es uno de los edificios más conocidos de la parte sur de la ciudad (no por mí, evidentemente). Y de medieval no tiene nada, fue un capricho de Michale Callanan en el siglo XIX. De hecho abrió al público en 1865 e iba a ser la pieza central de un jardín de 7 acres desde cuya atalaya podían verse espectaculares vistas de Cork y su entorno. Los jardines también tendrían facilidades e instalaciones para la práctica de varios tipos de deporte y vinos, licores y las cervezas de la no muy distante fábrica de Beamish & Crawford podían tomarse allí. Además, Michael tenían en mente construir un auditorio en los jardines.
Sin embargo, todo quedó en aguas de borrajas porque, según parece, el sitio comenzó a tener mala fama y el clero denunció escenas de libertinaje, lo que contribuyó a su decadencia y cierre. Michael Callanan tenía problemas financieros, por lo que, literalmente, el proyecto se fue por el sumidero y fue declarado insolvente en 1868, solo tres años después de la inauguración de la torre. Hasta 2005, el Tower Bar permaneció aún adyacente a la torre, año en el que fue derribado, pero la torre aún está ahí (en desuso), en el interior de una urbanización de apartamentos rodeada por muros de piedra, con quien comparte los terrenos donde un par de siglos atrás se asentaban los jardines. 



Nunca te acostarás sin saber una cosa más...

 C

jueves, 21 de noviembre de 2013

Botes

El médico me ha recomendado que me tome las cosas con calma. Tras mi paso por Hostal Marrietta, mi salud se ha resentido, dejándome la tensión allá por la misma altura que el Empire State. Unas mediciones tan altas que podría haber acabado en el hospital con un ataque cardíaco si la cosa hubiera escalado a más y no lo hubiese pillado mi doctor a tiempo. Cosas de la vida.

He comenzado mi "training" en mi nuevo lugar de trabajo y de momento, todo va como la seda, claro que estos tres primeros días es simplemente para resetear todo, contraseñas, webs de acceso a diferentes departamentos, email... y todo es muy relajado. El lunes comenzaremos el entrenamiento sobre nuestros deberes laborales y lo que tenemos que hacer en el día a día. 

Y en fin, que a la vez que estoy realizando un cuadro a punto de cruz que aún no he decidido si regalaré por Navidad a alguien o si me lo quedaré para mí, hoy me he puesto con una labor largo tiempo abandonada, esos planes que gracias a Marrietta tuve que dejar de lado, como otras tantas cosas.
Cierto es que estos 20 días de vacaciones que he tenido entre concluir en un lugar y empezar en otro se me han pasado volando y en teoría no he hecho mucho, pero los he disfrutado en esa dejadez que te da a elegir si sentarte a ver una serie y rascarte el ombligo o salir a dar un paseo en las mañanas soleadas. He hecho un poco de todo, y a la vez no he hecho nada. Me he puesto al día de las series que tenía abandonadas, he hecho algunas labores/manualidades que ya os enseñé, he salido a tomar copas con mis amigos, he salido a pasear y hacer fotos, he salido a comer con el guiri, o cenar, he impartido un curso de redacción de Cv para chicos y chicas españoles, para enseñarles cómo hacer un Cv bajo el modelo irlandés, que no tiene nada que ver con esa chuminada que hacen montar a la gente en Espa­ña y que tiene demasiada información totalmente irrelevante, he comprado una estantería y un escritorio para mi habitación-oficina que he redecorado dos veces (jiji). He comprado comida de gatos porque nos visita en el patio un gatito blanco que podría ser gata y a quien he bautizado como "Pirracas" (aunque el guiri lo llama "Cat"), he visto películas y organizado muñecas en bonitas cajas de colores. He leido. He dormido (menos de lo habitual). 
Y hoy me he puesto, como digo, en una de las labores que tenía al fondo de la lista. Tengo velas por toda la casa, aromáticas, me calma la luz de la vela y el olor a canela, a lavanda, a vainilla o de moras especiadas... y cuando se acaba la vela, el tarro de cristal se puede reutilizar como bote de cristal para la cocina. Así que con unos trozos de tela y cinta... los estoy embelleciendo:

                                       


Ahora a rellenarlo y seguir haciendo para el resto de botes, que tengo bastantes ahí recopilados desde hace meses...




Bueno, pues... a seguir tomándome las cosas con calma...

viernes, 15 de noviembre de 2013

Escaparates

En mis primeras Navidades en Limerick, las de 1997, descubrí que los grandes almacenes Todds exponían escaparates espectaculares de cara a las fiestas, y cada año lo dedicaban a un cuento en especial, utilizando todos los escaparates para exponer algunas secuencias de la historia. Solían ser magníficos, con todos los detalles bien cuidados y no faltaba absolutamente de nada. Me arrepiento de no haberles hecho fotos, y si alguna hice, no sé dónde habrán acabado aquellas imágines. Porque Todds (hoy bajo nuevos dueños y nombre desde hace una década, Brown Thomas), era la resppuesta irlandesa a Harrods. Escenas de El Cascanueces, Cenicienta y otros cuentos, cobraban vida durante semanas tras el cristal helado de los almacenes.

Después, la tradición simplemente murió y los escaparates se llenaron de parafernalia navideña, abetos con bolas de colores, nieve artifical, brillos y blancos, rojos, dorados y verdes.

Pero este año, en Cork, han sabido decorar los escapartes con un toque entre oscuro y navideño que no deja indiferente. Lobos, un maniquí infantil tamaño todler con una postura muy extraña dando vueltas (última foto), colores cáusticos. Simplemente me ha encantado y chapó al window decorator. El Domingo es la ceremonia oficial del encendido de las luces navideñas, con conciertos y espectáculos incluidos. volveré para contároslo! Es una amenaza!







martes, 12 de noviembre de 2013

Horribles historias. Bellos edificios en Cork

Mucho antes de trasladarme definitivamente a Cork, allá por febrero, quedé prendada con la historia y la arquitectura de varios edificios de la ciudad. Algunos los conocía de oidas. Otros, eran absolutamente nuevos para mí. Y estaba dispuesta a visitarlos todos -en la medida de lo posible, porque muchos están en ruinas y rodeados de vallas que impiden el paso para evitar accidentes fatales.
El primero de ellos fue Santa Euphasia, el antiguo asilo de las Magdalenas, que un par de meses antes de mudarnos a Cork fue en parte destruido por el fuego, aunque llevaba años abandonado. Aún así, su fachada imponente es visible desde algunas partes de Cork, y pude sacar fotos desde la distancia.
El edificio de ladrillo rojo de más abajo es parte del antiguo asilo, el de arriba aún tengo que visitarlo (posiblemente en estos días si el tiempo acompaña) es un hospital todavía en uso.
El edificio principal, solo la estructura permanece

Tras mi "obsesión" por este edificio había otro que también deseaba visitar y que quedó olvidado en mi mente (aunque no del todo) y que ayer me recordó una amiga. Decidimos tratar de visitarlo hoy (aunque no se pudiera entrar en el mismo, solo verlo por fuera). Al final, porque mi amiga estaba enferma, decidí ir sola, pero la ruta que tomé me llevó a una cancela erigida para preservar la entrada y toda la zona es un laberinto de calles y cul de sacs que desconozco y que me iban a hacer perder mucho tiempo. Intenté una ruta diferente desde la parte frontal pero me di de narices con un muro, nuevamente. 
El edificio en cuestión es el antiguo Asilo Psiquiátrico de St. Kevin's, y lo he fotografiado desde el otro lado del río, donde puede observarse en todo su esplendor, muchas veces:




Construido sobre la orilla del río Lee, muchos de sus pacientes escaparon de las crueles garras de sus torturadores para morir ahogados en el río. 

El edificio fue construido en 1893 como un anexo al Hospital de Our Lady's (al ladito mismo de Atkin's Hall del que hablaremos más tarde) y cuyas entrañas se conectan -dicen- a través de túneles (no están muy lejos el uno del otro). Originalmente acomodaba a 490 pacientes como un asilo mental que estuvo en uso hasta el 27 de Marzo de 2002 (hasta no hace mucho, como quien dice). En esa fecha, los últimos pacientes internados aquí fueron trasladados a otra unidad psiquiátrica. Desde su cierre, el edificio ha estado abandonado y la crisis se llevó por delante el proyecto de convertirlo en apartamentos (algo muy necesario en Cork donde la oferta de alquileres es más bien escasa -y por lo tanto- bastante cara. 

En los albores del siglo XX, las condiciones del lugar eran poco menos que inhumanas, con camas sucias y viejas, colchones pútridos, sábanas sucias y raidas, ventanas sin cortinas en los dormitorios y toilets sin papel higiénico, entre otras cosas. El problema continuó durante años y años.
Porque este asilo lo que menos acogía era a pacientes con problemas mentales. Personas vulnerables, chicas jóvenes que se convertían en un "estorbo" para la familia, gente de diferentes sexos y condiciones sociales eran encerradas aquí por un motivo u otro y tratadas como basura.

Todo lo más cerca que he podido estar hoy:

                            





El tercer edificio, que me tiene loquita-loca es Atkin's Hall, también un antiguo asilo psiquiárico reconvertido en apartamentos (de hecho la mitad del complejo está ya reconvertido, la otra mitad aún en obras), y ya os hablé del lugar en este post. También lo he "inmortalizado" con mi cámara en mis múltiples paseos a lo largo del Lee, pero nunca había estado en el sitio en sí. Hasta hoy.



A pesar de lo tenebroso que pueda parecer, el lugar tiene unas vistas espectaculares sobre el río y el silencio y la paz que lo envuelve es totalmente de fuera de este mundo. Un oasis en el desierto. Un paraíso a tomar por culo, eso sí, porque está bastante alejado del centro. 
Si no fuera por los coches aparcados en el exterior que nos recuerdan el siglo en el que vivimos, nos parecería haber sido transportados a otras épocas. O no...





Al fondo del todo del largo edificio, una carretera hoy bloqueada por una cancela metálica llevaba a una iglesia, la de Our Lady y a St. Kevin's. También, a la entrada al complejo hay otra iglesia, totalmente abandonada y -por tanto- cerrada al público y cuyo nombre desconozco (imagino que ha sido desacralizada).


                          

Me queda aun taaaaanto por explorar!! Con un día tan primaveral como el de hoy (he tenido que colgarme el abrigo de la cintura y llevaba un top de entretiempo), da gusto pasear y descubrir rincones maravillosos.

sábado, 9 de noviembre de 2013

Un muerto muy vivo en St Peter's


Esta es la antigua Iglesia de St Peter, en el centro de Cork, en North Main Street, hoy "reciclada" en un Centro Visual de Arte (Cork Vision Center at St Peter's). El edificio, desacralizado en 1949, fue adquirido por el Ayuntamiento de Cork tras años en ruinas, que lo restauró y reconvirtió en el centro cultural que es en la actualidad y que acoge diversas exhibiciones pictóricas y artísticas.

En Cork, de hecho, hay varias antiguas iglesias reconvertidas hoy en centros, al igual que en muchas otras ciudades. Un buen modo de utilizar un edificio emblemático sin dejar que se caiga de viejo.
Curiosa que es una, me puse a leer sobre la historia del lugar, que aún conserva un antiguo cementerio (como casi todas las iglesias por estos lares) a sus espaldas y, según se entra por la puerta, a mano derecha, se encuentra el monumento a St. Matthew Deane Bart, Sheriff de Cork en 1664 y alcalde en 1669, un señor que venía de Uk y que tuvo 9 hijos y 3 esposas. 



Pero este no es el señor al que enterraron vivo.

Resulta que, como decía, curiosa que es una, leí bastante sobre el traslado de las tumbas, el cementerio y sus "inquilinos" y llegué a una historia cuanto menos curiosa y de la que no hay mayor información que la que os explico a continuación: en 1753, se enterró en la iglesia a un tal Francis Taylor, a quien encontraron a la mañana siguiente sentadito en su tumba, con su caperuza y su sudario echos trizas. El ataud estaba roto, uno de sus hombros machacado, las manos llenas de barro y los ojos ensangrentados. Le habían enterrado vivo.
Se desconoce nada más sobre la historia, si el hombre sobrevivió al shock, si la palmó poco o mucho después o qué situación le llevó a parecer muerto...

Lo siguiente que se sabe es que otro Taylor, de nombre Joseph y sin aparente parentesco con le primero, publicaría un libro en 1816 titulado "Los Peligros del Confinamiento Prematuro, Probado desde Muchos Ejemplos Extraordinarios de Gente que se ha Recuperado Después de Haber Sido Dados por Muertos, y de Otros Enterrados Vivos". un libro que a pesar de su título tan "cortito" fue todo un bestseller de la época debido al miedo de ser enterrados vivos que obsesionaba al personal.

Cada edificio tiene su historia... y aún me queda mucho por aprender.

martes, 5 de noviembre de 2013

A caballo

Aún quedan algunos adornos de Halloween en las calles, mezlándose, ya con los de la Navidad aún por llegar...











domingo, 3 de noviembre de 2013

Sombrerera... o lo que sea


Tenía esta sobrerera... o lo que sea, rodando por ahí desde hacía un par de años. La compré a muy buen precio pero nunca terminó de convencerme su acabado. Siempre pospuse el hacer un decopatch porque no me quedaba clara la idea, no encontraba un papel decorativo que "fuera" con el color o el modelo. Hasta hace unos días que encontré el papel ideal. Lo malo es que no me doy mucha maña yo con el decopage en grandes superficies y me ha quedado arrugadito... pero bueno, como es para mí y no para venderlo o regalarlo, me puedo dar con un canto en los dientes... Luego le he dado una capa de barniz glossy y estoy muy contenta con el resultado....



Lo que no acaba de convencerme es lo que hice en la tapa, así que creo que la voy a pintar o simplemente quitar lo que le pegué directamente... o coger un destornillador, quitar el asa y volver a colocar el decopatch en redondo... En cualquier caso, he de volver a la tienda a por más papel del mismo tipo de motivo...


¿Alguna sugerencia?


viernes, 1 de noviembre de 2013

La libertad y yo

En mi primer día de libertad y desintoxicación de mi último empleo (ayer), eso de vaguear no se me dio nada mal. Me levanté tarde, comí guarrerías e hice muy poco (nada). Por la tarde a las 8 había quedado con unos amigos para ir a ver el Nightmare Realm y después a tomar unas copas. En el nightmare lo pasamos de maravilla, es una "casa del terror" muy peculiar, de tres plantas y con personajes muy dados a tener disfunciones capilares y de riesgo sanguíneo...

Así que mi primer día voló como vuelan los días libres del fin de semana. Y el segundo se me ha quedado corto... pero aún me quedan 19 más para disfrutar hasta que comience en mi nuevo empleo. 
Highlights del día de hoy:
  • Entrar en una tienda de herramientas y cosas así a preguntar si por un casual tienen cable de teléfono y que el dependiente te "asuste" diciendo que eso va a ser imposible encontrarlo en todo Cork. Que tendremos que pedirlo por internet o ir a un centro comercial en la conchinchina a una tienda de telefonía específica.
  • Entrar en la tienda de al lado donde venden ordenadores y televisiones y que un cable de teléfono de 20 metros (justo lo que buscábamos) prácticamente se te eche al cuello. Difficult my arse!
  • Ir a comprar una mesa de ordenador y una estantería en una tienda tipo Ikea y que en una compañía de Taxis te digan que eso se considera como una mudanza y te quieran cobrar 25euros más la carrera (unos 33 euros en total). De nuevo.... My arse! Llamar a otra compañía en plan acojone y que te digan, sin decir tú nada que te mandan un microbús y que la carrera te cueste solo 7 euros.
  • Ir a hacer la compra al supermercado y encontrarte a una pareja de unos treinta y pico años dándose el lote (eso no era un beso de tornillo, era una aspiradora con retranca unida a un pulpo) justo enfrente de la estantería de los huevos. Darles un ligero empellón con el culo para poder llegar a la estantería y cuando me doy la vuelta pasa una dulce señora de más de sesenta años tirándose pedos como si tuviera problemas con el tubo de escape.
  • Subir a la planta de arriba de camino a la salida y pararme un momento para enviar un mensaje... darme la vuelta cuando he sentido como una vibración en mi mochila (donde llevaba la compra) y ver salir a una señora en la cincuentena, bien plantada y maqueada, toda escopeteada desde una distancia peligrosamente cercana a mí. Quitarme la mochila y ver que me había abierto una de las cremalleras y tenía media cartera fuera. Acordarme de las progenitoras de las señoras mayores de Cork.
  • Llegar a casa y encontrarme al guiri como niño en día de navidad, montando mi nueva mesa de ordenador tirado en el suelo, sin preocuparse de sacar las cosas antes para disponer de más espacios y para no tener que jugar al tetris una vez que la mesa esté ya montada.
  • Jugar al tetris yo sola un rato para hacer lo que el guiri no ha hecho mientras montaba la estantería en el otro dormitorio.
  • Entretenerme colocando libros en la nueva estantería. Por tamaños. Decidir que mañana voy a quitar toooodos los libros de tooooodas las estantería de la casa y recolocarlos por tamaño y orden (libros en español, libros en inglés, cómics, otros).
  • Ver -con cierta alegría machachona- que las decoraciones de Halloween se mezclan con las de navidad impunemente en las tiendas y que ya están colgando las luces en las calles.
  • Darme cuenta de que va a ser mi primera Navidad en Cork y que la quiero celebrar como si fuera la última!
Mañana me quedan muuuchas cosas que hacer. Soy Happy Happy!!!